La sonrisa de Mona Lisa
5.5
25,008
Drama. Comedia
En 1953, Katherine Watson (Julia Roberts) se traslada desde California al campus de la prestigiosa y estricta universidad de Wellesley en Nueva Inglaterra para enseñar historia del arte. En plena postguerra, Watson espera que sus estudiantes, las mejores y las más brillantes del país, aprovechen las oportunidades que se les presentan para emanciparse. Sin embargo, poco después de su llegada, descubre que la prestigiosa institución está ... [+]
31 de julio de 2010
31 de julio de 2010
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me pregunten por qué, pero es así. La película, ah sí, una escenilla potable en la que se plantea muy por encima (no vayamos a profundizar demasiado) la subjetividad y objetividad del arte y el resto, parece que Mike Newell se dedica a estafarnos una vez más. No me refiero a Newell en particular, sino a los muchos que lo hacen.
12 de marzo de 2011
12 de marzo de 2011
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una temprana mañana de un fin de semana cualquiera llega una mujer ebria para aporrear la puerta de su ex novio con un grito de guerra (hijo de puta) y una pierna dispuesta a patalear su puerta.
Vivo en la puerta contigua, sé de lo que hablo, todo el mundo tiene momentos plenos y liberadores en su vida, y esta mujer los practica muy a menudo contra la puerta del susodicho vecino.
Si pensamos en los ideales de la protagonista de la película, esta señorita está reafirmando sus valores como persona y yendo un paso más allá de la igualdad, dando a conocer su valía y derechos como mujer. Pero claro, seamos sensatos, sus ideas no son válidas para cualquiera, no todos nos cortamos por un mismo patrón ni tenemos las mismas necesidades, está bien recordar que no es necesario ser una cara bonita que tiene la cena hecha a las siete, pero a mí me repatea el hígado la decisión de esta mujer que decide hacerse escuchar tras beber mucho y sacar un valor extra de madrugada, por lo que declaro que los gritos de defensa del machismo, feminismo e igualdad me parecen una mierda porque ahora mismo son meras palabras en las que se escudan todo tipo de actos que de otro modo pueden resultar indefendibles.
Si nos centramos en esto, incluso podemos obviar la actitud pasteloide e hipócrita de la que hace gala esta película, aunque esté basada en un lejano tiempo y lugar para nosotros. Lo que no puedo dejar de imaginar a tremenda muchacha poniéndose en dvd la película con una botella de whisky en la mano y llorando histérica mientras traga alcohol hasta que amanece y piensa:
"Yo también tengo derecho a hacerme escuchar, los hombres no nos merecen y nos valoran, este cabronazo que me dejó se va a enterar". Todo ello en voz alta, dirigiéndose al reflejo de su espejo o al peluche favorito de los que él le regaló.
Antes de coger el coche, enviará mensajes amenazantes a la mitad de sus contactos de móvil por no encontrar al susodicho entre tanto líquido elemento, para terminar en su puerta con insultos y sin ninguna intención de conseguir nada.
Y aunque imagine eso, el feminismo se me atraganta cuando oigo los gritos y miro el despertador, me acuerdo del señor que inventó esta historia y tantas otras parecidas y sólo me queda esperar que el macho alfa salga corriendo para despistarla y poder olvidarlos, hasta que ella se vuelva a sentir solo o hasta que vuelvan a emitir en televisión la película.
Bendita igualdad camuflada en falsas promesas.
Vivo en la puerta contigua, sé de lo que hablo, todo el mundo tiene momentos plenos y liberadores en su vida, y esta mujer los practica muy a menudo contra la puerta del susodicho vecino.
Si pensamos en los ideales de la protagonista de la película, esta señorita está reafirmando sus valores como persona y yendo un paso más allá de la igualdad, dando a conocer su valía y derechos como mujer. Pero claro, seamos sensatos, sus ideas no son válidas para cualquiera, no todos nos cortamos por un mismo patrón ni tenemos las mismas necesidades, está bien recordar que no es necesario ser una cara bonita que tiene la cena hecha a las siete, pero a mí me repatea el hígado la decisión de esta mujer que decide hacerse escuchar tras beber mucho y sacar un valor extra de madrugada, por lo que declaro que los gritos de defensa del machismo, feminismo e igualdad me parecen una mierda porque ahora mismo son meras palabras en las que se escudan todo tipo de actos que de otro modo pueden resultar indefendibles.
