No amarás
Drama
Tomek es un joven de 19 años que vive obsesionado con Magda, una mujer treintañera a la que espía cada tarde con unos prismáticos. Ella es una mujer liberal y sin prejuicios que invita a su casa a muchos hombres. Tomek, celoso, decide trabajar como repartidor de leche para interrumpir sus citas amorosas... Esta película pertenece a la serie "Decálogo". (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2012
30 de agosto de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay cosas que corren peligro de volatilizarse cuando acaba el misterio. La imaginación, la mitificación, el enamoramiento y otras faldriqueras del alma, se desarrollan mejor si por medio hay un fino visillo. Ayuda también que el arma que empuñemos sea un catalejo y que la voz, húmeda y rota de mujer, nos llegue en la inviolable oscuridad a través de un hilo cómplice. Si además se tienen diecinueve años y la sangre baña y emborracha hasta la última molécula del cuerpo, la sentencia en forma de título, que Kieslowski arroja como agua helada sobre el rostro de Tomek, no deja de ser una crueldad.
Es imposible no amar a Magda, ese ser que seguramente haga collares de virtud con todos sus defectos. Es guapa, decidida, sabe reír y se enfada con clase... y cuando ponga sus manos sobre mi, curará todas mis incertidumbres, dinamitará todos mis complejos.... Eso piensa el jovencito mientras se dirige a entregar la leche a la vecina del otro lado de la calle, la de los camisones de seda, la que odia a sus amantes.....Hoy, se dice, descubriré a qué huelen los ángeles; si es que tienen olor.
Pero porqué no se me va de la cabeza este repetitivo "no amarás", precisamente en este momento en que estoy más decidido que nunca a poner en práctica parte del compendio de los diez mandamientos: ....amarás al prójimo como a tí mismo.
Es imposible no amar a Magda, ese ser que seguramente haga collares de virtud con todos sus defectos. Es guapa, decidida, sabe reír y se enfada con clase... y cuando ponga sus manos sobre mi, curará todas mis incertidumbres, dinamitará todos mis complejos.... Eso piensa el jovencito mientras se dirige a entregar la leche a la vecina del otro lado de la calle, la de los camisones de seda, la que odia a sus amantes.....Hoy, se dice, descubriré a qué huelen los ángeles; si es que tienen olor.
Pero porqué no se me va de la cabeza este repetitivo "no amarás", precisamente en este momento en que estoy más decidido que nunca a poner en práctica parte del compendio de los diez mandamientos: ....amarás al prójimo como a tí mismo.
15 de diciembre de 2020
15 de diciembre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraída de su serie de televisión "El Decálogo" no digo nada exagerado si puedo hablar de ella como de la película que más dolor, amor, sentimiento y emoción me han causado en mi trayectoria cinéfila. Quizás fuera mi juventud al verla pero aún la llevo muy, pero que muy dentro. Llena de sencillez y lirismo (un joven tímido y solitario espía todos los días con un teleobjetivo robado a una vecina, una guapa mujer madura, descubriendo de ella todos sus hábitos, dramas y alegrías, enamorándose perdidamente de ella, hasta idealizar su existencia solo a la consecución de ese Amor), construye Kieslowski un triste, sublimemente poético canto a la dolorosa y maravillosa expiación del Amor/desamor. Con un exprimido y talentoso sentido cinematográfico, Kieslowski se basa en los silencios (que tanto dicen en los grandes cineastas) por encima de las palabras, en la luz y el cromatismo dramático para regalarnos una delicia dolorosísima, punzante que hace de ella un disfrute desde la tristeza, la amargura y el dolor. Milagroso. Estamos, señores y señoras, ante una parábola moderna sobre la dificultad de ser amado y el pecado de (intentar) amar. Del sentido de la vida, muy posiblemente. Conmovedor, mágico poema de amor desangrado. Una obra maestra total y absoluta. AMO ESTA PELÍCULA.
4 de abril de 2021
4 de abril de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta película, podríamos encontrarnos ante una especie de Ventana Indiscreta, donde no sospechamos de ningún asesinato o confabulación, sino donde simplemente observamos una lluvia de erotismo, celos y en definitiva; amor.
Kieslowski es un maestro entendiendo la carga de las emociones humanas. Con su habitual ritmo lento y pausado, pero repleto de simbolismo y tensión, nos ofrece una película inolvidable. Avanza durante los primeros momentos generando una mezcla de inquietud e incomodidad. Una mujer es observada en su vida más íntima por un vecino. La vemos realizar las tareas más habituales bajo un ojo atento que la inspecciona y la persigue, tratando incluso de cambiar el curso de sus rutinas, o simplemente de incomodarla.
