La bruja
6.2
31,425
Terror
Nueva Inglaterra, 1630. Un matrimonio de colonos cristianos, con cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está dominado por el mal. Cuando el hijo recién nacido desaparece y los cultivos no crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros: un mal sobrenatural les acecha en el bosque cercano. (FILMAFFINITY)
29 de abril de 2016
29 de abril de 2016
20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
1630. El matrimonio compuesto por William (Ralph Ineson) y Katherine (Kate Dickie) son expulsados de la colonia y se trasladan a vivir cerca del bosque con sus hijos: Thomasin (Anya Taylor-Joy) es la mayor, en edad adolescente; Caleb (Harvey Scrimshaw) un niño que comienza a entrar en la pre adolescencia, los gemelos Mercy (Ellie Grainger) y Jonas (Lucas Dawson) de unos seis años y un bebé de pocos días de nacido.
Cuando el neonato desaparece todo se empieza a descomponer, la estabilidad emocional de la familia se comienza a derrumbar, sus creencias cristianas buscan estar más latentes que nunca, en una época que pareciera propia de la Edad Media, este grupo vive por su Dios y deberán hacer frente al maligno. Brujería, hechizos y maldiciones suceden alrededor del hogar de estas personas y al interior del bosque.
Primer largometraje de Robert Eggers, escrito por él mismo, basado en leyendas reales sobre brujas, este novel realizador se adentra en una obra oscura, pagana y siniestra. The Witch es obviamente un film de terror, pero en algo que ejecuta a la perfección, Eggers llena su historia como un drama-thriller psicológico, donde cada uno de los personajes se va perdiendo más que el otro, hasta llegar a un punto en el que no se sabe bien quién es quién.
El director entiende muy bien los conceptos dentro del cine de terror para ofrecer una gran experiencia, primero muestra a este grupo familiar, en teoría los buenos, quienes son retratados de forma horrible, asiduos creyentes que se sienten agobiados por la situación en la que están. Luego mete de lleno a un personaje más: el bosque, consigue crear una atmosfera trepidante y malsana, que la engalana con imágenes subversivas la pantalla.
Se agradece sobremanera que se aleja de esos trucajes molestos de los intentos fallidos de este género, quizá uno de los más difíciles de retratar. Pero Eggers consigue en gran manera llenar durante prácticamente todo el metraje al espectador de sensaciones, de sorpresa y de desagrado la mayoría. Mucho en parte también a la labor de la ambientación, y sin duda la ejecución del elenco, todos, sublimes, desde los más grandes hasta los más pequeños.
The Witch es un muy buen largometraje de terror, de los pocos que se hacen en la actualidad, es rutilante y obscena, para estómagos fuertes y quienes no se sientan obstruidos por la temática que toca, porque si algo tiene, es que no se mide en mostrar de forma muy real todos los acontecimientos, no me quedan dudas de que personas creyentes puedan verse afectados por lo que ven.
Cuando el neonato desaparece todo se empieza a descomponer, la estabilidad emocional de la familia se comienza a derrumbar, sus creencias cristianas buscan estar más latentes que nunca, en una época que pareciera propia de la Edad Media, este grupo vive por su Dios y deberán hacer frente al maligno. Brujería, hechizos y maldiciones suceden alrededor del hogar de estas personas y al interior del bosque.
Primer largometraje de Robert Eggers, escrito por él mismo, basado en leyendas reales sobre brujas, este novel realizador se adentra en una obra oscura, pagana y siniestra. The Witch es obviamente un film de terror, pero en algo que ejecuta a la perfección, Eggers llena su historia como un drama-thriller psicológico, donde cada uno de los personajes se va perdiendo más que el otro, hasta llegar a un punto en el que no se sabe bien quién es quién.
