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El ala oeste de la Casa BlancaSerie

Serie de TV. Drama Serie de TV (1999-2006). 7 Temporadas. 155 Episodios. El Presidente de los Estados Unidos de América, el demócrata Josiahv 'Jed' Bartlet (Martin Sheen), gobierna la nación más poderosa del mundo intentando hacer siempre lo mejor para el país y sus ciudadanos, enfrentándose cada día a importantes decisiones que a menudo afectan al mundo entero. La acción se desarrolla dentro de la Casa Blanca y muestra los entresijos del febril trabajo ... [+]
Críticas 42
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7
6 de noviembre de 2012 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se si habéis visto una película de 1996 llamada El presidente y Miss Wade, en la que se contaba la historia de un presidente viudo interpretado por Michael Douglas, que se enamoraba, estando ya en el cargo de una periodista con un pasado un poco “rojillo” y los problemas que eso le suponía. El guionista de la película era Aaron Sorkin, y en ella aparecía Martin Sheen como un asesor del presidente. Esta película fue la base para que unos años después, en 1999, Sorkin creara El Ala Oeste, en la que contaba los intríngulis de la presidencia del ficticio Jeb Bartlet, curiosamente interpretado aquí por Martin Sheen, al que se ve que ascendieron en el “cargo”.

La serie tiene el estilo puro de Sorkin: diálogos rápidos, inteligentes, incisivos, normalmente muy brillantes, pero siempre diálogos, diálogos, muchos diálogos, mientras los personajes caminan a toda leche por los pasillos.

Hay que admitir que no es una serie apta para todos los públicos ni adecuada para quienes busquen televisión de consumo rápido. No es una serie en la que resulte fácil entrar, para apreciarla hay que estar dispuestos a saborear y paladear las réplicas y contrarréplicas que se dan los personajes. Y lógicamente te tiene que gustar este tipo de ficciones. Aquí no hay acción, casi no hay comedia al uso, sino más bien ironía que destilan algunos de los personajes, y tampoco hay suspense en las historias, salvo en algunos episodios muy contados.

Básicamente los protagonistas son los asesores del presidente, su jefe de gabinete, su portavoz, etc. Y los intríngulis de cómo se hace política en estados unidos: redactando discursos, enfrentándose a las encuestas, planificando una campaña electoral, tratando de convencer a los congresistas -del partido propio o del ajeno- para reunir los votos suficientes para sacar adelante una ley, etc. Prácticamente casi toda la serie se desarrolla en interiores: pasillos, despachos, etc. Y los personajes apenas si tienen vida privada que se cuente en la historia salvo cuando esta se ve afectada por su trabajo (estos tíos son adictos al trabajo, y alguno a algo más que al trabajo).

Las 7 temporadas de las que consta la serie se vienen a corresponder aproximadamente a 7 años de mandato del presidente: empieza cuando Bartlet, el presidente del partido demócrata, lleva ya un año en la Casa Blanca y acaba cuando hace la transición a su sustituto en la presidencia al final de su segundo mandato. Así se va pasando por todos los temas, tanto de política interna (las peleas con los republicanos, o con los senadores y congresistas demócratas también, las discrepancias con el vicepresidente, las presiones de los distintos lobbies, la elección de los jueces del tribunal supremo (son cargos vitalicios), los problemas que causan los gobernadores de los estados, o los representantes de las minorías, o los representantes de los grupos religiosos más reaccionarios) como exterior (la situación entre Israel y Palestina, los problemas entre China y Rusia en las repúblicas del centro de Asia, las difíciles relaciones con un estado musulmán ficticio llamado Qumar, que apoya a los terroristas, etc.)

También se va pasando por todo el proceso del ciclo político de los americanos: la campaña para la reelección a los cuatro años, los debates, las elecciones, el proceso de primarias para la elección del nuevo candidato (pues los presidentes no se pueden presentar más de dos veces) y el de la campaña electoral del nuevo, junto con la transferencia de poderes.

Una de las cosas que a veces le achacan a la serie es que es un es muy maníquea. Esto no es del todo así; si ves los suficientes capítulos te das cuenta de que hay mezquinos en ambos bandos (demócratas y republicanos), de la misma forma en que por ejemplo el ficticio líder palestino sale bastante bien parado en el retrato que le hacen. Y además, ¡vamos a ver! ¡que esto es una serie de ficción!, no pretende ser un documental.

