Don Jon
2013 

5.6
18,429
Comedia
Jon Martello (Joseph Gordon-Levitt), un joven adicto al sexo en general y al porno en particular, intenta ejercer algún tipo de control sobre sí mismo. Jon tiende a deshumanizarlo todo: su apartamento, su coche, su familia, su iglesia y las mujeres. Sin embargo, hasta los ligues más sofisticados no pueden compararse con el placer que obtiene viendo pornografía en su ordenador. Insatisfecho con su vida, decide cambiar. Gracias a la ... [+]
23 de diciembre de 2013
23 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escrita, dirigida y protagonizada por Joseph Gordon-Levitt, Don Jon cuenta, además de generar expectativa por tratarse del debut desde la dirección y guión del actor de Inception y Premium Rush, entre otras, con un tráiler jugoso casi coreográficamente perfecto para promover el film. Pero en muchas ocasiones los adelantos son tan buenos como engañosos, y he aquí cómo nos topamos con la realidad decepcionante de una proyección olvidable.
La historia involucra a Jon como un joven sumamente adicto al consumo de pornografía. No es que tenga una vida sexualmente poco activa ni mucho menos; todo lo contrario, pero más allá de conquistar mujeres distintas en cada noche de juerga, el personaje de Gordon-Levitt no puede dejar de recurrir al porno. No hay placer que lo satisfaga más que su fascinación y su apelación constante y cotidiana al material condicionado que ofrece la web. En su camino se cruza Barbara (la siempre sensual Scarlett Johansson), en el escalón más alto de belleza con el que se haya chocado Jon. Esta relación representará el desafío más importante para nuestro protagonista: dejar el lujurioso vicio que lo ocupa en internet para dedicarse de lleno a un vínculo sentimental menos superficial. Desde otra perspectiva, se le suma Esther (Julianne Moore), dispuesta a aleccionarlo y adoctrinarlo.
La cinta tiene graves problemas de conexión con el espectador. Su ritmo, lejos de la mansedad, porta unas cuantas irregularidades. De a ratos no hace más que generar una sensación de insulsez característica de las narraciones vacías de trama y contenido. Todo se limita a una serie importante de repetidas situaciones que aparentan no aportarle novedad alguna al asunto. Don Jon gana en todo aquello que tenga que ver con la diferenciación de las reiteraciones agobiantes de acontecimientos típicos de las comedias románticas, pero pierde en el buen gusto.
El film constituye el retrato de una generación que demanda con mayor asiduidad a la complacencia que le otorga la tecnología en cuanto a lo efímero y las pulsiones sexuales. También refleja con naturalidad la competencia casi como un juego, entre amigos, por ver quién es el más ganador de la noche, en cantidad y calidad. Puede ocasionar, en contadísimos momentos, leves risas; no obstante, falla notablemente cuando procura conmover al público a partir de una suerte de determinaciones vacuas y descorazonadas, que de tan poca familiaridad con la propia línea narrativa de lo que se expone en pantalla, se terminan esfumando rápidamente.
LO MEJOR: ciertas situaciones algo graciosas. Dura menos de hora y media.
LO PEOR: insustancial, poco cautivadora. No enlaza. Irregular. Reiterativa, poco recurrente.
PUNTAJE: 4
http://cinefiloclub.blogspot.com.ar/2013/12/don-jon-entre-sus-manos-critica.html
La historia involucra a Jon como un joven sumamente adicto al consumo de pornografía. No es que tenga una vida sexualmente poco activa ni mucho menos; todo lo contrario, pero más allá de conquistar mujeres distintas en cada noche de juerga, el personaje de Gordon-Levitt no puede dejar de recurrir al porno. No hay placer que lo satisfaga más que su fascinación y su apelación constante y cotidiana al material condicionado que ofrece la web. En su camino se cruza Barbara (la siempre sensual Scarlett Johansson), en el escalón más alto de belleza con el que se haya chocado Jon. Esta relación representará el desafío más importante para nuestro protagonista: dejar el lujurioso vicio que lo ocupa en internet para dedicarse de lleno a un vínculo sentimental menos superficial. Desde otra perspectiva, se le suma Esther (Julianne Moore), dispuesta a aleccionarlo y adoctrinarlo.
La cinta tiene graves problemas de conexión con el espectador. Su ritmo, lejos de la mansedad, porta unas cuantas irregularidades. De a ratos no hace más que generar una sensación de insulsez característica de las narraciones vacías de trama y contenido. Todo se limita a una serie importante de repetidas situaciones que aparentan no aportarle novedad alguna al asunto. Don Jon gana en todo aquello que tenga que ver con la diferenciación de las reiteraciones agobiantes de acontecimientos típicos de las comedias románticas, pero pierde en el buen gusto.