Si nos centramos en esto, incluso podemos obviar la actitud pasteloide e hipócrita de la que hace gala esta película, aunque esté basada en un lejano tiempo y lugar para nosotros. Lo que no puedo dejar de imaginar a tremenda muchacha poniéndose en dvd la película con una botella de whisky en la mano y llorando histérica mientras traga alcohol hasta que amanece y piensa:
"Yo también tengo derecho a hacerme escuchar, los hombres no nos merecen y nos valoran, este cabronazo que me dejó se va a enterar". Todo ello en voz alta, dirigiéndose al reflejo de su espejo o al peluche favorito de los que él le regaló.
Antes de coger el coche, enviará mensajes amenazantes a la mitad de sus contactos de móvil por no encontrar al susodicho entre tanto líquido elemento, para terminar en su puerta con insultos y sin ninguna intención de conseguir nada.
Y aunque imagine eso, el feminismo se me atraganta cuando oigo los gritos y miro el despertador, me acuerdo del señor que inventó esta historia y tantas otras parecidas y sólo me queda esperar que el macho alfa salga corriendo para despistarla y poder olvidarlos, hasta que ella se vuelva a sentir solo o hasta que vuelvan a emitir en televisión la película.
Bendita igualdad camuflada en falsas promesas.
17 de enero de 2012
17 de enero de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasable película con demasiadas pretensiones para lo que tenía que ofrecernos.
Recuerda a El Club de los poetas muertos, de la que se queda a años luz, desgraciadamente.
Pretenciosa y empalagosa en lo formal, la trama carece de profundidad y convicción como calarnos hondo y se queda en lo superficial, en estereotipos y situaciones demasiado evidentes, de manera que casi siempre vamos un paso por delante de los acontecimientos, adivinando lo que va a suceder.
No basta con tener una buena banda sonora, una fotografía cuidada y una perfecta ambientación. Las buenas películas necesitan un alma propia.
Lo mejor: los actores, sin duda, con una Julia Roberts más sobria que antes y unas secundarias con buena presencia y buenas tablas.
Un aprobado y punto.
Recuerda a El Club de los poetas muertos, de la que se queda a años luz, desgraciadamente.
Pretenciosa y empalagosa en lo formal, la trama carece de profundidad y convicción como calarnos hondo y se queda en lo superficial, en estereotipos y situaciones demasiado evidentes, de manera que casi siempre vamos un paso por delante de los acontecimientos, adivinando lo que va a suceder.
No basta con tener una buena banda sonora, una fotografía cuidada y una perfecta ambientación. Las buenas películas necesitan un alma propia.
Lo mejor: los actores, sin duda, con una Julia Roberts más sobria que antes y unas secundarias con buena presencia y buenas tablas.
Un aprobado y punto.
10 de marzo de 2013
10 de marzo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Catherine Watson viaja desde California a Nueva Inglaterra, en el otoño de 1953, para ingresar como profesora de Arte en la Universidad de Wellesley, prestigioso centro para chicas, donde sus modos y maneras (adelantados a su época) de mujer libre e independiente se enfrentarán a los rígidos corsés de la sociedad norteamericana de postguerra, en la que a la mujer se le establecía como objetivo principal el casarse y abandonar toda actividad que no fuese exclusivamente el cuidado del hogar, el marido y los hijos.
Dirigida por Mike Newell, la película incluye a la espléndida Julia Roberts como protagonista. La réplica se la dan un grupo de jóvenes actrices (del año 2003), más conocidas hoy día por sus trabajos en diversas cintas. El reverso de la moneda es Nancy Abbey (Marcia Gay Harden), profesora de Elocución y Etiqueta, compañera de piso de Catherine Watson, totalmente integrada en la rígida atmósfera de la institución, conformista con las normas y nada deseosa de introducir cambios en su actividad, ni en su vida.
Dirigida por Mike Newell, la película incluye a la espléndida Julia Roberts como protagonista. La réplica se la dan un grupo de jóvenes actrices (del año 2003), más conocidas hoy día por sus trabajos en diversas cintas. El reverso de la moneda es Nancy Abbey (Marcia Gay Harden), profesora de Elocución y Etiqueta, compañera de piso de Catherine Watson, totalmente integrada en la rígida atmósfera de la institución, conformista con las normas y nada deseosa de introducir cambios en su actividad, ni en su vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Desde el primer momento, Catherine enseñará a sus alumnas a aprender a pensar por sí mismas y, cuando sean espectadoras de una obra de Arte, serán capaces de extraer sus propias conclusiones y no exclusivamente las que encuentren en un libro. Este criterio irá calando poco a poco en el ánimo de las jóvenes, llevándolas a aplicarlo en todos los ámbitos de la vida.
