Haz click aquí para copiar la URL

Plácido

Comedia En una pequeña ciudad provinciana, a unas burguesas ociosas se les ocurre la idea de organizar una campaña navideña cuyo lema es: "Siente a un pobre a su mesa". Se trata de que los más necesitados compartan la cena de Nochebuena con familias acomodadas y disfruten del calor y el afecto que no tienen. Plácido ha sido contratado para participar con su motocarro en la cabalgata, pero surge un problema que le impide centrarse en su trabajo: ... [+]
Críticas 131
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
10
29 de diciembre de 2007
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante película de Berlanga y Rafael Azcona (ya que forman una pareja inseparable para haber hecho esta obra maestra). El conjunto es soberbio se mire por donde se mire, empezando por la historia que, al contrario de lo que puede parecer tras observar el título, no trata de Plácido, sino que éste es uno de los múltiples personajes de esta "comedia negra" coral. Pero el personaje principal no es humano estrictamente, sino varias de las "cualidades" que adornan a la humanidad, como son el egoismo, la mezquindad y la insolidaridad. Bajo el lema "Pon un pobre en tu mesa" se nos muestra, con un estilo que se asemeja, pero que para mí va aún más allá, al neorrealismo italiano, una escena cotidiana, una serie de situaciones generadas por una supuesta caridad, evidentemente vista desde la perspectiva agnóstica de Berlanga y Azcona, en la que los personajes son marionetas del destino que les ha tocado vivir, en la que esa supuesta tregua en la lucha de clases es una falacia, y en la que cada uno va donde le interesa a sí mismo, y a los demás, que les den.
Todo esto no tendría mayor trascendencia si no fuera porque detrás de la cámara hay un gran maestro del cine, que maneja con una soltura increíble una cantidad abrumadora de complejos planos secuencia, pero es que delante del objetivo la cosa se pone casi insuperable, con gente como López Vázquez, Manolo Alexandre, o ese Cassen que debutaba con esta película.
Vamos, que le doy un diez porque no hay nota más alta, para una peli que, cada vez que la veo, descubro cosas nuevas, y eso en solo 85 minutos.
8
2 de febrero de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Plácido está considerada como uno de los grandes clásicos del cine español, y lo está con absoluta justicia. Y es que resulta admirable el talento del director, Luis G. Berlanga, y el guionista, Rafael Azcona, para hacer una gozosa comedia, partiendo de un material tan dramático como el que sirve de punto de partida a Plácido.
El la deprimida España de comienzos de los sesenta un grupo de personas deciden montar una campaña navideña en la que cada familia deberá invitar a un pobre a cenar en su casa en la Nochebuena. En medio de todo esto, un pobre hombre se encuentra en la desesperada situación de tener que pagar una letra al banco ese mismo día si no quiere perder su vehículo, que es su único medio de vida. Con estos ingredientes se podía haber hecho un drama tan intenso como lacrimógeno. Pero Azcona y Berlanga escogen el camino, en este caso, más difícil, que es el del humor, pero sin olvidarse en ningún momento del fondo de la historia. Y es que al final, después de haber gozado con momentos cómicos casi antológicos, uno se da cuenta de que lo que ha visto no tiene ninguna gracia.
Entre tanto uno disfruta como un niño con el derroche de ingenio y sabiduría narrativa del que se hace gala en Plácido. Partiendo de una galería de personajes brillante, la película pasa de una secuencia a la siguiente, en un enredo disparatado como pocos que alcanza la cumbre en la secuencia en la que casi todos los personajes de dan cita en una casa, en la que fallece uno de los pobres, sin saber muy bien como han acabado todos en semejante situación. En este momento vuelve a brillar el talento de los dos creadores de la película, ya que en medio del caos, cada personaje y cada réplica están donde tiene que estar y no se pierde en ningún momento la perspectiva de la historia.
Al igual que la inmediatamente posterior Atraco a las tres el grupo de actores resulta de una comicidad contagiosa. Imposible destacar uno solo. Desde el desesperado Plácido que hace Cassen, hasta su hermano cojo que interpreta Manuel Alexandre pasando por la estirada dama de clase alta que interpreta la genial Amelia de la Torre, todos son de una raza de actores que ya hoy no quedan.
Al final Plácido acaba resultando una comedia tan gozosa como ingeniosa y divertida pero de trasfondo inequivocamente triste.
10
30 de enero de 2013
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de las obras maestras de Berlanga y del cine Español. Fue su primera colaboración con Rafael Azcona como guionista, con el que formaría luego un equipo indestructible para el resto de su filmografía, exceptuando su última película. El humor esperpéntico del escritor riojano y el sentido de la comedia coral del cineasta valenciano han creado joyas como: “Patrimonio Nacional” y “La vaquilla”. Berlanga comentaba que las líneas argumentales las solía trazar él y Azcona ordenaba y estructuraba el relato dándole forma al mismo.

