Pesadilla en la calle del infierno
1984 

6.6
56,995
Terror
Varios jóvenes de una pequeña localidad tienen habitualmente pesadillas en las que son perseguidos por un hombre deformado por el fuego y que usa un guante terminado en afiladas cuchillas. Algunos de ellos comienzan a ser asesinados mientras duermen por este ser que resulta ser Freddy Krueger, un hombre con un pasado abominable. (FILMAFFINITY)
1 de noviembre de 2018
1 de noviembre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando era pequeño, un primo algo mayor que yo encontraba un inenarrable placer en acojonarme. Uno de los variopintos medios a su alcance era el relato minucioso de las atrocidades perpetradas por un tal Freddy Krueger, cuya aterradora efigie recuerdo presidiendo su dormitorio desde un enorme póster frente a la cama. Casi tres décadas después de aquellas torturas psicológicas, y con motivo de la noche de “Halloween”, he decidido al fin enfrentarme al monstruo que tantas horas de sueño me robara —me refiero a Krueger, no a mi primo— viendo por vez primera esta fundacional “A Nightmare on Elm Street”.
La impresión que me ha dejado es que, o bien los niños son (aún) más asustadizos de lo que aparentan —en mi caso reconozco que era un cagueta sin paliativos—, o bien que la ola de cinismo que todo lo arrasa ha acabado llevándose por delante hasta aquello que nos daba miedo, sustituidos los temblores de antaño por la sonrisa, entre abochornada y reminiscente, con que contemplo las pesadillas que atormentan a su núbil reparto —un Johnny Depp mofletudo y sin rímel hacía aquí su debut, coronado con un inolvidable mutis por el foro, pródigo en hemoglobina—. Claro que, conviene no perder de vista la feroz voluntad paródica de Wes Craven, a su (discutible) modo un renovador del subgénero y que posteriormente pondría en solfa el “slasher” con la saga “Scream”. Efectivamente, en “A Nightmare on Elm Street” late ya con fuerza un sentido del humor bastante negro, luego convertido en marca de la casa. Ello tiene el efecto, contraproducente a mi juicio, de diluir el potencial terrorífico de la historia. De hecho, ésta se inspiraba en un suceso real y verdaderamente inquietante: la muerte de un niño tras varios días en vela, horrorizado ante la imposibilidad de escapar de la criatura que le perseguía en sus sueños.
No obstante, el talento visual de Craven nos regala algunos planos ciertamente icónicos. Estoy pensando, por ejemplo, en la garra de Freddy emergiendo del agua de la bañera, entre los invitadores muslos de Heather Langenkamp, o en el auricular convertido de pronto en boca rijosa. Mención aparte merece Robert Englund. Por méritos propios y, sobre todo, de los maquilladores, pasa a formar parte del imaginario colectivo con un personaje inmortal —con perdón del chusco juego de palabras—. Igual que en la película y la carrera casi toda de su director, la caricatura se impone al horror; sin embargo, no puede negarse que Freddy Krueger exuda carisma por cada uno de sus poros achicharrados. No extraña, por tanto, que su figura resulte inconfundible incluso para el “millennial” más idiotizado.
La impresión que me ha dejado es que, o bien los niños son (aún) más asustadizos de lo que aparentan —en mi caso reconozco que era un cagueta sin paliativos—, o bien que la ola de cinismo que todo lo arrasa ha acabado llevándose por delante hasta aquello que nos daba miedo, sustituidos los temblores de antaño por la sonrisa, entre abochornada y reminiscente, con que contemplo las pesadillas que atormentan a su núbil reparto —un Johnny Depp mofletudo y sin rímel hacía aquí su debut, coronado con un inolvidable mutis por el foro, pródigo en hemoglobina—. Claro que, conviene no perder de vista la feroz voluntad paródica de Wes Craven, a su (discutible) modo un renovador del subgénero y que posteriormente pondría en solfa el “slasher” con la saga “Scream”. Efectivamente, en “A Nightmare on Elm Street” late ya con fuerza un sentido del humor bastante negro, luego convertido en marca de la casa. Ello tiene el efecto, contraproducente a mi juicio, de diluir el potencial terrorífico de la historia. De hecho, ésta se inspiraba en un suceso real y verdaderamente inquietante: la muerte de un niño tras varios días en vela, horrorizado ante la imposibilidad de escapar de la criatura que le perseguía en sus sueños.
No obstante, el talento visual de Craven nos regala algunos planos ciertamente icónicos. Estoy pensando, por ejemplo, en la garra de Freddy emergiendo del agua de la bañera, entre los invitadores muslos de Heather Langenkamp, o en el auricular convertido de pronto en boca rijosa. Mención aparte merece Robert Englund. Por méritos propios y, sobre todo, de los maquilladores, pasa a formar parte del imaginario colectivo con un personaje inmortal —con perdón del chusco juego de palabras—. Igual que en la película y la carrera casi toda de su director, la caricatura se impone al horror; sin embargo, no puede negarse que Freddy Krueger exuda carisma por cada uno de sus poros achicharrados. No extraña, por tanto, que su figura resulte inconfundible incluso para el “millennial” más idiotizado.
