El monstruo de St. Pauli
2019 

6.5
4,084
Thriller. Terror
Distrito de St. Pauli, Hamburgo, años 70. Un barrio de ambiente nocturno frecuentado por bebedores, prostitutas, adictos al juego y otras almas solitarias. A primera vista, Fritz "Fiete" Honka es un perdedor. El hombre de la cara deformada deambula por las noches buscando mujeres solitarias en el antro del barrio, "El guante dorado". Nadie entre los asiduos sospecha que el aparentemente inofensivo Fiete, es en realidad un monstruo. (FILMAFFINITY) [+]
22 de febrero de 2022
22 de febrero de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que no me considero sensible en exceso ante la violencia y el sadismo, creo que los sobrellevo bien, siempre y cuando la película tenga algo más, pretenda construir algo o retratar algo con alguna mínima pretensión narrativa.
En esta peli no he encontrado nada de eso. Mi instinto previo no me auguraba nada bueno, pero siendo Fatih Akin, del cual he visto un par de cosas muy buenas (inolvidable Contra la pared), pensé que quizá se salvaría. Pero no.
Aquí veo un ensalzamiento del feísmo, lo grotesto, la violencia sin sentido y el maltrato a la mujer y al buen gusto durante toda la película. Está claro que no vamos a empatizar con el protagonista, pero podríamos comprender algo de su comportamiento si el enfoque del film fuera distinto, no sé, más psicológico, ahondando en traumas de niñez o en el alcoholismo o yo que sé, dándole un sentido a por qué acaba siendo un monstruo.
En su lugar, asistimos a un ser profundamente desagradable, violento y borracho que hace lo que hace con todo género de detalles para perpetuar su miseria.
Película sobrevaloradísima, para mí. No la terminé, porque además el profundo enfoque machista del tío este asqueroso me puso de mala leche. Cine que no sé qué propone, pero para mí, no lo consigue. Ni de lejos. Elegí un mal día para dejar de fumar crack, amigos.
En esta peli no he encontrado nada de eso. Mi instinto previo no me auguraba nada bueno, pero siendo Fatih Akin, del cual he visto un par de cosas muy buenas (inolvidable Contra la pared), pensé que quizá se salvaría. Pero no.
Aquí veo un ensalzamiento del feísmo, lo grotesto, la violencia sin sentido y el maltrato a la mujer y al buen gusto durante toda la película. Está claro que no vamos a empatizar con el protagonista, pero podríamos comprender algo de su comportamiento si el enfoque del film fuera distinto, no sé, más psicológico, ahondando en traumas de niñez o en el alcoholismo o yo que sé, dándole un sentido a por qué acaba siendo un monstruo.
En su lugar, asistimos a un ser profundamente desagradable, violento y borracho que hace lo que hace con todo género de detalles para perpetuar su miseria.
Película sobrevaloradísima, para mí. No la terminé, porque además el profundo enfoque machista del tío este asqueroso me puso de mala leche. Cine que no sé qué propone, pero para mí, no lo consigue. Ni de lejos. Elegí un mal día para dejar de fumar crack, amigos.
22 de junio de 2021
22 de junio de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fatih Akin sigue empeñado en mostrarnos los márgenes de la realidad, lo que esconde la sociedad en sus pliegues para que pase desapercibido, lo que hemos optado por no mirar porque nos desagrada o nos incomoda. Nos planteó un dilema moral de una profundidad insondable con su obra maestra “En la sombra”, nos asomó al precipicio de la salud mental jugando en zona fronteriza en “Contra la pared”, nos muestra el terror más pavoroso por realista y tenebrista del psicokiller en el supuesto de “El monstruo de St. Pauli”.
No es una película fácil de ver ni complaciente rozando lo desagradablemente insostenible. Akin no escatima escenas que nos revuelven el estómago y sordidez a borbotones a la hora de contarnos en “El monstruo de St. Pauli” la repulsiva y repugnante vida de un psicópata que asesina mujeres, las descuartiza y esconde los trozos en un doble fondo de su minúsculo y sórdido ático. Todo es desasosegante, sucio, repulsivo, claustrofóbico en su protagonista y el medio en el que habita, tanto él personalmente como la pocilga en la que vive y a donde arrastra a sus víctimas para violarlas y acabar con su vida.
Su fealdad, su alcoholismo descontrolado y su profunda inadaptación social hace que tan sólo se relacione con ancianas tan alcoholizadas como él en el bar del barrio, un antro irrespirable donde se dan cita los desahuciados de un barrio marginal, lo más bajo del escalafón social, los perdidos entre los perdidos, los ciegos en un país de tuertos.
