Coherence
2013 

7.0
36,367
Intriga. Thriller. Ciencia ficción
En Finlandia, en 1923, el paso de un cometa hizo que los habitantes de un pueblo quedaran completamente desorientados; incluso una mujer llegó a llamar a la policía denunciando que el hombre que estaba en su casa no era su marido. Décadas más tarde, un grupo de amigos recuerda este caso mientras cenan, brindan y se preparan para ver pasar un cometa... (FILMAFFINITY)
11 de noviembre de 2017
11 de noviembre de 2017
24 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imaginar que de pronto os hacen protagonistas de una cena de amigos, formado por un grupito de pedantes a los que no conocéis de nada y se pasan la velada reunidos comentando de manera muy intelectual y absurda el paso de un cometa, a la vez que rememoran una historieta finlandesa de 1.923...
Diálogos para besugos... sobre móviles, velas perfumadas, cuerpos celestes, apagones, fotos marcadas en una caja, discusión sobre tiritas de tela, llamadas a la puerta de casa y fallos de cobertura en internet. ¿Qué pensarías al participar de algo como eso?
Así me sentí: Exactamente igual, al convidado a una fiesta, en la que todo lo que sucede le interesa tanto como que llueva en Hungría.
Un 2
Diálogos para besugos... sobre móviles, velas perfumadas, cuerpos celestes, apagones, fotos marcadas en una caja, discusión sobre tiritas de tela, llamadas a la puerta de casa y fallos de cobertura en internet. ¿Qué pensarías al participar de algo como eso?
Así me sentí: Exactamente igual, al convidado a una fiesta, en la que todo lo que sucede le interesa tanto como que llueva en Hungría.
Un 2
24 de octubre de 2014
24 de octubre de 2014
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una contraposición de elementos en el primer largo de James Ward Byrkit, curtido guionista en filmes como “Rango” encargado del apartado artístico de la franquicia “Piratas del Caribe”, que ayudan a entender las pretensiones de esta película: convertir un concepto tan difícil de asimilar para cerebros no cuánticos como el gato de Schrödinger en un pasatiempo inteligente con sólo ocho personajes y unas cuantas barritas luminosas de colores. Como si Stephen Hawking tratase de explicar sus sesudas teorías cosmológicas con caramelos, y que no nos aburramos por el camino. Es más, que sintamos que juega con nosotros, y que participamos en dicho juego.
Eso es “Coherence”, un divertimento de noventa minutos que juega con las leyes de la física cuántica a su antojo, pero como dice su título, con coherencia. O valiéndose de la incoherencia presente en dichas leyes. Un proyecto low cost repleto de casas al final de la calle, identidades intercambiadas y misterios por resolver que al final encajan a la perfección. Una proeza de la ciencia-ficción que merece convertirse en un clásico del género desde ya por lo bien que hace uso de los pocos recursos de los que dispone. Ocho convincentes actores, prácticamente una sala de estar como escenario, una técnica de filmación cuasi dogmática –por sus fotogramas se asoma el Thomas Vinterberg de la prodigiosa “Celebración”- y un torrente de ideas ingeniosas que su director consigue guiar por el buen camino, sin que nos perdamos y sin que acaben en una amalgama de incoherencias argumentales. Algo, por otro lado, en lo que es muy fácil caer en un producto de estas características, que se va complicando a medida que avanza.
Y listo, poco más merece la pena decir sobre ella sin destriparla. Porque en una película como “Coherence” es primordial asistir virgen, sin saber mucho más que lo que se nos presenta en sus primeros minutos. Ocho amigos que se reúnen en torno a una mesa justo en la noche en que un cometa surca el cielo, un acontecimiento que no volverá a repetirse en mucho tiempo. Un clima de falsa cordialidad –por supuesto, hay rencillas escondidas o conscientemente olvidadas- que se romperá en cuanto… y hasta ahí se puede leer. Lo que viene después podría ser una especie de “Cube” mezclado con “Another Earth”, aunando la tensión y el amor por la ciencia-ficción de la primera con ese juego de dobles espejos de la segunda, pero con un mayor sentido del entretenimiento cinematográfico.
Un must see para todo amante del género –a los demás puede que les deje indiferentes, o a los que se pierdan por el camino- con el que Byrkit explora a sus personajes y los expone ante sí mismos para que se intervengan quirúrgicamente sin miramientos, y que en última instancia plantea una moraleja sincera, directa y sobrecogedora por su visión del ser humano: ante todas las opciones posibles que tenemos, la más cómoda y convincente es la que muestre el reflejo más positivo de nosotros mismos y de los que nos rodean. Lo dicho, coherente.