17 de octubre de 2006
17 de octubre de 2006
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien el filme es el primero de una saga numerosa, creo que carece de la fundamentación necesaria para explicar el origen del mito. La historia resulta interesante, el concepto de Freddy Krueger es intrigante y más aún el modo tan original en que este asesino serial mata a sus víctimas.
Terror bien ochentoso, con un relato tenebroso gracias a unos escenarios inquietantes y surrealistas, una alta dosis de sangre y morbosidad y algunas escenas con efectos especiales bastante impactantes para la época y el género.
Un filme que atesora el principal mérito en la creatividad de un Wes Craven que genera esa variante entre realidad-sueño gracias a una espléndida ambientación. Ahora bien, no creo que la idea diera para tantas secuelas, algunas de las cuales pueden considerarse como puro cine comercio.
Terror bien ochentoso, con un relato tenebroso gracias a unos escenarios inquietantes y surrealistas, una alta dosis de sangre y morbosidad y algunas escenas con efectos especiales bastante impactantes para la época y el género.
Un filme que atesora el principal mérito en la creatividad de un Wes Craven que genera esa variante entre realidad-sueño gracias a una espléndida ambientación. Ahora bien, no creo que la idea diera para tantas secuelas, algunas de las cuales pueden considerarse como puro cine comercio.
25 de septiembre de 2005
25 de septiembre de 2005
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver a Freddy Kruegger por primera vez, uno sabe que no será fácil olvidarse de él, incluso seguramente soñará con él, lo cual resulta irónico viendo el argumento del film.
La verdad es que no extraña que el tipo se haya convertido en un mito del cine de terror: sombrero, jersey a rallas, cara quemada, y sobre todo, el guante de cuchillas. Eso sin tener en cuenta su peculiar forma de matar y su gran sentido del humor, gracias al cual acabas cogiéndole aprecio y deseando que acabe con cuantos niñatos pijos se tope por el camino.
En cuanto a la película en sí, destacan tanto la historia como los efectos especiales, bastante decentes para la época pero ante todo, el gran trabajo de Englund dotando de gran personalidad a Freddy, llevándolo hasta lo más alto.
La verdad es que no extraña que el tipo se haya convertido en un mito del cine de terror: sombrero, jersey a rallas, cara quemada, y sobre todo, el guante de cuchillas. Eso sin tener en cuenta su peculiar forma de matar y su gran sentido del humor, gracias al cual acabas cogiéndole aprecio y deseando que acabe con cuantos niñatos pijos se tope por el camino.
En cuanto a la película en sí, destacan tanto la historia como los efectos especiales, bastante decentes para la época pero ante todo, el gran trabajo de Englund dotando de gran personalidad a Freddy, llevándolo hasta lo más alto.
21 de mayo de 2007
21 de mayo de 2007
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una hermosa película de terror. Sí, lo que han leído lo he escrito. Tiene una fotografía espeluznantemente bella, un argumento terrorífico y una narrativa muy bien llevada que hacen de ésta, una de las mejores y míticas películas de terror de todos los tiempos. Nunca un ser dio tanto miedo, y es que es algo muy familiar el mundo del sueño y de las pesadillas en el ser humano, y por eso te sientes tan identificado con la trama... En definitiva, resulta genial poder visionar esta película, y envidia me dan los que aún no la han visto puesto que podrán disfrutarla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una frase resume lo que trata de hacer Freddy Crugger "¿Dónde está el forense?" pregunta el comisario, "está en el baño vomitando", le responde un agente, tras haber muerto uno de los personajes de la peli a manos de Freddy.
6 de agosto de 2010
6 de agosto de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pobre del que estuviera presente (y de sus oídos) cuando hojeando una revista en mi infancia me topaba con el hombre de la cara quemada y el guante con garras. El calado que una sola imagen de Freddy Krueger producía en mí fue tal que muchos años después, vi una de esas historias de Masters of Horror (El baile de los muertos), y me recorrió un escalofrío ver a uno de los actores: Robert Englund. De pequeño no había visto más que algunas secuencias de la serie de Las pesadillas de Freddy e imágenes sueltas en revistas, y la auténtica cara del actor no había pasado jamás ante mis ojos. Pero reconocí esa enfermiza mirada: era Freddy Krueger. Miré el nombre en los créditos y en cuanto volví a casa usé al amigo Google y sí, lo confirmé. Era él.
