Tarde para la ira
6.9
37,131
Thriller
Madrid, agosto de 2007. Curro entra en prisión tras participar en el atraco a una joyería. Era el conductor, y el único detenido por el robo. Ocho años después sale de la cárcel con ganas de emprender una nueva vida junto a su novia Ana y su hijo, pero se encontrará con una situación inesperada y a un desconocido, José.
12 de septiembre de 2016
12 de septiembre de 2016
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seamos claros. La película es magnífica. Un prodigio de precisión, oficio e intensidad. Mirada viva, veraz, nerviosa.
Estilo sincopado, cortado, abrupto. Cámara en movimiento y sinfonía de actores inspirados, un regalo.
Incisiva, afilada, feroz. Reacomoda el código de género, normalmente norteamericano o a lo sumo francés (el mayoritario que nos llega, por lo menos, el nuestro es escaso y no muy afortunado en general), asume una tradición hermosa y la hace suya, madrileña, honda, muy española, marginal, rasgada y dolida.
Vibrante pulso de narrador maestro. El tiempo justo en cada plano, el ritmo exacto de las secuencias, la buena utilización de las distancias, las miradas y los espacios.
En fin, que coge material arrasado de tanto usarlo y malbarartarlo, pura chatarra pulp, y logra un artificio fino, gozoso, feliz.
Bravo.
Estilo sincopado, cortado, abrupto. Cámara en movimiento y sinfonía de actores inspirados, un regalo.
Incisiva, afilada, feroz. Reacomoda el código de género, normalmente norteamericano o a lo sumo francés (el mayoritario que nos llega, por lo menos, el nuestro es escaso y no muy afortunado en general), asume una tradición hermosa y la hace suya, madrileña, honda, muy española, marginal, rasgada y dolida.
Vibrante pulso de narrador maestro. El tiempo justo en cada plano, el ritmo exacto de las secuencias, la buena utilización de las distancias, las miradas y los espacios.
En fin, que coge material arrasado de tanto usarlo y malbarartarlo, pura chatarra pulp, y logra un artificio fino, gozoso, feliz.
Bravo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El macguffin es lo de menos, pura venganza cansina y muy visitada, cogida por los pelos, da igual, no importa, nada. Había que empezar por algo.
Manolo Solo (qué rato nos regala, qué grande es y qué poco nombrado), Luis Callejo (un actor discreto que mejora las películas en las que aparece), Ruth Díaz (soberbia) y casi todos los demás son un acierto. A de la Torre poco hay que decirle, siempre solvente, presencia que se agradece, humanidad cercana, creíble.
Grande Raúl.
Manolo Solo (qué rato nos regala, qué grande es y qué poco nombrado), Luis Callejo (un actor discreto que mejora las películas en las que aparece), Ruth Díaz (soberbia) y casi todos los demás son un acierto. A de la Torre poco hay que decirle, siempre solvente, presencia que se agradece, humanidad cercana, creíble.
Grande Raúl.
11 de septiembre de 2016
11 de septiembre de 2016
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tarde para la ira, de Raúl Arévalo, es un thriller basado en la venganza que sitúa la acción en Madrid, donde Curro, un hombre que acaba de salir de la cárcel tras 8 años de condena por el robo frustrado a una joyería, conoce a José, un extraño desconocido que aparece en su entorno y trastoca la esperada y tranquila vuelta de Curro a su vida cotidiana.
Notable ópera prima de Raúl Arévalo, un buen actor que al parecer no se conforma con serlo, sino que también pretende dirigir y no cualquier tipo de cine, sino este que atrapa y sacude al público tras dejarlo un buen rato en suspense. Intención de sorprender al espectador no le falta al novel director, tallando con Tarde para la ira una gran obra que mantiene al público expectante de principio a fin con lo que se le va ofreciendo. Por tanto, no estamos hablando de que Arévalo busque un período de transición, sino que pretende, directamente, estar en lo más alto del reconocimiento del cine Español en cuanto a la dirección se refiere.
Dura e insidiosa, la película es áspera y muestra la venganza de un modo real y sucio, tal y como ocurriría en la vida misma para machacar al público con una propuesta tan auténtica y turbia como el oscuro corazón de sus protagonistas, modelando con ello un film donde no existen los buenos y malos, sino los corrompidos por la sociedad, circunstancias y lóbrego pasado. Logra con ello el director, quedar en la retina del cinéfilo que busque obras interesantes y llenas de la firme intención, de no dejar a nadie indiferente.