La película es una sátira despiadada de la España de principios de los sesenta, que cuenta las tribulaciones de un pobre hombre propietario de un motocarro para repartos, que ha sido contratado para una cabalgata navideña de caridad de una pequeña ciudad de provincias. Plácido (genial, Cassen), para evitar la protesta de una letra por pagar de su vehículo, intentará detener el procedimiento notarial a la vez que cumple como puede con sus obligaciones para con los organizadores de la campaña.

El origen de “Plácido” se halla en una campaña de Navidad que Berlanga vio en Valencia bajo el lema: “Siente un pobre a su mesa”, título que tenía que llevar la película, pero que no pudo ostentar por alambicadas razones de censura. A esta idea se fueron añadiendo otras como la participación de artistas en una subasta, entre otros personajes esperpénticos. Fiel a su estilo, Berlanga organiza el film como una gran farsa coral alrededor del eje representado por Plácido y su motocarro.

Los planos secuencia son de gran maestría y crean la atmósfera de ceremonia de la confusión. Por otra parte, la sátira berlanguiana, con ser inclemente, no procede nunca de un sentimiento de rabia personal, sino que es una visión lúcida de las cosas, animada por una profunda ternura hacia el ser humano en sus aspectos más ridículos o en sus actitudes más mezquinas.
Finalmente resaltar los extraordinarios trabajos de los actores, destacando si cabe, Elvira Quintillá, José Luis López Vázquez y Manuel Alexandre. Imprescindible para los amantes del cine.
10
24 de enero de 2008
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, junto con “El verdugo”, una de las mejores películas de Berlanga. Sorprende que el film no haya perdido frescura a pesar de sus casi 50 años. No veo en esta comedia, como algunos dicen, una crítica de la dictadura franquista. Sin embargo representa una frenética y delirante sátira a la hipócrita caridad burguesa, enfrentada a una verdadera justicia social y esto, por supuesto, sigue vigente en nuestros días. El magnífico guión de Rafael Azcona no salva a nadie, ni a los ricos, con su ridícula hipocresía, ni a los pobres que, no por el hecho de serlo, ni son buenos ni inocentes.

En la película, rodada en Manresa en el año 1961, desfilan un reparto de actores y actrices que realizan una extraordinaria interpretación, destacando a Cassen, Manuel Alexandre, Elvira Quintillá y José L. López Vázquez. La mayoría de los intérpretes de esta película formarán parte de la mejor representación del cine español de los años 60 a 80, llegando algunos hasta nuestros días.

El lema: “Ponga un pobre en su mesa”. El mensaje: “En este mundo ya no hay caridad, ni nunca la ha habido, ni nunca la habrá”. Sin lugar a dudas una gran película, nominada a los oscar a la mejor película extranjera. Imprescindible verla.
10
14 de mayo de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier película que se precie debiera marcarse como objetivo ser representante de su tiempo. Pocas lo consiguen. Pocas logran que viéndola, veas su sociedad, alcances a conocer todos los entresijos de las conciencias, de los hábitos, de las relaciones. Plácido es representante de su tiempo, es hija y madre de su tiempo.

Asusta ver lo que éramos, alegra ver lo que hemos evolucionado, acojona ver lo que en esencia somos. Todo eso me surge cuando veo Plácido. Veo una sociedad de hace cuarenta años y no veo apenas diferencia con la del siglo XIX. Veo una sociedad donde la picaresca es la norma, la convención la forma, y la pobreza sólo adorna. Veo una sociedad en blanco y negro, donde Franco estaba en cada casa y la condición humana en cada esqueleto. Veo una sociedad tan lejana en forma que me hace preguntarme si somos tan lejanos en el fondo.

Y no tengo respuesta. Supongo que soy optimista. Todo lo optimista que no son Berlanga ni Azcona. A cambio de pesimismo, ellos ofrecen risas. Muchas risas. Pocas películas son capaces de derrochar humor, de lograr que un chiste se encadene con otro chiste, que haya gags que queden tapados por la risa del anterior, que todo el metraje esté acompañado de carcajadas. Quizá sea la película española con mejores diálogos de la historia, desde luego es la más representativa de la sociedad del franquismo, quizá sea para siempre la película más representativa de nuestro humor.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para