El director entiende muy bien los conceptos dentro del cine de terror para ofrecer una gran experiencia, primero muestra a este grupo familiar, en teoría los buenos, quienes son retratados de forma horrible, asiduos creyentes que se sienten agobiados por la situación en la que están. Luego mete de lleno a un personaje más: el bosque, consigue crear una atmosfera trepidante y malsana, que la engalana con imágenes subversivas la pantalla.
Se agradece sobremanera que se aleja de esos trucajes molestos de los intentos fallidos de este género, quizá uno de los más difíciles de retratar. Pero Eggers consigue en gran manera llenar durante prácticamente todo el metraje al espectador de sensaciones, de sorpresa y de desagrado la mayoría. Mucho en parte también a la labor de la ambientación, y sin duda la ejecución del elenco, todos, sublimes, desde los más grandes hasta los más pequeños.
The Witch es un muy buen largometraje de terror, de los pocos que se hacen en la actualidad, es rutilante y obscena, para estómagos fuertes y quienes no se sientan obstruidos por la temática que toca, porque si algo tiene, es que no se mide en mostrar de forma muy real todos los acontecimientos, no me quedan dudas de que personas creyentes puedan verse afectados por lo que ven.
16 de mayo de 2016
16 de mayo de 2016
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cumplido el trámite de las referencias —parece que, como en el mercado (de carne) laboral, sin ellas una reseña lo es menos—, en su caso a “Das weisse Band” (La cinta blanca, 2009) de Haneke y “The Village” (El bosque, 2004) de Shyamalan, pasemos a hablar de las no pocas bondades de este, como reza el subtítulo, “cuento de Nueva Inglaterra”.
Ante todo, cabe aclarar, por si los precedentes arriba citados no fuesen lo bastante ilustrativos, que “The Witch” no es una película del terror al uso, o más bien, a lo que la deriva última del género nos ha venido acostumbrando. Me gustaría creer que obras como ésta o “It Follows” (ídem, 2014) han enterrado por siempre jamás el barato recurso al susto fortuito y las estridencias sonoras, recuperando para la causa al espectador de inteligencia mediana. Aunque mucho me temo que no sean sino dos excepciones en mitad del páramo desolador.
La iniquidad, esquiva y multiforme, llegada de los bosques con el fin, un tanto caprichoso, de hacer la vida imposible a la familia protagonista, constituye un inmejorable mcguffin para que el debutante —y muy prometedor— Robert Eggers reflexione sobre lo que verdaderamente da miedo en “The Witch”: el fanatismo de aquellos primeros peregrinos, “las manos que construyeron América” a las que cantaran unos U2 transidos de sonrojante épica.
Expulsados de la metrópoli por su religiosidad recalcitrante, puritanos enfebrecidos de superstición como los de esta historia fueron quienes establecieron los cimientos del actual faro moral de occidente. Lo cual, convendrán conmigo, resulta infinitamente más perturbador que el florilegio de niños ojerosos de ultratumba a que ha quedado reducido el cine de terror.
También pone leguas —años luz— de distancia entre “The Witch” y la plaga contemporánea de bodrios truculentos un ritmo pausado, moroso casi, que la emparenta con la esperanzadora “It Follows” antes mencionada. Igual que en aquella, el horror se cocina a fuego lento, sin prisa pero sin pausa, hasta alcanzar un punto de ebullición no por esperado menos impactante.
Mención aparte merece la fotografía a cargo de Jarin Blaschke. Los plomizos exteriores, el tenebrismo de los interiores y los minuciosos encuadres remiten poderosamente a la pintura del siglo de oro holandés. Un pictoricismo conspicuo y sin complejos que, insisto, hace volar a esta bruja muy por encima de tantísimos otros subproductos en que la mayor dotación presupuestaria no alcanza a paliar la escasez de talento. Aquí, en cambio, ha sucedido todo lo contrario. ¿Milagro o nigromancia?
