Escupiré sobre tu tumba
2010 

5.7
6,181
Terror
El film nos cuenta la historia de Jennifer Hills, una chica de ciudad que alquila una aislada cabaña en la montaña para escribir su última novela. Una terrorífica tarde, un grupo de hombres del lugar asalta la cabaña y violan a Jennifer, a la que dejan prácticamente muerta. Pero Jennifer sobrevive, y consumida por la venganza, les devolverá sus actos atroces de una manera que nunca llegarán a imaginar. Remake de "El día de la mujer" (1978). (FILMAFFINITY) [+]
15 de mayo de 2013
15 de mayo de 2013
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien cumple con la premisa a la que se refiere (víctima se convierte en victimaria, me diste un tiro, yo te doy un cañonazo), no me termina de cerrar del todo el mensaje, en lo que a realización se refiere. No termino de entender si es una película feminista, una película machista, si es un ataque al machismo o es un ataque al feminismo.
La protagonista (interpretada por una Sarah Butler que hace un buen papel sin ir más allá de eso) es la escritora Jennifer Hills, una joven y sumamente atractiva escritora, una chica de ciudad exitosa y próspera (como para darse ciertos lujos), además practica ejercicios físicos, cosa que justifica que siendo escritora tenga tan buen cuerpo y además saque a lucirlo cuando sale a correr por páramos en los que nunca antes había estado, como si fuera una caperucita ignorante de los lobos. Linda, inteligente, independiente, exitosa, atractiva, libre... es la chica 10, vamos! El ideal que toda mujer feminista sueña ser.
Esta gran mujer va en viaje de descanso y escritura a una cabaña que se alquila en un hermoso bosque, no sin antes tener un pequeño encuentro con nuestros protagonistas masculinos: Tres pobres diablos bebedores, inmaduros, retrógrados, sin el menor logro importante en sus vidas, que sólo son valientes cuando están en equipo. La imagen típica del machista que se quedó en la época de las cavernas, y que piensa que una mujer no tiene cerebro y sólo sirve para dar placer y luego descartarla.
Luego de que uno de ellos se babosee con ella y que ella le dé el olivo con una sonrisa segura y lo deje con las ganas, la historia continúa en la cabaña (la cual nuestra inteligente protagonista se encargó de indicarles accidentalmente dónde queda). Con ayuda de un amigo retardado (jamás se explica qué hace él con ellos o ellos con él), nuestros tres malvivientes se disponen a asaltar a Jennifer y humillarla, reduciéndola a un pedazo de carne que tiembla mientras ellos se ríen como hienas, hasta que al final (con ayuda de un corrupto e hipócrita comisario), es finalmente sodomizada y vejada. Luego de un escape inexplicable, ella regresa para consumar su venganza de manera cruel, lo que da pie al origen del nombre.
En una primera instancia, pensamos que es una película que alerta el peligro que sufre una mujer cuyo único pecado es ser bonita y atractiva en un mundo donde el machismo reina. Y es cierto, ya que desgraciadamente las historias así se repiten una y otra vez en la vida real. Es una denuncia abierta sobre los psicópatas que día a día atacan a las chicas.
Por el otro lado, peca de que, denuncia la cosificación de una mujer... cosificándola! En una violación no existe el erotismo, existe la violencia y la psicopatología. Y en esta película (donde supuestamente se denuncia esos hechos) resalta demasiado que ya desde la tapa, a la protagonista no se le vea la cara, sino que está de espaldas, y lo que más vemos casi en primer plano... es su culo. Eso y las escenas donde ella sale a correr con algo poco más grande que ropa interior, y la absolutamente innecesaria escena donde se mancha de café y en vez de cambiarse, la vemos en un plano donde el hecho de que sea linda, inteligente, etc. no importa, la vemos (espiamos) en ropa interior lavando su ropa como si después fuera a ponérsela mojada.
Es esta cosificación de la mujer, donde sus logros pasan a un absurdo segundo plano, lo que yo veo como un detalle que hace que sea rechazable desde un punto de vista femenino, mientras que del punto de vista masculino, lo detestable es que muestra a todos los hombres como unos animales hijos de puta sin sentimientos, y que los únicos dos que no son así son un retardado cobarde y un viejito lastimoso.
