Vamos a ver Cesc, si son historias para no contar, ¿Por qué las cuentas? ¿Hace falta?. Con esto me refiero a que no encontré ni media gracia las diversas historias que en esta película se recogen, historias sin gracias, sin fondo, diálogos de besugos, previsibles, sin un mínimo de interés. Y eso que la plantilla de actorazos que en esta actúan es tremendo. Sin duda se les podría haber sacado más jugo.
Lo mejor los actores / actrices y que sale mi barrio, el Born, poco más.

Tras la fantástica ‘Sentimental’, una de las películas españolas con las que más me he reído últimamente, parece que Cesc Gay ha cambiado un poco su tono y ha bajado el nivel de «intensito» que venía manteniendo para relajarse con comedias de situación. Aquí, nos presenta cinco historias completamente independientes en la que los distintos protagonistas se van metiendo en un jardín del que viene siendo cada vez más complicado salir. Son situaciones mundanas que se van complicando cada vez más y Gay consigue, en todo momento, que no sepamos cómo va a caer el invento.

Sin duda tiene a favor que, si el espectador entra al juego, desde luego es probable que quede maravillado por un elenco que lo da todo por conseguir la risa del espectador, con algunos nombres sobresalientes.

Por contra, desde luego que el invento resulta un tanto repetitivo a raíz de la segunda historia y, como más o menos al arrancar sabes por dónde va a ir la cosa, algunas historias logran sorprender más y otras menos.

A mi me ha gustado y me ha parecido un interesante invento, pero tampoco me deja con la sensación de querer volver a verla.

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Cesc Gay a mí siempre me interesa. Me gustan sus historia, casi todas urbanas, preñadas de gente corriente que se encuentra en situaciones posibles, incómodas o curiosas, cuando menos. Rueda con agilidad, se rodea de buenos actores y ha hecho películas que me han hecho feliz durante hora y media o dos horas, como FICCIÓN o KRÁMPACK.

Las historias no se entrecruzan, los personajes de una historia no enlazan con la siguiente, algo que es más costoso a nivel de guión. Pero no importa, la cosa es que las situaciones de las cinco historias, todas, tienen su aquél, el espectador medita sobre ellas y de fondo está siempre una Barcelona urbana, moderna y a la que se nota que el director mima como si fuera su novia.

Destaca, entre todo un elenco muy bien elegido, Álex Brendemühl, en la historia quizás más atractiva de todas.

Compendio de historias que le pueden pasar a cualquier, con las que podemos sentir completamente identificados y que juegan muy bien con la tensión más real, aquella que no requiere de una gran trama con diferentes elementos que generen inquietud en el espectador. Son pequeñas cosas y pequeños actos que hacemos todos sin ningún sentido aparente y que nos ocasionan situaciones de estrés.

Se trata de un curioso filme que, al tratarse de varias historias inconexas, sale perdiendo en el resultado final. Pues, aunque los planteamientos de todas las historias mantienen una línea de unión: los secretos y sus incomodidades, no todas las historias tienen la misma fuerza narrativa o interpretativa.

Quizá falla el ordenamiento de las historias en el montaje final, pero aquí también entra el factor subjetivo, ya que a cada uno le puede generar más o menos ansiedad o tensión una o otra historia, dependiendo de la cercanía que haya tenido en su realidad a esa situación.

Lo que está claro es que el reparto es de en sueño y sus interpretaciones son en la mayoría muy buenas teniendo a actores que interpretan papeles que les encajan a la perfección o actores que sorprenden interpretando unos roles que no les son habituales.

Una noche pude ver en la Uno una interesante película que además de contar con un gran reparto (entre otros Quim Gutiiérrez, Alejandra Jiménez, José Coronado, Anna Castillo, Chino Darín y Javier Cámara) está dirigida por un Cesc Gay que ya nos maravilló con su excelente "Pa negre". La cinta está estructurada en varios episodios independientes protagonizados cada uno por actores diferentes. Así por ejemplo si el primero está interpretado por Chino Darín y Anna Castillo en otro están José Coronado y Javier Cámara. Gay pretende con ello dramatizar los monólogos del Club de la Comedia que representaría cada episodio cuyo principal protagonista sería el que estaría pronunciando el monólogo. ¿Acaso los monólogos no son eso sino "historias para no contar" que se cuentan en tono jocoserio en el teatro sede del simpático Club?

Todos los episodios-monólogos tienen un tema común: el amor tratado de diversos puntos de vista. Si en uno son los cuernos, en otro la posibilidad de abortar por el solo motivo de que el esposo había sido infiel. Luego la mujer confiesa que también lo ha sido por lo que están en paz. El tema acaba por ser olvidado y pelillos a la mar.

La película de Cesc Gay aunque no es de gran calidad si que es divertida que es lo menos que se le puede pedir a esta comedia de episodios-monólogos. Sus más de noventa minutos de duración se me hicieron cortos. A la espera estoy de una segunda parte de esta particular cinta.