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Deseo prohibido

Drama Thelma no es una chica normal. Desesperada, le pregunta insistentemente a Dios por qué la ha hecho así. Sus padres tampoco son de gran ayuda, sino dos personas misteriosas que se muestran tranquilas ante los poderes que muestra su hija, que, cada vez que siente algo, causa desastres. Cuando Thelma inicie una relación con una compañera, las emociones propias del amor harán estragos. (FILMAFFINITY)
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7
12 de abril de 2018 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thelma es de las pocas películas con temática paranormal que transmite verdad, bastante verdad, algo muy difícil con este género, contiene una seriedad pocas veces vista con anterioridad. Eleva tu consciencia, turba tu quietud, tu zona de confort, sientes cosas que no has sentido antes con otras películas, es única, por momentos impenetrable, violenta, estremecedora, con un aura magnética, es pulcra en cada elemento, audaz, elegante, sensual, atrayente, y te toma por una persona inteligente, sensible, trascendental, con capacidad introspectiva.

Si el género sobrenatural (o ciencia ficción) en muchos casos no me convence es porque la manera en la que se lleva determinada historia a la pantalla es muy inverosímil, cuesta empatizar con nada ni nadie, todo resuena a artificio, antinatural en el peor de los casos, y las actuaciones son demasiado ''de postín''. Sólo tienen como meta impresionar a algunos tirando de clichés del género o vueltas de tuerca sin sentido para ''sorprender'' a una audiencia que no quiere elevar su conciencia sino simplemente entretenerse con sus palomitas (no digo que eso esté mal, a mí a veces también me apetece eso, pero vamos a ser conscientes de la diferencia artística).

Thelma es algo que todavía no puedo definir por completo, porque no es fácil, realmente es algo especial, la vi ayer y todavía la tengo metida en la mente, sus imágenes, su simbolismo (que deja a tu consciencia darle su significado), su instinto, su misterio, su perversa oscuridad, su reveladora luz, esa interpretación de Eili Harboe que inundó mi corazón (esta joven noruega tiene una sensibilidad y un aura insólitas, qué mujer tan tierna, tan mística, cuánta emoción... traspasa la pantalla, de las más prodigiosas actuaciones que he visto en los últimos años) .

Salvo algún que otro pequeño detalle que quizás podría haber tenido un poco más de enjundia dado el conjunto tan complejo y audaz, o algún momento concreto que quizás podría haberse abordado de otro modo, sólo me queda decir que Thelma, de momento, es para mí la mayor sorpresa cinematográfica de este 2017/2018.

Por favor, directores y directoras, tomen este filme como referencia para exigirse más, hagamos del cine cada vez algo más elevado, ya que los premios Oscar no van a contribuir a ello, pues no apoyan el cine más complejo, elevado, premian casi siempre el mismo tipo de filmes predecibles, intrascendentes, planos en muchos casos, porque tienen unos intereses que nada tienen que ver con una verdadera esencia artística, sino de promoción de sus propios intereses, háganlo ustedes, hagámoslo entre todas y todos los que amamos el cine más consciente, más esencial.

Gracias Noruega por dar un paso adelante en ello.
5
7 de diciembre de 2020 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film salpicado de exhibiciones de lo que parecen ser poderes psíquicos, que bajo el vago recuerdo del título 'La vida de Adèle', deja una sensación imprecisa pues no profundiza demasiado en ninguno de ambos aspectos, ni en los brotes de misticismo ni sobre la homosexualidad.
7
29 de marzo de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene unas virtudes que no se pueden desdeñar. El ritmo pausado pero constante crea una atmósfera agobiante, de búsqueda ansiosa de explicaciones, pero todo sin grandes movimientos ni aspavientos. El juego de luces y sobre todo sombras, de oscuridad, y la mezcla de espacio abierto y cerrado con sus picados y sutiles movimientos de cámara agrandan esa sensación de agobio. La mezcla de irracionalidad y racionalidad en la sociedad actual es un tema espinoso, que con la trama el director recoge sin despeinarse. No se trata de hacernos creer, si no de vernos reflejados en la posibilidad de certeza, y en eso nos empatiza. Los silencios y la musicalidad son parte fundamental de la cinta. La protagonista es capaz de jugar ese doble papel en su devenir interior exteriorizándolo con sus sinuosas reacciones hasta llegar al final del camino: llegar a comprenderse a si misma. Un guion concreto en su abstracción temática y lleno de preguntas y respuestas diversificadas con delicadeza.
7
30 de marzo de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con sólo acercarse a las reflexiones que en torno a esta película de Joachim Trier han editado tantos analistas -simples aficionados o sesudos 'especialistas'- lo primero que destaca es, además de la referencia a directores como Ingmar Bergman, Carl Theodor. Dreyer, M. Antonioni o Brian de Palma, es el prolífico listado de obras que son citadas como influyentes: 'Carrie' y 'La furia' [Brian De Palma, 2013 y 1978]; 'X-Men' [Bryan Singer, 2000]; 'Jack and Diane' [Bradley Rust Gray, 2012]; 'La Pianiste' [Michael Haneke, 2001]; 'El Protegido' [M. Night Shyamalan, 2000]; 'Déjame entrar' [Tomas Alfredson, 2008]; 'Fucking Åmål' [Lukas Moodysson, 1998]; 'Cisne negro' [Darren Aronofsky, 2010]; 'El hombre que sabía demasiado' [Alfred Hitchcock, 1934].