En fin, con semejantes mensajes confusos, caigo en que tal vez el director no quería dar ningún mensaje, que este remake fue una excusa más para justificar mostrar en detalle como se violan a una chica, y después cómo ella da pie para escenas mini gore. Además de mostrar a una chica que en primer lugar es sexy, y recién después nos damos cuenta que está sufriendo...
La protagonista (interpretada por una Sarah Butler que hace un buen papel sin ir más allá de eso) es la escritora Jennifer Hills, una joven y sumamente atractiva escritora, una chica de ciudad exitosa y próspera (como para darse ciertos lujos), además practica ejercicios físicos, cosa que justifica que siendo escritora tenga tan buen cuerpo y además saque a lucirlo cuando sale a correr por páramos en los que nunca antes había estado, como si fuera una caperucita ignorante de los lobos. Linda, inteligente, independiente, exitosa, atractiva, libre... es la chica 10, vamos! El ideal que toda mujer feminista sueña ser.
Esta gran mujer va en viaje de descanso y escritura a una cabaña que se alquila en un hermoso bosque, no sin antes tener un pequeño encuentro con nuestros protagonistas masculinos: Tres pobres diablos bebedores, inmaduros, retrógrados, sin el menor logro importante en sus vidas, que sólo son valientes cuando están en equipo. La imagen típica del machista que se quedó en la época de las cavernas, y que piensa que una mujer no tiene cerebro y sólo sirve para dar placer y luego descartarla.
Luego de que uno de ellos se babosee con ella y que ella le dé el olivo con una sonrisa segura y lo deje con las ganas, la historia continúa en la cabaña (la cual nuestra inteligente protagonista se encargó de indicarles accidentalmente dónde queda). Con ayuda de un amigo retardado (jamás se explica qué hace él con ellos o ellos con él), nuestros tres malvivientes se disponen a asaltar a Jennifer y humillarla, reduciéndola a un pedazo de carne que tiembla mientras ellos se ríen como hienas, hasta que al final (con ayuda de un corrupto e hipócrita comisario), es finalmente sodomizada y vejada. Luego de un escape inexplicable, ella regresa para consumar su venganza de manera cruel, lo que da pie al origen del nombre.
En una primera instancia, pensamos que es una película que alerta el peligro que sufre una mujer cuyo único pecado es ser bonita y atractiva en un mundo donde el machismo reina. Y es cierto, ya que desgraciadamente las historias así se repiten una y otra vez en la vida real. Es una denuncia abierta sobre los psicópatas que día a día atacan a las chicas.
Por el otro lado, peca de que, denuncia la cosificación de una mujer... cosificándola! En una violación no existe el erotismo, existe la violencia y la psicopatología. Y en esta película (donde supuestamente se denuncia esos hechos) resalta demasiado que ya desde la tapa, a la protagonista no se le vea la cara, sino que está de espaldas, y lo que más vemos casi en primer plano... es su culo. Eso y las escenas donde ella sale a correr con algo poco más grande que ropa interior, y la absolutamente innecesaria escena donde se mancha de café y en vez de cambiarse, la vemos en un plano donde el hecho de que sea linda, inteligente, etc. no importa, la vemos (espiamos) en ropa interior lavando su ropa como si después fuera a ponérsela mojada.
Es esta cosificación de la mujer, donde sus logros pasan a un absurdo segundo plano, lo que yo veo como un detalle que hace que sea rechazable desde un punto de vista femenino, mientras que del punto de vista masculino, lo detestable es que muestra a todos los hombres como unos animales hijos de puta sin sentimientos, y que los únicos dos que no son así son un retardado cobarde y un viejito lastimoso.
En fin, con semejantes mensajes confusos, caigo en que tal vez el director no quería dar ningún mensaje, que este remake fue una excusa más para justificar mostrar en detalle como se violan a una chica, y después cómo ella da pie para escenas mini gore. Además de mostrar a una chica que en primer lugar es sexy, y recién después nos damos cuenta que está sufriendo...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las palmas se la lleva la escena donde luego de la violación (donde todos quedamos estremecidos y angustiados) vemos durante un rato un plano de ella, todavía en shock, caminando desnuda. Una escena donde deberíamos estar angustiados y sentir en nuestra piel el dolor y la humillación de Jennifer... nos termina distrayendo con planos directos, otra vez, a su culo. Un "violar es malo, violar es malo, violar es malo... qué sexy se ve, no? violar es malo...". Realmente lamentable, el mensaje queda totalmente desdibujado. Hay que estar muy concentrado para compadecerse sin morder el anzuelo del sexo y el morbo.
