Orígenes
6.8
24,804
Drama. Romance. Ciencia ficción
Ian Gray, un estudiante de biología molecular especializado en la evolución del ojo humano, conoce a una misteriosa mujer cuyo iris es multicolor. Años después, su investigación lo lleva a hacer un descubrimiento asombroso, que podría cambiar la forma en que percibimos nuestra existencia. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2014
28 de diciembre de 2014
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me ha gustado, si bien es una película entretenida y que no se hace excesivamente pesada, me incomodó la forma en la que el director quiere hacernos creer en lo místico. La realización es aceptable y la idea inicial es interesante, pero pobremente ejecutada. No ha sabido sacarle rendimiento, haciendo que a la película le sobren muchos minutos de rodaje.
Nos plantea argumentos frágiles y lo sabe. Es tan incómodo ver como intenta ridiculizar a los científicos en varias escenas, que uno no se puede explicar qué otra función podrían tener éstas si no es para intentar darle mas credibilidad a sus pobres razonamientos.
Una pena, Mike Cahill, si te hubieras guardado tu rabieta podrías haber hecho una interesante película.
Nos plantea argumentos frágiles y lo sabe. Es tan incómodo ver como intenta ridiculizar a los científicos en varias escenas, que uno no se puede explicar qué otra función podrían tener éstas si no es para intentar darle mas credibilidad a sus pobres razonamientos.
Una pena, Mike Cahill, si te hubieras guardado tu rabieta podrías haber hecho una interesante película.
23 de marzo de 2015
23 de marzo de 2015
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ciencia ficción minimalista para modernos de esos que beben te sin teína y hacen yoga los Domingos por la mañana en la playa. "Orígenes" por momentos parece entretenida pero eso es solo un espejismo porque la sensación general es que se trata de una narrativa insufrible, pedante y que no tiene claro lo que quiere explicar (o no sabe explicarlo) y ni tan siquiera esa segunda parte aparentemente entretenida, consigue que los bostezos se apoderen de nuestra boca a cada minuto. No me vale que salgan ahora los puristas diciendo que es cine para entendidos o que estamos demasiado acostumbrados a las películas de superheores. Hay una diferencia entre una hamburguesa y la deconstruccion de un guisante... y todo el mundo lo sabe. "Orígenes" pretende colarnos un vergonzoso mensaje sobre la reencarnación en forma de aventura científica pero fracasa en todos los aspectos, principalmente por lo cansino de la puesta en escena, por unos actores que interpretan con el freno de mano puesto y porque la historia no da para dos horas a no ser que quieras asegurar una buena siesta al respetable.
Aqui hay dos maneras de enfrentarte a lo mismo: o lo haces entretenido o no. Y "Origenes" apuesta por un minimalismo y una estética de cine indie que lo aleja del espectador. Entiendo que hay personas que habrán sentido orgasmos múltiples con las aventuras de este aburrido científico pero yo no he conseguido, ni por un momento, meterme en la piel de ninguno de los personajes y aun menos meterme en la historia. Será que he visto demasiadas películas de superheores ¿No? Puede, pero estoy muy cansado de que lo que parezca intelectual deba ser forzosamente bueno. Y "Orígenes" no es una buena película.
Aqui hay dos maneras de enfrentarte a lo mismo: o lo haces entretenido o no. Y "Origenes" apuesta por un minimalismo y una estética de cine indie que lo aleja del espectador. Entiendo que hay personas que habrán sentido orgasmos múltiples con las aventuras de este aburrido científico pero yo no he conseguido, ni por un momento, meterme en la piel de ninguno de los personajes y aun menos meterme en la historia. Será que he visto demasiadas películas de superheores ¿No? Puede, pero estoy muy cansado de que lo que parezca intelectual deba ser forzosamente bueno. Y "Orígenes" no es una buena película.
6 de octubre de 2015
6 de octubre de 2015
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si a alguien le gusta la coherencia interna de una película, que se aleje de esta lo más raudo posible. Es una película bien hecha, que durante la primera parte te consigue absorber, pero que en la segunda parte da un giro que solo se deberia permitir a la realidad y no a la fantasia delirante del director.
En fin, la primera parte es sobresaliente e impactante por momentos, la segunda parte es desconcertante y el final es como si alguien te dice que te ha tomado el pelo.
Leeros las críticas de "El País" y "El Mundo" antes de ver la película.
En fin, la primera parte es sobresaliente e impactante por momentos, la segunda parte es desconcertante y el final es como si alguien te dice que te ha tomado el pelo.
Leeros las críticas de "El País" y "El Mundo" antes de ver la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La pelicula tiene dos partes, una primera mayoritariamente cientifica con pinceladas de espiritualidad (una primera parte impresionante) y una segunda parte, donde los "espíritus" y la incoherencia se hacen con el poder.
Ademas, existen tambien pequeñas incoherencias: como unos médicos e investigadores profesionales de primer orden, a su hijo le hacen una prueba de austismo y ellos no saben que prueba es; hay un equipo de una universidad importante estudiando ese caso y no le preguntan, etc..
