Bajo el signo de Capricornio
1949 

6.5
3,426
Drama
Australia, 1835. El sobrino del gobernador, Charles Adare (Michael Wilding), que acaba de llegar de Inglaterra, está invitado a cenar en casa de Sam Flusky (Joseph Cotten), un antiguo presidiario que ha hecho fortuna y que está casado con una de una prima de Charles, Lady Harrietta (Ingrid Bergman). Charles descubre que su prima, que se ha convertido en una alcohólica, está aterrorizada por su ama de llaves Milly (Margaret Leighton) y, ... [+]
1 de diciembre de 2020
1 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De paso lento pero seguro, película thriller-drama destacable a la altura de Hitchcock, lamentablemente la película autentica de Ingrid Bergman fue mas famosa abandonando a su dentista esposo e hija para irse a convivir con el director Roberto Rossellini con quien estaba laborando, hicieran que la iglesia la excomulgara y declarada persona no grata en territorio estadounidense, fuera una bomba. Solo le quedo camino hacer carrera en Europa.
Dirigida por Alfred Hitchcock ambientada en Nueva Gales del Sur Siglo XIX Australia, un aristocrático matrimonio irlandés ve interrumpido su monotonía con la aparición de un joven galán familiar, original triangulo de seducción de época, drama y misterio, personajes esplendidos Lady Henrietta Flusky, Sam Flusky y Sir Richard, que fuera en la vida real el general Sir Richard Bourke, gobernador de Nueva Gales del Sur de 1831-1837, un emancipador de convictos.
La película fue mal acogida por los puritanos estadounidenses y archivada por la Bankers Trust Company, nuevamente reestrenada para TV en 1968.
Remake serie Under Capricorn 1983.
Dirigida por Alfred Hitchcock ambientada en Nueva Gales del Sur Siglo XIX Australia, un aristocrático matrimonio irlandés ve interrumpido su monotonía con la aparición de un joven galán familiar, original triangulo de seducción de época, drama y misterio, personajes esplendidos Lady Henrietta Flusky, Sam Flusky y Sir Richard, que fuera en la vida real el general Sir Richard Bourke, gobernador de Nueva Gales del Sur de 1831-1837, un emancipador de convictos.
La película fue mal acogida por los puritanos estadounidenses y archivada por la Bankers Trust Company, nuevamente reestrenada para TV en 1968.
Remake serie Under Capricorn 1983.
21 de enero de 2021
21 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un drama romántico del bueno de Hitchcock que se hace bastante más interesante de lo que pueda parecer a simple vista. Destaca la interpretación de los dos protagonistas principales -él, por sus magníficas ocurrencias, ella, por su gran actuación como mujer algo tocada de la cabeza-, y juntos tienen bastante química en pantalla.
La historia está más que decente, con los pequeños giros de guión que tiene, y esa ama de llaves tan magníficamente manipuladora.
Pese a no ser de lo mejor de este director ni de lejos, se deja ver.
La historia está más que decente, con los pequeños giros de guión que tiene, y esa ama de llaves tan magníficamente manipuladora.
Pese a no ser de lo mejor de este director ni de lejos, se deja ver.
27 de abril de 2021
27 de abril de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de La soga (Rope) Hitchcock rodó en 1949 su segundo film como productor independiente, Under Capricorn, exhibido en los países hispano parlantes como Atormentada, en España y Bajo el signo de Capricornio, en Argentina; esto último da la falsa impresión de que se refiere al signo del zodíaco, cuando en realidad se trata del Trópico de Capricornio, pues la trama se desarrolla en Australia.
