Historias mínimas
2002 

7.3
8,539
Comedia. Drama
A miles de kilómetros al sur de Buenos Aires, tres personajes viajan por las solitarias rutas de la Patagonia. Don Justo, un anciano de 80 años dueño de un bar de carretera que regenta su hijo, se ha escapado de casa para buscar a su perro desaparecido desde hace tiempo. Roberto, un viajante de comercio de 40 años, lleva una tarta para el cumpleaños del hijo de la joven viuda de uno de sus clientes. Ese mismo día María Flores, una joven ... [+]
20 de enero de 2013
20 de enero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La grandeza del cine son las pequeñas historias que se cuentan en cada película. Historias Mínimas que llama Carlos Sorín. Personalmente el mejor director de cine argentino de la actualidad. Nadie como él para emocionarnos con muy poco, con esas pequeñas historias que hacen grande al corazón.
Son 3 historias de 3 personas que en algún momento de la cinta el destino hace coincidir. Todos ellos con un objetivo, pequeño pero grande a la vez. La historia del abuelo que busca a su perro y algo más que a su perro Malacara. El hombre que lleva una tarta y lleva algo más, la ilusión de conquistar a una mujer. La chica que no se cree bella pero que consigue un set de maquillaje de la forma más inesperada. 3 corazones que laten en la misma dirección: cumplir sus pequeños objetivos.
Gracias Carlos Sorín por hacer nuestro corazón un poco mas grande.
10.
Son 3 historias de 3 personas que en algún momento de la cinta el destino hace coincidir. Todos ellos con un objetivo, pequeño pero grande a la vez. La historia del abuelo que busca a su perro y algo más que a su perro Malacara. El hombre que lleva una tarta y lleva algo más, la ilusión de conquistar a una mujer. La chica que no se cree bella pero que consigue un set de maquillaje de la forma más inesperada. 3 corazones que laten en la misma dirección: cumplir sus pequeños objetivos.
Gracias Carlos Sorín por hacer nuestro corazón un poco mas grande.
10.
14 de noviembre de 2013
14 de noviembre de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historias mínimas es una de esas películas de encuentros y desencuentros casuales que a veces llevan a algún lado y otras veces son solo un apunte en el camino vital de los protagonistas.
Es también una de esas películas que van progresando desde el drama profundo hasta algo mucho más amable, parecido a la comedia…
El caso es que el final resulta esperanzador para todos los protagonistas. Su expectativas no se ven cumplidas, pero eso no resulta desalentador ni triste, sino lógico y natural.
En fin, es una buena película si uno es capaz de comprender que la vida tiene más momentos simples y pequeños que horas llenas emoción o aventura indescriptible y se deja llevar por el ritmo sosegado y melancólico del film de Carlos Sorin.
Y si la vas a ver, mejor que no sigas leyendo. Si la has visto ya, podemos comparar 'notas' más abajo...
Es también una de esas películas que van progresando desde el drama profundo hasta algo mucho más amable, parecido a la comedia…
El caso es que el final resulta esperanzador para todos los protagonistas. Su expectativas no se ven cumplidas, pero eso no resulta desalentador ni triste, sino lógico y natural.
En fin, es una buena película si uno es capaz de comprender que la vida tiene más momentos simples y pequeños que horas llenas emoción o aventura indescriptible y se deja llevar por el ritmo sosegado y melancólico del film de Carlos Sorin.
Y si la vas a ver, mejor que no sigas leyendo. Si la has visto ya, podemos comparar 'notas' más abajo...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por ejemplo, y volviendo al los finales y a las expectativas, el viejo Don Justo anda buscando a su perro Mala Cara. Como no ve bien, nunca sabremos si encuentra a su perro o a otro... pero al fin el resultado es el mismo.
María no se puede llevar el robot de cocina eléctrico porque no hay electricidad en su remota cabaña... Pero hace un viaje que quizás sin el estímulo del concurso jamás habría emprendido, y además se lleva una inusual noche en una ciudad desconocida y un gracioso set de belleza que no necesita porque ya es preciosa.
