Sólo el cielo lo sabe
7.3
3,937
22 de diciembre de 2022
22 de diciembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Una inmensa mayoría de mortales vive en desesperación callado. ¿Por qué hemos de afanarnos tanto por alcanzar el éxito? Si un ser no vive al compás que sus semejantes, quizá es porque oye una música diferente. Debe seguir el ritmo que oiga, no importa cuál sea o de dónde venga”. WALDEN: Thoreau.
Esta película es dramática desde el primer fotograma. Jane Wyman sufre en su dolor de una manera despiadada. Dolor causado por lo material, por esa vida artificial sobre la que ha soportado sus últimos 20 años; o toda la vida, quién sabe. Un mundo repleto de envidias, vanidades, falsedades y todo lo que nadie necesita en su sano juicio. La vida que nos hemos montado, al fin y al cabo. Sus vástagos no le van a la zaga. Egoísmo y ombligo al tres mil por cien. Una pena de personas, la verdad.
Cary descubre la felicidad verdadera, basada en la humildad, en las personas auténticas. Pero él no es de su clase social ni de su edad. Qué importa eso… La verdadera razón es la envidia y las ganas de matar al otro, es su pecado y se deja llevar. En la vida real así habría acabado. El cine es esa otra vida que tiene como objetivo hacernos mejores personas al final del visionado. Y nos regala el final que todos habríamos querido. Quizá sea un sueño, quizá nunca ocurrió. La reflexión de “Walden” es lo que queda…
Esta película es dramática desde el primer fotograma. Jane Wyman sufre en su dolor de una manera despiadada. Dolor causado por lo material, por esa vida artificial sobre la que ha soportado sus últimos 20 años; o toda la vida, quién sabe. Un mundo repleto de envidias, vanidades, falsedades y todo lo que nadie necesita en su sano juicio. La vida que nos hemos montado, al fin y al cabo. Sus vástagos no le van a la zaga. Egoísmo y ombligo al tres mil por cien. Una pena de personas, la verdad.
Cary descubre la felicidad verdadera, basada en la humildad, en las personas auténticas. Pero él no es de su clase social ni de su edad. Qué importa eso… La verdadera razón es la envidia y las ganas de matar al otro, es su pecado y se deja llevar. En la vida real así habría acabado. El cine es esa otra vida que tiene como objetivo hacernos mejores personas al final del visionado. Y nos regala el final que todos habríamos querido. Quizá sea un sueño, quizá nunca ocurrió. La reflexión de “Walden” es lo que queda…
7 de marzo de 2023
7 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevas mucho tiempo sola, por lo menos puedes comprar una televisión... ¡Es increíble como es la sociedad americana de los años cincuenta! Rock Hudson y Jane Wyman rodeados de víboras y cotillas... Pasan los siglos y la gente sigue metiéndose en la vida de los demás sin que puedas hacer nada porque opinar es gratis...
El rol que cada persona tiene que tener ya esta definido, si eres viuda tienes que estar sola y no ser feliz pero si eres hombre puedes permitirte buscar el amor con quién sea, cuando sea y dónde sea... Aquí el matrimonio es un estatus de poder. Eso sí, maquillaje al poder porque si paso un algodón por la cara de Rock Hudson me sale de color beige fijo. Me gusta la frase de la biblia de Mark...
Es una película blanca porque básicamente solo hay blancos y blancas con dinero viviendo en sus problemas del primer mundo pero el guión no es malo. Me hace gracia la elección del vestuario porque define muy bien a cada personaje. Es algo sútil...
También podría haberse titulado las estaciones del amor o amor entre los árboles de Navidad pero bueno, la vida es así. O vives pensando en ti y haciendo lo que te hace feliz o nunca serás feliz haciendo lo que los demás quieren que hagas. Tú decides...
Momento favorito: El pedazo invernadero que tiene Rock Hudson y en general su terreno es el sueño de todo soltero.