Hitchcock le dice a Truffaut que cometió varios errores imperdonables en Under Capricorn. El primero del que se acusa es haber escogido para el guión una novela inglesa que no le interesaba en absoluto y haber hecho un film de época sólo porque le parecía al más adecuado para Ingrid Bergman, en ese momento la actriz más cotizada en Estados Unidos, con quien ya había hecho dos películas (Notorious y Spellbound) y a quien, con cierta fatuidad quería exhibir como una pluma en su sombrero ante los productores estadounidenses. Le confiesa a Truffaut que toda su conducta en ese caso fue “culpable y casi infantil”. Aunque la presencia de la Bergman debía garantizar el éxito en taquilla, no fue así: Hitchcock gastó una suma exagerada para la época (dos millones de dólares) y el film fue un verdadero fracaso comercial. Para 1949 ya Hitchcock estaba catalogado como un especialista en suspenso y “thriller” y Under Capricorn no era ninguna de las dos cosas. En un periódico de Hollywood escribieron:
«Tuvimos que esperar ciento cinco minutos para que esta película nos produjera el primer escalofrío».
El segundo error sería haber contratado como guionistas a dos personas sin experiencia: su amigo Hume Cronyn y James Bridie. El primero, un hombre que sabía expresar verbalmente sus ideas, pero sin experiencia como guionista, y el segundo un dramaturgo de obras semiintelectuales (sic) que nunca quedaban bien rematadas en los últimos actos (Truffaut deduce de esto el final un poco flojo de la película).
El tercer error que Hitchcock se reprocha es haberse valido de la misma técnica de La soga. Con algunas variantes utilizó aquella experiencia al rodar planos-secuencia de seis y ocho minutos, con la dificultad adicional de tener que subir un piso con la cámara y el sonido e ir cambiando los decorados ya que no había corte ni montaje ulterior.
Por último, Hitchcock se hace eco de la opinión de los críticos británicos sobre el casting: supuestamente no debía haber colocado a Joseph Cotten como Sam Flusky ni a Margareth Leighton como Milly, el ama de llaves. En el primer caso se trataba de la degradación de Henrietta, la mujer de familia que se enamora del mozo de cuadra y lo sigue cuando es enviado como presidiario a Australia. Cotten, afirma Sir Alfred, es demasiado fino para el papel de Flusky; se debió haber buscado a alguien de aspecto lo suficientemente plebeyo como Burt Lancaster.
En el segundo caso, para la crítica inglesa era lamentable que se hubiese escogido una mujer tan bella como Margareth Leighton para interpretar un personaje tan desagradable como Miss Milly.
Hitchcock concluye explicándole a Truffaut que la suma de sus errores fue aventurarse en lo desconocido cuando estaba sumido en una confusión, en lugar de haber rehecho todo yéndose por lo seguro, lo probado, lo que había funcionado en otras ocasiones, a la manera de los boy- scouts, que cuando se pierden retroceden y hacen de nuevo el camino.
A pesar de esa despiadada autoflagelación, Truffaut encuentra muchas bellezas en Under Capricorn. Para empezar, encuentra la trama muy novelesca, con elementos de gran interés como el ama de llaves explotadora e intrigante, el envenenamiento progresivo, la sombra del pasado y la culpa confesada. A pesar de su abundancia, a Truffaut le parecen muy líricos los diálogos. La considera una película bastante triste y mórbida. Todos los personajes tienen algo que reprocharse y hay un clima de pesadilla en todo el film, lo que considera un encanto en vez de una debilidad. Además encuentra un perfeccionamiento y profundización de los personajes de otras películas de Hitchcock. Por ejemplo, Milly, el ama de llaves, es una versión mejorada (es decir, más terrorífica) de su colega de Rebeca, la señora Denvers.
A sesenta y siete años de su estreno, mi apreciación sobre esta película es bastante favorable. Ese gran actor subestimado llamado Joseph Cotten realiza una de las mejores interpretaciones de su vida, dándole al personaje de Sam Flusky toda la ambigüedad que impide catalogarlo como héroe o villano. Ingrid Bergman también logra imprimirle realidad a la atormentada Henrietta. El personaje de Charles Adare también estuvo logrado con Michael Wilding, con su aire de británico osito de peluche, y la villana Milly fue caracterizada magníficamente por Margareth Leighton.
