Manderlay
2005 

7.3
10,343
Drama
Tras abandonar Dogville, Grace se dirige con su padre a Manderlay, una plantación de Alabama, donde ambos son testigos de los horrores de la esclavitud y la segregación. Segunda parte de la trilogía "Visiones de América", en la que el director danés ofrece su punto de vista sobre un país que nunca ha visitado.
26 de noviembre de 2013
26 de noviembre de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de "Dogville", Lars Von Trier reanudó su trilogía y firmo Manderley, al igual que en "Dogville" crea una película deslumbrante, con una fuerza asombrosa, que habla sobre la esclavitud en los Estados Unidos. "Manderley" no es sólo un folleto simple en contra de la esclavitud, es una sonda que está perforando los mecanismos del alma humana, llegando a la parte inferior del pozo donde se encuentran todos los sentimientos humanos, la esencia de la libertad. Un gran trabajo que continua la senda marcada por "Dogville.
Tras abandonar Dogville, Grace se dirige con su padre a Manderlay, una plantación de Alabama, donde ambos son testigos de los horrores de la esclavitud y la segregación. Segunda parte de la trilogía "Visiones de América".
Tras abandonar Dogville, Grace se dirige con su padre a Manderlay, una plantación de Alabama, donde ambos son testigos de los horrores de la esclavitud y la segregación. Segunda parte de la trilogía "Visiones de América".
19 de enero de 2009
19 de enero de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lars Von Trier es el último de los grandes genios del cine de fines del siglo XX y el primero del XXI: no creo que haya, actualmente, un director que proponga reflexiones tan altas y acertadas sobre la condición humana a través de los "increíbles" diálogos y de las vivencias que mantienen sus protagonistas en todas sus películas: Manderlay, en este sentido, sigue la dirección de "Dogville", "Los Idiotas" y "Bailarina en la oscuridad", por ejemplo. No hay un momento en ésta o en cualquier otra de sus películas en que no sintamos un cachetazo, un malestar estomacal o una desesperante deseo por escapar hacia cierto "paraíso" (más mental que real, para Von Trier). Hay una tensión constante entre el "individuo" y "los grupos" en todas sus películas antes mencionadas. Sus temas son más o menos los mismos, aunque los argumentos de los films no lo sean en absoluto. Siempre hay chivos expiatorios sobre los cuales cae "la injusticia de los seres humanos" (la mujer que se come la comida de la niña enferma, o la propia Bjork en Bailarina en la oscuridad), momentos de arrebato de "la razón" de sus protagonistas (Bjork, Kidman y Howard), "inocentes criaturas" que se convierten sorpresivamente en monstruos, personalidades camaleónicas, etc. En esta película, Bryce lleva a cabo una empresa por la que no siente más que un interés ególatra, que es el de demostrarle a su padre que el "mundo sería distinto" si hubiera más personas voluntaristas y filantrópicas como ella; sin embargo, el final de la película nos muestra hasta dónde hay un ápice de realidad en esa fantasía. Demoledora y amarga como pocas -sólo comparable, quizás, con Dogville-, pero sin llegar al histrionismo escénico.
7 de junio de 2011
7 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lars Von Trier reaparece tras el buen sabor de boca dejado por Dogville con su peculiar visión pesimista de la condición humana. Esta vez no sorprende de la misma forma en que lo hizo su antecesora, pero de nuevo nos invita a reflexionar sobre algunas cuestiones relativas al ser humano; libertad, racismo, convivencia, poder... Son algunos de los ingredientes que componen este cóctel explosivo que de nuevo va dirigido a su querida América.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película es toda ella insultantemente satírica. El mensaje: libres de ser esclavos, esclavos de la libertad, oculta una contradicción oscuramente tergiversada por el señor Lars, pues ni los negros decidieron ser esclavos, ni se les brindo la oportunidad de dejar de serlo (hasta bien entrada la constitución que ``por desgracia´´ también los abarcaba). Así pues, el malo pasa a ser el bueno y el bueno el malo. Nos encontramos con una raza negra que es culpable de su propia esclavitud, que aceptan libremente. Además de una Grace, que refleja al buen pueblo Americano desinteresado y que vela por la libertad de sus ciudadanos de color. Von Trier juega con el ``happy end´´ de la películas americanas para darle la vuelta a la tortilla.