Ante todo, cabe aclarar, por si los precedentes arriba citados no fuesen lo bastante ilustrativos, que “The Witch” no es una película del terror al uso, o más bien, a lo que la deriva última del género nos ha venido acostumbrando. Me gustaría creer que obras como ésta o “It Follows” (ídem, 2014) han enterrado por siempre jamás el barato recurso al susto fortuito y las estridencias sonoras, recuperando para la causa al espectador de inteligencia mediana. Aunque mucho me temo que no sean sino dos excepciones en mitad del páramo desolador.
La iniquidad, esquiva y multiforme, llegada de los bosques con el fin, un tanto caprichoso, de hacer la vida imposible a la familia protagonista, constituye un inmejorable mcguffin para que el debutante —y muy prometedor— Robert Eggers reflexione sobre lo que verdaderamente da miedo en “The Witch”: el fanatismo de aquellos primeros peregrinos, “las manos que construyeron América” a las que cantaran unos U2 transidos de sonrojante épica.
Expulsados de la metrópoli por su religiosidad recalcitrante, puritanos enfebrecidos de superstición como los de esta historia fueron quienes establecieron los cimientos del actual faro moral de occidente. Lo cual, convendrán conmigo, resulta infinitamente más perturbador que el florilegio de niños ojerosos de ultratumba a que ha quedado reducido el cine de terror.
También pone leguas —años luz— de distancia entre “The Witch” y la plaga contemporánea de bodrios truculentos un ritmo pausado, moroso casi, que la emparenta con la esperanzadora “It Follows” antes mencionada. Igual que en aquella, el horror se cocina a fuego lento, sin prisa pero sin pausa, hasta alcanzar un punto de ebullición no por esperado menos impactante.
Mención aparte merece la fotografía a cargo de Jarin Blaschke. Los plomizos exteriores, el tenebrismo de los interiores y los minuciosos encuadres remiten poderosamente a la pintura del siglo de oro holandés. Un pictoricismo conspicuo y sin complejos que, insisto, hace volar a esta bruja muy por encima de tantísimos otros subproductos en que la mayor dotación presupuestaria no alcanza a paliar la escasez de talento. Aquí, en cambio, ha sucedido todo lo contrario. ¿Milagro o nigromancia?
19 de mayo de 2016
19 de mayo de 2016
39 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que si es una obra maestra, la revolución del cine de terror, una maravilla, uno de los mejores estrenos cinematográficos... ¿Pero quién cojones me dijo que tenía que ir a la sala 14? Debería haber ido a ver ese film que todos valoráis con semejantes adjetivos y expresiones...
Menuda sarta de mentiras, estupideces, engaños y correveydiles que se leen en algunas críticas. Sinceramente, esta película es uno de los bodrios más grandes que he visto en los últimos tiempos, no muy lejos de otras como Project X. Es un claro ejemplo de cómo un director puede fumarse tres canutos, intentar pensar una película cuya idea inicial es buena y convertirla en una auténtica basura. Sin duda una pérdida de tiempo, dinero y un claro caso de estafa y timo. Para los amantes del cine de terror, os aconsejo que sigáis esperando algo parecido a Expediente Warren.
Le doy un 2 por el ambiente que presenta durante los primeros 45 minutos de film, por lo demás, nada se salva...
Menuda sarta de mentiras, estupideces, engaños y correveydiles que se leen en algunas críticas. Sinceramente, esta película es uno de los bodrios más grandes que he visto en los últimos tiempos, no muy lejos de otras como Project X. Es un claro ejemplo de cómo un director puede fumarse tres canutos, intentar pensar una película cuya idea inicial es buena y convertirla en una auténtica basura. Sin duda una pérdida de tiempo, dinero y un claro caso de estafa y timo. Para los amantes del cine de terror, os aconsejo que sigáis esperando algo parecido a Expediente Warren.
Le doy un 2 por el ambiente que presenta durante los primeros 45 minutos de film, por lo demás, nada se salva...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Vamos con el spoiler. A ver cómo empezar...
La película empieza bien, una familia que es desterrada de una aldea, pueblo... Aunque no quedan del todo claro los motivos, se prevee que puede ser tema de radicalismo religioso, que bueno, en realidad es algo sin importancia. No influye para nada que pudiese ser otro motivo...