Roberto, que es un exasperante detallista y obseso de la perfección casi se derrumba cuando esa misma noche ve caer en picado sus esperanzas de ganarse el afecto de la joven viuda. Sin embargo, el nuevo día pone las cosas en su lugar y le devuelve la confianza... renovada, fortalecida.
De paso, se nos muestra una Patagonia poblada por personajes tranquilos, muy humanos y francamente ilusionados con sus mínimas historias. Y por si fuera poco son casi todos amables, solidarios y tremendamente cordiales.
María no se puede llevar el robot de cocina eléctrico porque no hay electricidad en su remota cabaña... Pero hace un viaje que quizás sin el estímulo del concurso jamás habría emprendido, y además se lleva una inusual noche en una ciudad desconocida y un gracioso set de belleza que no necesita porque ya es preciosa.
Roberto, que es un exasperante detallista y obseso de la perfección casi se derrumba cuando esa misma noche ve caer en picado sus esperanzas de ganarse el afecto de la joven viuda. Sin embargo, el nuevo día pone las cosas en su lugar y le devuelve la confianza... renovada, fortalecida.
De paso, se nos muestra una Patagonia poblada por personajes tranquilos, muy humanos y francamente ilusionados con sus mínimas historias. Y por si fuera poco son casi todos amables, solidarios y tremendamente cordiales.
9 de enero de 2008
9 de enero de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta manera “mínima” de contar una historia, Carlos Sorín nos regala una joya para los amantes del cine hecho con el corazón.
Para los que no tienen necesidad de que pasen muchas cosas, y sobre todo, para quien gusta de ritmos lentos y pausados.
Cine de detalle, de cuidado, de mimo, de ver que los actores y el director se han enamorado locamente del milagro que han creado
Momentos trágicos y cómicos se sobreponen unos a otros de manera sublime.
Una obra delicada, para quien quiere disfrutar de cada secuencia de la película.
Para los que no tienen necesidad de que pasen muchas cosas, y sobre todo, para quien gusta de ritmos lentos y pausados.
Cine de detalle, de cuidado, de mimo, de ver que los actores y el director se han enamorado locamente del milagro que han creado
Momentos trágicos y cómicos se sobreponen unos a otros de manera sublime.
Una obra delicada, para quien quiere disfrutar de cada secuencia de la película.
27 de febrero de 2009
27 de febrero de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy recomendable. Sin hablar de la magnífica fotografía que no deja indiferente desde el primer fotograma hasta el último, ésta película habla de la naturaleza humana. De la naturaleza sin florituras; de esa naturaleza real que llena el día a día, mostrando un elenco de personajes que representan la "mediocridad" de nuestras vidas, haciéndonos entender que las pequeñas cosas, como un set de maquillaje, un perro, unos zapatos...en muchas ocasiones, en la mayoría de las ocasiones, representan el motor que nos ayuda a vivir.
El argentino Carlos Sorin se vale de una historia de "Historias mínimas", para contarnos, gracias a la siempre realista interpretación de los actores de su país, cómo la vida es más que grandes acontecimientos.
Repito: MUY RECOMENDABLE.
El argentino Carlos Sorin se vale de una historia de "Historias mínimas", para contarnos, gracias a la siempre realista interpretación de los actores de su país, cómo la vida es más que grandes acontecimientos.
Repito: MUY RECOMENDABLE.
3 de mayo de 2009
3 de mayo de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde la primera escena, en la que don Justo es rechazado por el oculista para renovar el permiso de conducir a causa de su falta de visión, la película te atrapa. Oyendo a don Justo uno recuerda a Di Stéfano por su característica forma de hablar. ¿Qué espera don Justo de la vida? Ir en busca de su perro "Mala cara" que ha huído de su casa. En la road movie que es el film aparecen otros dos personajes: un corredor de comercio y una joven madre con su hija pequeña. Los tres se sumerjen en la lejanas y solitarias carreteras de la Argentina austral en busca de sus sueños. Tierna historia, emocionante, sencilla, sensible. Su ternura te hace llorar.
Arjen
Arjen
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