No amarás
Drama
Tomek es un joven de 19 años que vive obsesionado con Magda, una mujer treintañera a la que espía cada tarde con unos prismáticos. Ella es una mujer liberal y sin prejuicios que invita a su casa a muchos hombres. Tomek, celoso, decide trabajar como repartidor de leche para interrumpir sus citas amorosas... Esta película pertenece a la serie "Decálogo". (FILMAFFINITY)
20 de octubre de 2009
20 de octubre de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poesía intimista escrita desde lo más profundo del ser, en un libro sin portada llamativa y con poco atractiva caligrafía, pero firme, cierta y llena de una extraña pureza.
Arte casi sin adornos dirigido a quien escucha y todavía quiere hacerlo, con una desnudez propia de la base, de lo único, del todo, para hablarnos, ni más ni menos, sobre la autenticidad del amor.
Extraordinaria.
Arte casi sin adornos dirigido a quien escucha y todavía quiere hacerlo, con una desnudez propia de la base, de lo único, del todo, para hablarnos, ni más ni menos, sobre la autenticidad del amor.
Extraordinaria.
2 de agosto de 2014
2 de agosto de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intimista, sugerente y sensual, no exenta de cierta tensión narrativa y asomándose a la pantalla como invocando una voluntad de trascendencia, esta producción de Kieslowski posee un claro marchamo de película castigada por los años.
Su credibilidad resulta escasa y la impostura campa a sus anchas.
Cuando se pretende teorizar sobre los sentimientos hay que ser más riguroso en la caracterización psicológica de sus personajes y no limitarse a adoptar el estereotipo como pauta de conducta.
No se puede negar que la filmación ha sabido adornarse con un punto de encanto, también con algo inquietante que atrae y que entretiene pero, en un balance general, lo trasnochado prevalece sobre lo vigente y un tono que suena a falso termina apoderándose de toda la película.
Su credibilidad resulta escasa y la impostura campa a sus anchas.
Cuando se pretende teorizar sobre los sentimientos hay que ser más riguroso en la caracterización psicológica de sus personajes y no limitarse a adoptar el estereotipo como pauta de conducta.
No se puede negar que la filmación ha sabido adornarse con un punto de encanto, también con algo inquietante que atrae y que entretiene pero, en un balance general, lo trasnochado prevalece sobre lo vigente y un tono que suena a falso termina apoderándose de toda la película.
16 de septiembre de 2010
16 de septiembre de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine de mentalidad totalmente europea, este relato teatral viene adornado por el arte de lo simbólico y la sensualidad, una obsesión adolescente que va cambiando de generación con gran tacto para transmitir al espectador sensaciones que todos hemos tenido alguna vez, consigue acercarse a ellos como para justificar los extraños comportamientos de los humanos.
Aunque tenga un contenido mediocre sí que emana los sentimientos de los representados, eso sí, para que sea viable uno de ellos es un inadaptado con pasado de soledad y la otra una artista con pasado de fraudes amorosos y libertinaje incomprensible, de otra manera no hubiera encajado, no se disfrutaría con lo que ven, tiene algunos saltos aunque no lleguen a la sorpresa, descarga de hormonas y una buena reflexión sobre las experiencias a diferentes edades, se puede hablar de un choque generacional a pequeña escala.
Aunque tenga un contenido mediocre sí que emana los sentimientos de los representados, eso sí, para que sea viable uno de ellos es un inadaptado con pasado de soledad y la otra una artista con pasado de fraudes amorosos y libertinaje incomprensible, de otra manera no hubiera encajado, no se disfrutaría con lo que ven, tiene algunos saltos aunque no lleguen a la sorpresa, descarga de hormonas y una buena reflexión sobre las experiencias a diferentes edades, se puede hablar de un choque generacional a pequeña escala.
24 de junio de 2011
24 de junio de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No amarás o lo que se llama también Decálogo 6, es sin duda una cinta más apasionada y fascinante, una de las mejores del ciclo y una cinta que también dio mucha fama al director polaco.
Como siempre Kieslowski nos plantea aquí un nuevo planteamiento moral, cómo amar y cual es la manera correcta de amar, una película de una fácil visualización pero de un complejo tema, el amor.
Kieslowski sitúa una vez más su historia en un barrio de bloques comunistas de la Varsovia gris y triste, allí sitúa a nuestros personajes y su historia.
Kieslowski sabía muy bien porque rodaba sus historias en estos barrios y en estas viviendas; había un actor polaco que decía a sus alumnos que si se tirara una de la paredes de los bloques comunistas, sería fascinante ver cada mundo de cada vivienda, casas peculiares, hay que vivir en una de ellas para saber lo que se siente al vivir entre esas cuatro paredes, realmente es un mundo muy diferente y es ese mundo el que muestra el gran director polaco.
Parece ser que el sufrimiento, la tristeza y la angustia del pueblo polaco se encierra entre estas cuatro paredes de estos peculiares bloques.
Dos bloques y dos historias unidas por un mismo punto, el amor y dos maneras diferentes de vivirlas, la mujer hermosa disfruta del sexo y de sus placeres carnales, el joven simplemente la ama, no desea tocarla, ni besarla, ni siquiera acostarse con ella, simplemente la desea amar, un amor mucho más bello que lo carnal, una amor que no es capaz de entender una persona que vive del placer físico y no sabe lo que significa que alguien la quiera de verdad, no sabe lo que eso significa hasta que se lo encuentra y no sabe como reaccionar.
