No quiero contar mucho del argumento, porque es de esas películas que cuanto menos sepas más divertido y más sorprendente resulta.

Cinco historias independientes en la que los personajes se van metiendo en situaciones que cada vez se complican más, el espectador asiste horrorizado y muerto de risa a la vez, expectante en ver cómo van a salir de la situación en la que ellos mismos se están metiendo cada vez más.

Los actores muchos y buenísimos todos, los jóvenes y los veteranos. Tenemos muy buenos actores en este país sólo necesitan un buen guion y una buena dirección.

Me he reído muchísimo y con la que está cayendo entre unas cosas y otras se agradece que me hayan hecho pasar un buen rato.

Lo mejor: El guion, divertido y angustioso a la vez y los actores. Todos. Y hay un montón, a cual mejor. Las caras de Anna Castillo cuando la situación se le va de las manos por momentos… me acuerdo y vuelvo a reirme.

Lo peor: ¿Por qué no hay más cine español como este?

Historias para no contar es una película para no parar de reír que mantiene a la expectativa de lo siguiente que se presentará. Cesc Gay hace un elaborado relato compuesto por varias historias con un elemento común en todas ellas: la pérdida de control sobre las emociones en determinados escenarios. Esta premisa construye situaciones surrealistas que acaban siendo pura comedia al estilo de Luis García Berlanga.

Algo muy positivo de estos relatos es que uno no se espera el final que acontece. Gay, junto con Tomás Aragay, consiguen articular un humor más complejo y sutil del que estamos acostumbrados a disfrutar en otros films de comedia española. Y, por supuesto, es un proyecto que cuenta con un elenco de lo más conocido en la escena española.

Cada crónica tiene un protagonista que toma las riendas con firmeza desde el principio hasta la conclusión de su respectiva trama. Desde Anna Castillo hasta Quim Gutiérrez, pasando por apariciones estelares de figuras icónicas del cine y la comedia española como Maribel Verdú, Javier Cámara o José Coronado.

Sin duda, esta propuesta es un soplo de aire fresco sobre la audiencia que, saturada con dramas complicados y narrativas enrevesadas, esperaba volver a un tipo de historias más simples y cotidianas.

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Cesc Gay nos presenta su nueva película, una comedia de cinco relatos que narran situaciones ridículas en las que todos nos podemos reconocer pero que, si nos ocurriesen, jamás contaríamos. No es la primera vez que el director realiza una película compuesta en varios relatos, ya lo hizo de forma bastante buena con "Una pistola en cada mano". Otro de los títulos más reconocidos de Cesc fue " Truman", " Sentimental" y "En la Ciudad". Historia para no contar se presentó en el Festival de cine de San Sebastián, dentro de la gala de RTVE y ahora la podemos ver en las salas comerciales.

La película tiene cinco historias, cada una independiente de la anterior, la primera es la más potente y la más divertida. Luego el nivel va bajando, pero cada una de ellas tienen alguna cosa para enganchar al espectador. En esta ocasión el director con una mirada ácida y compasiva muestra la incapacidad que tanto hombres como mujeres tenemos para saber manejar nuestras emociones. En esta ocasión no solo refleja la torpeza de los hombres, también nos muestra la torpeza de las mujeres para afrontar diversas situaciones.

El guion tiene mucho que ver para que funcionen las historias, sobre todo con esos diálogos chispeantes y cuando trata temas como las relaciones de amor, amistad y rivalidad de clases y sobre todo rivalidad laboral. El elenco de actores también es principal en la historia, con un equipo de lo mejor que tenemos a nivel nacional. Si te dejas llevar y no lo pides mucho a cambio, pasarás un rato agradable, viendo como los personajes se engloban en unas historias llenas de celos, manipulación, envidias y falta de prejuicios.

Lo Mejor: La primera historia
Lo peor: El nivel va de más a menos

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La película intenta morder la conciencia del espectador, ese lugar incómodo que procuramos acolchar y cincelar a nuestra conveniencia.
En cierto modo parece más una obra de teatro que cine; por desarrollarse la acción generalmente en interiores.
Anna Castillo y María León, muy bien. Frescas, naturales, muy en su papel.
Maribel Verdú es ya un icono como actriz y Alexandra Jiménez es muy buena... pero muy recurrente con sus tics de aparente sorpresa/ingenuidad/naturalidad, pero chapó también.
Antonio de la Torre no necesita mucho para sacar el papel adelante, igual que Coronado. Álex Brendemühl sin embargo mo me cautiva como lo hizo en Akelarre; su naturalidad para mi gusto peca de laxa.
Las historias son pequeñitas, entretenidas, cotidianas... apenas dejan espacio para la sorpresa.
La película se ve con agrado, pero ya está. Parecen sus relatos más bien esbozos de una obra mayor... para teatro. El esfuerzo y el juego que propone Cesc Gay se lo sabe de memoria.
Aun así, siempre uno puede preguntarse con estas historias quién engaña y quién es el engañado... porque el denominador común en todas ellas es que hay mentiras recíprocas y falsas verdades que tampoco, seguramente, serán lo que parecen.
Y pobrecito Quim Gutiérrez, basta ya de darle papeles de niño malo. A ver si de una vez juega a ganador y hace saltar la banca.
Quizá le falta un pelo (o dos) de malicia a estas historias para que debieran realmente no contarse.
Nos vemos en el teatro.

La verdad es que con el extraordinario elenco de actrices y actores, esperaba más de esta película. El estilo microrelato en versión cinematográfica es muy enriquecedor porque da más posibilidades. Sin embargo cada relato de la película deja la sensación de que era más prometedor de lo que realmente es el resultado.La impresión final es de que se ha perdido una buena oportunidad de hacer algo más interesante. Me parecen sosas las historias.
Lamentablemente me viene inconsciente la comparación con “Relatos salvajes” que es una obra fabulosa. El formato es el mismo en esta película pero, le falta algo., chispa quizá.