El film constituye el retrato de una generación que demanda con mayor asiduidad a la complacencia que le otorga la tecnología en cuanto a lo efímero y las pulsiones sexuales. También refleja con naturalidad la competencia casi como un juego, entre amigos, por ver quién es el más ganador de la noche, en cantidad y calidad. Puede ocasionar, en contadísimos momentos, leves risas; no obstante, falla notablemente cuando procura conmover al público a partir de una suerte de determinaciones vacuas y descorazonadas, que de tan poca familiaridad con la propia línea narrativa de lo que se expone en pantalla, se terminan esfumando rápidamente.
LO MEJOR: ciertas situaciones algo graciosas. Dura menos de hora y media.
LO PEOR: insustancial, poco cautivadora. No enlaza. Irregular. Reiterativa, poco recurrente.
PUNTAJE: 4
http://cinefiloclub.blogspot.com.ar/2013/12/don-jon-entre-sus-manos-critica.html
28 de marzo de 2015
28 de marzo de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé cuales eran las intenciones de Levitt, pero desde mi punto de vista altamente personal, no las alcanza.
Falla el tono, a menudo rondando lo paródico y reforzado por su enfático estilo visual.
Falla el desarrollo de la premisa, de interés moderado, flojo y casi bigaslunero (con Joseph como una suerte de Juani Jerseyshorera, falla esa machacante voz en off y falla su incongruente enfoque, teóricamente cínico y descreído que finalmente acaba siendo romántico, moralista y -- Why no? Manido.
Y es que se resume todo en el sobadérrimo "el amor es cosa de dos" que se nos ha dicho una y otra vez.
¿Vitriolo? ¿Modernidad? ¿Capacidad rompedora? Ninguna, oigan. La cosa, opino yo, queda en una parodia del arquetipo guido de Jersey mezclada con arrebatos estetas y moralina romanticona.
Eso sí: el film es corto en metraje y ligero en absorción. Hay que agradecerle a Levitt eso.
Falla el tono, a menudo rondando lo paródico y reforzado por su enfático estilo visual.
Falla el desarrollo de la premisa, de interés moderado, flojo y casi bigaslunero (con Joseph como una suerte de Juani Jerseyshorera, falla esa machacante voz en off y falla su incongruente enfoque, teóricamente cínico y descreído que finalmente acaba siendo romántico, moralista y -- Why no? Manido.
Y es que se resume todo en el sobadérrimo "el amor es cosa de dos" que se nos ha dicho una y otra vez.
¿Vitriolo? ¿Modernidad? ¿Capacidad rompedora? Ninguna, oigan. La cosa, opino yo, queda en una parodia del arquetipo guido de Jersey mezclada con arrebatos estetas y moralina romanticona.
Eso sí: el film es corto en metraje y ligero en absorción. Hay que agradecerle a Levitt eso.
25 de febrero de 2017
25 de febrero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gordon-Levitt remakea el ethos masculinizante de Tony Manero de 'Fiebre del sábado noche' e imagina un moderno muchachote de barrio adicto al porno. Dado que su novia es Scarlett Johansson, saldrán de la situación con sensualidad y regulación de lo masculino: con un vibrante inicio (puro tempo cómico aplicado al montaje) y las predecibles concesiones en el arco argumental, Don Jon es una comedia de barrio profundamente divertida e inusual. Un buen cuento de hadas de extrarradio sin demasiada cursilería añadida.
6 de noviembre de 2013
6 de noviembre de 2013
17 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me invitaron a verla, y la verdad es que me lo pasé bien...
-Comentando lo buenas que estaban las tías: la calidad de las mujeres que salen en la película es notable, a excepción de los ojos... ¿borrosos?, ¿nublados? de Julianne Moore. La película es un auténtico popurrí de tías buenas, e incluso se esfuerza en enfatizar los puntos más fuertes del físico de Scarlett Johannson, lo cual será un aliciente para todos los enamorados de ella.
-Riéndome de las verdades y situaciones que se iban soltando y desarrollando a lo largo de la cinta, y con las que nos identificábamos. Por ejemplo, que los hombres se masturban a diario (o casi), y las mujeres viven en un cuento de hadas perpetuo. Nosotros flipábamos cada vez que veíamos al personaje de Scarlett Johannson hacer una de las suyas, demostrando no conocer nada sobre la realidad que la rodea. Llegó hasta a ser odiosa y cansina.