A esto le añadimos que la discriminación se lleva a cabo entre los mismo negros, siendo ellos los partícipes de un sistema de jerarquías en el que se etiqueta a cada uno por lo supuestamente lo define. Ya no hay un valor universal para todos, ahora cada uno queda reducido a un adjetivo peyorativo que promueve la individualidad así como la desigualdad (unos comen más que otros) .Esto intensifica el juego de apariencias, que facilita el distanciamiento y rompe la cohesión entre ellos. Ellos pasan a ser los xenófobos- racistas, siendo autosuficientes.
El negro es el culpable de todo su mal.
A esto le añadimos que la discriminación se lleva a cabo entre los mismo negros, siendo ellos los partícipes de un sistema de jerarquías en el que se etiqueta a cada uno por lo supuestamente lo define. Ya no hay un valor universal para todos, ahora cada uno queda reducido a un adjetivo peyorativo que promueve la individualidad así como la desigualdad (unos comen más que otros) .Esto intensifica el juego de apariencias, que facilita el distanciamiento y rompe la cohesión entre ellos. Ellos pasan a ser los xenófobos- racistas, siendo autosuficientes.
El negro es el culpable de todo su mal.
13 de noviembre de 2017
13 de noviembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de la aventura de Grace en Dogville, ella se traslada junto a su padre a Manderlay, haciendo una parada allí de la que no va a regresar. Con los mismos elementos y parte técnica se produce Mnderlay, una auténtica reflexión sobre muchos aspectos de la sociedad de aquella época, los años treinta en Norteamérica. Esta vez, Grace tiene que "rescatar" a unos esclavos que aún en aquellos tiempos seguían siéndolo, Grace pone todo su empeño y con la ayuda que le deja su padre emprende una difícil tarea. Ella les da clases de democracia, les enseña a votar, a dialogar, a tener iniciativa, descubre que dentro del propio grupo existen diferentes clases sociales y personales. En definitiva película dirigida con maestría por Lars von Trier que con los pocos recursos utilizados saca el máximo aprovechamiento. Al igual que Dogville no quedará en mi recuerdo pero son dos películas que hay que ver , son necesarias para entender un poco mejor el mundo del cine, así que sin dudarlo la recomiendo.
29 de octubre de 2006
29 de octubre de 2006
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ineludible resulta la comparación con Dogville, por razones evidentes. Y la conclusión a la que llego es a la sensación de una pérdida de peso en la reciente obra de Lars. Me explico:
- Manderlay tiene una ligereza mayor, es más ágil, le permite moverse con mayor soltura, desmitifica un poquito (sólo un poquito) la dureza del cine de este hombre.
- Manderlay se va también con más facilidad, ahora puede escapar, ya no suena como una piedra de 1 tonelada cuando cae sobre agua, no toma su sitio sin que nadie lo cuestione.
- Manderlay sobrevuela los temas que trata: racismo, capitalismo vs comunismo, soledad, confianza, libertad, etc. Dogville arrasaba con todo lo que pasaba por allí.
Entonces nos encontramos con dos cuestiones: ¿Merece la pena adelgazar? e ¿Y si no existiera Dogville?
Mi respuesta para ambas es la siguiente: Sólo adelgazas partiendo de una situación previa (Dogville) con mayor peso. Por lo tanto, Manderlay como obra independiente es una gran película, pero, a mi parecer, cuando partes con un discurso debes serle fiel.
pd: ¿Y si esta ligereza es un elemento narrativo más del maestro Lars? Eso espero descubrirlo en la siguiente entrega.
- Manderlay tiene una ligereza mayor, es más ágil, le permite moverse con mayor soltura, desmitifica un poquito (sólo un poquito) la dureza del cine de este hombre.
- Manderlay se va también con más facilidad, ahora puede escapar, ya no suena como una piedra de 1 tonelada cuando cae sobre agua, no toma su sitio sin que nadie lo cuestione.
- Manderlay sobrevuela los temas que trata: racismo, capitalismo vs comunismo, soledad, confianza, libertad, etc. Dogville arrasaba con todo lo que pasaba por allí.
Entonces nos encontramos con dos cuestiones: ¿Merece la pena adelgazar? e ¿Y si no existiera Dogville?
Mi respuesta para ambas es la siguiente: Sólo adelgazas partiendo de una situación previa (Dogville) con mayor peso. Por lo tanto, Manderlay como obra independiente es una gran película, pero, a mi parecer, cuando partes con un discurso debes serle fiel.
pd: ¿Y si esta ligereza es un elemento narrativo más del maestro Lars? Eso espero descubrirlo en la siguiente entrega.
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