Lo más provocador de la propuesta es que estamos ante la traslación de unos hechos reales ocurridos durante la década de los 70 en Hamburgo, cruelmente reales, despiadadamente reales, porque seres como el protagonista del film se cruzan a veces por delante de nuestras vidas sin que lo percibamos para nuestra suerte, como le ocurre a la joven rubia que principia y cierra el metraje de la cinta, metáfora visual perfecta que Fatih Akin nos regala para cerrar una película perturbadora y desagradable pero apasionante en su miserabilidad más absoluta, una de las más absolutas que se hayan asomado a una pantalla de cine.
La interpretación de Jonas Dassler, alfa y omega de la película, es prodigiosa y nos hace creíble un personaje real que paradójicamente navega en los márgenes de lo sostenible narrativamente por el pavor que despierta y significa contemplar su vida y su obra.
Película que debe verse con el estómago vacío porque es tan desagradable y aterradora como la vida misma.
No es una película fácil de ver ni complaciente rozando lo desagradablemente insostenible. Akin no escatima escenas que nos revuelven el estómago y sordidez a borbotones a la hora de contarnos en “El monstruo de St. Pauli” la repulsiva y repugnante vida de un psicópata que asesina mujeres, las descuartiza y esconde los trozos en un doble fondo de su minúsculo y sórdido ático. Todo es desasosegante, sucio, repulsivo, claustrofóbico en su protagonista y el medio en el que habita, tanto él personalmente como la pocilga en la que vive y a donde arrastra a sus víctimas para violarlas y acabar con su vida.
Su fealdad, su alcoholismo descontrolado y su profunda inadaptación social hace que tan sólo se relacione con ancianas tan alcoholizadas como él en el bar del barrio, un antro irrespirable donde se dan cita los desahuciados de un barrio marginal, lo más bajo del escalafón social, los perdidos entre los perdidos, los ciegos en un país de tuertos.
Lo más provocador de la propuesta es que estamos ante la traslación de unos hechos reales ocurridos durante la década de los 70 en Hamburgo, cruelmente reales, despiadadamente reales, porque seres como el protagonista del film se cruzan a veces por delante de nuestras vidas sin que lo percibamos para nuestra suerte, como le ocurre a la joven rubia que principia y cierra el metraje de la cinta, metáfora visual perfecta que Fatih Akin nos regala para cerrar una película perturbadora y desagradable pero apasionante en su miserabilidad más absoluta, una de las más absolutas que se hayan asomado a una pantalla de cine.
La interpretación de Jonas Dassler, alfa y omega de la película, es prodigiosa y nos hace creíble un personaje real que paradójicamente navega en los márgenes de lo sostenible narrativamente por el pavor que despierta y significa contemplar su vida y su obra.
Película que debe verse con el estómago vacío porque es tan desagradable y aterradora como la vida misma.
23 de septiembre de 2021
23 de septiembre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran película sobre un asesino en serie basada en hechos reales.
Que no se confunda la gente, no es un film gore al uso, de hecho no es repulsiva por las escenas sangrientas, que las hay, pero más allá que la casquería o la truculencia, está por encima la atmósfera de la suciedad, la decrepitud, la depresión, y un ambiente totalmente malsano. Es una cinta de las que se suele decir que es dura porque transmite muy bien lo que pasó realmente en aquellos años.
El que esté familiarizado con el gore y las películas "chungas" no creo que le resulte difícil verla y le encantará, a gente no acostumbrada le parecerá incómoda de ver y asquerosa, me recuerda por ejemplo a otra película que nada tiene que ver con ésta, pero que puede posicionarse sobre lo que hablo, y es "Salvar al soldado Ryan", en la primera hora de la cinta sale la batalla de Normandía, donde vemos imágenes crudas y duras y mucha gente tuvo que salirse del cine o incluso que le dieran ganas de vomitar, evidentemente son gente no acostumbrada a ver este tipo de escenas, pues ésto pasa un poco con ésta cinta, mucha gente le parecerá horrible y desagradable pero para el amante del género acostumbrado al cuidado y al buen hacer sobre ésta clase de films le parecerá oro puro, al igual que el que espere ver un festín gore se llevará un chasco enorme, porque no lo hay.
La actuación del protagonista, sublime, y los efectos de maquillaje para dar forma al loco asesino son increíbles.
Lo mejor: La atmósfera malsana y las actuaciones.
Lo peor: Defraudará al que solo vaya a ver gore, sangre o un slasher al uso.