Nos vamos pronto dando cuenta de que ese vecino acosador, no se guía por la lujuria, ni por el odio, la envidia o el rencor, sino que simplemente se guía por un sentimiento irresistible, y es el enamoramiento. La lente a través de la que observa pronto se torna insuficiente, necesita más. Necesita oírla, sentirla, tocarla y formar parte de su vida.
Kieslowski nos hace participes de esta creciente interrelación entre el acosador y la acosada, y la brillantez de la película, posiblemente, se encuentre en la trasposición de los roles.
Una vez comienzan con el juego del amor, ella lo hace sin cargas, mientras que él lo hace como tarea vital. Como en la Insoportable Levedad del Ser de Kundera, observamos como ella juega con la levedad, mientras él está sometido a la extrema gravedad. Como una marioneta, es controlado y manejado por la voluntad de ella, con la única diferencia de que esta marioneta tiene sentimientos.
Llegamos así al momento climax de la película (nunca mejor dicho). Pocas escenas podrían haber plasmado mejor lo que significan el uno para el otro. El mínimo contacto supone la máxima tensión y el máximo placer para él. Por otro lado, la mínima participación en el juego supone la máxima diversión para ella. La consigna de la escena está clara, quien maneja los hilos de la marioneta pone voz a la historia y simplemente le dice: No amarás. Trata de aleccionar, de enseñar y de mostrar su filosofía de vida, aunque con ello también desencadena el propio cuestionamiento de la idoneidad de la misma.
Al finalizar la película, la sensación que queda es confusa, (demasiada intensidad en tan poco tiempo como para procesarla correctamente) pero el mensaje predominante parece claro: No amarás...aunque quizás no puedas evitarlo.
Kieslowski es un maestro entendiendo la carga de las emociones humanas. Con su habitual ritmo lento y pausado, pero repleto de simbolismo y tensión, nos ofrece una película inolvidable. Avanza durante los primeros momentos generando una mezcla de inquietud e incomodidad. Una mujer es observada en su vida más íntima por un vecino. La vemos realizar las tareas más habituales bajo un ojo atento que la inspecciona y la persigue, tratando incluso de cambiar el curso de sus rutinas, o simplemente de incomodarla.
Nos vamos pronto dando cuenta de que ese vecino acosador, no se guía por la lujuria, ni por el odio, la envidia o el rencor, sino que simplemente se guía por un sentimiento irresistible, y es el enamoramiento. La lente a través de la que observa pronto se torna insuficiente, necesita más. Necesita oírla, sentirla, tocarla y formar parte de su vida.
Kieslowski nos hace participes de esta creciente interrelación entre el acosador y la acosada, y la brillantez de la película, posiblemente, se encuentre en la trasposición de los roles.
Una vez comienzan con el juego del amor, ella lo hace sin cargas, mientras que él lo hace como tarea vital. Como en la Insoportable Levedad del Ser de Kundera, observamos como ella juega con la levedad, mientras él está sometido a la extrema gravedad. Como una marioneta, es controlado y manejado por la voluntad de ella, con la única diferencia de que esta marioneta tiene sentimientos.
Llegamos así al momento climax de la película (nunca mejor dicho). Pocas escenas podrían haber plasmado mejor lo que significan el uno para el otro. El mínimo contacto supone la máxima tensión y el máximo placer para él. Por otro lado, la mínima participación en el juego supone la máxima diversión para ella. La consigna de la escena está clara, quien maneja los hilos de la marioneta pone voz a la historia y simplemente le dice: No amarás. Trata de aleccionar, de enseñar y de mostrar su filosofía de vida, aunque con ello también desencadena el propio cuestionamiento de la idoneidad de la misma.
Al finalizar la película, la sensación que queda es confusa, (demasiada intensidad en tan poco tiempo como para procesarla correctamente) pero el mensaje predominante parece claro: No amarás...aunque quizás no puedas evitarlo.
24 de diciembre de 2022
24 de diciembre de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué llora la gente?
Para ella la palabra amor está vacía de contenido, es solo una excusa, un mero simple intercambio de fluidos como mucho, para él está demasiado llena, desborda la copa, rebosa, no se puede hacer nada con ella, ahoga, colapsa, invade, impide, abruma, anonada, coarta, paraliza, sacraliza.
