Octopussy
5.9
8,083
Aventuras. Acción
El agente 009, compañero de James Bond, es asesinado en Berlín Oriental, aunque consigue llegar a la residencia del embajador británico antes de morir, llevando consigo una valiosísima pieza de orfebrería: un huevo de Pascua, creado por Fabergé. En Londres, especialistas del Servicio Secreto constatan que se trata de una falsificación de la joya original, que será subastada en breve. El hecho de que en un corto período de tiempo se ... [+]
16 de septiembre de 2015
16 de septiembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda película de la saga Bond dirigida por John Glen y penúltima interpretada por un inspirado Roger Moore en su papel del popular agente británico. Ni qué decir que se trata de una de las mejores y exóticas aventuras de 007 a quien se le encarga la misión de averiguar sobre la falsedad de un huevo Fabergé (joya predilecta de los zares y que el popular joyero solo fabricó unas pocas) hallada en el cadáver de un agente compatriota mientras trataba de huir de Alemania Oriental. La pista le lleva a las pesquisas de Kamal Kahn (Louis Jordan) un príncipe afgano exiliado en una lujosa y protegida fortaleza en Delhi. Su amistad con un general ruso (Steven Berkoff) y Octopussy (Maud Adams) una bella y misteriosa mujer que vive en un palacio flotante, serán las principales pistas que llevarán a Bond a descubrir cuáles son sus verdaderas intenciones tras el tráfico y falsificación de dicha joya.
Nuevamente la incansable apuesta por Roger Moore para protagonizar otra aventura del agente 007 quedó demostrada en ésta “tour de force” en que el actor inglés vuelve con su sentido del sarcasmo y capacidad de atraer a las mujeres que aquí no son pocas, como aliciente en esa residencia flotante en que Octopussy vive con otras mujeres queestán a su servicio (entre ellas una fugaz por desconocida Helen Hunt). Como “mala” chica Bond se contó con la actriz sueca Kristina Wayborn y entre los villanos del séquito que lidera un entregado Louis Jordan (Gigi; Gigantes de Plata) están el Sandopán televisivo Kabir Bedi y Steven Berkoff (Barry Lyndon). El tema “All Time High” fue cantado por Rita Coolidge.
Nuevamente la incansable apuesta por Roger Moore para protagonizar otra aventura del agente 007 quedó demostrada en ésta “tour de force” en que el actor inglés vuelve con su sentido del sarcasmo y capacidad de atraer a las mujeres que aquí no son pocas, como aliciente en esa residencia flotante en que Octopussy vive con otras mujeres queestán a su servicio (entre ellas una fugaz por desconocida Helen Hunt). Como “mala” chica Bond se contó con la actriz sueca Kristina Wayborn y entre los villanos del séquito que lidera un entregado Louis Jordan (Gigi; Gigantes de Plata) están el Sandopán televisivo Kabir Bedi y Steven Berkoff (Barry Lyndon). El tema “All Time High” fue cantado por Rita Coolidge.
12 de noviembre de 2015
12 de noviembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras unas irregulares aunque entretenidas Solo para sus ojos y Moonraker entramos en la competición contra Connery que no voy a decir su película que ya todos la conocen y aún sigo sin verla. Octopussy tiene sus momentos buenos, muy buenos, divertidos incluso y trepidantes. Muy bien rodada pero también roza el ridículo a veces sobrepasando el humor como el grito a lo Tarzán en la selva por poner un ejemplo. El villano es memorable y su momento a partir de la pillada de Bond con los dados se marcan una de las mejores escenas de acción de la saga más que nada por lo divertida y larga que es en ese aspecto. Moore vuelve a sorprender en algunos momentos para mal como en el acto final saliéndose un poco de los esquemas de la saga pero el tema del huevo de Fabergé o como se escriba se solapa muy bien con una hermosa fotografía y ritmo como ya comenté. Es de las mejores entregas de Bond que la situaría más o menos en la mitad del top de la saga con las veinticuatro películas ya vistas y como diversión y entretenimiento resulta agradable y emocionante. No es una maravilla pero por así decirlo James Bond resurge de buena manera.
26 de noviembre de 2015
26 de noviembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Octopussy de John Glen es un film de aventuras y acción basado en el famoso espía del MI6 James Bond, que en esta ocasión continua la investigación del agente 009 muerto en Berlín Oriental cuando investigaba un huevo de Pascua de Fabergé. Dirigida con un ritmo más bien premioso y con un estilo típico de Bond que en ocasiones es tomado poco en serio, es una obra meramente satisfactoria que no consigue apasionar al público todo el rato y tan solo entretiene en sus escenas de acción, concluyendo un film decente pero no imprescindible de ver que sin duda es uno de las películas más flojitas con Roger Moore al mando.
