Mad Max: Furia en el camino

Más locura, más desierto, más coches y gasolina. Más acción, más belleza. George Miller ha vuelto. Mad Max ha vuelto aunque, querido Tom, tú no eres Max, pero no importa. El cine de calidad ha regresado de la mano de uno de los mejores directores del mundo. Es el emperador Miller con su cohorte de furia desatada y efectos no digitales. Todavía hay esperanza.

Y hay quien se queja de que «Furia en la carretera» no tiene argumento. ¡Argumento! A quién le importa cuando hay más discurso en esta «Mad Max» que en todos los estrenos de 2015 juntos. Un mundo apocalíptico, un villano, un ejército, una heroína, un héroe... y varias diosas. Porque, señores míos, dicen algunos que esta es una película feminista. No: es una película femenina. La mujer es aquí un símbolo, y uno de los más bellos y fascinadores que podemos encontrar, por supuesto olvidado hasta que George Miller ha tenido que recordarnos que el poder de lo femenino no consiste en darle puñetazos a los hombres ni ganarles por la fuerzas y la testosterona. Por fin algo de credibilidad, de sexismo clásico. Furiosa es una guerrera, pero por encima de eso es una mujer y ser mujer, o diosa, que viene a ser lo mismo, es superior a ser un soldado. Esta mujer de Miller representa la madre, el origen de la existencia, la creadora de vida y quien planta la semilla del «mañana, mañana». Lo femenino como portador de esperanza, cimiento que construye el futuro, deidad que redime al pecador y salva al descarriado. Ese es su irreemplazable poder, la esencia a la que no debemos renunciar. De esto va «Mad Max: Furia en la carretera».

Max llega al paraíso en medio del caos infernal del desierto y se hace líder y protector de un grupo de mujeres a las que hay que salvar para salvar así el mundo. La aparición de este harén es celestial, entre gasa blanca, sol y agua. El planteamiento crea una empatía inmediata y la acción motorizada, resplandeciente y demencial, circula a placer por la pantalla. Si creíamos haber visto cosas raras, en «Mad Max» se lleva lo bizarro al límite de lo soportable. Podría haber sido de un desagrado extremo pero no lo es, así que déjate arrastrar, volar, zarandear, saltar, golpear y amordazar por la inexistente carretera del páramo y mira por el espejo retrovisor porque viene el infierno pisándote los tubos de escape.

Fotografía de premio a cargo de John Seale, una banda sonora eléctrica de Junkie XL, dirección enérgica e inteligente de Miller, una Charlize Theron de mirada oscura y alma penetrante y un Tom Hardy que nunca será Gibson pero que mantiene el personaje en el delicado borde de la locura. Tensa y hermosa. Acción con estilo y personalidad. Aprended todos.

Narra futuro apocalíptico, en la linea de mad max 2, persecuciones en torno de un camión cisterna, algunos efectos especiales, la siempre bella C.Theron, un inexpresivo Tom Hardy. En fin peripecias en torno a supervivencia, combustible, etc.

Tengo un tanto olvidada la primera versión que también firmó Miller en el siglo pasado, pero sé que me gustó. Esta revisión la empiezo a ver con escepticismo y atraído por el propio Miller y por el reparto. Sigo a Hardy desde Batman y a Theron desde siempre. Y la película, dos horitas de acción trepidante, me gusta, me atrapa, la sigo, me parece coherente, bien rodada, con escenas espectaculares y me la creo. Y conste que no es mi género este de la acción futurista, ni mucho menos. Theron cumple notablemente, como siempre. Pedazo de actriz. Hardy muy bien en su nuevo rol, en plan sucesor de Harrison Ford (¿nadie ha pensado en él como el nuevo Indiana?). Le falta, a mi entender, un poquito de humor. A la película, digo. Pero, qué narices, también a Hardy. Y es que Indiana sólo hay uno.
Una película de acción buena, sí señor.

He de decir que la película es entretenida para aquellos que le gusta la acción. Son 2 horas amenas y creo que se merece la nota.

Ahora bien, que hay demasiada saturación de efectos especiales, colores, y tal vez de sucesos de acción, etc...

De hecho hubo un momento que estaba dudando si lo que estaba viendo era real o animado.

Respecto a la acción, algunas secuencias iban tan rápidas y ocurrían tan rápidas que mi cerebro no era capaz de procesarlas.

Pero lo dicho, 2 horas que se hacen amenas y eso no lo consiguen muchas películas.

PD: Mad Max 2 me gustó algo más que esta, así que la recomiendo por si alguien no la ha visto.

En un futuro apocalíptico donde el agua y la vegetación son bienes de lujo, una serie de intrépidos guerreros luchan por escapar del Señor de la Guerra, pilotando un camión lleno de gasolina y de mujeres embarazadas, en busca de un mundo mejor y más justo.

George Miller, el director de la ochentera saga Mad Max, da continuidad con la cuarta entrega, un film que fue estrenado en pleno mayo y ha aguantado el sprint final a la carrera de los Oscar porque ha conseguido nada más y nada menos que 10 nominaciones y un aplauso unánime de crítica y de público. Es impactante, a veces brutal, dinamita para los ojos, poderosa y vibrante, sí pero…no es un peliculón. Deja imágenes que perdurarán siempre en la retina de los espectadores, pero no emociona. Atosiga pero no tiene alma, son fuegos artificiales sin corazón. Tom Hardy y Charlize Theron son los Mel Gibson del Siglo XXI y son los que hacen rugir las máquinas de la película. Tiene aire de cómic, de máquinas recreativas, de chupas de cuero y de pantalones pitillo. Al que le guste ese estilo le apasionará este film. Al resto del planeta, simplemente le parecerá un notable largometraje y pasará dos horas con la sensación de que el sofá tiene ruedas y que por detrás vienen hordas de vehículos con malotes, que han puesto precio a tu cabeza.

Sacapuntas de oro: Esa tensión agonizante desde el primer al último fotograma. La suciedad de la carretera traspasa la pantalla. La música punzante. La sensación de que va a pasar algo en cada kilómetro.

Sacapuntas de madera: Llega un punto en que una pausa es tan necesaria como el beber. A veces parece un juego de rol con aire friki. Tal vez hay demasiada miga que contar que solo dos horas se hacen escasas. El final, predecible y endulzado.

Nota: 7,5 Sacapuntas