Se asientan en medio de un bosque que parece estar "embrujado". Y digo "embrujado", porque parece el bosque de la risa en lugar de un bosque encantado. Lo mejor de la película el radicalismo religioso-cristiano que presenta toda la familia, encomendándose en numerosas ocasiones a Jesucristo y al Dios católico. Sin duda, la mejor parte de la película, pues todo ello crea un ambiente envolvente junto a un fondo musical bastante aceptable; así como el juego del "cucu trá" que provoca la desaparición del pequeño de la familia. Hasta aquí poco que achacarle al film.
Y, a partir de aquí, ¿de qué va la película? Lo resumo: El mayor de los niños de la familia se adentra con la mayor de las hermanas en el bosque junto a un caballo y su perro, el niño muere. ¿Por qué? ¿Por quién? Por la bruja de blancanieves. ¿He dicho bruja? Sí y bastante buenorra, por cierto, nada de narices picudas... ¿He dicho que había muerto? No, perdón, la niña de la familia, que diga la bruja (considerada así por su familia) lo encuentra desnudo al lado de la granja, medio poseído, encomendándose a Dios y ¡pum! Fallece. Una lástima que a los pequeños se les olvidase la oración... Seguro que pudiesen haberlo salvado de recordarla.
Luego aparece una bruja, madre caníval que devora a los pequeños en el establo considerados brujos por su padre. La madre es asesinada por su hija y, finalmente, ésta habla con Satanás (¡¡OJO a Satanás!!) en forma de becerro, macho cabrío cuya mejor frase es: ¿Quieres probar la mantequilla? Y a lo que la joven responde: "Sí". Sin duda, me gustaría ver la versión original para saber cuál es la expresión que se inventó el director para la escena... De aquí ya, la joven aprende a volar al lado de una hoguera junto a otras brujas. Fin.
¿Qué os parece este resumen? Pues igual de mala es la película... En fin, aún no sé si me equivoqué de sala al ver tantos dieces en las valoraciones, si soy un poco estúpido para comprender este tipo de películas de cine de autor, o es que simplemente tiene una sobrevaloración espeluznante que provoca que imbéciles como yo gastemos nuestro tiempo en verla... Lamentable.
La película empieza bien, una familia que es desterrada de una aldea, pueblo... Aunque no quedan del todo claro los motivos, se prevee que puede ser tema de radicalismo religioso, que bueno, en realidad es algo sin importancia. No influye para nada que pudiese ser otro motivo...
Se asientan en medio de un bosque que parece estar "embrujado". Y digo "embrujado", porque parece el bosque de la risa en lugar de un bosque encantado. Lo mejor de la película el radicalismo religioso-cristiano que presenta toda la familia, encomendándose en numerosas ocasiones a Jesucristo y al Dios católico. Sin duda, la mejor parte de la película, pues todo ello crea un ambiente envolvente junto a un fondo musical bastante aceptable; así como el juego del "cucu trá" que provoca la desaparición del pequeño de la familia. Hasta aquí poco que achacarle al film.
Y, a partir de aquí, ¿de qué va la película? Lo resumo: El mayor de los niños de la familia se adentra con la mayor de las hermanas en el bosque junto a un caballo y su perro, el niño muere. ¿Por qué? ¿Por quién? Por la bruja de blancanieves. ¿He dicho bruja? Sí y bastante buenorra, por cierto, nada de narices picudas... ¿He dicho que había muerto? No, perdón, la niña de la familia, que diga la bruja (considerada así por su familia) lo encuentra desnudo al lado de la granja, medio poseído, encomendándose a Dios y ¡pum! Fallece. Una lástima que a los pequeños se les olvidase la oración... Seguro que pudiesen haberlo salvado de recordarla.