La fotografía hace gran uso de los claroscuros pero predomina lo lumínico, mostrando imágenes exóticas que son vistosas y evocadoras de cada lugar en un espléndido trabajo repleto de matices que son estéticamente portentosos para estimular al público. La música es melódica y dulce por un lado e inquietante y enardecedora por otro en un arrollador trabajo de John Barry que acompaña sutilmente la acción y la trama según es requerido. Los planos y movimientos de cámara consuman una correcta labor técnica mediante el uso de grúas, aéreos, seguimiento, subjetivos, cámara en mano, seguimiento, generales, panorámicos, reconocimiento, steadycam, avanti, retroceso y detalles bien elaborados que sacan lo mejor de la acción y las interpretaciones. Cabe señalar también, los efectos visuales y de sonidos sorprendentes y admirables para su momento que añaden emoción al film.
Las actuaciones son decentes pero no remarcables. Como protagonistas Roger Moore está cumplidor y en su línea habitual, Maud Adams está sensual y convincente y Louis Jourdan está apático y poco señalado como antagonista, siendo aceptables los acompañamientos de Kristina Wayborn, Kabir Bedi y Steven Berkoff entre otros. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y formales por un lado y sugerentes del personaje y lugar por otro en una lúcida labor que junto con los decorados y exteriores te transportan a cada lugar.
El guion, escrito por George MacDonald Fraser, Richard Maibaum y Michael Wilson y basado en el personaje de Ian Fleming, es más bien flojito y ofrece una trama poco interesante que se va desinflando poco a poco y no atrapa al público en ningún momento, siendo el mayor fuerte las escenas de acción para entretener e incluso apasionar a los incondicionales de la saga, finalizando con ello uno de los films más discretos de la extensa saga de 007. Esto se lleva a cabo con una narrativa sugerente de cada personaje según su forma de ser, pasando de insidiosa o insinuante en un clásico trabajo. Cabe destacar también, el montaje lineal y seguido que se toma su tiempo en ir exponiendo la historia aunque hace el film algo lento y pesado, además utiliza de forma negativa la cámara acelerada en alguna escena quedando algo artificial.
En conclusión, la considero una obra tan solo necesaria de ver para aquellos incondicionales de 007 que quieran descubrir todas sus obras, ya que para el público en general y los seguidores más exigentes les puede resultar algo floja y carente de interés y emoción en gran parte del film. Recomendable solo por su dirección, fotografía, música, efectos y movimientos de cámara que vuelven a Octopussy, una película meramente satisfactoria pero no imprescindible de ver para el público en general.
La fotografía hace gran uso de los claroscuros pero predomina lo lumínico, mostrando imágenes exóticas que son vistosas y evocadoras de cada lugar en un espléndido trabajo repleto de matices que son estéticamente portentosos para estimular al público. La música es melódica y dulce por un lado e inquietante y enardecedora por otro en un arrollador trabajo de John Barry que acompaña sutilmente la acción y la trama según es requerido. Los planos y movimientos de cámara consuman una correcta labor técnica mediante el uso de grúas, aéreos, seguimiento, subjetivos, cámara en mano, seguimiento, generales, panorámicos, reconocimiento, steadycam, avanti, retroceso y detalles bien elaborados que sacan lo mejor de la acción y las interpretaciones. Cabe señalar también, los efectos visuales y de sonidos sorprendentes y admirables para su momento que añaden emoción al film.
Las actuaciones son decentes pero no remarcables. Como protagonistas Roger Moore está cumplidor y en su línea habitual, Maud Adams está sensual y convincente y Louis Jourdan está apático y poco señalado como antagonista, siendo aceptables los acompañamientos de Kristina Wayborn, Kabir Bedi y Steven Berkoff entre otros. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y formales por un lado y sugerentes del personaje y lugar por otro en una lúcida labor que junto con los decorados y exteriores te transportan a cada lugar.