Por supuesto también tiene cosas malas, defectillos que la alejan de ser perfecta, y la dejan en un producto de calidad, bueno o como poco muy interesante.

Empezando por el presidente: este tío es casi perfecto: listo, honrado, justo, ecuánime, cabal, sin escándalos sexuales como Clinton o Kennedy, y además un genio. El tipo tiene el premio Nobel, y no el de la Paz, como Obama, sino el de Economía, y no obtenido durante su mandato, sino antes de llegar al cargo. ¡Hombreeee…! Un poquito de imperfección no habría estado mal.

Y algo parecido pasa con el resto de los protagonistas, los miembros de su gabinete. Todos son inteligentes y brillantísimos (vale, bueno, podemos aceptar que no eligiera a unos inútiles para formar parte de sus personal de confianza), nunca les falta una réplica mordaz e inteligente (OK, también vale, al fin y al cabo se ganan la vida escribiendo discursos) pero es que además son todos unos idealistas y unos leales camaradas, y si han tenido problemas personales serios, son cosa de su pasado.

La verdad es que yo eché en falta alguna mezquindad de vez en cuando, alguna puñalada trapera entre ellos, algún golpe bajo o un insulto fácil entre tanta réplica brillante y argumento inteligente, alguno menos idealista y más cínico o de vuelta de todo, alguno que fuera más egoísta y pusiera alguna que otra zancadilla,…
En fin todo esto le hubiera quitado ese aire un poco ingenuo y naif, a la serie y la habría hecho más realista y con más mala baba.

De hecho supongo que la serie es muy realista en todo lo que cuenta de la trastienda política, en el fondo y en los procedimientos (en lo que se hace) pero sospecho que no es tan realista en la forma en la que se hace: imagino que la realidad no estará tan cerca de la honradez inmaculada y la perfección que se retratan en la pantalla.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2012/11/el-ala-oeste-la-trastienda-del-poder.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una cosa sorprendente de la serie es cómo logró anticiparse a algunas de las cosas que han pasado de verdad en la Casa Blanca real, y que han sido noticias en los periódicos y en la TV, como por ejemplo un episodio en el que el congreso (de mayoría contraria: republicana) no le aprueba el presupuesto federal y tiene que entrar en una especie de “servicios mínimos” y despedir empleados públicos mientras se desbloquea la situación, o como no son capaces de sacar adelante una ley para la asistencia sanitaria estatal paralela a las aseguradoras privadas, etc… cosas que le pasaron a Obama algunos años después.

También se cuentan detalles de la vida personal del Presidente:

Así por ejemplo nos vamos enterando de que tiene una enfermedad degenerativa, que la principio se oculta al público, del lío en el que se meten porque su mujer, interpretada por Stockard Channing (¿alguien se acuerda de Rizzo en Grease? Pues esa misma), que es médico, lo trata para su enfermedad y lo medica “a escondidas”, o de cómo, en uno de los mejores finales de temporada secuestran a una de sus hijas, estudiante universitaria, y dimite, temporalmente, para que los secuestradores no puedan presionarle, cediendo el poder justamente a su rival, el líder del partido contrario, que es el portavoz de los republicanos en el Senado, interpretado por el gran John Goodman.

En la última temporada también se cuenta algo que acabó pasando en la realidad, de forma muy parecida, unos años después: los demócratas eligen como candidato al que a priori es el anti-prototipo de demócrata: latino, de Tejas, religioso, contrario al aborto,…) mientras que los republicanos eligen también al que a priori es lo menos parecido a un republicano típico (está interpretado por Alan Alda): Californiano, ateo, pro-abortista,…
Por lo que además de enfrentarse en debates entre si, y de no poder utilizar las armas que normalmente utilizarían, pues tienen los papeles un poco cambiados, también tienen que luchar con los miembros más ortodoxos de sus respectivos partidos y convencer a sus electores más tradicionales. Pues bien, el republicano poco a poco le va comiendo terreno en las encuestas al demócrata, y cuando parece que definitivamente va a ganar las elecciones, un incidente que no viene al caso, le acaba restando votos y pierde por muy poco. Finalmente el nuevo presidente electo le ofrece a él, rival y su contrincante político, el cargo de secretario de estado (el equivalente a ministro de asuntos exteriores) justamente como Obama hizo con Hillay Clinton, que fue su rival en las primarias.
2
1 de octubre de 2020
11 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que llevo ya unos cuantos planchazos con esto de las series míticas consideradas lo mejor de lo mejor de la historia de la tele. Pero como éste pocos.