Hitchcock le dice a Truffaut que cometió varios errores imperdonables en Under Capricorn. El primero del que se acusa es haber escogido para el guión una novela inglesa que no le interesaba en absoluto y haber hecho un film de época sólo porque le parecía al más adecuado para Ingrid Bergman, en ese momento la actriz más cotizada en Estados Unidos, con quien ya había hecho dos películas (Notorious y Spellbound) y a quien, con cierta fatuidad quería exhibir como una pluma en su sombrero ante los productores estadounidenses. Le confiesa a Truffaut que toda su conducta en ese caso fue “culpable y casi infantil”. Aunque la presencia de la Bergman debía garantizar el éxito en taquilla, no fue así: Hitchcock gastó una suma exagerada para la época (dos millones de dólares) y el film fue un verdadero fracaso comercial. Para 1949 ya Hitchcock estaba catalogado como un especialista en suspenso y “thriller” y Under Capricorn no era ninguna de las dos cosas. En un periódico de Hollywood escribieron:
«Tuvimos que esperar ciento cinco minutos para que esta película nos produjera el primer escalofrío».
El segundo error sería haber contratado como guionistas a dos personas sin experiencia: su amigo Hume Cronyn y James Bridie. El primero, un hombre que sabía expresar verbalmente sus ideas, pero sin experiencia como guionista, y el segundo un dramaturgo de obras semiintelectuales (sic) que nunca quedaban bien rematadas en los últimos actos (Truffaut deduce de esto el final un poco flojo de la película).
El tercer error que Hitchcock se reprocha es haberse valido de la misma técnica de La soga. Con algunas variantes utilizó aquella experiencia al rodar planos-secuencia de seis y ocho minutos, con la dificultad adicional de tener que subir un piso con la cámara y el sonido e ir cambiando los decorados ya que no había corte ni montaje ulterior.
Por último, Hitchcock se hace eco de la opinión de los críticos británicos sobre el casting: supuestamente no debía haber colocado a Joseph Cotten como Sam Flusky ni a Margareth Leighton como Milly, el ama de llaves. En el primer caso se trataba de la degradación de Henrietta, la mujer de familia que se enamora del mozo de cuadra y lo sigue cuando es enviado como presidiario a Australia. Cotten, afirma Sir Alfred, es demasiado fino para el papel de Flusky; se debió haber buscado a alguien de aspecto lo suficientemente plebeyo como Burt Lancaster.
En el segundo caso, para la crítica inglesa era lamentable que se hubiese escogido una mujer tan bella como Margareth Leighton para interpretar un personaje tan desagradable como Miss Milly.
Hitchcock concluye explicándole a Truffaut que la suma de sus errores fue aventurarse en lo desconocido cuando estaba sumido en una confusión, en lugar de haber rehecho todo yéndose por lo seguro, lo probado, lo que había funcionado en otras ocasiones, a la manera de los boy- scouts, que cuando se pierden retroceden y hacen de nuevo el camino.
A pesar de esa despiadada autoflagelación, Truffaut encuentra muchas bellezas en Under Capricorn. Para empezar, encuentra la trama muy novelesca, con elementos de gran interés como el ama de llaves explotadora e intrigante, el envenenamiento progresivo, la sombra del pasado y la culpa confesada. A pesar de su abundancia, a Truffaut le parecen muy líricos los diálogos. La considera una película bastante triste y mórbida. Todos los personajes tienen algo que reprocharse y hay un clima de pesadilla en todo el film, lo que considera un encanto en vez de una debilidad. Además encuentra un perfeccionamiento y profundización de los personajes de otras películas de Hitchcock. Por ejemplo, Milly, el ama de llaves, es una versión mejorada (es decir, más terrorífica) de su colega de Rebeca, la señora Denvers.