El guion, escrito por George MacDonald Fraser, Richard Maibaum y Michael Wilson y basado en el personaje de Ian Fleming, es más bien flojito y ofrece una trama poco interesante que se va desinflando poco a poco y no atrapa al público en ningún momento, siendo el mayor fuerte las escenas de acción para entretener e incluso apasionar a los incondicionales de la saga, finalizando con ello uno de los films más discretos de la extensa saga de 007. Esto se lleva a cabo con una narrativa sugerente de cada personaje según su forma de ser, pasando de insidiosa o insinuante en un clásico trabajo. Cabe destacar también, el montaje lineal y seguido que se toma su tiempo en ir exponiendo la historia aunque hace el film algo lento y pesado, además utiliza de forma negativa la cámara acelerada en alguna escena quedando algo artificial.
En conclusión, la considero una obra tan solo necesaria de ver para aquellos incondicionales de 007 que quieran descubrir todas sus obras, ya que para el público en general y los seguidores más exigentes les puede resultar algo floja y carente de interés y emoción en gran parte del film. Recomendable solo por su dirección, fotografía, música, efectos y movimientos de cámara que vuelven a Octopussy, una película meramente satisfactoria pero no imprescindible de ver para el público en general.
4 de diciembre de 2020
4 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como digo en el título de la crítica, Moore no debió rodar ni ésta ni, mucho menos, la siguiente "Panorama para matar", y así, al menos, se hubiera despedido con cierta dignidad de su personaje del agente 007, por los siguientes motivos:
- La escena précreditos (teaser) ya augura que esta película no será de las mejores de Bond. Es un teaser insulso, en donde se notan en demasía los efectos especiales, y en donde Moore pretende estar más gracioso que en otras ocasiones ("llene el depósito, por favor"), supliendo con guiños y sonrisas su falta de eficacia interpretativa y su deplorable estado de forma para lo que es exigible a todo un 007. Mal augurio para un film que pretendía devolver a Bond a sus orígenes (después de la mediocre y sosa "Sólo para sus ojos").
- Desde el inicio de la cinta, la trama (?) se convierte en un sinsentido, el guión hace aguas por todas partes y la película pierde todo interés. Sólo se salva la interpretación de la bellísima Kristina Wayborn y algunos chistes fáciles, pero con gracia.
- Moore parece un jubilado cachondo corriendo tras las faldas de la espectacular Kristina Wayborn y la repetitiva (por aquello de que ya apareció como chica Bond en "El hombre de la pistola de oro"), aunque extremadamente bella, Maud Adams. La sueca es toda una garantía de clase y glamour para una película que se precie, pero en las escenas de cama de Bond con Adams, él parece más un viejete del Inserso acostándose en un hotel de Benidorm con una cara fulana que un macho británico en plena forma dándole un repaso a la sueca.
- Moore está más preocupado para que no se le vean las arrugas que por perseguir al malo. Un ejemplo de ello es que en la mayoría de las escenas dinámicas o que pueden comportar cierto riesgo para la artrosis (no sólo interpretativa) de Moore, se utiliza a un doble. Y del resto, pocos primeros planos de nuestro agente con licencia para matar, si no es para soltar un chiste de dudoso humor británico.
- Kabir Bedi (Sandokan), que para nada es un buen actor, se lo come vivo en esta película (en todos los sentidos), y esto que no dice ni mu. Su presencia es aterradora, y su rostro serio (no tiene otro) digno de los mejores repertorios de malos de la franquicia.
- Ni siquiera Louis Jourdan, que sí es un buen actor (lo recuerdo francamente bien en "El proceso Paradine" de Hitchcock), realiza una interpretación que vaya más allá de lo aceptable. Y es una pena, porque tablas no le faltan. igual es que "es cuestión de muñeca".
- El ritmo es muy lento, y el guión muy pobre. La película se hace larga, y esto es un gran problema para una cinta de 007. Hay escenas metidas con calzador que no aportan nada (por ejemplo, la de la persecución en la selva en donde de repente aparece un tigre que casi se come a nuestro protagonista. No tiene pies ni cabeza. Por no decir el ridículo grito de Tarzán, que da más vergüenza ajena que otra cosa, o el disfraz de payaso de 007 para infiltrarse en el circo e intentar desactivar la bomba).
- Hay una menor presencia de gadgets que en otros films de la serie (encima). La avioneta del principio está bien, pero ni se acerca a la Pequeña Nelly de "Sólo se vive dos veces". Un transmisor para seguir el huevo es muy poco gadget para una cinta de Bond de 1983. Del globo aerostático, mejor no hablar demasiado (si este es el gran invento de Q para asaltar la fortaleza donde tienen preso a 007 es que la franquicia está cayendo en picado).