Cuando leía críticas en las que se hablaba de sus ingeniosísimos diálogos, su ritmo trepidante, su brillantez, su inteligencia desbordante, poco podía yo imaginar que la cosa iba de ver constantemente a los protagonistas andando sin parar por la Casa Blanca y parloteando como loros sin enterarme absolutamente de nada.

Al final me he quedado con una horrible sensación de que tengo que ser completamente gilipollas y con la autoestima como espectadora por los suelos.

Para que os hagáis una idea de los diálogos de pasillo esos que los fans de la serie encuentran tan ingeniosísimos, sería algo más o menos así:

- Has hablado con CJ?

- Está reunida con el Presidente.

- Mañana vienen los de la AMV a hablar con Sam de lo de la JHK.

- Estará Donna?

- No, Donna tiene que buscar el caso de MCSW para lo de Mirror.

- Pero el senador Spark votará que no?

- Sí, pero Leo se lo dirá antes de que lleguen los de KWQ.

- Seguro?

- Claro, además la Primera Dama estará en Texas.

- Vale, entonces mañana nos reunimos con Flynn para tratar lo de las ancas de rana.

- Pero antes tengo cita con los repartidores de patatas de Alabama.

- Asistirán los de "Flowers and Bananas"?

- Le preguntaré a la señora Pink.

- Ok, hablamos.

Ingeniosísimo, verdad? A que os parece genial?

Pues todo el tiempo así, soltando diálogos enloquecidos como éste mientras corretean por los pasillos de la Casa Blanca y saludan a unos y a otros constantemente.

A todo esto en ningún momento he llegado a enterarme tampoco del cargo que ocupa cada personaje. La única C.J., que es la jefa de prensa. El resto ni idea. Igual pueden ser asesores que secretarios que escritores de discursos que jarrillos de mano del Presidente.

Y luego Martin Sheen, por favor, en cada capítulo soltando unas pedazo chapas increíbles, intentando demostrar al mundo que se puede ser presidente de los EEUU y a la vez una persona con una moral intachable y una sensibilidad exquisita.

Un presidente sabio y magnánimo que comprende los errores ajenos, que perdona siempre a los que le ofenden, que no conoce la maldad ni el rencor. Mesurado, ecuánime, divertido, fiel y amante esposo, padre comprensivo y dialogante, amigo leal, siempre dispuesto a escuchar y a dar consejos certeros. Un presidente que llama personalmente a las viudas de los soldados caídos, que consuela a los enfermos, que canta a los niños y les cuenta chistes cuando visitan la Casa Blanca, que les hace trucos de magia, que se preocupa por los asuntos personales de todos y cada uno de sus empleados y colaboradores....

En definitiva, un Presidente de los EEUU que sólo puede existir en la mente ingenua y angelical de un tipo como Aaron Sorkin.
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Y luego está el tema de las desapariciones súbitas. Personajes que parecen fundamentales en la trama y que sin más explicación desaparecen en la temporada siguiente y nunca más se vuelve a saber de ellos.

Hay gente que comenta esto como si fuera un hecho anecdótico, incluso simpático. Personalmente lo considero una tremenda falta de respeto al espectador, al que ni siquiera se considera lo suficientemente inteligente como para que se pregunte qué coño ha pasado con ese personaje. Igual hasta Sorkin y el resto de guionistas pensaban que la gente no se iba a dar ni cuenta de esas desapariciones. O que iba a correr un tupido velo y hacer como si nada.

La desaparición más impactante, tal vez por ser la más temprana, es la de Mandy, que sale en segundo lugar en los títulos de crédito de la temporada inicial, y de repente en la segunda ya no está. Y nadie la vuelve a nombrar nunca más ni hace la menor alusión a que alguna vez hubo allí alguien llamado Mandy.

