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Deadpool & Wolverine

Acción. Fantástico. Comedia. Ciencia ficción Un apático Wade Wilson se afana en la vida civil tras dejar atrás sus días como Deadpool, un mercenario moralmente flexible. Pero cuando su mundo natal se enfrenta a una amenaza existencial, Wade debe volver a vestirse a regañadientes con un Lobezno aún más reacio a ayudar. (FILMAFFINITY)
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8
26 de julio de 2024
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seis años (y una compra de la 20th Century Fox por parte de Walt Disney Studios mediante) se han necesitado para volver a ver a Wade Winston Wilson/Deadpool en una nueva aventura cuando Ryan Reynolds ya le había cogido el gusto a interpretar al mercenario bocazas. Un mercenario que viene acompañado de otro canadiense (ambos personajes de cómics son, según sus biografías, canadienses) como es James Howlett-James Logan/Lobezno, de nuevo con el rostro del único y del mejor intérprete que existirá para Lobezno como es Hugh Jackman.

Cuando se anunció este proyecto no había duda de que ambos actores iban a tener química, pues en la vida real se llevan de lujo y los personajes a los que traen a la vida tienen química, a pesar de sus personalidades totalmente distintas. La duda era Shawn Levy, ¿iba a ser capaz de estar a la altura de lo que exige un largometraje de Deadpool y justificar su incorporación más allá de amistades con los dos protagonistas? Sorprendentemente, así es. Y es que era tan sencillo como no complicarse la vida.

Vaya por delante que esperaba una película bastante más loca de lo que yo he visto. Hay cameos sorprendentes y otros que ya esperaba por revelaciones o apariciones en los tráilers y sería hipócrita pensar que con lo visto me era suficiente. Seguramente, me ha jugado una mala pasada las expectativas causadas, mas han habido unas cuantas apariciones que me han dejado satisfecho, haciendo justicia a un legado previo a la compra de Disney cuando los superhéroes de la Marvel estaban bajo la extinta 20th Century Fox (actual 20th Century Studios).

Guiños aparte, tenemos una historia que bien justifica la entrada de Deadpool en este universo cinematográfico de Marvel y la entrada también de Lobezno. Tiene agujeros de guion y chorrocientas referencias, por los que si no estás al día te puedes sentir tan perdido como Spider-Man en un descampado. Aún con sus defectos, este es un producto en el que es evidente que está lo más cuidado posible y no se andan con remilgos y humor casto y puro para tener un espíritu propio y gamberro, que falta hacía en este universo. Hay sangre, vísceras y humor soez (hasta creo haber captado un chiste sobre el divorcio de Hugh Jackman) en grandes dosis, demostrando que Marvel Studios cuando quiere, puede, y todavía puede dar un producto con cojones.

¿Es una película de 10? En absoluto. Uno de los villanos no se ha sentido como una gran amenaza, aunque la ya anunciada Cassandra Nova sí lo ha sido más. Además, han vuelto a optar por poner patas arriba la vida del protagonista de donde venía en las anteriores entregas, siendo algo que ya he visto en otros personajes bajo el manto de Disney, y es algo que no me hace mucha gracia; si bien es cierto que aquí está algo más justificado, creo que en todos los casos se lo podrían haber ahorrado. Me suena a excusa barata.

Esta es de esas películas de las que es mejor ir con lo menos posible por saber para que el efecto sorpresa sea mayor. Hoy día con las redes sociales, las películas más esperadas pueden ser fácilmente destripables y pueden estropear toda la experiencia. Una experiencia que merece ser disfrutada en pantalla grande porque esta 'Deadpool y Lobezno' sí que rentabiliza la entrada. No es perfecta; no obstante, este es el nivel que hay que exigirle a Marvel Studios. Y si tienen que morir, que sea con las botas puestas.
3
6 de agosto de 2024
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los largometrajes del UCM se caracterizan por un contenido extremadamente repetitivo, básico, superficial y basado en la épica cinematográfica. En el caso de Deadpool y Lobezno (2024) vemos cómo estos elementos no han cambiado en lo más mínimo.

Aún siendo un filme veraniego, sencillo y sin pretensiones, genera una gran decepción para aquellos que creían que Marvel no influenciaría en gran medida la tercera entrega de esta franquicia condenada ya a una explotación sin fin.