El amor es un tema muy tratado por Kieslowski y junto con el amor va el deseo físico y la posible infidelidad, temas siempre permanentes en cada uno de sus películas.
La película es quizás de la más fáciles de ver pues su visión es fácil y sin complejos diálogos pero Kieslowski, como era de suponer, plantea unas preguntas que no responde sino que las tira al aire, de ahí que cada uno viva el amor a su manera y lo que le pueda valer a uno quizás no el valga al otro.
De este capítulo de Decálogo salió la versión larga titulada, No amarás que no cuenta más sino que se narran más cosas que sirven para plantear las mismas preguntas, en mi opinión me gusta más la versión corta pues resulta mucho más intensa y concentrada.
Sin duda, una obra maestra que plantea el amor de una peculiar manera, como siempre, desde un punto profundamente moral.
Como siempre Kieslowski nos plantea aquí un nuevo planteamiento moral, cómo amar y cual es la manera correcta de amar, una película de una fácil visualización pero de un complejo tema, el amor.
Kieslowski sitúa una vez más su historia en un barrio de bloques comunistas de la Varsovia gris y triste, allí sitúa a nuestros personajes y su historia.
Kieslowski sabía muy bien porque rodaba sus historias en estos barrios y en estas viviendas; había un actor polaco que decía a sus alumnos que si se tirara una de la paredes de los bloques comunistas, sería fascinante ver cada mundo de cada vivienda, casas peculiares, hay que vivir en una de ellas para saber lo que se siente al vivir entre esas cuatro paredes, realmente es un mundo muy diferente y es ese mundo el que muestra el gran director polaco.
Parece ser que el sufrimiento, la tristeza y la angustia del pueblo polaco se encierra entre estas cuatro paredes de estos peculiares bloques.
Dos bloques y dos historias unidas por un mismo punto, el amor y dos maneras diferentes de vivirlas, la mujer hermosa disfruta del sexo y de sus placeres carnales, el joven simplemente la ama, no desea tocarla, ni besarla, ni siquiera acostarse con ella, simplemente la desea amar, un amor mucho más bello que lo carnal, una amor que no es capaz de entender una persona que vive del placer físico y no sabe lo que significa que alguien la quiera de verdad, no sabe lo que eso significa hasta que se lo encuentra y no sabe como reaccionar.
El amor es un tema muy tratado por Kieslowski y junto con el amor va el deseo físico y la posible infidelidad, temas siempre permanentes en cada uno de sus películas.
La película es quizás de la más fáciles de ver pues su visión es fácil y sin complejos diálogos pero Kieslowski, como era de suponer, plantea unas preguntas que no responde sino que las tira al aire, de ahí que cada uno viva el amor a su manera y lo que le pueda valer a uno quizás no el valga al otro.
De este capítulo de Decálogo salió la versión larga titulada, No amarás que no cuenta más sino que se narran más cosas que sirven para plantear las mismas preguntas, en mi opinión me gusta más la versión corta pues resulta mucho más intensa y concentrada.
Sin duda, una obra maestra que plantea el amor de una peculiar manera, como siempre, desde un punto profundamente moral.
19 de septiembre de 2011
19 de septiembre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un joven de pasado triste espía por la ventana a una atractiva mujer mayor que él.
Kieslowski, con su trazo lento y minucioso, nos hace mirar desde un lado y, con el protagonista, deseamos saber algo más de lo que precariamente vemos.
Pero Kieslowski nos deja mirar dentro del otro lado, el gozo supremo de un voyeur, para encontrar más tristeza e incomunicación.
Kieslowski nos hace mirar también la calle, el mundo concreto de un lugar, desde el enfoque del protagonista , territorio común. Todo es mirado desde todos los ángulos para encontrar el mismo problema desde prismas distintos.
Me gusta ver algo y ver desde ese algo, siempre me ha gustado, aunque no encuentre nada.
Pero el joven encuentra una pasión desenfrenada, como si todas sus carencias las depositara en la idea que se hace de esa mujer y obtuviera el amor ideal.
Pero la mujer es otro ser humano, que -digamos en lenguaje de ahora- no está en la misma onda, tiene su vida propia, sus momentos amargos y sus ansias de huída.
El encuentro es difícil. La mujer tiene sus ópticas, la mujer ha vivido lo que el joven no.
La incomunicación, la distancia, el deseo, el desamparo, la compasión, todo surge del trazo lento, minucioso, de Kielowski.
Kieslowski, con su trazo lento y minucioso, nos hace mirar desde un lado y, con el protagonista, deseamos saber algo más de lo que precariamente vemos.
Pero Kieslowski nos deja mirar dentro del otro lado, el gozo supremo de un voyeur, para encontrar más tristeza e incomunicación.
Kieslowski nos hace mirar también la calle, el mundo concreto de un lugar, desde el enfoque del protagonista , territorio común. Todo es mirado desde todos los ángulos para encontrar el mismo problema desde prismas distintos.
Me gusta ver algo y ver desde ese algo, siempre me ha gustado, aunque no encuentre nada.
Pero el joven encuentra una pasión desenfrenada, como si todas sus carencias las depositara en la idea que se hace de esa mujer y obtuviera el amor ideal.
Pero la mujer es otro ser humano, que -digamos en lenguaje de ahora- no está en la misma onda, tiene su vida propia, sus momentos amargos y sus ansias de huída.
El encuentro es difícil. La mujer tiene sus ópticas, la mujer ha vivido lo que el joven no.
La incomunicación, la distancia, el deseo, el desamparo, la compasión, todo surge del trazo lento, minucioso, de Kielowski.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here