A favor: una gran idea hecha con pocos recursos
En contra: que habrá quien se pierda por el camino
Eso es “Coherence”, un divertimento de noventa minutos que juega con las leyes de la física cuántica a su antojo, pero como dice su título, con coherencia. O valiéndose de la incoherencia presente en dichas leyes. Un proyecto low cost repleto de casas al final de la calle, identidades intercambiadas y misterios por resolver que al final encajan a la perfección. Una proeza de la ciencia-ficción que merece convertirse en un clásico del género desde ya por lo bien que hace uso de los pocos recursos de los que dispone. Ocho convincentes actores, prácticamente una sala de estar como escenario, una técnica de filmación cuasi dogmática –por sus fotogramas se asoma el Thomas Vinterberg de la prodigiosa “Celebración”- y un torrente de ideas ingeniosas que su director consigue guiar por el buen camino, sin que nos perdamos y sin que acaben en una amalgama de incoherencias argumentales. Algo, por otro lado, en lo que es muy fácil caer en un producto de estas características, que se va complicando a medida que avanza.
Y listo, poco más merece la pena decir sobre ella sin destriparla. Porque en una película como “Coherence” es primordial asistir virgen, sin saber mucho más que lo que se nos presenta en sus primeros minutos. Ocho amigos que se reúnen en torno a una mesa justo en la noche en que un cometa surca el cielo, un acontecimiento que no volverá a repetirse en mucho tiempo. Un clima de falsa cordialidad –por supuesto, hay rencillas escondidas o conscientemente olvidadas- que se romperá en cuanto… y hasta ahí se puede leer. Lo que viene después podría ser una especie de “Cube” mezclado con “Another Earth”, aunando la tensión y el amor por la ciencia-ficción de la primera con ese juego de dobles espejos de la segunda, pero con un mayor sentido del entretenimiento cinematográfico.
Un must see para todo amante del género –a los demás puede que les deje indiferentes, o a los que se pierdan por el camino- con el que Byrkit explora a sus personajes y los expone ante sí mismos para que se intervengan quirúrgicamente sin miramientos, y que en última instancia plantea una moraleja sincera, directa y sobrecogedora por su visión del ser humano: ante todas las opciones posibles que tenemos, la más cómoda y convincente es la que muestre el reflejo más positivo de nosotros mismos y de los que nos rodean. Lo dicho, coherente.
A favor: una gran idea hecha con pocos recursos
En contra: que habrá quien se pierda por el camino
5 de junio de 2016
5 de junio de 2016
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras 102 críticas, poco más puedo añadir a todo lo escrito sobre el filme. Una buena idea no tiene porqué tener un buen desarrollo sobre el papel y la pantalla. Hay multitud de factores que pueden desviar lo que seria una obra maestra a un film fallido e insípido, desde los diálogos, el casting, la dirección incluso la música. Sin embargo en Coherence, bien por habilidad o por casualidad, no hay fallos, todo encaja de manera sobresaliente. Magnifico casting, grandes interpretaciones, diálogos perfectos (se dice que improvisados, lo que les da mayor verosimilitud), y una buena dirección, por lo desapercibida que pasa, llegandonos a transmitir la sensacion de found fottage. Todo ello se introduce en la historia como un comensal más en la cena, y vivir lo que los protagonistas viven.
La sucesión de hechos tiene el ritmo adecuado, un crescendo, hasta un asombroso final, de esos que si ves la película en compañía, crea un inevitable debate para comprenderlo. De hecho el final se debate hasta en Forocoches.
Un film de los que uno recuerda durante tiempo, y debate con los demás. Ese es su mérito. Y con dos duros.
La sucesión de hechos tiene el ritmo adecuado, un crescendo, hasta un asombroso final, de esos que si ves la película en compañía, crea un inevitable debate para comprenderlo. De hecho el final se debate hasta en Forocoches.
Un film de los que uno recuerda durante tiempo, y debate con los demás. Ese es su mérito. Y con dos duros.
6 de noviembre de 2014
6 de noviembre de 2014
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo. Demuestra que para hacer buen cine, incluso ciencia-ficción, no hace falta una fortuna ni derrochar efectos especiales, normalmente usados para disimular que tras ellos no hay nada más. Esta película está desnuda, no trata de engañarnos con los trucos habituales; lo que se nos muestra es un guión excelente desarrollado con naturalidad por un grupo de actores. Y desde el principio nos atrapa en sus redes y nos desconcierta, al mismo tiempo que nos da un paseo por los conceptos de la física más reciente. ¿Se puede pedir algo más? Con películas así, uno recupera la esperanza en el futuro del cine
27 de octubre de 2014
27 de octubre de 2014
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando un grupo de amigos se reúne para cenar y rememorar tiempos pasados, no se imaginan lo que está a punto de suceder. Mientras ellos charlan, un cometa surca el cielo, dejando una bella imagen para los que se encuentran bajo ese manto de estrellas. ¿Puede el paso de un cometa alterar de tal manera la vida en la Tierra que nuestra percepción nos llegue a jugar una mala pasada y veamos o imaginemos cosas que o bien no existen o son fruto de algún tipo de espejismo? Nada más alejado de la realidad. En ‘Coherence’ (James Ward Byrkit, 2013) asistimos a un experimento tipo “El gato de Schrödinger” donde la paciencia y la cordura de un grupo de amigos es puesta a prueba.