A sesenta y siete años de su estreno, mi apreciación sobre esta película es bastante favorable. Ese gran actor subestimado llamado Joseph Cotten realiza una de las mejores interpretaciones de su vida, dándole al personaje de Sam Flusky toda la ambigüedad que impide catalogarlo como héroe o villano. Ingrid Bergman también logra imprimirle realidad a la atormentada Henrietta. El personaje de Charles Adare también estuvo logrado con Michael Wilding, con su aire de británico osito de peluche, y la villana Milly fue caracterizada magníficamente por Margareth Leighton.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ingrid Bergman se molestó tanto con Hitchcock por ese ir y venir de los trozos de decorado que se escamoteaban por el aire, a su paso, que Truffaut recordaba una conversación con ella en París, años después, donde le expresaba sus quejas por “esa pesadilla”.
Los conocedores del lenguaje y la técnica cinematográfica pueden prescindir de los comentarios que siguen:
Un plano es la unidad mínima del lenguaje audiovisual. Desde un punto de vista temporal, plano es todo lo que capta la cámara desde que se inicia la grabación hasta que se para. Equivale, entonces a lo que denominamos toma, la parte comprendida entre dos cortes.
En una nota aparte del libro, Truffaut también considera que para comprender el “truco” de La soga (y por ende, de Bajo Capricornio), conviene precisar que por lo general, las secuencias de las películas están divididas en planos que duran cada uno de 5 a 15 segundos. Por término medio puede decirse que un film de una duración de hora y media está compuesto de unos 600 planos, algunas veces esta cantidad es superior y en las películas muy «planificadas» de Alfred Hitchcock llegan a los 1000. En Los pájaros hay 1360 planos. En Psicosis, la sóla muerte de Marion en la ducha llevará 55 planos.
En La soga cada plano dura 10 minutos, es decir, la totalidad del metraje de película que puede cargar la cámara. Con la salvedad de "La soga", "Bajo Capricornio" es la única experiencia en la historia del cine de una película rodada íntegramente sin interrupción en la toma de vistas.
Hitchcock se lamentaba de haber cedido a la tentación de hacer una película así. Le dijo a Truffaut que fue “una estupidez”, pues rompía todas sus tradiciones y renegaba de sus teorías sobre la fragmentación del film y las posibilidades del montaje para contar visualmente una historia (recordemos que era un heredero de las teorías de Pudovkin y de Griffith). Sin embargo, rodó la película planificando previamente los movimientos de la cámara y de los actores. En el piso del estudio estaban escritos los movimientos de las cámaras. Era algo lleno de dificultades, no solamente con la cámara sino también con la luz; debía realizar un progresivo cambio de iluminación en el estudio, el cual representaba un apartamento con las ventanas abiertas o transparentes. Éstas debían mostrar los cambios de iluminación desde las 7:30 p.m. hasta las 9:15 p.m. en verano, puesto que la acción comenzaba con la luz del día y la terminaba de noche.
Asimismo, en el cielo había nubes que debían moverse con el transcurso de la “tarde”, y no había tiempo para hacerlo cómodamente, pues no había cortes durante la duración del rollo. De modo que tuvieron que hacer un “plan especial” para mover las nubes de derecha a izquierda entre cada rollo y aprovechar los momentos en que la cámara no enfocaba la ventana.
Como cada rollo de película tiene una duración de 10 minutos, tenía que interrumpir obligatoriamente al final de cada rollo. El problema de la continuidad lo resolvió haciendo pasar a uno de los personajes delante del objetivo para cerrar en negro (equivalente a cuando cerramos los ojos) en ese momento. Colocaba la cámara, pues, en primerísimo plano sobre la chaqueta de un personaje y al comenzar el rollo siguiente se le volvía a tomar igualmente en primerísimo plano de su chaqueta.