(eso y el preguntarnos cómo hizo para salir del agua, conseguir ropa, comida y vivienda luego de salir desnuda y shockeada, porqué en vez de pedir ayuda a las autoridades y escapar se quedó un mes para planear una venganza de ojo por ojo... se ve que Jennifer era demasiado fan de las películas de SAW, solo así me lo explico...)
(eso y el preguntarnos cómo hizo para salir del agua, conseguir ropa, comida y vivienda luego de salir desnuda y shockeada, porqué en vez de pedir ayuda a las autoridades y escapar se quedó un mes para planear una venganza de ojo por ojo... se ve que Jennifer era demasiado fan de las películas de SAW, solo así me lo explico...)
18 de octubre de 2011
18 de octubre de 2011
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si películas como Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes) o La última casa a la izquierda (The Last House on the Left) han tenido sus correspondientes remakes, sólo era cuestión de tiempo que otras de similares características, pero menos conocidas, también los tuvieran. La violencia del sexo (I Spit on Your Grave), una cinta sobre venganzas, es una de las elegidas y Sarah Butler su nueva protagonista. La actriz da vida a una joven escritora que alquila una cabaña en medio de la nada en busca de tranquilidad e inspiración. Pronto la tranquilidad se tornará en pesadilla…
Lo que diferencia a todas esas películas antiguas de sus nuevas versiones es el tono feísta y amateur que predominaba en las primeras y que ha quedado algo suavizado en las nuevas. Lo que no han suavizado son las bestias escenas de tortura. Y es que la película que nos ocupa cuenta con dos grandes escenas de violencia (con amputaciones y otras lindezas). Desgraciadamente, éstas no ofrecen nada nuevo y lo que hay entre ellas resulta demasiado aburrido como para despertar interés alguno. Estamos, pues, ante un trabajo olvidable y sólo recomendable para los amantes de sagas como Hostel o Saw.
Lo que diferencia a todas esas películas antiguas de sus nuevas versiones es el tono feísta y amateur que predominaba en las primeras y que ha quedado algo suavizado en las nuevas. Lo que no han suavizado son las bestias escenas de tortura. Y es que la película que nos ocupa cuenta con dos grandes escenas de violencia (con amputaciones y otras lindezas). Desgraciadamente, éstas no ofrecen nada nuevo y lo que hay entre ellas resulta demasiado aburrido como para despertar interés alguno. Estamos, pues, ante un trabajo olvidable y sólo recomendable para los amantes de sagas como Hostel o Saw.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Por qué algunos de los violadores que atacan a nuestra protagonista parecen modelos recién salidos de la portada de alguna revista?
19 de febrero de 2011
19 de febrero de 2011
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para cualquiera que sepa términos cinéfilos, la que nos ocupa tiene poco rape y mucho de revenge. Sigue estrictamente los actos que un film así tiene siempre (o casi siempre), esto es: pobre chica es violada, pobre chica queda traumada por el acto, pobre chica pone en pie la carnicería para tomar venganza y que el espectador quede satisfecho.
Últimamente casi (y digo casi porque no quiero desmerecer ese “gran” trabajo perpetuado en varias películas del “genio” Daisuke Yamanouchi) parece que queremos revivir este género ya sepultado hace tres décadas y por supuesto no mediante originales nuevos productos, sino mediante refritos calcados de su correspondiente original. Así pasó con el acertado remake de “La última casa a la izquierda” (cuyos escenarios son prácticamente clonados por la que nos ocupa) y con este film no tan acertado. Otros ejemplos que han ido pariendo y mal vendidas como originales son “No Moriré Sola”, “Hora”, “Chaos” y “Bitch Run!”.
Así pues en esta tenemos a una pésimamente interpretada Jennifer Hills, joven, delgada y con aspecto frágil e inocentón (ideal para estos papeles, por supuesto) que un día es violada brutalmente por un grupo de hombres, todos ellos malos malísimos, personajes planos basados en pollas duras, mentalidad retrograda y afán de posesión y dominación sobre esas putas mujeres de ciudad (típico, ¿verdad?).
