St. Vincent
6.5
10,409
Comedia. Drama
Maggie (Melissa McCarthy) es una madre separada que se muda a Brooklyn con su hijo de 12 años, Oliver (Jaeden Lieberher). Al tener que trabajar muchas horas, no le queda más opción que dejar a Oliver al cargo de su nuevo vecino, Vincent (Bill Murray), un jubilado cascarrabias aficionado al alcohol y a las apuestas. Pronto, una peculiar amistad florece entre ellos. Junto a una stripper embarazada llamada Daka (Naomi Watts), Vincent ... [+]
18 de marzo de 2015
18 de marzo de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra vuelta de tuerca a la sobada historia de persona mayor cascarrabias con niño imposible que no tendría la mayor relevancia si no estuvieran de por medio Murray, Watts y McCarthy que elevan sus personajes a un recuerdo que no dejará el guión. La historia es entrañable y Melfi consigue hacerte reír y llorar aunque para ello tenga que utilizar viejos trucos del oficio que increíblemente siguen funcionando. La cinta arranca a la primera, se queda en las cuestas y llanea sin problemas para que pasemos una horita y media sin mirar el reló. Además también tiene moraleja y rinde homenaje a miles de personas que nunca serán canonizados por ninguna religión y cuyo sentido de la vida y generosidad a costa de sus propios sacrificios les sobran para ser santos.
26 de abril de 2015
26 de abril de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos somos seres humanos, todos tenemos sentimientos.
St. Vincent es un gran ejemplo de viejo gruñon que oculta sus sentimientos y su bondad. Pocos se atreven a hacer películas así, es imposible de que no se te caiga una sola lágrima y aún es más improbable que no te sientas identificado y cercano a la historia.
En resumen, no hay que dejar de ser lo que realmente eres y es una película que te llega al corazón porque es verdad que estamos rodeados de santos y no lo sabemos.
St. Vincent es un gran ejemplo de viejo gruñon que oculta sus sentimientos y su bondad. Pocos se atreven a hacer películas así, es imposible de que no se te caiga una sola lágrima y aún es más improbable que no te sientas identificado y cercano a la historia.
En resumen, no hay que dejar de ser lo que realmente eres y es una película que te llega al corazón porque es verdad que estamos rodeados de santos y no lo sabemos.
9 de julio de 2015
9 de julio de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agradable y previsible comedia dramática que presenta la historia de un personaje, veterano y cascarrabias, escondido en las apuestas y la bebida que se hará cargo del hijo de una nueva vecina para hacer frente a sus deudas.
La película es previsible, pero tiene ese encanto de ofrecer lo que se espera de ella y no defraudar. Protagonizada por un Bill Murray estupendo en su papel de viejo cascarrabias, con el que logra despertar la simpatía del espectador desde un primer instante. Un viejo perdedor gruñón que consigue ser el centro de momentos de diversión y emoción.
El argumento presenta la evolución del personaje principal y de los que le rodean, desarrollando una trama previsible al tiempo que cautivadora. Cine desenfadado y lleno de buenas intenciones que se sigue con facilidad gracias al sentido del humor que rodea al conjunto del relato. Bill Murray hace lo que mejor sabe hacer, ofreciendo una imagen desmejorada con la que consigue encajar a la perfección con su personaje. Le secundan Melissa McCarthy y Naomi Watts, confeccionando un trío protagonista sobre el que se centra el peso del relato. Sorprende la aportación de una casi irreconocible Naomi Watts, ofreciendo su lado más cómico.
El desarrollo del relato y la interacción de los diferentes personajes permiten ir adentrando al espectador en la personalidad de cada uno de ellos y, sobre todo, en las inquietudes y forma de ser del personaje principal. Gracias al sentido del humor, la película no cae en lo trágico ni en lo sentimentalista, ofreciendo un relato entrañable e inspirador que nos recuerda que las personas no siempre son lo que aparentan y que todos merecemos ser descubiertos.
Desde la sencillez y con unos personajes entrañables, los responsables de la película logran ofrecer un trabajo interesante que merece ser descubierto. Una película plagada de buenas intenciones y totalmente recomendable.
La película es previsible, pero tiene ese encanto de ofrecer lo que se espera de ella y no defraudar. Protagonizada por un Bill Murray estupendo en su papel de viejo cascarrabias, con el que logra despertar la simpatía del espectador desde un primer instante. Un viejo perdedor gruñón que consigue ser el centro de momentos de diversión y emoción.
El argumento presenta la evolución del personaje principal y de los que le rodean, desarrollando una trama previsible al tiempo que cautivadora. Cine desenfadado y lleno de buenas intenciones que se sigue con facilidad gracias al sentido del humor que rodea al conjunto del relato. Bill Murray hace lo que mejor sabe hacer, ofreciendo una imagen desmejorada con la que consigue encajar a la perfección con su personaje. Le secundan Melissa McCarthy y Naomi Watts, confeccionando un trío protagonista sobre el que se centra el peso del relato. Sorprende la aportación de una casi irreconocible Naomi Watts, ofreciendo su lado más cómico.
El desarrollo del relato y la interacción de los diferentes personajes permiten ir adentrando al espectador en la personalidad de cada uno de ellos y, sobre todo, en las inquietudes y forma de ser del personaje principal. Gracias al sentido del humor, la película no cae en lo trágico ni en lo sentimentalista, ofreciendo un relato entrañable e inspirador que nos recuerda que las personas no siempre son lo que aparentan y que todos merecemos ser descubiertos.
Desde la sencillez y con unos personajes entrañables, los responsables de la película logran ofrecer un trabajo interesante que merece ser descubierto. Una película plagada de buenas intenciones y totalmente recomendable.
29 de diciembre de 2014
29 de diciembre de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha encantado...es de esas película que sales del cine con el pecho ensanchado, lleno de aire en los pulmones porque rescata la parte buena de todo ser humano, hasta el que menos te lo esperas.
No se puede juzgar a la ligera, ni por el aspecto, ni por determinados actos.
Cada persona tiene su historia, un pasado, y responde ante la vida movido por ello.
Genial Naomi Watts con su papel de bailarina y "dama de la noche". con sus cejas pintadas encima de las naturales. Genial!!
Y Bill Murray se sale de la pantalla.
Una bonita película que recomiendo muy favorablemente
No se puede juzgar a la ligera, ni por el aspecto, ni por determinados actos.
Cada persona tiene su historia, un pasado, y responde ante la vida movido por ello.
Genial Naomi Watts con su papel de bailarina y "dama de la noche". con sus cejas pintadas encima de las naturales. Genial!!
Y Bill Murray se sale de la pantalla.
Una bonita película que recomiendo muy favorablemente
11 de enero de 2015
11 de enero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un Bill Murray en estado de gracia, como casi siempre en los últimos años, nos regala una interpretación en la línea de algunos personajes que bordó Jack Nicholson. Sin duda, un papel agradecido, con marchamo de premio en festivales o, por qué no, alguna nominación en los Globos de Oro o de los Oscar. Pero la historia del gruñón antipático que se aparta de la sociedad y se hace odioso ya nos la han contado muchas veces. Últimamente, Clint Eastwood lo hizo en la espectacular Gran Torino. Todos sabíamos, casi con seguridad, como iba a terminar la película, lo que habla muy poco de un guión previsible, unos diálogos trillados y unas situaciones que ya hemos visto. No hay más. Murray y una Naomi Watts que está madurando como actriz de una manera admirable, algo que no pueden decir todas en este mundo del cine, en el que la edad y el físico te marcan y, llegado el momento, te apartan del foco a una gran velocidad.
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