Los conocedores del lenguaje y la técnica cinematográfica pueden prescindir de los comentarios que siguen:
Un plano es la unidad mínima del lenguaje audiovisual. Desde un punto de vista temporal, plano es todo lo que capta la cámara desde que se inicia la grabación hasta que se para. Equivale, entonces a lo que denominamos toma, la parte comprendida entre dos cortes.
En una nota aparte del libro, Truffaut también considera que para comprender el “truco” de La soga (y por ende, de Bajo Capricornio), conviene precisar que por lo general, las secuencias de las películas están divididas en planos que duran cada uno de 5 a 15 segundos. Por término medio puede decirse que un film de una duración de hora y media está compuesto de unos 600 planos, algunas veces esta cantidad es superior y en las películas muy «planificadas» de Alfred Hitchcock llegan a los 1000. En Los pájaros hay 1360 planos. En Psicosis, la sóla muerte de Marion en la ducha llevará 55 planos.
En La soga cada plano dura 10 minutos, es decir, la totalidad del metraje de película que puede cargar la cámara. Con la salvedad de "La soga", "Bajo Capricornio" es la única experiencia en la historia del cine de una película rodada íntegramente sin interrupción en la toma de vistas.
Hitchcock se lamentaba de haber cedido a la tentación de hacer una película así. Le dijo a Truffaut que fue “una estupidez”, pues rompía todas sus tradiciones y renegaba de sus teorías sobre la fragmentación del film y las posibilidades del montaje para contar visualmente una historia (recordemos que era un heredero de las teorías de Pudovkin y de Griffith). Sin embargo, rodó la película planificando previamente los movimientos de la cámara y de los actores. En el piso del estudio estaban escritos los movimientos de las cámaras. Era algo lleno de dificultades, no solamente con la cámara sino también con la luz; debía realizar un progresivo cambio de iluminación en el estudio, el cual representaba un apartamento con las ventanas abiertas o transparentes. Éstas debían mostrar los cambios de iluminación desde las 7:30 p.m. hasta las 9:15 p.m. en verano, puesto que la acción comenzaba con la luz del día y la terminaba de noche.
Asimismo, en el cielo había nubes que debían moverse con el transcurso de la “tarde”, y no había tiempo para hacerlo cómodamente, pues no había cortes durante la duración del rollo. De modo que tuvieron que hacer un “plan especial” para mover las nubes de derecha a izquierda entre cada rollo y aprovechar los momentos en que la cámara no enfocaba la ventana.
Como cada rollo de película tiene una duración de 10 minutos, tenía que interrumpir obligatoriamente al final de cada rollo. El problema de la continuidad lo resolvió haciendo pasar a uno de los personajes delante del objetivo para cerrar en negro (equivalente a cuando cerramos los ojos) en ese momento. Colocaba la cámara, pues, en primerísimo plano sobre la chaqueta de un personaje y al comenzar el rollo siguiente se le volvía a tomar igualmente en primerísimo plano de su chaqueta.
3 de octubre de 2022
3 de octubre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que ésta sea la menos hitchcockiana de sus peliculas, pero ni mucho es la peor. No tiene apenas suspense, la acción se basa casi toda en diálogos, en relatos verbales de los protagonistas, lo que la hace algo pesada en su parte central, pero el melodrama funciona muy bien, no sólo no decae sino que sigue un curso progresivamente interesante.
Magnífico el retrato de los personajes, las interpretaciones y la puesta en escena.
Como no estamos ante una obra magistral y la historia de fondo es buena, aquí sí que podría plantearse un remake
Magnífico el retrato de los personajes, las interpretaciones y la puesta en escena.
Como no estamos ante una obra magistral y la historia de fondo es buena, aquí sí que podría plantearse un remake
6 de marzo de 2007
6 de marzo de 2007
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La trama no está mal, pero para mi gusto muy lenta, se hace algo aburrida aunque te interesa hasta el final, pero no es de la mejores que he visto. La paré a la mitad y la terminé de ver al día siguiente y eso no es buena señal.
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