Momento dudoso: Rock Hudson tocando el piano y bailando efervescentemente.
El rol que cada persona tiene que tener ya esta definido, si eres viuda tienes que estar sola y no ser feliz pero si eres hombre puedes permitirte buscar el amor con quién sea, cuando sea y dónde sea... Aquí el matrimonio es un estatus de poder. Eso sí, maquillaje al poder porque si paso un algodón por la cara de Rock Hudson me sale de color beige fijo. Me gusta la frase de la biblia de Mark...
Es una película blanca porque básicamente solo hay blancos y blancas con dinero viviendo en sus problemas del primer mundo pero el guión no es malo. Me hace gracia la elección del vestuario porque define muy bien a cada personaje. Es algo sútil...
También podría haberse titulado las estaciones del amor o amor entre los árboles de Navidad pero bueno, la vida es así. O vives pensando en ti y haciendo lo que te hace feliz o nunca serás feliz haciendo lo que los demás quieren que hagas. Tú decides...
Momento favorito: El pedazo invernadero que tiene Rock Hudson y en general su terreno es el sueño de todo soltero.
Momento dudoso: Rock Hudson tocando el piano y bailando efervescentemente.
18 de octubre de 2008
18 de octubre de 2008
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las convenciones sociales y el "¿qué dirán?" están llevados hasta el exceso en un drama romántico puro y duro al más puro estilo Douglas Sirk, con una fotografía saturadísima de colores brillantes que llenan unas escenas de romanticismo exacerbado:hasta un cervatillo se ve correteando entre la nieve. Buenas interpretaciones, aunque no ví demasiada química entre la pareja protagonista:hubiera preferido a toda una Deborah Kerr en lugar de a Jane Wyman. Desfasada hasta llegar a lo cursi (menudo camisón que nos lleva en una escena la protagonista, menuda hija pija hasta el aburrimiento,...) pero no deja de ser una muestra del mejor cine romántico clásico, aunque a años luz de las mejores películas de su director.
1 de mayo de 2018
1 de mayo de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de hablar de esta película, permitirme hacer un inciso.
Estamos ante un melodrama, género denostado y vapuleado sin conmiseración, del cual se habla muchas veces con desprecio y condescendencia y que ha sufrido toda la degeneración posible, en forma de telenovelas baratas, folletines rancios y películas de sobremesa capaces de hacer dormir al más insomne.
El drama, la comedia, el thriller, el western, la ciencia ficción, el terror, el bélico, la acción...Todos estos géneros gozan de muchísima mayor reputación que el melodrama.¿ Por qué ?, ¿ acaso no hay bodrios verdaderamente infumables en esos géneros ?.
Ah, pero el melodrama es un género tan aparentemente sencillo de trabajar y barato que, cualquier escritor, guionista o director mediocre con una historia cualquiera que haga hincapié en la exageración de los sentimientos tristes, mezclado con tramas retorcidas y truculentas, se puede cascar una película sin despeinarse, apelando muchas veces al morbo y avidez de tragedia del respetable público. He ahí, por qué huimos como de la peste ante este género.
Sin embargo, no es así. Cuando un verdadero artista se hace cargo de una historia de esta clase, el resultado puede ser una obra maestra. Este es el caso de Douglas Sirk. Especializado en este género ( que es como manejar dinamita ), dada la linea tan fina que hay desde la sublimación y delicadeza hasta el ridículo y la caricatura en la narración de argumentos de este tipo.
Desde luego, hoy es impensable que se hagan películas así. Para hacerlo, es necesario poseer una elegancia, sensibilidad, delicadeza y medida que nuestra generación tan burda, obvia y chabacana, ( tan sólo hay que ver la proliferación de gran hermanos, realitys, gore, comedias zafias y groseras etc), carece y, por lo tanto no es posible crear hoy en día melodramas con esta categoría.