Con un público objetivo muy delimitado, Marvel ha conseguido, como siempre, que la audiencia piense que está viendo un producto de calidad (de ahí su absurdamente alta nota), aunque no disponga ni de los elementos más básicos en un largometraje, especialmente teniendo un presupuesto tan millonario como el que cuenta el director.

Shawn Levy y su equipo han logrado lanzar una película de peor calidad que algunas de sus anteriores entregas, como Noche en el museo (2006) y Acero puro (2011), sin ser tan original, ni tan entretenido. Intentaré pensar que se debe a las presiones de los altos ejecutivos y a la limitación artística.

Todo el largometraje se basa en la realización de referencias al UCM y al fanservice, dejando de lado las conexiones narrativas entre escenas. Todos y cada uno de los personajes actúan a favor de que la trama avance y no al revés, evitando cualquier justificación de sus actos. De esta forma se consigue que no te importe lo más mínimo si consiguen sus objetivos o no.

Así pues, a cada minuto se te repite que efectivamente ahora Deadpool forma parte del UCM, y ya nunca volverá a ser un producto independiente que pueda disfrutar todo el público, ahora únicamente los mayores fans de Marvel podrán hacerlo.

Deadpool se había consolidado en sus dos últimas entregas como una buena herramienta satírica a las innumerables estupideces, incoherencias y tramas prefabricadas de muchas películas hollywoodenses. En esos largometrajes, vimos grandes referencias a multitud de sectores de nuestra sociedad, así como chistes negros de todo tipo.

En esta tercera entrega, sin embargo, no hay más que chistes “frikis” hacia el UCM, abandonando por completo sus orígenes. Asimismo, también contiene una innumerable cantidad de gracias obscenas relacionadas con el ano, el sexo (anal), que Jackman es muy atractivo y que Reynolds le quiere meter el "soldadito" por ahí abajo. Son prácticamente los mismos cinco chistes repetidos hasta la saciedad.

Existen muchas cosas relacionadas con el personaje de Deadpool que no tiene ni pies ni cabeza. ¿desde cuándo quiere ser alguien? Toda la trama gira entorno a su necesidad de formar parte de algo y ve en los Vengadores una posible salida. ¿Pero qué es esto? Es una involución completa del personaje, ya que sus objetivos no entran dentro de sus arcos de evolución. Resulta que ahora es el fan número uno de los Vengadores. Hecha para contentar los bolsillos de los productores.

Resulta demasiado evidente su integración al UCM, ya que, además de lo hablado, también hay referencias a que DC puede darle placer oral a Marvel.

Asimismo, también podemos ver una de las mayores indiferencias de toda la industria con la cantidad abrumadora de publicidad. Han enseñado más marcas que en un espacio publicitario, y en primer plano.

Una de las mayores decepciones ha sido el personaje de Dominó. Marvel tiene un impulso casi obsesivo respecto al cambio de género y etnia de sus personajes. Sin embargo, la creación o el desarrollo de estos lo evita a toda costa. Este es justamente el caso del personaje de Dominó, donde este personaje podría haber tenido muchísimo impacto y potencial. Sin embargo, en la tercera entrega queda completamente olvidada. ¿esto es enserio? luego están cambiando el sexo y la etnia a todos los superhéroes y ahora que han construido uno con potencial lo desperdician...

Hay algunas cosas que me han gustado, como los efectos visuales de cartón piedra, parece ser alguna referencia a Art Attack, aunque no sabía que ahora formara parte del UCM. Puede que se trate sencillamente de una parodia de las dos últimas fases cinematográficas de Marvel, que fueron hechas de forma rápida, mala y para sacarle todo el dinero posible a su audiencia sin que esta piense que les están estafando en la cara.

En cuanto al antagonista, nos encontramos con el villano marveliense promedio que quiere dominar el universo porque es una muy mala persona, evitando cualquier profundidad en la creación y evolución de su personaje. Se establece como un elemento completamente secundario e insulso que, aunque es extremadamente superior a los protagonistas, es vencido con la típica americanada basada en un sacrificio (sin sacrificio), que arregla en el último momento la situación de los personajes, algo que se veía venir desde la mitad de la película.

De las únicas cosas que salvaría es la banda sonora y el montaje (aceptables para una megaproducción de Disney). Sin embargo, ni la trama, ni el guión, ni sus personajes son siquiera aprobables.