Sarah Butler pasa el primer acto poniendo carita de pena, estirando los morros y protagonizando una horrible actuación, resultando poco creíble tanto en sus actos (apenas se defiende, aunque esto he de achacarlo al guionista del Copy&Paste) cómo en sus gestos (no llega a las “grandísimas” actuaciones de violadas y torturadas japonesas tipo Guinea Pig, pero tampoco le faltó tanto). Durante el segundo acto, luce inmaculada, casi recién pasada por el salón de belleza (probablemente tuvo mucho tiempo después de su brutal agresión para plancharse el pelo y ponerse ropa limpita) y es la verdugo de una venganza que se torna del todo increíble.
Quizá por esa sensación que en mí ha producido de “ni frío ni calor” no llegué a empatizar con esa chica brutalmente agredida, ni llegué a sonreír cuándo uno por uno eran torturados esos encefalogramas planos de los que ya he hablado. Casi que me ha dado todo un poquito igual.
Y por supuesto y para seguir la línea de la mediocridad, el guión es un absoluto colador de casualidades y errores varios (*).
Como suele ocurrir en este siglo XXI plagado de libertad, la violación es muy soft comparada con la violencia gráfica posterior. Pero y a pesar de los primeros planos y que seguro moverá más de un estómago, “I Spit On Your Grave” es una vacua propuesta con más y más y más de lo mismo, que a todas luces será un buen entretenimiento para cualquier seguidor del género pero que dista mucho de ser una gran película e incluso, de ser una película de calidad aceptable.
Últimamente casi (y digo casi porque no quiero desmerecer ese “gran” trabajo perpetuado en varias películas del “genio” Daisuke Yamanouchi) parece que queremos revivir este género ya sepultado hace tres décadas y por supuesto no mediante originales nuevos productos, sino mediante refritos calcados de su correspondiente original. Así pasó con el acertado remake de “La última casa a la izquierda” (cuyos escenarios son prácticamente clonados por la que nos ocupa) y con este film no tan acertado. Otros ejemplos que han ido pariendo y mal vendidas como originales son “No Moriré Sola”, “Hora”, “Chaos” y “Bitch Run!”.
Así pues en esta tenemos a una pésimamente interpretada Jennifer Hills, joven, delgada y con aspecto frágil e inocentón (ideal para estos papeles, por supuesto) que un día es violada brutalmente por un grupo de hombres, todos ellos malos malísimos, personajes planos basados en pollas duras, mentalidad retrograda y afán de posesión y dominación sobre esas putas mujeres de ciudad (típico, ¿verdad?).
Sarah Butler pasa el primer acto poniendo carita de pena, estirando los morros y protagonizando una horrible actuación, resultando poco creíble tanto en sus actos (apenas se defiende, aunque esto he de achacarlo al guionista del Copy&Paste) cómo en sus gestos (no llega a las “grandísimas” actuaciones de violadas y torturadas japonesas tipo Guinea Pig, pero tampoco le faltó tanto). Durante el segundo acto, luce inmaculada, casi recién pasada por el salón de belleza (probablemente tuvo mucho tiempo después de su brutal agresión para plancharse el pelo y ponerse ropa limpita) y es la verdugo de una venganza que se torna del todo increíble.
Quizá por esa sensación que en mí ha producido de “ni frío ni calor” no llegué a empatizar con esa chica brutalmente agredida, ni llegué a sonreír cuándo uno por uno eran torturados esos encefalogramas planos de los que ya he hablado. Casi que me ha dado todo un poquito igual.
Y por supuesto y para seguir la línea de la mediocridad, el guión es un absoluto colador de casualidades y errores varios (*).
Como suele ocurrir en este siglo XXI plagado de libertad, la violación es muy soft comparada con la violencia gráfica posterior. Pero y a pesar de los primeros planos y que seguro moverá más de un estómago, “I Spit On Your Grave” es una vacua propuesta con más y más y más de lo mismo, que a todas luces será un buen entretenimiento para cualquier seguidor del género pero que dista mucho de ser una gran película e incluso, de ser una película de calidad aceptable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
(*) Porque veamos… La chica sólo conoce en el pueblo a sus futuros violadores. Casualidades de la vida, cuándo escapa y tropieza con el sheriff que andaba tan campante por el bosque a punto de amanecer de caza (se conoce que no tenía que hacer el mal hombre), éste resulta ser un cómplice que ya ha participado en este tipo de orgías no consentidas… ¡Hacía diez años!