Luego aparece una bruja, madre caníval que devora a los pequeños en el establo considerados brujos por su padre. La madre es asesinada por su hija y, finalmente, ésta habla con Satanás (¡¡OJO a Satanás!!) en forma de becerro, macho cabrío cuya mejor frase es: ¿Quieres probar la mantequilla? Y a lo que la joven responde: "Sí". Sin duda, me gustaría ver la versión original para saber cuál es la expresión que se inventó el director para la escena... De aquí ya, la joven aprende a volar al lado de una hoguera junto a otras brujas. Fin.
¿Qué os parece este resumen? Pues igual de mala es la película... En fin, aún no sé si me equivoqué de sala al ver tantos dieces en las valoraciones, si soy un poco estúpido para comprender este tipo de películas de cine de autor, o es que simplemente tiene una sobrevaloración espeluznante que provoca que imbéciles como yo gastemos nuestro tiempo en verla... Lamentable.
3 de abril de 2016
3 de abril de 2016
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo una cinta de terror rodada con escasos medios, por un directos y unos actores poco conocidos, logra dar la campanada simplemente mostrando algo nuevo que no habíamos visto en el género.
Integrismo religioso y miedo a lo desconocido se dan la mano en la ópera prima de Robert Eggers. Ambientada en los primeros decenios de la colonización de la actual EEUU. Época que ha dado pie a multitud de pelis y series de tv relacionadas con la quema de brujas que tan frecuente era entonces.
Pero no esperes más de lo mismo, en esa ocasión asistimos a la creación, o nacimiento de una bruja. Una joven que vive con su familia en una granja, justo enfrente de un bosque. Lo que empieza a provocar extraños acontecimientos. Las cabras dan sangre en lugar de leche, las cosechas se estropean, la caza huye, el bebé de la familia desaparece, y todo ello mientras los padres y los hijos empiezan a sospechar entre si, acusándose entre ellos de brujería.
Integrismo religioso y miedo a lo desconocido se dan la mano en la ópera prima de Robert Eggers. Ambientada en los primeros decenios de la colonización de la actual EEUU. Época que ha dado pie a multitud de pelis y series de tv relacionadas con la quema de brujas que tan frecuente era entonces.
Pero no esperes más de lo mismo, en esa ocasión asistimos a la creación, o nacimiento de una bruja. Una joven que vive con su familia en una granja, justo enfrente de un bosque. Lo que empieza a provocar extraños acontecimientos. Las cabras dan sangre en lugar de leche, las cosechas se estropean, la caza huye, el bebé de la familia desaparece, y todo ello mientras los padres y los hijos empiezan a sospechar entre si, acusándose entre ellos de brujería.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como digo, al final de la película vemos a la hija mayor aceptando la llamada del diablo y convirtiéndose en bruja, todo ello sobre el cadáver del resto de la familia.
29 de mayo de 2016
29 de mayo de 2016
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho niño y mucho grito. Demasiada trampa, juego de tahúres y añagaza. Una eterna tensión postergada, in crescendo, para nada.
Late, se apunta una interesante historia de familia aislada en medio de la nada, de una tierra inhóspita, junto a un bosque ominoso, originario. Devorados por la inmensidad sin domesticar del Nuevo Mundo, por su atávica virginidad inexplorada por el hombre blanco. Una trama bañada por una religiosidad enfermiza y represora.
Se suponen tabúes y afrentas sin cuento; incestos enterrados, envidias, ineptitud, la mezcla perfecta de cariños, miedos, ignorancia y pobreza. Con el sexo culpable y sepultado de fondo, pugnando desesperadamente por salir.
Las brujas de Salem de Miller revisitadas y descafeinadas, infantilizadas, sin su poder crítico ni su calado político. O una Carrie de leyenda y Nueva Inglaterra. La primera sangre de la chica que trastorna a toda la familia; ofende a los pequeños, atrae al hermano, nubla al padre y corroe a la madre.