Más que una película, esta obra parece un homenaje insulso y decadente al fanservice, reflejando las deficiencias del cine comercial moderno de Hollywood y ejemplificando la falta de innovación y el fracaso del género.
3
3 de septiembre de 2024
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta es un club de la comedia con múltiples cameos y múltiples referencias, especialmente enfocadas en la etapa de Marvel en Fox, aunque toca muchos palos. Un concurso de disfraces de gente parodiando personajes de cómic que puede estar bien para esos acérrimos seguidores que buscan un evento de pase de actores haciendo chistes, mas intrascendente para el que busque una película de verdad.

Por mucho que esta vez lleve el traje mítico del personaje, Hugh Jackman no interpreta a Lobezno, sino a sí mismo. En realidad nunca ha sido del todo el Wolverine de los cómics, aunque es cierto que le quedaba bien el papel en las películas de X-Men. Desde aquella ha llovido mucho, está demasiado viejo y el tono infantil del Marvel de Disney convierte al mutante en una ridícula caricatura que yo al menos no necesitaba ver. Algo parecido me pasa con los cameos. Volver a ver actores conocidos recuperar personajes del pasado para decir cuatros tonterías y volver a la tumba me causa más pena que emoción. Sobre Deadpool Reynolds, bueno, siempre ha sido así, algún gag puede levantar una sonrisa, pero en general se hace cargante. En el fondo Deadpool es una versión para todos los públicos de Ash Williams.

El argumento no tiene ningún sentido, ni se entiende ni va a ninguna parte, es una simple excusa. Probablemente según iban consiguiendo cameos iban improvisando su inclusión en la pantalla, sin preocuparse lo más mínimo de la cohesión entre escenas. Tampoco me esperaba otra cosa, hace tiempo que a la mayoría del público se la pela la coherencia, especialmente en el subgénero de los superhéroes. El tono es totalmente infantil/adolescente, la clasificación R solo viene por salpicaduras rojas de CGI. Los efectos especiales abruman por excesivos y malos, parece que estamos viendo un videojuego. La acción también deja mucho que desear, mareante y mediocre.

Soportable únicamente por ‘groupies’ del ecosistema marvelita.
9
25 de julio de 2024
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película increíble y colaboración épica entre Deadpool y Lobezno, dos personajes icónicos interpretados por unos fantásticos Ryan Reynolds y Hugh Jackman que han nacido para interpretarlos. El humor y capacidad para romper la cuarta pared de Deadpool encaja a la perfección con el malhumorado Logan y nos regala una gran dosis de humor negro, parodia, violencia, nostalgia, cameos y referencias que todo amante de los comics y de las películas de superhéroes disfrutarán. Aunque la cinta dista de ser perfecta, ofrece una experiencia cinematográfica única que merece ser vista en la gran pantalla, ya que ofrece al espectador todo lo prometido. Hacía mucho que no me reía tanto en una sala de cine. Finalmente destacar la banda sonora y el homenaje de los créditos que rinden a las películas de Fox con las que crecimos y nos hicieron querer a estos personajes.
7
26 de julio de 2024
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una carcajada sincera puede ser el mayor de los aprecios. Y en el panorama actual del cine de Marvel, con un ambiente enrarecido tras sus últimos fracasos de crítica y público, 'Deadpool y Lobezno', como parodia superheroica, no es buena ni mala: es necesaria para airear un universo que empezaba a oler a cerrado.

Aunque los cameos vaya a ser esa parte de la que todo el mundo hablará en redes, en realidad esta no deja de ser una película de 'Deadpool' para mayores de 18 años, con todo lo que eso implica: decapitaciones, sangre a borbotones, carcajadas, chistes de pollas, pegging y cocaína, violencia constante y rupturas de la cuarta pared que desde el primer momento empiezan por todo lo alto... eso sí, perdiendo un poco de chispa. Y es que, en el cambio de productora, 'Deadpool y Lobezno' ha ganado en algunos aspectos (poder hacer chistes con dos universos cinematográficos al mismo tiempo), pero, desde luego, ha perdido sutileza.

No es que las dos películas anteriores del personaje fueran un dechado de finura en los diálogos y a la hora de unir las tramas, pero en este caso empieza directamente explicando cómo Disney compró Fox y por tanto a los mutantes, comentando cómo salvaguardar el legado que dejó 'Logan', mofándose del momento bajo de Marvel y exagerando aún más su comentario meta hasta unos límites crispantes.