- Algunas escenas son puro plagio/homenaje de anteriores films de Bond. En esta "Octopussy" se plagia descaradamente a la brillante "007 contra Goldfinger". De entrada, la chica Bond (En Golfinger se llamaba "Pussy" Galore. Aquí "Octopussy"). La escena en la que el guardaespaldas del malo (Kabir Bedi) aplasta con su mano los dados que coge de 007. Es una copia a la escena de Goldfinger en que Objob aplasta con su mano la pelota de golf de Connery. Otra escena es la del malo estafando a su contrincante en el juego, que nos vuelve a remitir a Goldfinger: allí el orondo rey midas del oro hacía trampas al poker y en esta Kamal Khan hace trampas a los dados. El cocodrilo que es un minisubmarino en donde se mete Bond para que no le descubran para acceder a lo fortaleza es el mismo truco que el pato de Connery al principio de Goldfinger. La parte final, con el duelo en la avioneta, también es parecida en las dos cintas. La desconexión de la bomba es muy similar también en ambas películas. Y así podríamos seguir un buen rato. En definitiva, un homenaje al que le falta originalidad.
- Ni siquiera el final (uno de los más flojos de la serie) está a la altura de lo que se espera en un Bond. Es como si no hubieran sabido cerrar bien la película.
Pero no todo es malo. De la película salvaría la belleza de Kristina Wayborn (esta sí le da un buen repaso a Bond. Dios mío, ¡qué manera de besar!), la determinación de Kabir Bedi para acabar con Bond, algunos chistes fáciles pero muy divertidos ("tenía usted razón, es cuestión de muñeca") y el castillo de Octopussy (por continente y, sobretodo, por contenido...quien la haya visto ya me entiende).
En definitiva, una cinta interesante, que en muchos momentos constituye casi una parodia de las cintas de Bond, por cuanto hay escenas y situaciones que se asemejan mucho a otros Bond ("Goldfinger") pero adaptadas convenientemente al estilo de comedia ligera de Roger Moore.
- La escena précreditos (teaser) ya augura que esta película no será de las mejores de Bond. Es un teaser insulso, en donde se notan en demasía los efectos especiales, y en donde Moore pretende estar más gracioso que en otras ocasiones ("llene el depósito, por favor"), supliendo con guiños y sonrisas su falta de eficacia interpretativa y su deplorable estado de forma para lo que es exigible a todo un 007. Mal augurio para un film que pretendía devolver a Bond a sus orígenes (después de la mediocre y sosa "Sólo para sus ojos").
- Desde el inicio de la cinta, la trama (?) se convierte en un sinsentido, el guión hace aguas por todas partes y la película pierde todo interés. Sólo se salva la interpretación de la bellísima Kristina Wayborn y algunos chistes fáciles, pero con gracia.
- Moore parece un jubilado cachondo corriendo tras las faldas de la espectacular Kristina Wayborn y la repetitiva (por aquello de que ya apareció como chica Bond en "El hombre de la pistola de oro"), aunque extremadamente bella, Maud Adams. La sueca es toda una garantía de clase y glamour para una película que se precie, pero en las escenas de cama de Bond con Adams, él parece más un viejete del Inserso acostándose en un hotel de Benidorm con una cara fulana que un macho británico en plena forma dándole un repaso a la sueca.
- Moore está más preocupado para que no se le vean las arrugas que por perseguir al malo. Un ejemplo de ello es que en la mayoría de las escenas dinámicas o que pueden comportar cierto riesgo para la artrosis (no sólo interpretativa) de Moore, se utiliza a un doble. Y del resto, pocos primeros planos de nuestro agente con licencia para matar, si no es para soltar un chiste de dudoso humor británico.
- Kabir Bedi (Sandokan), que para nada es un buen actor, se lo come vivo en esta película (en todos los sentidos), y esto que no dice ni mu. Su presencia es aterradora, y su rostro serio (no tiene otro) digno de los mejores repertorios de malos de la franquicia.
- Ni siquiera Louis Jourdan, que sí es un buen actor (lo recuerdo francamente bien en "El proceso Paradine" de Hitchcock), realiza una interpretación que vaya más allá de lo aceptable. Y es una pena, porque tablas no le faltan. igual es que "es cuestión de muñeca".
- El ritmo es muy lento, y el guión muy pobre. La película se hace larga, y esto es un gran problema para una cinta de 007. Hay escenas metidas con calzador que no aportan nada (por ejemplo, la de la persecución en la selva en donde de repente aparece un tigre que casi se come a nuestro protagonista. No tiene pies ni cabeza. Por no decir el ridículo grito de Tarzán, que da más vergüenza ajena que otra cosa, o el disfraz de payaso de 007 para infiltrarse en el circo e intentar desactivar la bomba).
