El año que vivimos peligrosamente
1982 

6.9
14,594
Drama. Romance
Yakarta, año 1965. Al inexperto reportero australiano Guy Hamilton (Mel Gibson) se le presenta la oportunidad de su vida cuando lo mandan como enviado especial a Indonesia. En el turbulento escenario de la insurrección comunista contra el presidente Sukarno, conoce a Billy Kwan (Linda Hunt), un enigmático fotógrafo, y a Jill Bryant (Sigourney Weaver), una atractiva mujer que trabaja en la embajada inglesa. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2010
3 de enero de 2010
10 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una pena que con un tan interesante y sugerente historia, Weir (un tipo que no destaca precisamente por desperdiciar buenas historias, ahí queda la gran 'Master and Commander') compone un magnético y lamentablemente, irregular drama con momentos de considerable intensidad y tensión con otros excesivamente pausados y livianos que repelen el interés del espectador por la historia y unos personajes que en ningún momento llegan a terminar de estar del todo trenzados o por lo menos, lo suficientemente profundizados como se pretendía, perjudicado también por un mediocre y flojísimo Mel Gibson como protagonista (sin lugar a dudas una de sus peores interpretaciones de cajón), una correcta Weaver y una más que aceptable Linda Hunt que más bien se llevó el Oscar por lo curioso de su papel (mujer interpretando a hombre) que por méritos propios.
Pero a pesar de sus defectos, 'El año que vivimos peligrosamente' resulta una película correcta, sin más, que se deja ver adecuadamente con un ritmo lento que no llega a aburrir pero que como sí dije anteriormente pierde la atención del espectador con algunas escenas insertadas innecesariamente con calzador (el romance en sí no tiene la importancia que se esperaba, ni el personaje de Sigourney tanto protagonismo como cabía esperar).
La dirección de Weir es puramente intimista, y potenciando el encanto y el ambiente de muchos lugares cerrados o la rebeldía que propicia el lugar en el que cobra vida la historia, aderezados de una bella y relajante BSO del maestro Jarre que nos deja uno de sus mejores y más recordados trabajos.
·LO MEJOR: La banda sonora de Jarre.
·LO PEOR: Gibson, en una de sus peores interpretaciones. El irregular guión.
Pero a pesar de sus defectos, 'El año que vivimos peligrosamente' resulta una película correcta, sin más, que se deja ver adecuadamente con un ritmo lento que no llega a aburrir pero que como sí dije anteriormente pierde la atención del espectador con algunas escenas insertadas innecesariamente con calzador (el romance en sí no tiene la importancia que se esperaba, ni el personaje de Sigourney tanto protagonismo como cabía esperar).
La dirección de Weir es puramente intimista, y potenciando el encanto y el ambiente de muchos lugares cerrados o la rebeldía que propicia el lugar en el que cobra vida la historia, aderezados de una bella y relajante BSO del maestro Jarre que nos deja uno de sus mejores y más recordados trabajos.
·LO MEJOR: La banda sonora de Jarre.
·LO PEOR: Gibson, en una de sus peores interpretaciones. El irregular guión.
7 de noviembre de 2015
7 de noviembre de 2015
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película empezó bien, un jovencísimo Mel Gibson y una atractiva Sigourney Weaver, una primera media hora con un ambiente pausado pero envolvente.
Luego nada, el guión se esfumó, perdió fuelle, escenas que no llegan, que no transmiten, ni la agónica situación del país ni la bonita historia de amor. Sí, puede que Mel Gibson tuviera un atasco interpretativo pero hubo otras carencias y creo que las más importantes residieron en el guión, en la manera de seguir la trama.
Me gustó como al final uno de los empleados de Guy Hamilton intentaba reflexionar porqué ellos no podían tener una calidad de vida como los europeos. Creo que es una incognita de muchos países, ¿Vivir como los europeos?, ¿Vivir pese a los europeos (=naciones avanzadas)?, ¿Vivir pese a sus gobiernos totalitarios (de Indonesia en este caso)?, sería mejor vivir con los europeos pero no se si ello es posible con tantos intereses creados. Lo que sí parece ser cierto es que muchos países procedentes de antíguas colonias tienen dificultad de conseguir una mediana estabilidad.
Siempre me gusta ver en cine pedazos de la historia de cualquier país.
Luego nada, el guión se esfumó, perdió fuelle, escenas que no llegan, que no transmiten, ni la agónica situación del país ni la bonita historia de amor. Sí, puede que Mel Gibson tuviera un atasco interpretativo pero hubo otras carencias y creo que las más importantes residieron en el guión, en la manera de seguir la trama.
