Dos días, dos películas que no tienen nada que ver. Mientras en Resident Evil va todo tan deprisa que no tienes tiempo a apreciar algo de la película, en la chica desconocida ocurre todo lo contrario. Una lentitud exasperante donde nos relata el día a día de una joven doctora comprometida con los pacientes y que adquiere un enorme sentimiento de culpa por no abrir a una paciente que minutos más tarde es asesinada.

La película contiene un poso de todo, compromiso con de la doctora con sus pacientes a los que parece dedicar su vida, las dudas de un joven aprendiz de médico, los problemas de la inmigración ilegal, la poca atención de la policía, la violencia de género.
A pesar de esa lentitud, la película se deja ver, pero que nadie espere un thriller de investigación policial realizada por un amateur. La búsqueda de los culpables es algo de importancia relativa en la trama.

Adele Haenet está correcta en su papel, y en parte gracias a ella, el film no cae en el aburrimiento.

Por cierto, ví la versión subtitulada, con subtítulos que a veces se perdían con el fondo. Creo que hay detalles que hay que cuidar mucho más

Esperaba más de los hermanos Dardenne pero bueno, no todos los días es fiesta. Según dijeron antes de la proyección, en Cannes presentaron una versión con más escenas pero no gustó a la crítica, se dejaron aconsejar y metieron la tijera. Quizás con esas otras escenas me hubiera gustado más, quién sabe.

La película va de una doctora que parece no tener vida personal y se alimenta de lo que le dan los pacientes. Le pasa una cosa e inicia una investigación estilo cine negro, durante la cual se comprueba que los médicos tienen algo de sacerdote.

No he terminado de creer a la actriz y algunas situaciones son forzadas. Como pro, lo que hay de denuncia social es certero y tiene un mensaje positivo, que el ejemplo moral puede dar buenos resultados.

Gustará a: achacosos, Jules Maigret, panettones
No gustará a: chicas desconocidas, puteros, fingidores de baja laboral

Si disfrutas en general de las películas que se toman su tiempo (entiéndase esto como un ritmo lento pero no pesado, aunque ciertas partes del filme pueden llegar a aburrir a juicio del espectador), esta es una opción muy recomendable. 'La Chica Desconocida' o 'La Chica Sin Nombre', que fue como la nombraron en los subtítulos, arma con paciencia un perfil general de la doctora protagonista (Jenny Devin) que, de pronto, ve su rutina vuelta patas arriba por el hallazgo del cadáver de una mujer; un cuerpo sin vida que es creador por sí mismo de situaciones que incomodarán a otras personas las cuales son mostradas con la paciencia antes mencionada, de pronto para que podamos entender mejor porqué decide portarse como se porta la médica Devin. Buena muestra de cinematografía que en su manera de jugar con el suspenso y la intriga recuerda en algo a Hitchcock, característica de un contenido que, tal como lo dejé ver al inicio de esta crítica, no es apto para gustos acostumbrados a las historias rápidas.

En su línea los hermanos Dardenne en su última película. Realidad pura y dura con ausencia de glamour, quizá sea esta la constante de su cine, así como la naturalidad en su forma narrativa. "La chica desconocida" gira en torno a la culpa y a la reparación en cada uno de sus personajes, y por supuesto en el de la absoluta protagonista, una Adèle Haenel, a la que ya vimos en "Les combattants", que está genial en su papel. La búsqueda de la verdad de forma obsesiva mueve la película para construir una historia, de guion magnífico, que, en manos de otros propósitos podría haberse convertido en un sobado thriller fracasado. Aquí el suspense por saber lo ocurrido se nos muestra como una consecuencia de la humanidad de la protagonista en su afán por reparar lo que podría haber evitado por azar, y no como eje central ni pretensión de género. Calles de extrarradio y personajes de extrarradio, en este caso de Lieja, dan vida a una película honesta y sin pretensiones, con un solo objetivo, el de contarnos una historia particular, humana y quizá cotidiana, de forma realista y bien tratada, y a fe mía que lo consigue. Excelentes una vez más los hermanos Dardenne, e inmensa Adèle Haenel.

La sencillez de la realidad y la imprevisibilidad del momento reinan en esta película, donde lo cotidiano se hace con el espectáculo de lo fuera de lo normal. La empatía con el espectador se ensalza gracias a la credibilidad de los actos de la protagonista, de cómo reacciona hasta cómo siente. A pesar de que el thriller reina en la base, los directores nos enseñan los vicios, virtudes, sueños y miedos de una generación preparada y que la dicotomía puede llegar a distorsionar, cambiar o chocar en su vida. Adèle Haenel, en su frialdad calculada, representa a todas esas personas que, primando la neutralidad, empieza a darse de cuenta que al final el sentimiento es la forma de madurar, de ver que no todo es calculable.