Se necesita un poco de Sur para poder ver el Norte.
Las películas que he visto venidas del norte (Suecia, Dinamarca, Finlandia ...) suelen tener buenas ideas pero hechas con una densidad que solo el frío extremo puede querer.

Una idea interesante se llena de diálogos pedantes y pseudo filosóficos durante más de dos horas dejando casi enterrada la historia interesante que es.
Luego tenemos las "genialidades" norteñas. Por poner paranoias o hacer cosas raras se les otorga el nivel de genialidad. Ya tienen los premios Nobel amigos y amigas. Nos mete el señor Trier una pretendida mezcla de teatro con película que no aporta nada, es decir, realizada de forma convencional la película sería igual. Un día nos meterán dos horas y media de un primer plano de Morgan Freeman contando la caperucita que si está realizada en Noruega la pondrán como brillante genialidad.

Se salva de la quema las actuaciones que cumplen de sobra, la historia central que es interesante pese a lo mal que la cuentan, el final y que me alegra personalmente ver a la amiga Kidman en su época pre-cirugía.

De entre las genialidades del cineasta danés surge una radiografía de lo que es nuestra sociedad y como repercute en nuestro comportamiento diariamente (aunque usted no lo crea). De cuando el agradecimiento debe ser eterno... de cuando el favor se convierte en obligación... de cuando el abuso se convierte en hábito... y como la ira nos coloca en una posición incomprendida. Una obra que remite a situaciones de análisis que no abandonan bajo ninguna circunstancia la realidad... la ficción solo es el medio para repetirnos la bajeza humana pronunciada por el poder conferido.

Sin mucho que decir, puntualizo las hazañas de Lars von Trier a través de la cámara, el guión, trascienden en el tiempo y en el plano creativo.

Lars von Trier: Me encantan los directores que crean productos que les salen de dentro. Esto hace Lars. Innova con una puesta en escena nueva: una película hecha sobre un escenario de teatro, escribiendo con tiza el nombre de las calles, las casas, puertas, etc. Ahorra en costes de la forma, porque lo que importa es el fondo que se pretende lanzar. Es un mensaje directo desde el principio.

Hay un evidente trato de la filosofía, no solo en los diálogos, sino en los nombres de algunos de los personajes. Con toda la intención. Se habla de la ilustración. Se toman decisiones en nombre de ella, para justificar más aún la barbarie.

Los ojos de Nicole Kidman son tan bonitos en esta película… Está maravillosa, defendiendo un papel difícil, pero con esos ojos… (se lo dice el niño). No habla, susurra toda la película, con sus manos de porcelana y su apariencia de mosquita muerta, de buena chica.

El ser humano es así. Capaz de socorrer a alguien desconocido y de tratarlo como a un esclavo, solo porque no ha nacido en ese lugar. Es importante estar pendiente de todos los diálogos, nada es al libre albedrío.

Von Trier debe de ser el cineasta más pagado de sí mismo de Europa, porque si no no se entiende que se atreva a dirigir lo que dirige.

Y es que su historia es aburrida y teatral. Pese a querer romper moldes con una "deconstrucción minilmalista del espacio escénico" (o como lo quieran llamar los más sesudos críticos), logra hacer nada más y nada menos que una obra de teatro moderno llena de grandes actores y actrices desaprovechados.

Y encima el film está filmado en vídeo digital (de no muy buena definición, la verdad), con lo cual la "película" de Trier se asemeja más a la grabación de un ensayo teatral que a algo proyectable en pantalla grande.

En resumen: una obra cargante, pomposa y pretenciosa hecha por un ególatra con el ego hinchado. Se entiende que la Kidman huyera y Lars se viera obligado a buscar a otra actriz para "Manderlay".

Es la primera vez que me ocupo de realizar una critica a una película, porque aparte de las casi 3 horas que dura, pasé casi otras 3 tratando de entender por qué estaba tan bien valorada y la llaman clásico del cine. Veo películas por entretenimiento, no para perder el tiempo, y la verdad esta película nunca me atrapó y me aburrió después de los primeros 20 minutos (inclusive creo que antes). La terminé de ver esperando un final tipo Stephen King, algo inesperado, algo que me sorprendiera, que me diera la clave de su fama (la ví en 3 partes, imposible verla completa en una sentada). En fin, luego de filosofar con mi esposa y buscar el sentido por el que gasté el dinero en la tienda de alquiler de videos y el tiempo viéndola, no encontré ninguna justificación para su popularidad y valoración. Quizas se deba a su "originalidad", a que es distinta, una obra de teatro llevada al cine con un muy bajo presupuesto en escenarios. Pero ser original o innovador en algo no garantiza el éxito, se puede más bien rayar en lo mediocre...
Por lo antes expuesto y debido a lo muy mala que juzgo a la película es que me pregunto ¿Seré un neófito del cine?.