Cabe destacar también, que sus planos y movimientos de cámara son muy personales y usa bastante la cámara en mano y el seguimiento para experimentar con la búsqueda de su propio estilo, huyendo en todo momentos de los planos fijos más habituales. La música es inquietante y perturbadora, solo usada en las escenas oportunas para no desviar la atención del espectador, y su fotografía, sin ser nada del otro mundo, te transporta eficazmente a los barrios marginales donde habitualmente no entrarías y por los que transcurre su perniciosa trama.
En conclusión, considero Tarde para la ira, un magnífico film que coloca al director en un alto listón difícil de igualar, ya que su nocivo argumento apoyado en la venganza sacude con furia a toda clase de espectadores, en especial, a los más exigentes por ser, no solo cine bueno, sino del que aparenta serlo incluso antes de verlo. De modo, que es esa clase de cine que el espectador español busca de su tierra, ya que nada tiene que ver con los dramas superficiales o comedias cochambrosas que con tanta frecuencia aparecen en el panorama cinematográfico Español.
Notable ópera prima de Raúl Arévalo, un buen actor que al parecer no se conforma con serlo, sino que también pretende dirigir y no cualquier tipo de cine, sino este que atrapa y sacude al público tras dejarlo un buen rato en suspense. Intención de sorprender al espectador no le falta al novel director, tallando con Tarde para la ira una gran obra que mantiene al público expectante de principio a fin con lo que se le va ofreciendo. Por tanto, no estamos hablando de que Arévalo busque un período de transición, sino que pretende, directamente, estar en lo más alto del reconocimiento del cine Español en cuanto a la dirección se refiere.
Dura e insidiosa, la película es áspera y muestra la venganza de un modo real y sucio, tal y como ocurriría en la vida misma para machacar al público con una propuesta tan auténtica y turbia como el oscuro corazón de sus protagonistas, modelando con ello un film donde no existen los buenos y malos, sino los corrompidos por la sociedad, circunstancias y lóbrego pasado. Logra con ello el director, quedar en la retina del cinéfilo que busque obras interesantes y llenas de la firme intención, de no dejar a nadie indiferente.
Cabe destacar también, que sus planos y movimientos de cámara son muy personales y usa bastante la cámara en mano y el seguimiento para experimentar con la búsqueda de su propio estilo, huyendo en todo momentos de los planos fijos más habituales. La música es inquietante y perturbadora, solo usada en las escenas oportunas para no desviar la atención del espectador, y su fotografía, sin ser nada del otro mundo, te transporta eficazmente a los barrios marginales donde habitualmente no entrarías y por los que transcurre su perniciosa trama.
En conclusión, considero Tarde para la ira, un magnífico film que coloca al director en un alto listón difícil de igualar, ya que su nocivo argumento apoyado en la venganza sacude con furia a toda clase de espectadores, en especial, a los más exigentes por ser, no solo cine bueno, sino del que aparenta serlo incluso antes de verlo. De modo, que es esa clase de cine que el espectador español busca de su tierra, ya que nada tiene que ver con los dramas superficiales o comedias cochambrosas que con tanta frecuencia aparecen en el panorama cinematográfico Español.
14 de septiembre de 2016
14 de septiembre de 2016
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho después de sus lozanos primeros pasos televisivos en "Compañeros" (2001-2002), Raúl Arévalo ha ido creciendo y se ha convertido en uno de los actores españoles más capaces y sólidos, además de versátiles: lo mismo interpreta a primos juerguistas, a párrocos, a cuñados graciosos, a azafatos alocados, a policías íntegros o a tipos malvados. Hoy también es un director de cine, todo un debutante con excelente nota.
Su "Tarde para la ira" no es perfecta y tarda algo en arrancar, pero una vez que te agarra, no te suelta y te golpea de manera seca y áspera, dándote una dosis altamente adictiva de thriller serio y violento, y, desde luego, de buen cine. Sin florituras, sin moralejas, sin alegorías intelectuales. Directo a la cabeza desde los bajos fondos.
Arévalo demuestra que trabajar con directores tan reconocidos como Alberto Rodríguez y Daniel Sánchez Arévalo le han influenciado para bien, y vaya si se nota en su modo de hacer cine, recreando perfectamente los barrios difíciles, los personajes complicados que todo lo dicen con la mirada, hablan más por sus actos y callan más por lo que saben, y todo ello sin desechar por completo el humor (si bien éste a pequeñas píldoras).
Lo mejor:
- El reparto. Antonio de la Torre tan convincente como siempre; Luis Callejo brutal; Ruth Díaz cautivadora; Manolo Solo breve pero increíble. Todos, y en general el resto, se muestran muy reales, muy cercanos: parecen personajes de verdad "de la calle".
- Perfecta recreación del ambiente "de barrio". Ayudan las actuaciones, el guión y la música, soberbiamente escogida.