Porque además cliché a la vista, el móvil no funciona. En esta ocasión, la culpa la tuvo el WC.
Porque veamos aún más, la chica debe tener branquias para aguantar durante horas (y horas, y horas) debajo del agua. Y además después y muy de repente, parece conocer muy bien un terreno hasta entonces absolutamente desconocido para ella.
Porque la chica iba desnuda, pero consigue ropa limpia y plancharse el pelo y ¡hasta deportivas!, que por cierto, suyas no han de ser teniendo en cuenta que todas sus pertenencias fueron quemadas.
Porque logra robar la cámara (¿?) que tenía además puesta la cinta de la violación (casualidades, de nuevo) y en un momento de cordura la guarda para mandarla a la policía (claro chicos, a ese policía que la ha violado. Lo “normal”).
Porque desaparece más de un mes y nadie pone una denuncia… En USA lo que se lleva es llamar por teléfono al casero cuándo alguien lleva un mes desaparecido y con el teléfono apagado, oiga. Por supuesto con un “no sé” los familiares tienen respuesta suficiente como para no volver a dar el coñazo lo que resta de film.
Porque a pesar de que al principio se nos advierte de lo lejana que está la cabaña de otras casas y por supuesto del pueblo al que pertenece, ella llega a todas partes haciendo senderismo.
Porque durante un mes toma clases de Jigsaw y se saca de la manga un kit de pesca, cuerdas, pistola, escopeta y una fuerza impresionante para dejar inconsciente y de un solo golpe a todo el elenco masculino. Y por si fuera poco descubre la casa de sus captores, hace visitas y además conoce la situación personal del cabecilla de la banda.
Porque hay algún personaje masculino que además de violar gusta de meter su cabeza en lejía, pues si no es inexplicable cómo, pudiendo apoyar su cabeza en los lados de la bañera, decida sumergirla bajo el agua.
Y por último, el final a todas luces me ha parecido, y a conveniencia de no tener que dar más vueltas al coco los guionistas, una tomadura de pelo. Se ha vengado y ahora, ¿Qué va a hacer Hills? Y sobre todo, ¿la niña? ¿Dónde está niña? ¿Se vengó a través de la familia del sheriff cómo muchos intuíamos o no?
Porque además cliché a la vista, el móvil no funciona. En esta ocasión, la culpa la tuvo el WC.
Porque veamos aún más, la chica debe tener branquias para aguantar durante horas (y horas, y horas) debajo del agua. Y además después y muy de repente, parece conocer muy bien un terreno hasta entonces absolutamente desconocido para ella.
Porque la chica iba desnuda, pero consigue ropa limpia y plancharse el pelo y ¡hasta deportivas!, que por cierto, suyas no han de ser teniendo en cuenta que todas sus pertenencias fueron quemadas.
Porque logra robar la cámara (¿?) que tenía además puesta la cinta de la violación (casualidades, de nuevo) y en un momento de cordura la guarda para mandarla a la policía (claro chicos, a ese policía que la ha violado. Lo “normal”).
Porque desaparece más de un mes y nadie pone una denuncia… En USA lo que se lleva es llamar por teléfono al casero cuándo alguien lleva un mes desaparecido y con el teléfono apagado, oiga. Por supuesto con un “no sé” los familiares tienen respuesta suficiente como para no volver a dar el coñazo lo que resta de film.
Porque a pesar de que al principio se nos advierte de lo lejana que está la cabaña de otras casas y por supuesto del pueblo al que pertenece, ella llega a todas partes haciendo senderismo.
Porque durante un mes toma clases de Jigsaw y se saca de la manga un kit de pesca, cuerdas, pistola, escopeta y una fuerza impresionante para dejar inconsciente y de un solo golpe a todo el elenco masculino. Y por si fuera poco descubre la casa de sus captores, hace visitas y además conoce la situación personal del cabecilla de la banda.
Porque hay algún personaje masculino que además de violar gusta de meter su cabeza en lejía, pues si no es inexplicable cómo, pudiendo apoyar su cabeza en los lados de la bañera, decida sumergirla bajo el agua.