¿A qué viene todo este cuento? Pues a que el jefe Wes Craven se sacó de la manga allá por los 80 un personaje capaz de grabársele a cualquier niño en la retina de por vida. Un auténtico hombre del saco. No fue hasta bien entrado el 2010 que me decidí a ver la primera de las películas de esta saga. Y la verdad es que es una pena que todos hayamos visto ya el episodio de Los Simpson donde la homenajean, siendo este el motivo (junto con haber visto también Freddy VS Jason) de que esta no me sorprenda tanto como podría. Me gustaría haber sido un chiquillo que creció en los 80 para haber disfrutado de cosas como esta en su origen, cuando no te las ha destripado hasta la vecina.
Y ya manos a la obra con el film, Craven no solo inventó un personaje memorable (siempre con la inestimable ayuda de Englund), sino también una genial forma de que las víctimas del asesino fueran cayendo una por una: en sus sueños. Todos dicen que los personajes de las películas de terror son estúpidos: huyen en la dirección equivocada, escogen los momentos menos oportunos para todo... Pero aquí seguro que ni siquiera el más pintado es capaz de aguantar sin cerrar los ojos más allá de un límite. Y es solo entonces cuando estás perdido. En tus propias pesadillas. Además de que por supuesto, nadie del cuerdo mundo de los adultos te creerá. Por lo demás, tenemos a un grupo de 4 adolescentes que serán las presas de Fred, entre ellos Johnny Depp y Heather Langekamp (que es Nancy, personaje emblemático de la saga, junto con Freddy) y una trama que va algo más allá de ir cayendo uno por uno *(1). Por supuesto, también hay fallos como que Freddy no hace demasiadas apariciones u otros detalles que comentaré en spoiler *(2). Aunque por lo general, podemos decir que se trata de una película que mantiene buen ritmo, desvela detalles interesantes en su trama y guarda un buen puñado de imaginación *(3).
Terror con puro sabor a años 80.
¿A qué viene todo este cuento? Pues a que el jefe Wes Craven se sacó de la manga allá por los 80 un personaje capaz de grabársele a cualquier niño en la retina de por vida. Un auténtico hombre del saco. No fue hasta bien entrado el 2010 que me decidí a ver la primera de las películas de esta saga. Y la verdad es que es una pena que todos hayamos visto ya el episodio de Los Simpson donde la homenajean, siendo este el motivo (junto con haber visto también Freddy VS Jason) de que esta no me sorprenda tanto como podría. Me gustaría haber sido un chiquillo que creció en los 80 para haber disfrutado de cosas como esta en su origen, cuando no te las ha destripado hasta la vecina.
Y ya manos a la obra con el film, Craven no solo inventó un personaje memorable (siempre con la inestimable ayuda de Englund), sino también una genial forma de que las víctimas del asesino fueran cayendo una por una: en sus sueños. Todos dicen que los personajes de las películas de terror son estúpidos: huyen en la dirección equivocada, escogen los momentos menos oportunos para todo... Pero aquí seguro que ni siquiera el más pintado es capaz de aguantar sin cerrar los ojos más allá de un límite. Y es solo entonces cuando estás perdido. En tus propias pesadillas. Además de que por supuesto, nadie del cuerdo mundo de los adultos te creerá. Por lo demás, tenemos a un grupo de 4 adolescentes que serán las presas de Fred, entre ellos Johnny Depp y Heather Langekamp (que es Nancy, personaje emblemático de la saga, junto con Freddy) y una trama que va algo más allá de ir cayendo uno por uno *(1). Por supuesto, también hay fallos como que Freddy no hace demasiadas apariciones u otros detalles que comentaré en spoiler *(2). Aunque por lo general, podemos decir que se trata de una película que mantiene buen ritmo, desvela detalles interesantes en su trama y guarda un buen puñado de imaginación *(3).
Terror con puro sabor a años 80.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
(1): Uno de los chicos es sospechoso de la muerte de la primera que cae, Nancy busca la verdad y una forma de enfrentarse a ella.
(2): La muerte del segundo no está muy inspirada. Además, el que solo haya 4 chicos (y solo 3 de ellos mueran) le quita posibilidad de "diversión" a los que disfrutan de los asesinatos creativos. Y el final... chafó el buen sabor de boca que me estaba dejando la película.
(3): Como ya he dicho, lo de que solo se puede morir en sueños, las secuelas que quedan si se han sufrido heridas en el sueño, el propio Freddy o la muerte que tiene Johny Depp
(2): La muerte del segundo no está muy inspirada. Además, el que solo haya 4 chicos (y solo 3 de ellos mueran) le quita posibilidad de "diversión" a los que disfrutan de los asesinatos creativos. Y el final... chafó el buen sabor de boca que me estaba dejando la película.
(3): Como ya he dicho, lo de que solo se puede morir en sueños, las secuelas que quedan si se han sufrido heridas en el sueño, el propio Freddy o la muerte que tiene Johny Depp
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