- Las dosis de violencia, en su justa medida.
- La tensión en ciertos momentos , que se puede tocar.
- Ajustadísima duración.
- La ausencia de moralina.
Lo peor:
- Algunas situaciones están traídas un poco por los pelos, hablando coloquialmente.
- Ciertas lagunas narrativas.
- Se nota que se ha hecho con cuatro duros, especialmente por la fotografía; así, demuestra que se pueden hacer películas baratas, pero también, se podría plantear la pregunta que a qué niveles de excelencia llegaría Arévalo con más presupuesto.
Su "Tarde para la ira" no es perfecta y tarda algo en arrancar, pero una vez que te agarra, no te suelta y te golpea de manera seca y áspera, dándote una dosis altamente adictiva de thriller serio y violento, y, desde luego, de buen cine. Sin florituras, sin moralejas, sin alegorías intelectuales. Directo a la cabeza desde los bajos fondos.
Arévalo demuestra que trabajar con directores tan reconocidos como Alberto Rodríguez y Daniel Sánchez Arévalo le han influenciado para bien, y vaya si se nota en su modo de hacer cine, recreando perfectamente los barrios difíciles, los personajes complicados que todo lo dicen con la mirada, hablan más por sus actos y callan más por lo que saben, y todo ello sin desechar por completo el humor (si bien éste a pequeñas píldoras).
Lo mejor:
- El reparto. Antonio de la Torre tan convincente como siempre; Luis Callejo brutal; Ruth Díaz cautivadora; Manolo Solo breve pero increíble. Todos, y en general el resto, se muestran muy reales, muy cercanos: parecen personajes de verdad "de la calle".
- Perfecta recreación del ambiente "de barrio". Ayudan las actuaciones, el guión y la música, soberbiamente escogida.
- Las dosis de violencia, en su justa medida.
- La tensión en ciertos momentos , que se puede tocar.
- Ajustadísima duración.
- La ausencia de moralina.
Lo peor:
- Algunas situaciones están traídas un poco por los pelos, hablando coloquialmente.
- Ciertas lagunas narrativas.
- Se nota que se ha hecho con cuatro duros, especialmente por la fotografía; así, demuestra que se pueden hacer películas baratas, pero también, se podría plantear la pregunta que a qué niveles de excelencia llegaría Arévalo con más presupuesto.
18 de septiembre de 2016
18 de septiembre de 2016
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una muy meritoria opera prima. Más allá de la inacabable y siempre discutible lista de cineastas que pueden haber servido como referente al director (ejercicio que dice más de quien lo hace que otra cosa), lo importante es si "Tarde para la ira" consigue transmitir la tensión que pretende o no. Y, en mi caso, puedo asegurar que sí. La película navega entre el costumbrismo y el thriller, con un estilo y un lenguaje que al principio pueden despistar, pero con una evolución medida y coherente a lo largo del metraje. El film muestra una historia pegajosa que se nos va enganchando sin remedio a medida que pasan los minutos. Arévalo pasa de los mareantes planos-secuencia iniciales a los interminables cuadros en cámara fija con las que resuelve algunas escenas, y la elección nunca es casual. Destaco también la manera en la que el espectador va obteniendo información sobre la trama. Hay algunas trampas y licencias por parte del Arévalo-guionista, que nos lleva por ciertos caminos para despistarnos y poder sorprendernos después, pero en un juego que se vive con agrado, sin artificios. El ritmo y la potencia de cada escena hacen que la linealidad del relato y la pobreza de situaciones un tanto rocambolescas queden debidamente camufladas. Raúl Arévalo es un novato en la dirección, pero parece un experto tanto a la hora de apostar por lo que quiere contarnos, como para disimular sus debilidades y carencias.
El trabajo de los actores es otra de las bases de la película, especialmente el del siempre genial Antonio de la Torre. Sin apenas hacer muecas, y manteniendo siempre el mismo gesto hierático, consigue transmitirnos diferentes sensaciones a medida que avanza la trama. La consideración que el espectador tiene del protagonista va evolucionando a lo largo de la película, sin necesidad de que el actor mueva una sola ceja. Pero, sobre todo, me quedo con algunas escenas como la del sótano del gimnasio (desbordante Manolo Solo), o la comida en el patio de la casa del pueblo en fiestas. Arévalo consigue provocar un clima de tensión que se puede cortar en trocitos, con cuchillo y tenedor, y nos la hace tragar con cada frase de los personajes. En definitiva, "Tarde la para la ira" es un thriller sucio, que va empapando al espectador con su relato de crueldad y venganza, que sigue la línea de otras propuestas del mismo género que se están haciendo en el cine español actual, y que pone el listón muy alto para nuevos trabajos del director.