He leído que fue algo tan descarado que incluso la desaparición de esta chica dio nombre al fenómeno, y así desde entonces se dice cuando un personaje es eliminado sin explicación alguna que se ha ido a Mandyville. Pa mear y no echar gota.
5
4 de septiembre de 2021
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de decir que "solo" he visto hasta la 3ª temporada, capitulo 16. No es que sea mala, pero los argumentos son el día a día de la Casa Blanca: Leyes que para su aprobación requieren el voto de congresistas; las maniobras para obtenerlos. Crisis internacionales que surgen y que suelen resolverse con el parto de un ratón, o sea poca cosa. Cómo se llevan entre ellos los asesores del presidente, sus andanzas personales etc.

O sea que por estas latitudes poco interés; más para los norteamericanos, cuya veneración por sus instituciones, incluida la presidencia es envidiable. Pero a nosotros todo eso nos pilla algo lejos; de forma que si lo que buscamos es una serie como Dios manda: Que nos mantenga en tensión, pegados al sillón, pendientes del argumento, creo que las hay mejores. Por ejemplo he empezado, solo empezado a ver Shooter (4 capítulos) y esta sí te mantiene por ahora atento, aunque no sea tan famosa
8
8 de junio de 2011 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica serie que se sustenta por unos trabajadísimos guiones y por unos personajes entrañables interpretados de manera impecable por una serie de actores comandados por un Martin Sheen que tiene una presentación espectacular.
Cada capítulo si bien está relacionado con los anteriores nos presenta una temática a analizar desde el punto de vista de las personas encargadas de controlar nuestros destinos.
Te engancha de principio a fin sobre todo por los personajes tan interesantes que tiene la serie.
10
28 de diciembre de 2022 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo es posible que un tío que no había cumplido los 40 emprende una serie que te la hubieran firmado Scorsese, Spielberg, Lumet o Wells en sus etapas de conocimiento crepuscular y aún así habrían sido sus obras maestras para acabar? Pues yo todavía no tengo respuesta a ello. No doy crédito con esta serie. Sin duda la considero mi favorita ahora mismo junto a GOT y las temporadas buenas de Los Simpsons. Inteligente, pedagógica, tensa, cómoda, cómica, etc. Todo esto sin alardes, con capítulos que transcurren dentro de cuatro paredes o pasillos. Desde una charla que consiste en que la cartografía era racista y clasista hasta el conflicto de Oriente Medio pasando por un debate rodado en directo. Todos, absolutamente todos los personajes están dirigidos y guionizados de 10. Hay tanto que cavar en ellos. Un presidente sensato y carismático que a todos nos gustaría tomar una copa con él. Una directora de jefatura de prensa que es probablemente mi personaje favorito femenino (y diría que hasta masculino) de las series de todos los tiempos. Por dios, Allison Janney, pocos Emmys y Globos de Oro te dieron. La relación entre Josh y Donna, el ego de Toby, la caña que le da la primera dama a su marido cada vez que... abre la boca. Bueno, y Leo, Sam, Margaret, Annabeth. Coño, que voy a ver CODA sola y exclusivamente por Marlee Matlin. Tanto talento y en abundancia acabo abrumado y aplaudo. Pero paso de escribir más (que esto superaría las 5000 palabras y no es broma) sobre esta joya de joyas. Solo un simple inciso en spoiler sobre la última temporada.
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Última temporada: genial pero la menos buena de todas para mí ya que el legado y el equipo Bartlet se fumiga, ahí vemos a un Josh que tiene su verdadera prueba de fuego en la serie con su candidato Santos. Su oponente, el republicano Vinick pasa ser top 10 personajes favoritos para mí, el único del otro bando que tiene narrativa y oportunidad en la serie. Me hubiera gustado que este último ganara ya que hace mucho tiempo que un partido no está más de 8 años seguidos en el cargo y darle otro toque para acabar pero al final ese cambio de legislatura entre Bartlet y Santos sienta bien. Incluso no sé cómo se las apaña el puñetero Sorkin para haberme hecho creer que iba a ganar Vinick. Me hubiera gustado pero hasta en ese giro maratoniano le aplaudo. Bravo por Sorkin y los actores/actrices que salen que si de mí hubiera dependido habrían como 15 actuaciones que tenían que tener su Globito de Oro menos la citada Allison Janney que debería tener los 7 en su saloncito. Adiós a LA SERIE, la que tiene unos créditos finales tan simples que parecen sacados de una peli navideña de Antena 3 a las 4 de la tarde.
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