Tenía muchas ganas de ver esta película, estaba por ir a verla al cine, pero sucesivos exámenes me lo impidieron, así que la tuve que ver recién ahora por internet.
Menos mal que no pagué Cine para ver esta basura.
La película entera es un chiste, se mofa prácticamente todo el tiempo de muchos personajes y del espectador, principalmente.

Lo bueno: la resolución de las imágenes.
Lo malo: no tiene sentido nada de nada. Voy a seguir en Spoiler, y a mencionar todos los errores graves que tiene durante el desarrollo (sólo los graves, porque si no, no termino más).

(VER SPOILER)

En definitiva, mala, muy mala. Agradable recordar a estos entrañables personajes, pero para eso más vale buscar los capítulos y verlos, porque esto da pena.

Mala joder.
Es mala. Muy mala. El villano es un maldito gato sin pelo lila, la última transformación de Goku es ridícula, la historia es patética y lo peor de todo es que violan sin pudor un gran personaje como es Vegeta.

Y nos lo tenemos merecido porque seguimos consumiendo subproductos de lo que en su día fue una gran serie para varias generaciones.
Y esto es extrapolable tanto al cine como a los videojuegos, que nos bombardean con bazofia de segunda y nos la siguen dando porque seguimos consumiéndola.

En nuestra mano está que estos abortos no vean más la luz.
Basta ya señores, basta ya de seguir exprimiendo a la gallina de los huevos de oro.

Me gustó Dragon ball Z la batalla de los dioses por el simple hecho de NO tener un final CONVENCIONAL o un final al que estamos acostumbrados (Nuestro héroe agonizante al borde de la derrota, sorprendentemente salvado por un "milagro", por así decirlo, o la potente, pero predecible henkidama) a pesar de parecerme un poco ridículo el dios de la destrucción, Bills la disfruté y me sentí de nuevo como una chiquilla ansiosa de 9 años. sentada en su televisor esperando finalizara el intro de DBZ. Me reí mucho con el baile de Vegueta, ya que estábamos acostumbrados a verlo con un tipo rudo y sin corazón... el principe Vegueta que, renuncia a su orgullo para salvar a sus amigos y a sus seres queridos, El enfurecerse al ver que golpean a "su" Bulma muestra un lado que, ni yo ni nadie conocimos (nisiquiera en GT). Obviamente no pretendía esperar la batalla épica por la duración del filme, pero supondría que deja un preámbulo para algo mucho mejor elaborado. Me pareció interesante la idea de hacer a Gokú un "dios super saiyajin" un termino que, como los personajes de Toriyama, hubiésemos imaginado. Gokú con su misma ingenuidad y carisma me dejo contenta, porque a pesar de ser un "dios" no dudo en que Bills acabaría con el.

Goku debió acabar en el final de Dragon Ball Z , a partir de ahí, nuestro querido héroe ha sido vilipendiado por sus propios creadores, sacando productos de penosa calidad dedicados al público infantil. Toda la seriedad, crudeza, violencia, gore, diseño adulto y lo más importante, el mensaje que daba Dragon ball -luchar por la paz está bien pero la violencia tiene consecuencias- han sido reemplazados por diseños de personajes propios de un capítulo de los pokemon, una vergonzosa auto-censura, una paleta de colores chillona, unos personajes desdibujados que pierden todo el carisma y el encanto (!Vegeta quien te ha visto y quien te ve!) y unos villanos del baratillo que tienen la misma maldad que el villano de los cuentos infantiles.

En resumidas cuentas. Esta película no es mas que otro capitulo de series infantiles tipos los digimon en los que mostrencos se tiran rayos de luz brillantes que harán las delicias de los más pequeños. No hay palabras que puedan expresar la vileza de la gente que empaqueta para niños una serie de dibujos para adultos legendaria. Coman dinero por que Goku jamás mereció en lo que ha acabado convertido. Un vende almohadas!

Suele suceder, como en una suerte de regla o ecuación, que a mayor expectativa, más grande es la desilusión. Y es muy probable que sus seguidores sientan algo de eso, porque a pesar de no terminar de ser un mal producto, Dragon Ball Z: La batalla de los dioses falla notablemente en los puntos en donde el film debía arrasar o destacarse.
La narración se ubica unos años después de lo que significó la última etapa de Dragon Ball Z, tras el ferviente y vigoroso enfrentamiento con Majin Boo. Allí se hace presente un villano bastante peculiar, el Dios de la destrucción. Éste, llamado Bills, es un holgazán que ha despertado de una siesta de décadas con el afán de encontrar un guerrero poderoso que decida medirse con él, aferrándose a la eventual existencia de un Dios Saiyajin. Emprende viaje hacia la Tierra, donde Goku y compañía tratarán de no hacerlo enfadar para que no destruya el planeta.
Nada para reprochar hay en lo que respecta a la animación: como era de esperarse este aspecto es de lo mejorcito de la película. El problema elemental está dado en el excesivo e infantiloide recurso a las bromas y chistes repetitivos, con muecas y gestos que se van agotando y quemando cada vez más con el correr de los minutos. Si bien el modo de hacer humor siempre fue apreciable en la creación de Akira Toriyama, en esta entrega se apela tanto al intento de hacer reír al público, que parece olvidarse que Dragon Ball cautivó a las masas por, sobre todo, sus agudos y penetrantes momentos de lucha.
El personaje de Bills, más allá del enorme potencial que expone cuando le toca sacar a la luz su fuerza, carece de carisma y nunca genera lo que han sabido cosechar los terribles Freezer, Cell y Boo: temor, tensión, preocupación.
Más allá de pasearnos por secuencias muy entretenidas (primordialmente en la primera media hora) y de contar con unos buenos guiños que entusiasman a cualquier fan (a saber conversiones en distintas fases de súper saiyajines, alguna siempre atractiva fusión, etcétera), el relato nunca acaba de inquietarnos y angustiarnos (como sí lo conseguía la serie). Para colmo, las batallas se toman un descanso casi tan largo como el que se echa el Dios de la destrucción en el film y no se exhiben hasta llegar al último tramo.
Amena pero olvidable, Dragon Ball Z: La batalla de los dioses no trasciende y echa a perder la oportunidad de vincular nostálgicamente a los incondicionales del taquillero animé.

LO MEJOR: algunos (sólo algunos) ratos graciosos. La aparición de todos los personajes. La animación.
LO PEOR: se desperdicia una buena ocasión de satisfacer al público. Por instancias infantil. Bills, un villano bastante aburrido. Tensión nula. Las peleas ocupan poco espacio.
PUNTAJE: 5

http://cinefiloclub.blogspot.com.ar/2013/09/dragon-ball-z-la-batalla-de-los-dioses.html