-Desconcertándome con los cambios abruptos de plano que implicaban las entradas del personaje de Julianne Moore a la pantalla. Me quedaba diciendo "pero de dónde ha salido ésta y qué cojones pinta ahí".
-Cogiéndole manía al personaje de Julianne Moore. Es como si hubieran metido con calzador a un personaje de una tragedia griega dentro de una comedia banal y frívola. Ni su aspecto físico encaja, ni su personalidad, ni sus intentos moralizadores... En fin, un sinsentido.
-Resoplando fuertemente al caer en la cuenta de qué era lo que realmente estaba viendo: una estúpida película que pretende aleccionar sobre "un problema público" como lo es la ¿adicción? al porno. Seguro que en unos meses, se proyectará en todas las aulas de los institutos en clase de sexología, bajo la excusa de que es "entretenida" y "moderna". Joder, que parece un puto panfleto de Sanidad.
-Teniendo náuseas con los primeros planos del gepeto RARÍSIMO de Julianne Moore en los últimos minutos de la película. Joder, ¿pero qué le pasa en los ojos? Al menos podían haberla maquillado un poco...
En fin. Justo cuando salieron los créditos, mi acompañante me explicó que Joseph Gordon-Levitt era el productor y director de la película.
Entonces lo entendí todo.
-Comentando lo buenas que estaban las tías: la calidad de las mujeres que salen en la película es notable, a excepción de los ojos... ¿borrosos?, ¿nublados? de Julianne Moore. La película es un auténtico popurrí de tías buenas, e incluso se esfuerza en enfatizar los puntos más fuertes del físico de Scarlett Johannson, lo cual será un aliciente para todos los enamorados de ella.
-Riéndome de las verdades y situaciones que se iban soltando y desarrollando a lo largo de la cinta, y con las que nos identificábamos. Por ejemplo, que los hombres se masturban a diario (o casi), y las mujeres viven en un cuento de hadas perpetuo. Nosotros flipábamos cada vez que veíamos al personaje de Scarlett Johannson hacer una de las suyas, demostrando no conocer nada sobre la realidad que la rodea. Llegó hasta a ser odiosa y cansina.
-Desconcertándome con los cambios abruptos de plano que implicaban las entradas del personaje de Julianne Moore a la pantalla. Me quedaba diciendo "pero de dónde ha salido ésta y qué cojones pinta ahí".
-Cogiéndole manía al personaje de Julianne Moore. Es como si hubieran metido con calzador a un personaje de una tragedia griega dentro de una comedia banal y frívola. Ni su aspecto físico encaja, ni su personalidad, ni sus intentos moralizadores... En fin, un sinsentido.
-Resoplando fuertemente al caer en la cuenta de qué era lo que realmente estaba viendo: una estúpida película que pretende aleccionar sobre "un problema público" como lo es la ¿adicción? al porno. Seguro que en unos meses, se proyectará en todas las aulas de los institutos en clase de sexología, bajo la excusa de que es "entretenida" y "moderna". Joder, que parece un puto panfleto de Sanidad.
-Teniendo náuseas con los primeros planos del gepeto RARÍSIMO de Julianne Moore en los últimos minutos de la película. Joder, ¿pero qué le pasa en los ojos? Al menos podían haberla maquillado un poco...
En fin. Justo cuando salieron los créditos, mi acompañante me explicó que Joseph Gordon-Levitt era el productor y director de la película.
Entonces lo entendí todo.
27 de mayo de 2014
27 de mayo de 2014
16 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
MÁS VALE PÁJARO EN MANO
Joseph Gordon-Levitt, además de escribir y dirigir el engendro, interpreta a un prenda que se pasa la vida con el pajarito en la mano, o sea, a un entusiasta pajillero vocacional, cuyo principal problema es que se lo pasa mejor viendo porno y cascándosela que follando, vaya por Dios.
La peculiaridad que lo diferencia del 90% de los tíos es que luego va a misa y se confiesa, reza unos cuantos padrenuestros y ahí se acaba su problema. Tal vez éstos sean los momentos más divertidos de la película, los ratillos que echa con el cura en el confesionario después de cascarse sus pajillas.
LA FAMILIA, BIEN, GRACIAS
La familia del tipo es, junto con lo de las confesiones, el otro puntazo de Gordon-Levitt. Se supone que la particular idiosincrasia de los padres explicaría el "problema" del muchacho con el porno.
Al padre, un italiano más bestia que un bocata de cemento, lo interpreta un Tony Danza en verdadero estado de gracia, pero gracia graciosa auténtica. Es, con diferencia, el personaje más logrado de la peli.
LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN RUBIAS
En esto que aparece la rubia imbécil, tetona y con morros de chupóptera con la que sueña todo buen aficionado al porno, pero en versión princesita calientapollas, y nuestro prota, que hasta ese momento había sido una especie de tronista de “Mujeres, hombres y viceversa”, con las mismas luces más o menos, ahora se nos convierte en un pelele babeante atormentado por sus actividades pajilleriles, que en otros tiempos le reportaron tan buenos y memorables ratos.
Empieza la parte chunga y lo divertido se va esfumando poco a poco a medida que nuestro héroe va abandonando su afición favorita en aras del AMOR. Esta parte sólo es salvable para los forofos incondicionales de Scarlett Johansson, que hay que reconocer que hace muy bien de rubia tetona y con morros de chupóptera, tal vez porque lleva al personaje incorporado.
EN BRAZOS DE LA MUJER MADURA
Y una vez superada la fase rubia tetona, aparece en escena el personaje más absurdo e innecesario de la película: la mujer madura de pasado trágico, a la que interpreta Julianne Moore. Y con ella no llegará el escándalo, no; con ella llegará la moralina de baratillo: “Chico, echarse tantas pajas no es sano ni normal. Así nunca podrás amar de verdad a una mujer. Lo que tú tienes es miedo a entregarte, pero aquí estoy yo para enseñarte. Tú déjate llevar y verás como te curo de tu terrible “problema”.
Y nada, nuestro joven y antaño feliz pajillero entra en el mundo de la trascendencia emocional en brazos de la mujer madura, la única que le puede mostrar el dulce y pasteloso camino del amor romántico y hacerle olvidar los frívolos goces del feo vicio solitario. En fin, para vomitar hasta la primera papilla. Puaaaaagggggg!!!
Joseph Gordon-Levitt, además de escribir y dirigir el engendro, interpreta a un prenda que se pasa la vida con el pajarito en la mano, o sea, a un entusiasta pajillero vocacional, cuyo principal problema es que se lo pasa mejor viendo porno y cascándosela que follando, vaya por Dios.
La peculiaridad que lo diferencia del 90% de los tíos es que luego va a misa y se confiesa, reza unos cuantos padrenuestros y ahí se acaba su problema. Tal vez éstos sean los momentos más divertidos de la película, los ratillos que echa con el cura en el confesionario después de cascarse sus pajillas.
LA FAMILIA, BIEN, GRACIAS
La familia del tipo es, junto con lo de las confesiones, el otro puntazo de Gordon-Levitt. Se supone que la particular idiosincrasia de los padres explicaría el "problema" del muchacho con el porno.
Al padre, un italiano más bestia que un bocata de cemento, lo interpreta un Tony Danza en verdadero estado de gracia, pero gracia graciosa auténtica. Es, con diferencia, el personaje más logrado de la peli.
LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN RUBIAS
En esto que aparece la rubia imbécil, tetona y con morros de chupóptera con la que sueña todo buen aficionado al porno, pero en versión princesita calientapollas, y nuestro prota, que hasta ese momento había sido una especie de tronista de “Mujeres, hombres y viceversa”, con las mismas luces más o menos, ahora se nos convierte en un pelele babeante atormentado por sus actividades pajilleriles, que en otros tiempos le reportaron tan buenos y memorables ratos.
Empieza la parte chunga y lo divertido se va esfumando poco a poco a medida que nuestro héroe va abandonando su afición favorita en aras del AMOR. Esta parte sólo es salvable para los forofos incondicionales de Scarlett Johansson, que hay que reconocer que hace muy bien de rubia tetona y con morros de chupóptera, tal vez porque lleva al personaje incorporado.
EN BRAZOS DE LA MUJER MADURA
Y una vez superada la fase rubia tetona, aparece en escena el personaje más absurdo e innecesario de la película: la mujer madura de pasado trágico, a la que interpreta Julianne Moore. Y con ella no llegará el escándalo, no; con ella llegará la moralina de baratillo: “Chico, echarse tantas pajas no es sano ni normal. Así nunca podrás amar de verdad a una mujer. Lo que tú tienes es miedo a entregarte, pero aquí estoy yo para enseñarte. Tú déjate llevar y verás como te curo de tu terrible “problema”.
Y nada, nuestro joven y antaño feliz pajillero entra en el mundo de la trascendencia emocional en brazos de la mujer madura, la única que le puede mostrar el dulce y pasteloso camino del amor romántico y hacerle olvidar los frívolos goces del feo vicio solitario. En fin, para vomitar hasta la primera papilla. Puaaaaagggggg!!!
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