Una de sus alumnas, la más crítica de todas, instalada, al principio, en el conservadurismo de la época y de la institución, pasará de ser su principal antagonista a convertirse en su amiga y tenerla por referencia y mentora, rechazando la hipocresía de una sociedad que sólo admite lo que ella misma ha establecido como correcto, atendiendo sólo a las apariencias.
Hay una escena en la que Catherine, a la pregunta de si está en contra del matrimonio responde que <<es posible que me case, en un futuro, pero no hago de ello el centro de mi vida>>.
El cambio impulsado por la profesora de Arte se manifestará en la previsión de matrícula para el curso siguiente: Jamás había habido tantas solicitudes.
De todos modos, el equipo directivo sólo le renovará el contrato si se pliega a una serie de condiciones que Catherine rechazará por principio: Abandonará la universidad, pero sus alumnas llevarán con ellas para siempre el aire de independencia y libertad que su profesora les ha inculcado.
Una de sus alumnas, la más crítica de todas, instalada, al principio, en el conservadurismo de la época y de la institución, pasará de ser su principal antagonista a convertirse en su amiga y tenerla por referencia y mentora, rechazando la hipocresía de una sociedad que sólo admite lo que ella misma ha establecido como correcto, atendiendo sólo a las apariencias.
Hay una escena en la que Catherine, a la pregunta de si está en contra del matrimonio responde que <<es posible que me case, en un futuro, pero no hago de ello el centro de mi vida>>.
El cambio impulsado por la profesora de Arte se manifestará en la previsión de matrícula para el curso siguiente: Jamás había habido tantas solicitudes.
De todos modos, el equipo directivo sólo le renovará el contrato si se pliega a una serie de condiciones que Catherine rechazará por principio: Abandonará la universidad, pero sus alumnas llevarán con ellas para siempre el aire de independencia y libertad que su profesora les ha inculcado.
24 de junio de 2021
24 de junio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2003 nos llegó una afable superproducción encabezada por Julia Roberts, en la que se metía en la piel de una profesora de Universidad femenina de los años 50 que tratará de romper barreras y techos de cristal para sus alumnas. La propuesta del relato no deja de ser completamente usual en el Séptimo Arte (desde "Semilla de maldad" (1955), pasando por "Rebelión en las aulas" (1967), "Música del corazón" (1999), "Hardball" (2001), "Los chicos del coro" (2004), "Coach Carter" (2005), "Déjate llevar" (2006) y llegando hasta "Diarios de la calle" (2007)) y prácticamente todas las estrellas del celuloide (Sidney Poitier, Morgan Freeman, Michelle Pfeiffer, Adrien Brody, Keanu Reeves, Hilary Swank, Jon Voight, Samuel L. Jackson, Kevin Costner, Mery Streep, etc.) han tenido frente a la pantalla a su grupo de alumnos por enderezar o hacer crecer en todos los niveles personales y profesionales... así que lógicamente Roberts no iba a ser una excepción. Y aquí va manejando y conduciendo a un plantel (alumnas y equipo docente incluído) que tiene muy enquistado en la cabeza el concepto de realizarse como persona como complemento del hombre y no como ser humano de igual forma que el hombre.
Que la trama se va guiando a través de unos mimbres ya establecidos en este tipo de films (la confrontación inicial, el crecimiento personal y el compadreo final no son algo que se evite ni que deje de resultar tan previsible como acostumbra) no es algo que la cinta sortee, sin embargo debo admitir que la forma que tiene de mimar sus situaciones con viveza y agudeza a la vez que serpentea por el relato con vehemencia y diversidad es especial, y logra que "La sonrisa de Mona Lisa" resulte un largo destacado dentro de ese subgénero dramático de las aulas. Y es que en el film los diálogos entre las alumnas poseen cierta perspicacia natural muy agradecida (que va componiendo a sus secundarias con potencia a la par que dinamismo), los juegos de provocaciones y desafíos entre alumnas y profesoras son de un gusto elegante y orgánico en todo momento, y la contienda hacia el sistema institucional y social machista de los años 50 se muestra de forma refinadamente velada... de modo que no es un recurso arquetípico sino una circunstancia subyacente.