Dicho esto y para el que todavía tenga la paciencia de aguantar mi rollo, decir que estamos ante una película cojonuda, que nos cuenta la historia de una viuda de la burguesía americana, en los años 50, que se enamora de su jardinero, un hombre mucho más joven que ella y de inferior posición social. Tratará de vivir su vida, haciendo caso omiso de los convencionalismos, pero se topará de frente con la oposición de sus hijos, de sus amigos y de todo su entorno.
Es una película que, al modo de los pintores, con unas cuantas pinceladas, Douglas Sirk, nos retrata con mano maestra toda clase de sentimientos y miserias humanas. Nos habla del puritanismo e hipocresía que reinaba en esa sociedad. De las calumnias y envidias de personas ricas pero vacías. Nos habla de la soledad. De lo que somos y deseamos, frente a lo que esperan de nosotros. Del egoísmo y estrechez de miras de los hijos.Del machismo...! Y todo esto en hora y media!. No hay fotograma gratuito, todas las escenas están al servicio de lo que te están contando, no te distraen con escenas inútiles, para ocultar la falta de pericia y además de ilustrarnos sobre esa época, muchas de esas situaciones, aunque no lo parezca, lo podemos extrapolar a la actualidad, ya que, aunque parece que hemos avanzado mucho, esas maledicencias, esos egoísmos y ese meternos en la vida de los demás, sigue siendo muy actual.
Douglas Sirk, fuiste Grande. SOBERBIO MELODRAMA.
Estamos ante un melodrama, género denostado y vapuleado sin conmiseración, del cual se habla muchas veces con desprecio y condescendencia y que ha sufrido toda la degeneración posible, en forma de telenovelas baratas, folletines rancios y películas de sobremesa capaces de hacer dormir al más insomne.
El drama, la comedia, el thriller, el western, la ciencia ficción, el terror, el bélico, la acción...Todos estos géneros gozan de muchísima mayor reputación que el melodrama.¿ Por qué ?, ¿ acaso no hay bodrios verdaderamente infumables en esos géneros ?.
Ah, pero el melodrama es un género tan aparentemente sencillo de trabajar y barato que, cualquier escritor, guionista o director mediocre con una historia cualquiera que haga hincapié en la exageración de los sentimientos tristes, mezclado con tramas retorcidas y truculentas, se puede cascar una película sin despeinarse, apelando muchas veces al morbo y avidez de tragedia del respetable público. He ahí, por qué huimos como de la peste ante este género.
Sin embargo, no es así. Cuando un verdadero artista se hace cargo de una historia de esta clase, el resultado puede ser una obra maestra. Este es el caso de Douglas Sirk. Especializado en este género ( que es como manejar dinamita ), dada la linea tan fina que hay desde la sublimación y delicadeza hasta el ridículo y la caricatura en la narración de argumentos de este tipo.
Desde luego, hoy es impensable que se hagan películas así. Para hacerlo, es necesario poseer una elegancia, sensibilidad, delicadeza y medida que nuestra generación tan burda, obvia y chabacana, ( tan sólo hay que ver la proliferación de gran hermanos, realitys, gore, comedias zafias y groseras etc), carece y, por lo tanto no es posible crear hoy en día melodramas con esta categoría.
Dicho esto y para el que todavía tenga la paciencia de aguantar mi rollo, decir que estamos ante una película cojonuda, que nos cuenta la historia de una viuda de la burguesía americana, en los años 50, que se enamora de su jardinero, un hombre mucho más joven que ella y de inferior posición social. Tratará de vivir su vida, haciendo caso omiso de los convencionalismos, pero se topará de frente con la oposición de sus hijos, de sus amigos y de todo su entorno.