Tres profundas dolorosas tétricas poéticas soledades, la del chaval o mirón que se refugia en un ideal o absoluto, una idea que le sirva de asidero, la vieja que se agarra al chico como a un clavo ardiendo para sentirse acompañada y la vigilada, la otra que utiliza el sexo indiscriminado compulsivo absurdo como efecto placebo, droga insatisfecha, hasta que choca con lo etéreo o abstracto en la forma concreta material de un gran zangoltino o pimpollo, esa idea platónica que por ahí pululaba hasta que se encarna, harta de su olímpica perfección estaba, por un diluvio o catarata de circunstancias o factores en la carcasa virginal tan humana demasiado humana de este empleado de correos tan gris y anodino, tan poca cosa, y todo se va al garete o al carajo, no se sabe bien si echa a volar o mete la cabeza bajo tierra, se descarrila o desarbola, descanchinfla y a ella la desarma/cambia, turba, le da esperanza y a él le sacude fuerte y la vieja mientras tanto defiende lo suyo como una fiera, con uñas y dientes, paciente tenazmente.
Es una bella película que me parece que flojea un poco más en esta versión algo más larga porque se repite e insiste en lo mismo, es más explícita que la otra, que la segunda o posterior, la del decálogo, al alargarse pierde lirismo o sombra, se nos hace más obvia, pero bueno, sigue siendo igualmente hermosa, hipnótica, turbadora, interesante de veras, no entretenida sino que te tiene (en vilo el alma, en trance, buen cine).
Para ella la palabra amor está vacía de contenido, es solo una excusa, un mero simple intercambio de fluidos como mucho, para él está demasiado llena, desborda la copa, rebosa, no se puede hacer nada con ella, ahoga, colapsa, invade, impide, abruma, anonada, coarta, paraliza, sacraliza.
Tres profundas dolorosas tétricas poéticas soledades, la del chaval o mirón que se refugia en un ideal o absoluto, una idea que le sirva de asidero, la vieja que se agarra al chico como a un clavo ardiendo para sentirse acompañada y la vigilada, la otra que utiliza el sexo indiscriminado compulsivo absurdo como efecto placebo, droga insatisfecha, hasta que choca con lo etéreo o abstracto en la forma concreta material de un gran zangoltino o pimpollo, esa idea platónica que por ahí pululaba hasta que se encarna, harta de su olímpica perfección estaba, por un diluvio o catarata de circunstancias o factores en la carcasa virginal tan humana demasiado humana de este empleado de correos tan gris y anodino, tan poca cosa, y todo se va al garete o al carajo, no se sabe bien si echa a volar o mete la cabeza bajo tierra, se descarrila o desarbola, descanchinfla y a ella la desarma/cambia, turba, le da esperanza y a él le sacude fuerte y la vieja mientras tanto defiende lo suyo como una fiera, con uñas y dientes, paciente tenazmente.
Es una bella película que me parece que flojea un poco más en esta versión algo más larga porque se repite e insiste en lo mismo, es más explícita que la otra, que la segunda o posterior, la del decálogo, al alargarse pierde lirismo o sombra, se nos hace más obvia, pero bueno, sigue siendo igualmente hermosa, hipnótica, turbadora, interesante de veras, no entretenida sino que te tiene (en vilo el alma, en trance, buen cine).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Creo recordar que me gustaba más el otro final, que era más libre o abierto, este remarca lo ya explicado sobradamente antes.
Los actores están soberbios (muy bien elegidos en todos los aspectos, en sus cuerpos, caras y capacidades) la música es magnífica aunque demasiado repetitiva y la dirección, fantástica.
Fría Polonia.
Los actores están soberbios (muy bien elegidos en todos los aspectos, en sus cuerpos, caras y capacidades) la música es magnífica aunque demasiado repetitiva y la dirección, fantástica.
Fría Polonia.
29 de junio de 2008
29 de junio de 2008
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puedes deslizarte sobre estos personajes porque te harán sufrir pero sin hacerte daño: paradoja propia de poetas que te enseñan el camino con sinceridad bellísima, con apretón de manos, con abrazos sinceros y lágrimas contenidas.
Toda la película es un poema singular, único, que luego se desarrollará con mayor riqueza expositiva en Azul y Rojo, pero aquí y ahora, con extraordinario reparto para nosotros desconocido e inmejorable realización, siéntate y disfruta: te hablarán al oído, al corazón, a todos tus sentidos e incluso a tu necesidad de gozar sin dejar de amar... y recibirás una lección excepcional... profundamente hermosa...
Toda la película es un poema singular, único, que luego se desarrollará con mayor riqueza expositiva en Azul y Rojo, pero aquí y ahora, con extraordinario reparto para nosotros desconocido e inmejorable realización, siéntate y disfruta: te hablarán al oído, al corazón, a todos tus sentidos e incluso a tu necesidad de gozar sin dejar de amar... y recibirás una lección excepcional... profundamente hermosa...
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