'Deadpool y Lobezno' no funciona siempre, y si vas con una mente crítica y un corazón desangelado y cansado de películas Marvel vas a encontrar, sin duda, de qué quejarte, desde una villana cuyas motivaciones no se explican bien hasta algunas bromas que parecen más deberes que diversión. Pero, al mismo tiempo, es tan consciente de sus defectos, tan jocosa y tan constantemente divertida que es imposible no dejarse llevar por este paraíso de bromas constantes, humor meta, superhéroes de segunda división y soluciones argumentales del todo a cien.

Sus defectos se pueden pasar por alto: es siempre divertida, la historia no se pierde en ningún momento, la mayoría de los chistes funcionan y te llevas de regalo momentos que jamás creíste que verías en una pantalla. Su única pretensión es la de divertir, volver a crear una unión con los espectadores después de años de decepciones y reírse de lo que hasta ahora han hecho con la consabida saga del multiverso (sin referencias a Jonathan Majors, todo sea dicho), y lo consigue con creces. Tras tantas películas que se tomaban demasiado en serio a sí mismas, 'Deadpool y Lobezno' es como un tebeo de Mortadelo después de leer 'From Hell'. ¿Es perfecto? Probablemente no. Pero airea, divierte y te vuelve a hacer sentir conectado. Es exactamente lo que necesitabas.

Por mucho que Ryan Reynolds y Hugh Jackman hayan anunciado durante meses que para ver 'Deadpool y Lobezno' no hace falta tener conocimiento previo del cine de superhéroes ni hay que hacer los deberes antes de ir.

A nadie se le escapa que en una película como esta, con Deadpool navegando entre diferentes realidades, de una manera u otra íbamos a tener apariciones imposibles, retornos inéditos y castings mágicos, pero en la mayoría de ellos, en lugar de quedarse en el simple reconocimiento visual (como hizo, por ejemplo, 'Flash' con Nicolas Cage y George Clooney), les da un espacio para respirar y crecer, convirtiéndoles en algo más que un simple reclamo para la audiencia o un fanservice gratuito. Buscan dignidad en un universo que se la ha quitado. Tienen trama propia. Funciona.

Pero, sin duda, para que lo haga, es vital que la película esté liderada por un dúo tan carismático como el de Hugh Jackman y Ryan Reynolds, cuya predisposición no solo traspasa la pantalla, sino que, además, demuestra que nacieron para interpretar a estos personajes ("Hasta los 90 años", dice Deadpool) y que la colaboración, más allá de sus carreras y de la propia Marvel, les apetecía a título personal. El resultado es una buddy movie paródica pero con corazón que se guarda alguna que otra sorpresa sentimental y en la que Jackman nunca parece arrepentirse de volver a las andadas después de prometer por activa y por pasiva que nunca volvería a calzarse las mallas.

Está bastante claro que 'Deadpool y Lobezno' va a ser un éxito rotundo y absoluto. No solo en taquilla: al público (cuanto más joven, mejor) le va a encantar, Marvel va a recuperar estatus como marca y va a dirigir todos los ojos a la aparición de Kevin Feige en la Comic-Con donde presentará el futuro de la franquicia. Sin embargo, corre el peligro de ser solo un espejismo: Deadpool es un punto y aparte en el camino, un spin-off de la trama, un pie de página jocoso, un cambio de tono que todos somos conscientes que no se volverá a repetir en una Marvel que tiene por estrenar varios proyectos que a priori resultan duros para el público ('Thunderbolts*', 'Capitán América: Brave New World') y que necesita esta película como su buque salvavidas.

Sí, la secuela abraza desesperadamente el fanservice. Sí, está, en parte, destinada a que el público grite y aplauda a la pantalla como no pasaba desde la tercera parte de 'Spider-man'.

Además, la primera película para mayores de 18 años de Marvel aprovecha su poder para decir tantos tacos como puede (saliendo de quien menos esperas), mostrar vulgaridades varias y salpicar con sangre a borbotones. Si 'Vengadores: Endgame' era la graduación de Marvel con discursos emotivos, premios y lágrimas, 'Deadpool y Lobezno' es la juerga posterior, mucho más loca, mucho más imperfecta, pero fantástica, divertida y única a su manera. Es la borrachera de Marvel antes de afrontar un nuevo día. Me gustaría ponerme las gafas de crítico clásico y comentar todos los desmanes en los que cae (que no son pocos), pero no puedo negar que me lo he pasado enfervorecidamente bien con un género que, a estas alturas, sufre un desgaste obvio. Y tiene mucho, muchísimo mérito.

Puntuación: 7 sobre 10.
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