Es una película que, al modo de los pintores, con unas cuantas pinceladas, Douglas Sirk, nos retrata con mano maestra toda clase de sentimientos y miserias humanas. Nos habla del puritanismo e hipocresía que reinaba en esa sociedad. De las calumnias y envidias de personas ricas pero vacías. Nos habla de la soledad. De lo que somos y deseamos, frente a lo que esperan de nosotros. Del egoísmo y estrechez de miras de los hijos.Del machismo...! Y todo esto en hora y media!. No hay fotograma gratuito, todas las escenas están al servicio de lo que te están contando, no te distraen con escenas inútiles, para ocultar la falta de pericia y además de ilustrarnos sobre esa época, muchas de esas situaciones, aunque no lo parezca, lo podemos extrapolar a la actualidad, ya que, aunque parece que hemos avanzado mucho, esas maledicencias, esos egoísmos y ese meternos en la vida de los demás, sigue siendo muy actual.
Douglas Sirk, fuiste Grande. SOBERBIO MELODRAMA.
30 de septiembre de 2018
30 de septiembre de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tan dados como somos a las etiquetas y a los compartimentos hacerlo con Claus Defter Sierk como un director de melodramas sería totalmente injusto con su brillante y dilatada carrera mucho antes de que a los 38 años empezara a rodar películas en su Alemania natal, de que llegara a Hollywood a los 42 y que estrenará su primera película en los USA a los 45 firmando por primera vez como Douglas Sirk. Los melodramas que le dieron la popularidad no llegarían hasta los años 50 y como una serie de reposiciones con estilo propio (y qué estilo) de las películas homónimas del director estadounidense nacido en Rusia John M. Stahl (1888-1950) hoy olvidado y que habría que revalorizar sin lugar a dudas.
Pero ya puestos a etiquetar, donde si habría que hacerlo, incluso con el propio Stahl es con esa hornada de directores ilustres centroeuropeos que dieron lustre y calidad al cine de entretenimiento USA y crearon su leyenda.
"Todo lo que el cielo nos da" (título original) es un delicada joya cuya primera virtud, su simplicidad argumental, paradojicamente la pone a la cola de los grandes melodramas de Sirk, No se puede a mi juicio dar un mazazo tan contundente a las convenciones sociales hipócritas y egoístas incluso de la propia familia de una clase burguesa acomodada imperante en los USA de los años 50 lideres de la "felicidad a través del consumo" donde la cacharrería de todo tipo de electrodomésticos con el televisor a la cabeza y el siempre mascarón de proa del estatus social, el coche, se convierten en el sustituto de una vida personal e intransferible donde uno o una puedan elegir lo que desean y no lo que les venden. Stahl y Sirk ya abogaban al menos en esta película por un estilo de vida más sostenible física y emocionalmente que ahora, setenta años después, vamos descubriendo como una de las pocas alternativas a retrasar de forma personal el holocausto humano general que hemos creado.
Es cierto que el guión de Peg Fenwick basado en la historia de Edna L. Lee y Harry Lee lo cuenta de forma maniquea con buenos y malos, naturaleza contra fabricación en cadena, la realidad obviamente no es tan sencilla, pero estamos hablando de un público de los 50 recién salidos victoriosos de una guerra mundial y ebrios de poder, apretando el acelerador sin mirar lo que van dejándose atrás. Las historias de viudas que acabaron su "vida" cuando el marido falleció siguen siendo una realidad en gran parte del mundo, en nuestro país incluso alcanza a la generación de mis padres y uno no llega aún a los 60. Por otro lado el componente feminista es valiente y destacable siendo una mujer "respetable" y"mayor" (ocho años en la realidad) la que se enamora de un hombre joven.
Dicho esto me sigue pareciendo una maravilla su capacidad de síntesis, de cuento, en apenas 86 minutos, donde cada escena está cargada de contenido simbólico, poético en muchos casos y donde Sirk , su director de fotografía Russel Metti (Oscar por "Espartaco" y el equipo artístico en general dan un recital de buen hacer. Los encuadres y el ritmo siempre fluido y elegante de Sirk son ejemplares, así como el tratamiento de la luz y el color que nos regalan una densidad de imágenes por centímetro de celuloide inolvidables.