Me gustó como al final uno de los empleados de Guy Hamilton intentaba reflexionar porqué ellos no podían tener una calidad de vida como los europeos. Creo que es una incognita de muchos países, ¿Vivir como los europeos?, ¿Vivir pese a los europeos (=naciones avanzadas)?, ¿Vivir pese a sus gobiernos totalitarios (de Indonesia en este caso)?, sería mejor vivir con los europeos pero no se si ello es posible con tantos intereses creados. Lo que sí parece ser cierto es que muchos países procedentes de antíguas colonias tienen dificultad de conseguir una mediana estabilidad.
Siempre me gusta ver en cine pedazos de la historia de cualquier país.
7 de enero de 2011
7 de enero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de ambientación y caracterización de personajes enamoradiza. Uno se siente perfectamente inmerso en lo que allí sucede, en la situación política (principalmente de los extranjeros que allí trabajan) y sobretodo en el entorno de un Billy excelentemente interpretado y verosímil (por una Linda Hunt que cuajó un magnífico papel de enano indonesio).
Antológica es su banda sonora, de Jarre padre pero con el hit de Vangelis. Música de monzón.
Excelentes imágenes para una tierna historia de amor, violencia y testosterona en un mundo de hombres... que cumplen los deseos de una mujer.
Aconsejable, muy aconsejable.
Una buena obra de Weir, menos redonda pero también menos lenta que otras.
Antológica es su banda sonora, de Jarre padre pero con el hit de Vangelis. Música de monzón.
Excelentes imágenes para una tierna historia de amor, violencia y testosterona en un mundo de hombres... que cumplen los deseos de una mujer.
Aconsejable, muy aconsejable.
Una buena obra de Weir, menos redonda pero también menos lenta que otras.
25 de enero de 2011
25 de enero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La música de Jarre y de Strauss y la interpretación de Linda Hunt son suficientes para hacer especial a esta película. Los ojos y la mente de Billy intentan cambiar el mundo a través de un periodista mediocre del mundo civilizado de los corresponsales extranjeros tan llenos de miseria moral. El espíritu puro de Billy se proyecta en sus fotografías en blanco y negro, da su corazón a un niño moribundo. Billy Kwan explica la miseria de Indonesia con sus fotos en blanco y negro, con todo su dolor y suena "Beim Schlafen gehen". Cuando suena esta musica Billy ya ha perdido su esperanza.
Las víctimas del juego de marionetas de Sukarno mueren, pero el personaje de Billy es inmortal... Billy nos recuerda que todos somos cómplices. Su espíritu vivirá siempre. Linda Hunt ganó un Oscar inolvidable gracias a este personaje.
(Nunca entenderé como el personaje de Sigurney Weaver se pudo enamorar del personaje de Mel Gibson).
Las víctimas del juego de marionetas de Sukarno mueren, pero el personaje de Billy es inmortal... Billy nos recuerda que todos somos cómplices. Su espíritu vivirá siempre. Linda Hunt ganó un Oscar inolvidable gracias a este personaje.
(Nunca entenderé como el personaje de Sigurney Weaver se pudo enamorar del personaje de Mel Gibson).
10 de enero de 2018
10 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de choque cultural entre Occidente y el Sureste asiático, que nos documenta históricamente sobre lo acontecido en Indonesia en los años 60. No todo era Vietnam. Peter Weir se lanzó a mostrar a la factoría hollywoodiense la vergũenza que suponía estar mirando para otro lado. Y para ello se valió de tres grandes actores y de una gama de secundarios absolutamente magistral.
Película vista en VO, hace que se agudicen los sentidos. Todo el remate visual de la obra hace que llegue el cine a lo más profundo de tus entrañas. Las fotografías, los archivos, los huecos de las balas en el coche, la yema de los dedos hundiéndose…
Mención aparte merece la representación de la pasión. Lo inevitable no se puede aguantar por mucho tiempo y la forma que tiene de mostrarlo Weir, sin necesidad de sexo explícito, es digno de elogio. Sigourney está sublime. Ella sola gestiona la relación de amor pasional. Actriz de altura, en ambos sentidos, que bajo la lluvia solo hace ensalzar su figura y sus dotes de actriz celestial.
Película vista en VO, hace que se agudicen los sentidos. Todo el remate visual de la obra hace que llegue el cine a lo más profundo de tus entrañas. Las fotografías, los archivos, los huecos de las balas en el coche, la yema de los dedos hundiéndose…
Mención aparte merece la representación de la pasión. Lo inevitable no se puede aguantar por mucho tiempo y la forma que tiene de mostrarlo Weir, sin necesidad de sexo explícito, es digno de elogio. Sigourney está sublime. Ella sola gestiona la relación de amor pasional. Actriz de altura, en ambos sentidos, que bajo la lluvia solo hace ensalzar su figura y sus dotes de actriz celestial.
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