En definitiva: el guión tiene una temática trillada pero la desarrolla con la eficacia que esta propuesta siempre posee en la gran pantalla, y además con una astucia singular y más labrada de lo habitual (no estoy en mayoría, pero admito que si me dieran a elegir entre largometrajes de profesores idealistas contra el sistema y de incondicional apoyo al progreso de sus estudiantes... me quedo con este film que posee mayor riqueza argumental sin tantas limitaciones, y mayores arcos en todos sus variopintos personajes que cintas como "Hardball", "Los chicos del coro" o "Coach Carter"). Es complaciente, sí pero tanto en el sentido más estándar como en el mejor de los sentidos, resulta cómplice para todo público y posee un talante aguzado y lúcido.
Pero la cinta se alza en mayor medida por su reparto. Un reparto espectacular: Roberts, Julia Stiles (creo que éste es su mejor rol hasta la fecha, y eso es decir mucho teniendo en su haber "10 razones para odiarte" (1999) o toda la saga de Jason Bourne), Maggie Gyllenhaal que no erra en un solo papel y aquí conforma un personaje claroscuro a la par que íntegro, Kirsten Dunst (otro personaje con potentes luces y sombras, que con la labor actoral de la actriz de New Jersey se nos hace completamente creíble en su frustración camuflada en villanía. Ella sí ha tenido mejores papeles aun, solo basta con acercarse a "La seducción" (2017), "Melancolía" (2011) o "Llegar a ser Dios en Florida (2019-)), la Oscarizada Marcia Gay Harden (aunque su personaje es el más superficial y limitado, sinceramente. Pero Harden es capaz de solventarlo con su oficio), Juliet Stevenson, Ginnifer Goodwin, Topher Grace, Dominc West... es un elenco de ensueño y producen lo esperado de ellos. La gran solidez interpretativa aunada a la notable dirección de Mike Newell (no siempre ha estado acertado, pero tanto aquí como en "El cáliz de fuego" (2005) demuestra gran pericia en la elección de planos (usual pero siempre dinámica)), una fotografía apolínea (ojo a la perfecta saturación del color, y al empleo de los escenarios exteriores tan primorosos y sus contrastes de ocres con el vestuario), un maquillaje y un vestuario excelso y óptimo así como una notable banda sonora (no llega al sobresaliente en sus temas originales o "prestados" pero está a punto) completan una cinta de gran talante y mérito. No aburre en ningún momento (ni siquiera cuando cae en los tópicos establecidos del progreso argumental (y estos puntos de simpleza no son muchos puntos, pues las coyunturas del relato se suelen expandir con un cuidado minucioso) porque es aquí donde sus actrices (los personajes masculinos son más convidados de piedra que otra cosa, éste es un relato protagonizado por mujeres, esto no es la gran saga de "El Señor de los Anillos", por ejemplo) echan el resto para atraparnos en sus devenires) e incluso nos puede dejar con una sonrisa edificante. Recomendable para todo tipo de público que pase de los 10 años, pero en especial se orienta a los adultos. Indispensable para todo seguidor de sus actores. Aguanta varios visionados y crece con ellos, en mi caso la guardo en mi videoteca, pues es de esos films que logran su propósito de amenizar con cierta erudición gentil.
Es claramente superior a películas como "Escuela de Rock", "Hardball" o "Déjate llevar" (2006), y está al nivel de "Coach Carter" o "Colegio privado" (1992), "Friday Night Lights" (2004) o (a pesar de ser una serie televisiva, va por el mismo estilo a la hora de tratar a sus personajes) "Dawson crece" (1998-2003).
Lo mejor: Su reparto.
Lo peor: Que el guión no opte en algunos minutos en concreto por arriesgar, soltando su esqueleto revisto (pero son unos instantes escasos).
