Impresionante experiencia que pocas veces se vive con un documental. Estamos ante un nuevo concepto de mostrar lo que tantas veces hemos visto, no solo visualmente, donde sin duda destaca, también narrativamente, o mucho aún mejor, no narrativamente. Porque es bastante fascinante como al documental le sobran las palabras, como si le faltara información de lo que estamos viendo y es precisamente eso lo que lo hace tan especial. Consisite en admirar la belleza de los océanos y casi el planeta en general, sin preocuparte por lo que etás viendo, por qué tipo de animal, cómo se llama o cualquier otra característica que tantas veces vemos en documentales con narrador soporífero que acaba invitándote más a visitar a Morfeo que a seguir viendo el documental. La música ejerce de director para una película (¿dije película?) cargada de simbolismo, energía y emotividad.

Comparar Océanos con cualquier producción cinematográfica no es ninguna barbaridad. Las emociones que se viven viendo el documental se asemejan, tanto ene structura como en intensidad (cuando no más) a muchas películas, y el espectáculo visual es tan grande que muchas veces parece irreal. Tanto es así que muchas de las escenas que se visualizan parecen hechas por ordenador, y no solo eso, si no que además si las viera en cualquier película pensaría "que mal hecho está esto" de lo irreal de algunas esceneas, lo cual dice mucho del desconocimiento de las criaturas que poblan nuestro planeta.

Todo un modelo a seguir, que si bien tiene un mensaje claro y conciso acerca de la "maldad" del ser humano, puede llegar a caer en una extraña doble moral al ver la ingente cantidad de dinero que se ha gastado en esta producción, dinero que bien podría solucionar muchos problemas (o al menos desigualdades) del propio planeta Tierra.

Hay veces en las que un actor por sí sólo es capaz de elevar una película hasta lo más alto. Y si además hay buena dirección, realización y fotografía el resultado es redondo. Es el caso que nos ocupa. El mar es el auténtico protagonista y, por extensión, también lo es el planeta entero. Este interprete no actúa, no sigue un papel predefinido, solamente se nos muestra tal cual es. A lo largo del film la sensación es de completa integración con el entorno. Uno siente que realmente se encuentra junto a todas esas criaturas, nadando o buceando junto a ellas. El ritmo de la presentación es el adecuado, el que la naturaleza manda. No existe descripción de especies, ni de sus comportamientos, aquí la palabra espectador alcanza su verdadero significado. Solamente, de vez en cuando, se escuchan unas breves frases.Esto contribuye a la sensación de contemplación del espectáculo que tenemos ante nosotros. Si a todo ello le unimos el correspondiente mensaje ecológico, tenemos ante nosotros una pieza de obligado visionado para todo el que se considere amante de la naturaleza.

Con una calidad y gusto que rozan la perfección, Oceans nos muestra un autentico festín de imágenes de incalculable valor, filmadas y montadas con una exquisitez como pocas veces había visto en un documental sobre naturaleza. No en vano, es el documental más caro de la historia.

Uno no puede evitar sobrecogerse ante la belleza, sinceridad, crudeza e inmensidad de lo que nos enseña, con una sobria y elegante narración, y un necesario mensaje ecologista, que sin embargo no nos hará sentir culpables por respirar.

Una autentica lástima no haberlo podido disfrutar en pantalla grande, porque la grandeza de sus imágenes lo merece.

A pesar de ser un aficionado a los documentales, esta película contiene algunas escenas verdaderamente espectaculares y sorprendentes. La casi ausencia de narración deja en muchos momentos hueco disponible para apreciar los pequeños sonidos de la naturaleza acuática, que no suelen aparecer en otras filmaciones de este tipo.

Si embargo, la propia ausencia de narración hace que por momentos la película se haga parada, aburrida y que se pierda un hilo conductor. Esto se plasma en algunas sucesiones de imágenes que resultan poco coherentes. Por suerte, el nivel de narración va aumentando a medida que se acerca el final, de modo que la cinta gana dinamismo y concreción. Se aprovecha para denunciar las constantes agresiones al medio marino por parte de los humanos, pero intentando lanzar un mensaje esperanzador de cara al futuro.

Película documental muy bien realizada sobre la vida marina que, gracias a la narración de Pierce Brosman y a una serie de imágenes de gran belleza, logra atraer a espectadores que, de otro modo, se dormirían ante el tema. Gracias a ello, el mensaje de concienciación sobre la importancia de proteger los oceános se transmite con fuerza.

Sin embargo, ahí termina su mérito, ya que quienes hemos visto documentales de animales con anterioridad sabemos que "Océanos" no aporta nada nuevo. Sus imágenes impactan, pero ya se han rodado antes. Ya las hemos visto.