Wyman y Hudson habían triunfado como pareja en "Obsesión" del propio Sirk y había que aprovechar el tirón. Él un prometedor galán en su mejor década y ella consagrada con el Oscar por "Belinda" (Jean Negulesco / 1948) y tres nominaciones más fueron capaces de transmitir que el poderosos dios del amor Eros o Cupido no lo es tanto cuando el ser humano lo acorrala con sus miserias. De hecho Sirk abogaba porque el personaje de Hudson no saliera bien parado al final pero el happy end aún mandaba en la taquilla.
P.D.: Sobresaliente también la nueva versión de Tod Haynes en el 2002, "Lejos del cielo"-
cineziete.wordpress.com
Pero ya puestos a etiquetar, donde si habría que hacerlo, incluso con el propio Stahl es con esa hornada de directores ilustres centroeuropeos que dieron lustre y calidad al cine de entretenimiento USA y crearon su leyenda.
"Todo lo que el cielo nos da" (título original) es un delicada joya cuya primera virtud, su simplicidad argumental, paradojicamente la pone a la cola de los grandes melodramas de Sirk, No se puede a mi juicio dar un mazazo tan contundente a las convenciones sociales hipócritas y egoístas incluso de la propia familia de una clase burguesa acomodada imperante en los USA de los años 50 lideres de la "felicidad a través del consumo" donde la cacharrería de todo tipo de electrodomésticos con el televisor a la cabeza y el siempre mascarón de proa del estatus social, el coche, se convierten en el sustituto de una vida personal e intransferible donde uno o una puedan elegir lo que desean y no lo que les venden. Stahl y Sirk ya abogaban al menos en esta película por un estilo de vida más sostenible física y emocionalmente que ahora, setenta años después, vamos descubriendo como una de las pocas alternativas a retrasar de forma personal el holocausto humano general que hemos creado.
Es cierto que el guión de Peg Fenwick basado en la historia de Edna L. Lee y Harry Lee lo cuenta de forma maniquea con buenos y malos, naturaleza contra fabricación en cadena, la realidad obviamente no es tan sencilla, pero estamos hablando de un público de los 50 recién salidos victoriosos de una guerra mundial y ebrios de poder, apretando el acelerador sin mirar lo que van dejándose atrás. Las historias de viudas que acabaron su "vida" cuando el marido falleció siguen siendo una realidad en gran parte del mundo, en nuestro país incluso alcanza a la generación de mis padres y uno no llega aún a los 60. Por otro lado el componente feminista es valiente y destacable siendo una mujer "respetable" y"mayor" (ocho años en la realidad) la que se enamora de un hombre joven.
Dicho esto me sigue pareciendo una maravilla su capacidad de síntesis, de cuento, en apenas 86 minutos, donde cada escena está cargada de contenido simbólico, poético en muchos casos y donde Sirk , su director de fotografía Russel Metti (Oscar por "Espartaco" y el equipo artístico en general dan un recital de buen hacer. Los encuadres y el ritmo siempre fluido y elegante de Sirk son ejemplares, así como el tratamiento de la luz y el color que nos regalan una densidad de imágenes por centímetro de celuloide inolvidables.
Wyman y Hudson habían triunfado como pareja en "Obsesión" del propio Sirk y había que aprovechar el tirón. Él un prometedor galán en su mejor década y ella consagrada con el Oscar por "Belinda" (Jean Negulesco / 1948) y tres nominaciones más fueron capaces de transmitir que el poderosos dios del amor Eros o Cupido no lo es tanto cuando el ser humano lo acorrala con sus miserias. De hecho Sirk abogaba porque el personaje de Hudson no saliera bien parado al final pero el happy end aún mandaba en la taquilla.
P.D.: Sobresaliente también la nueva versión de Tod Haynes en el 2002, "Lejos del cielo"-
cineziete.wordpress.com
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