Yo sólo añadiría que a mí me recuerda mucho 'Crudo' [Julia Ducournau, 2016] y que él ha declarado repetidamente que el film que más huella le ha dejado ha sido Amenaza en la sombra [Nicolas Roeg, 1973]. Aunque lo expuesto evidencia que para muchos espectadores, entre los que me encuentro, se trata de una interesante cinta collage, mezcla de géneros cinematográficos en torno a una historia basada también en una mezcla de fondo psicosocial donde convive la fantasía de la paranormalidad con la moral familiar, el despertar sexual y la psicopatología que todos almacenados en alguna medida.

Envuelta en una historia cíclica y circular, de ida y vuelta, en la que el ser humano siente lo subjetivo, psicológicamente, como la cohabitación interrelacionada de los conceptos lacanianos de lo real, lo imaginario y lo simbólico al modo de un nudo borromeo que influye decisivamente en el comportamiento a modo no de trastorno sino de mecanismo de defensa frente a lo ajeno a uno mismo.

En fin, desde el frío e incierto análisis de la mente, tan caro al cine nórdico y que, en su tiempo, disfruté de la mano del gran Ingmar Bergman, tengo que decir que estoy acostumbrado a paladear las singularidades de esa cinematografía, con su peculiar fucionalismo, minimalismo, distancia, frialdad, realismo, silencios sostenidos, que le dan esa sombría palidez, siempre inquietante, a la inmensa soledad de las personas, por muy acompañadas que se encuentren. Y esa constatación de la diversidad subcultural que engloba esta nuestra Europa cristiana.

Trier no pierde, en tal sentido, ni un minuto: desde esa primera secuencia, brutalmente directa, que deja al espectador tan helado como expectante. Ya se encarga él, como guionista que también es, en colaborar con Eskil Vogt en que no haya puntada, secuencia, sin hilo. Dando cuerpo a un ambiente lleno de claroscuros, de secretos de alcoba familiar, de una fundada, por distante, gelidez que, sin embargo, no pierde la esperanza, como si todo fuera un sueño.

Con una formidable fotografía de Jakob Ihre, invadida de suavidad y de definición, de desasosegantes pasillos, de paisajes sacudidos por el soplo del bóreas y de surrealistas imágenes -esa serpiente, ese bebé- que agudizan la desazón y erizan la piel. Con una ambientación tan impecablemente fría que carece del más mínimo atisbo de calor.

Buena dirección de actores y notable interpretación coral en la que sobresalen Eili Harboe como protagonista y Kaya Wilkins como compañera de Universidad. Considerable montaje de Olivier Bugge Coutté que otorga a la película un ritmo constante y repleto de incertidumbre y punzante. Con una buena banda sonora original de Ola Fløttum que va acompañada por más de veinticinco composiciones incorporadas [ver ut supra], portando a la película la incomodidad y el suspense precisos.

Si bien el film, al ser excesivamente largo, decae levemente durante su segundo tercio, muestra un elegante ejercicio técnico del lenguaje cinematográfico al servicio de una narrativa psicológicamente inquietante, contada de forma directa, sobria y sin concesiones, alrededor de cuestiones que siempre afectan a toda familia.

Interesante cine nórdico repleto de intrigante y gélido suspense [7,5 sobre 10]

-
Nota: Por las características de alguna secuencia, no recomendaría su visión a quienes padezcan alguna patología con manifestaciones convulsivas de origen fotosensitivo.

EQM

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2018/03/31/thelma-noruega-2017-de-joachim-trier
8
2 de agosto de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine escandinavo se caracteriza por su excelente trato en los trabajos que realiza. Hace unos años lo vimos con la ejemplar “Déjame Entrar” del sueco Tomas Alfredson, una historia infantil de vampirismo romántico que nos maravilló. Hoy nos llega otra pequeña joya de tierras noruegas, Thelma, de la mano de Joachim Trier. Otro abordaje adolescente con tintes sobrenaturales que hará estremecer los corazones de los espectadores más exigentes.
Los parecidos con la cinta Carrie de Brian De Palma son notorias, pero sin el vigor y la acción que le impuso el director italiano. Thelma es más lenta y pausada, pero segura, para ofrecer una historia apasionante y atractiva.
Con la panorámica de un paisaje nevado inmaculadamente blanco comienza Thelma con dos figuras avanzando lentamente, la de Thelma (niña) y su padre.
Unas tomas cenitales desde el fondo de un río helado contrastan con el paisaje conformando una sensación de total tranquilidad. Aparece la figura de un ciervo y vemos al padre empuñando un rifle con la intención de disparar. Desde una imagen trasera vemos como cambia la dirección del arma y apunta a Thelma. Este es el comienzo de una historia inquietante y única.
Quiero aclarar que quien busque una cinta de terror a la usanza se verá defraudado por que Thelma es una historia de suspense, intriga y misterio pero con el toque pausado pero no exento de calidad que le suelen dar los cineastas escandinavos.
Thelma es una joven con profundas creencias religiosas impuestas por la educación de sus padres.
A través de distintos flashbacks nos mostrarán como fue la vida de Thelma de niña. Conoceremos los instintos sexuales reprimidos y los complejos familiares que irán transformando la personalidad de la joven. Los motivos por los que no aguanta los lloros de su hermanito pequeño y de que forma ciertos estímulos influyen en ella.
En la época universitaria veremos los problemas para contactar amistades y el rechazo de algunos por sus continuos ataques parecidos a crisis epilépticas. Los chequeos médicos para descartar alguna enfermedad grave. La presencia de fenómenos extraños, inexplicables que irán ocurriendo. Luces que parpadean, o se apagan y se encienden. Su relación amorosa con su amiga Anja .Extrañas desapariciones sin explicación. Sus lagunas de memoria de ciertos acontecimientos de su infancia.
En definitiva toda una liberación de sentimientos que conllevarán a una transformación única e inesperada. Un final con una escena de una impronta poética inigualable.
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