Que la trama se va guiando a través de unos mimbres ya establecidos en este tipo de films (la confrontación inicial, el crecimiento personal y el compadreo final no son algo que se evite ni que deje de resultar tan previsible como acostumbra) no es algo que la cinta sortee, sin embargo debo admitir que la forma que tiene de mimar sus situaciones con viveza y agudeza a la vez que serpentea por el relato con vehemencia y diversidad es especial, y logra que "La sonrisa de Mona Lisa" resulte un largo destacado dentro de ese subgénero dramático de las aulas. Y es que en el film los diálogos entre las alumnas poseen cierta perspicacia natural muy agradecida (que va componiendo a sus secundarias con potencia a la par que dinamismo), los juegos de provocaciones y desafíos entre alumnas y profesoras son de un gusto elegante y orgánico en todo momento, y la contienda hacia el sistema institucional y social machista de los años 50 se muestra de forma refinadamente velada... de modo que no es un recurso arquetípico sino una circunstancia subyacente.
En definitiva: el guión tiene una temática trillada pero la desarrolla con la eficacia que esta propuesta siempre posee en la gran pantalla, y además con una astucia singular y más labrada de lo habitual (no estoy en mayoría, pero admito que si me dieran a elegir entre largometrajes de profesores idealistas contra el sistema y de incondicional apoyo al progreso de sus estudiantes... me quedo con este film que posee mayor riqueza argumental sin tantas limitaciones, y mayores arcos en todos sus variopintos personajes que cintas como "Hardball", "Los chicos del coro" o "Coach Carter"). Es complaciente, sí pero tanto en el sentido más estándar como en el mejor de los sentidos, resulta cómplice para todo público y posee un talante aguzado y lúcido.
Pero la cinta se alza en mayor medida por su reparto. Un reparto espectacular: Roberts, Julia Stiles (creo que éste es su mejor rol hasta la fecha, y eso es decir mucho teniendo en su haber "10 razones para odiarte" (1999) o toda la saga de Jason Bourne), Maggie Gyllenhaal que no erra en un solo papel y aquí conforma un personaje claroscuro a la par que íntegro, Kirsten Dunst (otro personaje con potentes luces y sombras, que con la labor actoral de la actriz de New Jersey se nos hace completamente creíble en su frustración camuflada en villanía. Ella sí ha tenido mejores papeles aun, solo basta con acercarse a "La seducción" (2017), "Melancolía" (2011) o "Llegar a ser Dios en Florida (2019-)), la Oscarizada Marcia Gay Harden (aunque su personaje es el más superficial y limitado, sinceramente. Pero Harden es capaz de solventarlo con su oficio), Juliet Stevenson, Ginnifer Goodwin, Topher Grace, Dominc West... es un elenco de ensueño y producen lo esperado de ellos. La gran solidez interpretativa aunada a la notable dirección de Mike Newell (no siempre ha estado acertado, pero tanto aquí como en "El cáliz de fuego" (2005) demuestra gran pericia en la elección de planos (usual pero siempre dinámica)), una fotografía apolínea (ojo a la perfecta saturación del color, y al empleo de los escenarios exteriores tan primorosos y sus contrastes de ocres con el vestuario), un maquillaje y un vestuario excelso y óptimo así como una notable banda sonora (no llega al sobresaliente en sus temas originales o "prestados" pero está a punto) completan una cinta de gran talante y mérito. No aburre en ningún momento (ni siquiera cuando cae en los tópicos establecidos del progreso argumental (y estos puntos de simpleza no son muchos puntos, pues las coyunturas del relato se suelen expandir con un cuidado minucioso) porque es aquí donde sus actrices (los personajes masculinos son más convidados de piedra que otra cosa, éste es un relato protagonizado por mujeres, esto no es la gran saga de "El Señor de los Anillos", por ejemplo) echan el resto para atraparnos en sus devenires) e incluso nos puede dejar con una sonrisa edificante. Recomendable para todo tipo de público que pase de los 10 años, pero en especial se orienta a los adultos. Indispensable para todo seguidor de sus actores. Aguanta varios visionados y crece con ellos, en mi caso la guardo en mi videoteca, pues es de esos films que logran su propósito de amenizar con cierta erudición gentil.
Es claramente superior a películas como "Escuela de Rock", "Hardball" o "Déjate llevar" (2006), y está al nivel de "Coach Carter" o "Colegio privado" (1992), "Friday Night Lights" (2004) o (a pesar de ser una serie televisiva, va por el mismo estilo a la hora de tratar a sus personajes) "Dawson crece" (1998-2003).
Lo mejor: Su reparto.
Lo peor: Que el guión no opte en algunos minutos en concreto por arriesgar, soltando su esqueleto revisto (pero son unos instantes escasos).
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