Y por último, el final a todas luces me ha parecido, y a conveniencia de no tener que dar más vueltas al coco los guionistas, una tomadura de pelo. Se ha vengado y ahora, ¿Qué va a hacer Hills? Y sobre todo, ¿la niña? ¿Dónde está niña? ¿Se vengó a través de la familia del sheriff cómo muchos intuíamos o no?
25 de junio de 2011
25 de junio de 2011
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy previsible, ya que una chica que va sola al campo, sin nadie a la vista en kilómetros, en una cabaña que se alquila desde el pueblo que no saben nada y no ven nada, como siempre, no hay que ser un experto para saber que sucederá.
Sarah Butler lo hace bien, mostrando gran expresividad al ser asechada y atacada, pero luego parece la versión femenina del exterminador, nada de expresión y nada de sentimiento.
La transformación de la victima a victimario no convence y la forma de castigar a sus agresores es una burla copia de SAW, pero mucho menos elaborada.
NO es mala, pero no muestra nada nuevo, uno la ve y ya sabe todo lo que va a pasar y lo mas triste que esto pasa desde el comienzo.
Hay varias películas que están siguiendo este formato de victima/victimario y no digo que sea malo si lo saben hacer pero al no hacerlo bien, aburre.
Sarah Butler lo hace bien, mostrando gran expresividad al ser asechada y atacada, pero luego parece la versión femenina del exterminador, nada de expresión y nada de sentimiento.
La transformación de la victima a victimario no convence y la forma de castigar a sus agresores es una burla copia de SAW, pero mucho menos elaborada.
NO es mala, pero no muestra nada nuevo, uno la ve y ya sabe todo lo que va a pasar y lo mas triste que esto pasa desde el comienzo.
Hay varias películas que están siguiendo este formato de victima/victimario y no digo que sea malo si lo saben hacer pero al no hacerlo bien, aburre.
2 de febrero de 2021
2 de febrero de 2021
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Extraña y violenta película de introspección (hasta cierto punto) en temas que por su reiteración forman parte casi del inconsciente colectivo-cinéfilo, en su línea más repetitiva: El odio,el desquite frente a la justicia corrupta, la contraposición de lo femenino, frente a la brutalidad, la frontera entre lo que es justicia retributiva y venganza más descarnada, o la vindicación de los "demonios interiores" que parecen incluso referenciar al mito Jekill-Hyde, o para más concreción, desde un punto de vista cinéfilo, a la interesante "Perros de paja" de Sam Peckinpah, el cual hasta podría haber filmado esta película plano por plano.
Sin renunciar a ciertos tópicos (con inclusión casi obligada de pueblo de la América profunda, habitado por casposos "Homo erectus") Steven R. Monrroe, filma una aceptable proposición a caballo entre el thriller sicológico y el terror, en donde con una hábil perversión del planteamiento, éste último es servido por la víctima, consiguiendo que la consabida dicotomía entre buenos y malos, casi se diluya con claroobscuros, y situando la trama en un bosque, que se hace cómplice casi interesado tanto a favor de unos como de otros.
Monrroe, sacrifica el realismo, o incluso la credibilidad (No se comprende como una frágil víctima propiciatoria se transforma a través de una imposible elipsis en alguien digno de figurar en un documental de "supervivencia extrema") para dar al espectador lo que interesa, y hacerlo de forma rápida en 90 minutos de metraje.
Un mensaje muy poco recomendable, pero sugestivamente hipnótico para una interesante película.
Sin renunciar a ciertos tópicos (con inclusión casi obligada de pueblo de la América profunda, habitado por casposos "Homo erectus") Steven R. Monrroe, filma una aceptable proposición a caballo entre el thriller sicológico y el terror, en donde con una hábil perversión del planteamiento, éste último es servido por la víctima, consiguiendo que la consabida dicotomía entre buenos y malos, casi se diluya con claroobscuros, y situando la trama en un bosque, que se hace cómplice casi interesado tanto a favor de unos como de otros.
Monrroe, sacrifica el realismo, o incluso la credibilidad (No se comprende como una frágil víctima propiciatoria se transforma a través de una imposible elipsis en alguien digno de figurar en un documental de "supervivencia extrema") para dar al espectador lo que interesa, y hacerlo de forma rápida en 90 minutos de metraje.
Un mensaje muy poco recomendable, pero sugestivamente hipnótico para una interesante película.
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