Que no se confunda la gente, no es un film gore al uso, de hecho no es repulsiva por las escenas sangrientas, que las hay, pero más allá que la casquería o la truculencia, está por encima la atmósfera de la suciedad, la decrepitud, la depresión, y un ambiente totalmente malsano. Es una cinta de las que se suele decir que es dura porque transmite muy bien lo que pasó realmente en aquellos años.
El que esté familiarizado con el gore y las películas "chungas" no creo que le resulte difícil verla y le encantará, a gente no acostumbrada le parecerá incómoda de ver y asquerosa, me recuerda por ejemplo a otra película que nada tiene que ver con ésta, pero que puede posicionarse sobre lo que hablo, y es "Salvar al soldado Ryan", en la primera hora de la cinta sale la batalla de Normandía, donde vemos imágenes crudas y duras y mucha gente tuvo que salirse del cine o incluso que le dieran ganas de vomitar, evidentemente son gente no acostumbrada a ver este tipo de escenas, pues ésto pasa un poco con ésta cinta, mucha gente le parecerá horrible y desagradable pero para el amante del género acostumbrado al cuidado y al buen hacer sobre ésta clase de films le parecerá oro puro, al igual que el que espere ver un festín gore se llevará un chasco enorme, porque no lo hay.
La actuación del protagonista, sublime, y los efectos de maquillaje para dar forma al loco asesino son increíbles.
Lo mejor: La atmósfera malsana y las actuaciones.
Lo peor: Defraudará al que solo vaya a ver gore, sangre o un slasher al uso.
12 de julio de 2022
12 de julio de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera película que veo que huele mal. La inquietante 'El monstruo de St. Pauli' (Fatih Akin, 2019) es, a su manera, una absoluta obra maestra. El ejercicio de dirección, de ornamentación, de composición, de actuación... logra un nivel de aproximación al más repugnante inframundo que no recuerdo en otra película. No hay fisuras en el proceso de recreación de este universo abyecto, en parte gracias a que hablamos de un caso que no se investigó a tiempo, por lo que no vemos prácticamente nada ni nadie que le haga el contrapeso protagonista a este ser inmundo, salvo breves flashes de personajes muy secundarios. La interpretación de Jonas Dassler es un escándalo, incorporando elementos expresionistas, de verdadero monstruo de la era silente. Sinceramente, no veo a este nivel ni al mismísimo Joaquin Phoenix en Joker. Quien no sepa de qué va, que no espere al típico asesino en serie sofisticado que no deja rastro, porque esto no tiene nada que ver...el tipo es de una torpeza ridícula, y con que hubieran buscado un poco a su primera víctima, hubieran averiguado enseguida su paradero, pero nadie echaba de menos a estas mujeres de relato de Bukowski a las que liquidaba sin miramientos. Lo ocurrido hace pensar que en los márgenes de la sociedad lo que hay sencillamente es un abismo cuya oscuridad lo engulle todo.
15 de abril de 2021
15 de abril de 2021
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No entiendo por qué muchas veces la traducción de los títulos a español son completamente diferentes, no se guíen como el Monstruo de St. Pauli sino como el Guante Dorado ese es su verdadero nombre sin dar ningún spoiler como su nombre traducido.
Ahora hablando netamente de la película, basada en el asesino serial Fritz Honka en la ciudad de Hamburgo en los años 70, personaje de aspecto desagradable que cometió asesinatos de varias mujeres ancianas despiadadamente, su aspecto no era únicamente lo feo sino el hecho de que escondía los cuerpos en su departamento con un hedor espantoso y el resto de insalubridad ya se lo pueden imaginar, todo esto es descrito con mucho realismo gracias a una gran producción y dirección de Fatih Akin, el guión quizás flaquea un poco, pero el aspecto desagradable de su personaje principal y los hechos macabros y repugnantes junto a él es tan bien realizado que de verdad disfrutas de un buen producto cinematográfico, la recomiendo para amantes del género, quizás para estómagos débiles y escaso criterio formado deberían dejarla pasar.
Ahora hablando netamente de la película, basada en el asesino serial Fritz Honka en la ciudad de Hamburgo en los años 70, personaje de aspecto desagradable que cometió asesinatos de varias mujeres ancianas despiadadamente, su aspecto no era únicamente lo feo sino el hecho de que escondía los cuerpos en su departamento con un hedor espantoso y el resto de insalubridad ya se lo pueden imaginar, todo esto es descrito con mucho realismo gracias a una gran producción y dirección de Fatih Akin, el guión quizás flaquea un poco, pero el aspecto desagradable de su personaje principal y los hechos macabros y repugnantes junto a él es tan bien realizado que de verdad disfrutas de un buen producto cinematográfico, la recomiendo para amantes del género, quizás para estómagos débiles y escaso criterio formado deberían dejarla pasar.
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