Ademas, existen tambien pequeñas incoherencias: como unos médicos e investigadores profesionales de primer orden, a su hijo le hacen una prueba de austismo y ellos no saben que prueba es; hay un equipo de una universidad importante estudiando ese caso y no le preguntan, etc..
1 de julio de 2015
1 de julio de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El truco es más viejo que el hambre. Cuando lo que ofreces no tiene el suficiente valor, métele misterio, ponte pretencioso y hazte el interesante.
Esto viene funcionando desde que el arte es arte y sobre todo ha triunfado en el cine. Y en la época del esplendor hipster, ya ni te digo.
Cahill es otro de tantos vendehumos que cree que cuanto más raruno es lo que rueda, más inteligente parece. Y que todo lo que no se entiende (o se entiende a medias) es poético. Lo presento a un par de festivales ad hoc y me la llevo caliente.
Orígenes tiene un buen planteamiento y un desarrollo confuso, empanado y pretencioso. Te pasa dos horas viendo las evoluciones/aventuras/amoríos/divagaciones del personaje de Pitt y al final no te coscas de nada. Cahill pica aquí y allá, propone media docena de temas pero no remata ninguno. El conflicto ciencia/religión, el amor más empalagoso, la numerología, la espiritualidad más hipster y pedante posible...
Las cosas pasan sin mucho sentido, los científicos se reconvierten en místicos y después expían sus culpas enseñando cartoncitos con fotos. Al final salen personajes que no intervienen y el protagonista se lía a dar vueltas por la geografía terrestre en busca de no se sabe qué.
Con menos pretenciosidad seguramente se hubiese podido ver una buena película. Pasada por el filtro de Cahill "Orígenes" acaba siendo la típica película gafapastera, de aquellas que triunfaban en los cine-clubs de los setenta. Es decir, muy bonita pero muy hueca.
A aquellos que disfrutan del postureo intelectual, de lo cool y alternativo le emocionará mucho. A los que nos gusta el cine de verdad, sin barbas, ni bicis, ni gafas de pasta nos deja bastante fríos.
Eso si, la próxima de Cahill también triunfará entre su parroquia. Aunque sean dos horas mirando una lavadora. Porque hay mucho poeta de Starbucks por ahí suelto...
Esto viene funcionando desde que el arte es arte y sobre todo ha triunfado en el cine. Y en la época del esplendor hipster, ya ni te digo.
Cahill es otro de tantos vendehumos que cree que cuanto más raruno es lo que rueda, más inteligente parece. Y que todo lo que no se entiende (o se entiende a medias) es poético. Lo presento a un par de festivales ad hoc y me la llevo caliente.
Orígenes tiene un buen planteamiento y un desarrollo confuso, empanado y pretencioso. Te pasa dos horas viendo las evoluciones/aventuras/amoríos/divagaciones del personaje de Pitt y al final no te coscas de nada. Cahill pica aquí y allá, propone media docena de temas pero no remata ninguno. El conflicto ciencia/religión, el amor más empalagoso, la numerología, la espiritualidad más hipster y pedante posible...
Las cosas pasan sin mucho sentido, los científicos se reconvierten en místicos y después expían sus culpas enseñando cartoncitos con fotos. Al final salen personajes que no intervienen y el protagonista se lía a dar vueltas por la geografía terrestre en busca de no se sabe qué.
Con menos pretenciosidad seguramente se hubiese podido ver una buena película. Pasada por el filtro de Cahill "Orígenes" acaba siendo la típica película gafapastera, de aquellas que triunfaban en los cine-clubs de los setenta. Es decir, muy bonita pero muy hueca.
A aquellos que disfrutan del postureo intelectual, de lo cool y alternativo le emocionará mucho. A los que nos gusta el cine de verdad, sin barbas, ni bicis, ni gafas de pasta nos deja bastante fríos.
Eso si, la próxima de Cahill también triunfará entre su parroquia. Aunque sean dos horas mirando una lavadora. Porque hay mucho poeta de Starbucks por ahí suelto...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La muerte de Sofie actúa como la espoleta que hace estallar la película. Hasta ese momento era bastante pesadita, con ese amor de diseño tan cool entre el científico ateo y descreído y la guapita moderna y espiritual que tiene más conexiones con el más allá que con el más acá.
Pero el fallecimiento de la muchacha que veía cosas raras desmonta toda posible coherencia. A partir de entonces los personajes y la historia en si caen en un sinsentido que va añadiendo capas de inconsistencia. Los papás científicos pierden el oremus y se lían a creerse lo que haga falta. Y ya todo se va definitivamente al carajo.
Y lo peor es que esto se vende como ciencia-ficción. Por eso piqué, a pesar del evidente gafapastismo que transmitía. Prometo no volver a hacerlo.
Pero el fallecimiento de la muchacha que veía cosas raras desmonta toda posible coherencia. A partir de entonces los personajes y la historia en si caen en un sinsentido que va añadiendo capas de inconsistencia. Los papás científicos pierden el oremus y se lían a creerse lo que haga falta. Y ya todo se va definitivamente al carajo.