- Hay una menor presencia de gadgets que en otros films de la serie (encima). La avioneta del principio está bien, pero ni se acerca a la Pequeña Nelly de "Sólo se vive dos veces". Un transmisor para seguir el huevo es muy poco gadget para una cinta de Bond de 1983. Del globo aerostático, mejor no hablar demasiado (si este es el gran invento de Q para asaltar la fortaleza donde tienen preso a 007 es que la franquicia está cayendo en picado).
- Algunas escenas son puro plagio/homenaje de anteriores films de Bond. En esta "Octopussy" se plagia descaradamente a la brillante "007 contra Goldfinger". De entrada, la chica Bond (En Golfinger se llamaba "Pussy" Galore. Aquí "Octopussy"). La escena en la que el guardaespaldas del malo (Kabir Bedi) aplasta con su mano los dados que coge de 007. Es una copia a la escena de Goldfinger en que Objob aplasta con su mano la pelota de golf de Connery. Otra escena es la del malo estafando a su contrincante en el juego, que nos vuelve a remitir a Goldfinger: allí el orondo rey midas del oro hacía trampas al poker y en esta Kamal Khan hace trampas a los dados. El cocodrilo que es un minisubmarino en donde se mete Bond para que no le descubran para acceder a lo fortaleza es el mismo truco que el pato de Connery al principio de Goldfinger. La parte final, con el duelo en la avioneta, también es parecida en las dos cintas. La desconexión de la bomba es muy similar también en ambas películas. Y así podríamos seguir un buen rato. En definitiva, un homenaje al que le falta originalidad.
- Ni siquiera el final (uno de los más flojos de la serie) está a la altura de lo que se espera en un Bond. Es como si no hubieran sabido cerrar bien la película.
Pero no todo es malo. De la película salvaría la belleza de Kristina Wayborn (esta sí le da un buen repaso a Bond. Dios mío, ¡qué manera de besar!), la determinación de Kabir Bedi para acabar con Bond, algunos chistes fáciles pero muy divertidos ("tenía usted razón, es cuestión de muñeca") y el castillo de Octopussy (por continente y, sobretodo, por contenido...quien la haya visto ya me entiende).
En definitiva, una cinta interesante, que en muchos momentos constituye casi una parodia de las cintas de Bond, por cuanto hay escenas y situaciones que se asemejan mucho a otros Bond ("Goldfinger") pero adaptadas convenientemente al estilo de comedia ligera de Roger Moore.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para constituir el plagio/homenaje definitivo a Goldfinger, en la escena de la desconexión de la bomba, el reloj debía de haberse parado en 007, no en 001 segundos.
31 de marzo de 2022
31 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por John Glen "Octopussy" fue la película oficial sobre James Bond que se rodó en 1983 protagonizada por Roger Moore y que tuvo que competir en los cines con "Nunca digas nunca jamás", un remake de "Operación treueno" no oficial pero protagonizado por el gran Sean Connery. La película nos cuenta la investigación de James Bond sobre un huevo de Fabergé que aparece en las manos de un agente 00 muerto sin saber el porqué, muy pronto descubre que hay una conexión entre el huevo y una conspiración para provocar la tercera guerra mundial.
"Octopussy" como todas las películas de la saga que protagonizó Roger Moore huye del dramatismo original de las historias de Ian Fleming pareciendo por momentos más una parodia que una verdadera película de espías, por lo demás tiene todo lo que se puede esperar de una película de James Bond, conflictos mundiales, lugares exóticos, mujeres espectaculares y mucha acción.
En resumen, no es una de las mejores películas de la saga ni de las más recordadas pero todas las películas que protagonizó Roger Moore sobre el famoso agente siguen siendo las más divertidas. Recomendable para pasar un buen rato de evasión.
"Octopussy" como todas las películas de la saga que protagonizó Roger Moore huye del dramatismo original de las historias de Ian Fleming pareciendo por momentos más una parodia que una verdadera película de espías, por lo demás tiene todo lo que se puede esperar de una película de James Bond, conflictos mundiales, lugares exóticos, mujeres espectaculares y mucha acción.
En resumen, no es una de las mejores películas de la saga ni de las más recordadas pero todas las películas que protagonizó Roger Moore sobre el famoso agente siguen siendo las más divertidas. Recomendable para pasar un buen rato de evasión.
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