Parecía que la ciencia-ficción había encontrado su techo, y que nada más podría sorprendernos, que era imposible que nuestros ojos vieran algo novedoso y transgresor, pero vivíamos engañados. James Ward Byrkit firma con ‘Coherence’ su primer largometraje, película que dirige y escribe de forma brillante. Su guión es lo más destacable, una historia que nos enreda a placer y se mete en nuestra mente para jugar con ella a un juego de confusión medida. Byrkit sigue una línea in crescendo que nos lleva desde escenas típicas de una reunión de amigos hasta un final en el que es inevitable quedarte a mandíbula batiente, es decir, con la boca abierta. Es por eso que podemos decir que estamos ante una película con un guión sólido, donde nada (o casi nada) se deja al azar, algo por lo que toda su acción merece la mayor atención posible por parte de sus espectadores. ‘Coherence’ es de esas películas a las que hay que ir preparados, con la cabeza preparada para ser estrujada, vapuleada y llevada más allá de sus límites.
El juego del que nos hace partícipes su director encuentra también el reflejo de esa solidez y brillantez del guión en sus planos y escenas. La confusión, que es ese hilo conductor en el que se mueven los personajes y donde atrapa al espectador, se traslada a la cámara. A medida que avanzamos en la historia, los planos se vuelven escurridizos, en ocasiones muy oscuros, y la nitidez se difumina, acrecentando la confusión en la pantalla y trasladándola a las butacas. Es por eso que, a pesar de ese pulso irregular a la hora de grabar, estamos ante una herramienta más de la que se vale Byrkit para trasladarnos la tensión y la mencionada confusión, reflejada ésta también en los rostros de sus actores, un reparto nervioso y bastante heterogéneo que parece estar viviendo de verdad los sucesos que se cuentan, con una evolución digna del mejor novelista de ficción.
En realidad, cualquier cosa que puedan leer sobre esta película no podrá acercarles a la impactante realidad que encierra, al igual que jamás sabrán si el gato de Schrödinger está vivo o muerto (o ambas) si no abren antes la caja.
Para fieles seguidores de la mejor ciencia-ficción hecha con respeto hacia el espectador y mucha ilusión.
Lo mejor: Sin duda, su guión, sólido, trasparente y sin trampas.
Lo peor: Nimiedades que en nada restan calidad a su visionado.
Parecía que la ciencia-ficción había encontrado su techo, y que nada más podría sorprendernos, que era imposible que nuestros ojos vieran algo novedoso y transgresor, pero vivíamos engañados. James Ward Byrkit firma con ‘Coherence’ su primer largometraje, película que dirige y escribe de forma brillante. Su guión es lo más destacable, una historia que nos enreda a placer y se mete en nuestra mente para jugar con ella a un juego de confusión medida. Byrkit sigue una línea in crescendo que nos lleva desde escenas típicas de una reunión de amigos hasta un final en el que es inevitable quedarte a mandíbula batiente, es decir, con la boca abierta. Es por eso que podemos decir que estamos ante una película con un guión sólido, donde nada (o casi nada) se deja al azar, algo por lo que toda su acción merece la mayor atención posible por parte de sus espectadores. ‘Coherence’ es de esas películas a las que hay que ir preparados, con la cabeza preparada para ser estrujada, vapuleada y llevada más allá de sus límites.
El juego del que nos hace partícipes su director encuentra también el reflejo de esa solidez y brillantez del guión en sus planos y escenas. La confusión, que es ese hilo conductor en el que se mueven los personajes y donde atrapa al espectador, se traslada a la cámara. A medida que avanzamos en la historia, los planos se vuelven escurridizos, en ocasiones muy oscuros, y la nitidez se difumina, acrecentando la confusión en la pantalla y trasladándola a las butacas. Es por eso que, a pesar de ese pulso irregular a la hora de grabar, estamos ante una herramienta más de la que se vale Byrkit para trasladarnos la tensión y la mencionada confusión, reflejada ésta también en los rostros de sus actores, un reparto nervioso y bastante heterogéneo que parece estar viviendo de verdad los sucesos que se cuentan, con una evolución digna del mejor novelista de ficción.
En realidad, cualquier cosa que puedan leer sobre esta película no podrá acercarles a la impactante realidad que encierra, al igual que jamás sabrán si el gato de Schrödinger está vivo o muerto (o ambas) si no abren antes la caja.
Para fieles seguidores de la mejor ciencia-ficción hecha con respeto hacia el espectador y mucha ilusión.
Lo mejor: Sin duda, su guión, sólido, trasparente y sin trampas.
Lo peor: Nimiedades que en nada restan calidad a su visionado.
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