La Naturaleza, animales y bosque, como origen del mal, la llamada del instinto primero sojuzgada por el fanatismo ciego y aterrado. Esa Naturaleza que se impone al factor religioso, destruye lo humano y sus símbolos y se acaba enseñoreando de las almas y los cuerpos de esta pobre gente.
Todo eso está ahí, presente, esperando con impaciencia ser tratado con esmero y cuidado, que la luz se pose sobre esa familia sufridora y así la podamos entender y compadecer de verdad, comprenderles para conocer la raíz de su locura/dolor.
Pero no, se abandona el análisis de la familia atormentada y se opta por lo más fácil, por la fantasía delirante, por el susto y el ayayay, por el barullo brujeril y la angustia de chichinabo, por la mixtificación, el quebranto y la solemnidad sobrenatural tan hueca y estrepitosa. Y tampoco con claridad ni de verdad, siempre a medias, todo mezclado en un popurrí confuso y traicionero, improvisado, mal guionizado y bastante incoherente.
Se deja ver por su bella factura formal y las buenas interpretaciones (la chica protagonista está enorme). Pero no cuenta nada, es un enorme envoltorio vacío, puro ejercicio de prestidigitación, truco de mago laborioso y no muy inspirado.
Late, se apunta una interesante historia de familia aislada en medio de la nada, de una tierra inhóspita, junto a un bosque ominoso, originario. Devorados por la inmensidad sin domesticar del Nuevo Mundo, por su atávica virginidad inexplorada por el hombre blanco. Una trama bañada por una religiosidad enfermiza y represora.
Se suponen tabúes y afrentas sin cuento; incestos enterrados, envidias, ineptitud, la mezcla perfecta de cariños, miedos, ignorancia y pobreza. Con el sexo culpable y sepultado de fondo, pugnando desesperadamente por salir.
Las brujas de Salem de Miller revisitadas y descafeinadas, infantilizadas, sin su poder crítico ni su calado político. O una Carrie de leyenda y Nueva Inglaterra. La primera sangre de la chica que trastorna a toda la familia; ofende a los pequeños, atrae al hermano, nubla al padre y corroe a la madre.
La Naturaleza, animales y bosque, como origen del mal, la llamada del instinto primero sojuzgada por el fanatismo ciego y aterrado. Esa Naturaleza que se impone al factor religioso, destruye lo humano y sus símbolos y se acaba enseñoreando de las almas y los cuerpos de esta pobre gente.
Todo eso está ahí, presente, esperando con impaciencia ser tratado con esmero y cuidado, que la luz se pose sobre esa familia sufridora y así la podamos entender y compadecer de verdad, comprenderles para conocer la raíz de su locura/dolor.
Pero no, se abandona el análisis de la familia atormentada y se opta por lo más fácil, por la fantasía delirante, por el susto y el ayayay, por el barullo brujeril y la angustia de chichinabo, por la mixtificación, el quebranto y la solemnidad sobrenatural tan hueca y estrepitosa. Y tampoco con claridad ni de verdad, siempre a medias, todo mezclado en un popurrí confuso y traicionero, improvisado, mal guionizado y bastante incoherente.
Se deja ver por su bella factura formal y las buenas interpretaciones (la chica protagonista está enorme). Pero no cuenta nada, es un enorme envoltorio vacío, puro ejercicio de prestidigitación, truco de mago laborioso y no muy inspirado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En ese momento en el que la hija le recrimina al padre su inutilidad e hipocresía está, para mí, lo único verdaderamente rescatable de la historia. Ahí es donde se debería haber profundizado y escarbado. Ahí sí que había demonios, brujas y espantos, en la simple y triste y vida, en su penoso y complejo transcurrir.
Mucho más miedo dan esas sugeridas miserias que todas las cuevas, raptos y aquelarres libidinosos que quepa imaginar de esta manera tan simple y poco inquietante.
Mucho más miedo dan esas sugeridas miserias que todas las cuevas, raptos y aquelarres libidinosos que quepa imaginar de esta manera tan simple y poco inquietante.
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