Y lo peor es que esto se vende como ciencia-ficción. Por eso piqué, a pesar del evidente gafapastismo que transmitía. Prometo no volver a hacerlo.
12 de febrero de 2015
12 de febrero de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Orígenes’, es una película de corte independiente dirigida por Mike Cahill que ganó el premio a mejor película en el pasado Festival de Sitges. Sin embargo, la recepción de la crítica y del público ha sido mixta, y es que, en este segundo largometraje de Cahill los elementos positivos y negativos se conjugan en un film marcadamente irregular en algunos tramos, pero bastante digno e interesante en su conjunto.
Su argumento gira en torno a Ian Gray (Michael Pitt), un biólogo molecular que estudia la evolución del ojo humano. Después de un breve encuentro con una exótica joven (Astrid Bergès-Frisbey), su trabajo va a invadir su vida por completo. A medida que sus investigaciones continúan junto a su compañera de laboratorio, Karen (Brit Marling), descubren algo sorprendente con implicaciones de amplio alcance que complican sus creencias científicas y espirituales.
En este sentido, si en algo peca ‘Orígenes’, es de tener un primer acto demasiado irrisorio y largo, donde la película adquiere unos matices de drama romántico que contrastan con la propuesta que se vendía en un principio, pero que sin embargo, sirve para presentar la dicotomía entre ciencia y espiritualidad pretendidamente representados en los personajes que interpretan Pitt y Fresbey respectivamente, así como de construir emocionalmente el personaje del doctor Ian Gray.
Todo esto, le sirve al director para encauzar un segundo acto en el que sí que profundiza en la propuesta inicial centrada en la investigación del doctor, conectando muy bien con ese prólogo alargado en exceso pero que en definitiva queda justificado pese a ser un poco tedioso. Es aquí, donde con una narrativa más intensa y veloz, ese debate entre ciencia y espiritualidad se aleja de su faceta más romántica para adquirir un matiz más serio e inquietante, y donde realmente el film repunta y consigue volverse bastante interesante para el espectador.
Un debate que se ejerce desde la neutralidad, y donde Cahill acierta en no mojarse en el sentido de que le asegura que tanto los más escépticos como los más puristas de la existencia o no de la espiritualidad del ser humano, no se lleven las manos a la cabeza y puedan aprobar el film. Sin embargo, esa falta de valentía es quizá lo que hace que ‘Orígenes’ no sea el mejor producto que claramente podría haber sido.
Aun así, y aunque el contenido del debate no es nuevo, siendo un film claramente irregular, su forma de trasladar el mensaje centrada en la evolución del ojo humano sí es bastante novedosa y atractiva, lo que ayuda a que el producto sea más interesante y digno en su conjunto, y mereciendo en definitiva, la oportunidad y el reconocimiento que el jurado de Sitges le ha dado.
NOTA: 6.75
Más en: cinealacarbonara.blogspot.com
Facebook: Cine a la carbonara
Twitter: @Cinealcarbonara
Su argumento gira en torno a Ian Gray (Michael Pitt), un biólogo molecular que estudia la evolución del ojo humano. Después de un breve encuentro con una exótica joven (Astrid Bergès-Frisbey), su trabajo va a invadir su vida por completo. A medida que sus investigaciones continúan junto a su compañera de laboratorio, Karen (Brit Marling), descubren algo sorprendente con implicaciones de amplio alcance que complican sus creencias científicas y espirituales.
En este sentido, si en algo peca ‘Orígenes’, es de tener un primer acto demasiado irrisorio y largo, donde la película adquiere unos matices de drama romántico que contrastan con la propuesta que se vendía en un principio, pero que sin embargo, sirve para presentar la dicotomía entre ciencia y espiritualidad pretendidamente representados en los personajes que interpretan Pitt y Fresbey respectivamente, así como de construir emocionalmente el personaje del doctor Ian Gray.
Todo esto, le sirve al director para encauzar un segundo acto en el que sí que profundiza en la propuesta inicial centrada en la investigación del doctor, conectando muy bien con ese prólogo alargado en exceso pero que en definitiva queda justificado pese a ser un poco tedioso. Es aquí, donde con una narrativa más intensa y veloz, ese debate entre ciencia y espiritualidad se aleja de su faceta más romántica para adquirir un matiz más serio e inquietante, y donde realmente el film repunta y consigue volverse bastante interesante para el espectador.
Un debate que se ejerce desde la neutralidad, y donde Cahill acierta en no mojarse en el sentido de que le asegura que tanto los más escépticos como los más puristas de la existencia o no de la espiritualidad del ser humano, no se lleven las manos a la cabeza y puedan aprobar el film. Sin embargo, esa falta de valentía es quizá lo que hace que ‘Orígenes’ no sea el mejor producto que claramente podría haber sido.
Aun así, y aunque el contenido del debate no es nuevo, siendo un film claramente irregular, su forma de trasladar el mensaje centrada en la evolución del ojo humano sí es bastante novedosa y atractiva, lo que ayuda a que el producto sea más interesante y digno en su conjunto, y mereciendo en definitiva, la oportunidad y el reconocimiento que el jurado de Sitges le ha dado.
NOTA: 6.75
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