El trabajo de los actores es otra de las bases de la película, especialmente el del siempre genial Antonio de la Torre. Sin apenas hacer muecas, y manteniendo siempre el mismo gesto hierático, consigue transmitirnos diferentes sensaciones a medida que avanza la trama. La consideración que el espectador tiene del protagonista va evolucionando a lo largo de la película, sin necesidad de que el actor mueva una sola ceja. Pero, sobre todo, me quedo con algunas escenas como la del sótano del gimnasio (desbordante Manolo Solo), o la comida en el patio de la casa del pueblo en fiestas. Arévalo consigue provocar un clima de tensión que se puede cortar en trocitos, con cuchillo y tenedor, y nos la hace tragar con cada frase de los personajes. En definitiva, "Tarde la para la ira" es un thriller sucio, que va empapando al espectador con su relato de crueldad y venganza, que sigue la línea de otras propuestas del mismo género que se están haciendo en el cine español actual, y que pone el listón muy alto para nuevos trabajos del director.
28 de diciembre de 2016
28 de diciembre de 2016
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si durante el primer tercio de Tarde para la ira les parece que lo que propone Raúl Arévalo es una historia más sobre una mujer atrapada en una relación en la que ya no quiere estar más, con un hombre poco recomendable al que le falta un cuarto de hora para convertirse en un maltratador, mientras otro hombre bueno, cariñoso y tímido hace oposiciones para ser su héroe romántico... tranquilos. Forma parte del juego que propone Arévalo.
Es ese primer tercio de filme el que resulta más flojo de la cinta y el que le impide tener la máxima nota. Escenas como las del bar o la de la comunión del sobrino de Ana parecen pedir a gritos una re-escritura, puesto que contienen frases que a veces dan un poco de vergüenza ajena.
Pro no permitan que nadie les estropee la sorpresa de lo que es realmente Tarde para la ira, porque les estarán estropeando una de las mayores sorpresas que ha dado el cine español en años. El debut de Raúl Arévalo es algo muy distinto de lo que parece en un principio. El resultado es una cinta absolutamente fascinante, en la que el espectador se va sorprendiendo poco a poco con la manera magistral en que Arévalo y David Pulido van desgranando la trama y añadiendo capas a sus personajes. Esperen a ver secuencias magistrales como la que se desarrolla en el gimnasio, o la del corral de los cerdos. Esperen a ver la pareja que hacen Luis Callejo y Antonio de la Torre, que pone tan difícil decidir para quién va a ser el Goya. Esperen a sentir en sus propias carnes la tensión casi insoportable que se palpa en algunos momentos. Es simple y llanamente cine de altísimo nivel, de largo de lo mejor que hemos visto este 2016.
Enorme debut de Arévalo. Habrá que tenerlo muy en cuenta.
Lo mejor: La manera en que se va desgranando u sorprendente historia y el maravilloso dúo que forman Antonio de la Torre y Luis Callejo.
Lo peor: Hay diálogos que requieren una re-escritura, sobre todo en su primer tercio.
Es ese primer tercio de filme el que resulta más flojo de la cinta y el que le impide tener la máxima nota. Escenas como las del bar o la de la comunión del sobrino de Ana parecen pedir a gritos una re-escritura, puesto que contienen frases que a veces dan un poco de vergüenza ajena.
Pro no permitan que nadie les estropee la sorpresa de lo que es realmente Tarde para la ira, porque les estarán estropeando una de las mayores sorpresas que ha dado el cine español en años. El debut de Raúl Arévalo es algo muy distinto de lo que parece en un principio. El resultado es una cinta absolutamente fascinante, en la que el espectador se va sorprendiendo poco a poco con la manera magistral en que Arévalo y David Pulido van desgranando la trama y añadiendo capas a sus personajes. Esperen a ver secuencias magistrales como la que se desarrolla en el gimnasio, o la del corral de los cerdos. Esperen a ver la pareja que hacen Luis Callejo y Antonio de la Torre, que pone tan difícil decidir para quién va a ser el Goya. Esperen a sentir en sus propias carnes la tensión casi insoportable que se palpa en algunos momentos. Es simple y llanamente cine de altísimo nivel, de largo de lo mejor que hemos visto este 2016.
Enorme debut de Arévalo. Habrá que tenerlo muy en cuenta.
Lo mejor: La manera en que se va desgranando u sorprendente historia y el maravilloso dúo que forman Antonio de la Torre y Luis Callejo.
Lo peor: Hay diálogos que requieren una re-escritura, sobre todo en su primer tercio.
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