Película de terror con poquísimos personajes que, como mínimo, logra despertar el interés por el par de misterios que plantea al principio.
Es de producción irlandesa y aparentemente poco presupuesto, lo que conlleva que los actores sean perfectos desconocidos. Pero la joven protagonista no actúa mal a la hora de pasar malos ratos con su personaje.
Tiene también un estilo y argumento un tanto alejados del terror más convencional.
No pasa lo que te esperas y ni siquiera se llega a entender bien al principio, aunque luego sí. El miedo es psicológico con momentos inquietantes como cuando sale a buscar al niño al bosque en plena noche en plan bruja de Blair.
No da todo el miedo que cabría esperar, ni siquiera cuando las cosas se van poniendo cada vez más raras.
La película se mantiene en la línea de la normalidad. No es mala pero tampoco es una película que haga historia o que vaya a ser muy recordada.
Por cierto, el empapelado de la casa es como las moquetas del hotel "Overlook", pero en otro color. Estos guiños siempre gustan.

Se podría hablar de una variante de "La invasión de los ladrones de cuerpos" pero sin la clara alegoría política que encerraba aquella y centrándose más en el género puramente de terror. La atmósfera está cuidada y conseguida y se mantiene bien hasta prácticamente el final la ambigüedad de si se trata de un film sobre tema sobrenatural o es un film sobre traumas psicológicos. Al final se decanta más hacia la ciencia ficción. A veces no están claras las fronteras entre ciencia ficción y fantaterror o fantasía sobre entes sobrenaturales. Para mí, es ciencia ficción cuando se trata de algo futurista, extraterrestre o de cualquier índole, pero no groseramente imposible, y donde no entran entidades ni hechos sobrenaturales.
Otra cosa que me gusta de esta película es su estilo y el buen pulso de su dirección y montaje que revelan autoría, huyendo de cosas tan burdas y manidas como el susto fácil y repentino con golpe de música estridente, o el intercalar esos fugaces golpes visuales rápidos y con fuertes efectos sonoros para recalcar que un personaje está muy asustado o muy traumatizado... Además, la película tiene la duración correcta para que se vea bien sin aburrir ni cansar, a diferencia de los que caen en el defecto de hinchar la duración hasta hacer la película cansina. Nada de eso hay aquí, y también hay que juzgar las películas por los errores que no cometen.
Como regalo adicional ofrece la breve pero fundamental interpretación de Kati Outinen, la actriz favorita del casi siempre magnífico Aki Kaurismaki, que en los últimos años interpreta a mujeres de mayor edad que la que realmente tiene. En "El Havre" interpreta a una buena señora sufrida y ajada, y aquí interpreta a otra ya abiertamente hecha puré, y todo lo borda.

Enésimo ejemplo de un fenómeno ciertamente curioso: la especialización de una cinematografía pequeña y periférica como la irlandesa en un nicho de mercado por demás específico, el del horror de bajo presupuesto, repartos mínimos y, sin embargo, “savoir faire” admirable.
Resulta igualmente llamativo el ensañamiento de bastantes usuarios de esta página —no así de la crítica profesional, aquí benévola en general—, quienes deben de haber afrontado “El bosque maldito” con unas expectativas que sólo se explican en tanto hijas de la ignorancia. Me explico: poco cine de terror —y en especial de las últimas dos décadas— tienen que haber visto para tener la cinta que nos ocupa en tan escasa estima.
Porque, salvo por lo que respecta al horrísono título con que se la ha comercializado por estos lares, se trata de una película dignísima, cuyos modestos mimbres trabajan sus responsables con un mimo y un conocimiento de los códigos que bien le vendrían a más de un amanerado director-estrella a fin de dejar de agredir al sufrido aficionado al subgénero con —éstos sí— los bodrios tumefactos hoy de uso.
Lee Cronin, que también firma el guion, se muestra extraordinariamente competente en la construcción de una atmósfera insalubre y sofocante, cocinando el miedo a fuego lento y comodísimo en una ambigüedad que nos deja con la sugestiva incertidumbre de no saber nunca si estamos ante ladrones de cuerpos o señoras pinzadas.
La terrosa fotografía, a cargo de un Tom Comerford al que conviene seguir la pista, contribuye sobremanera a la incomodidad de un espectador sabedor de que se está jugando al despiste con él —y con oficio de trilero encima— desde el magistral planteamiento hasta un desenlace asimismo travieso, y que, no obstante, se presta al retruécano con sumo gusto.

No suelo escribir criticas, pero viendo como las pocas criticas que hay están tan a favor de este despropósito, es mi deber hacer como cinefilo de hacer justicia y prevenir de esta basura a alguna pobre alma que quiera verlo.

Voy a saco y lee detenidamente por que lo voy a dejar clarisimo cada punto de este ziaco:
1º No da miedo; muchas veces eso es lo de menos por que las películas de terror no tienen que ser necesariamente miedo de jump scares, pero en este caso no da miedo ni psicologico ni de ningun tipo.
2º La historia es malisima, pasado cuarto de hora te imaginas los 2 finales posibles que habrá.
Es mazo de sosa, mazo de artificial y sobretodo poco creíble y típica a más no poder
3º Actores mediocres lo siguiente.
4º Larga en exceso
5º los efectos especiales dan risa, pero no en plan divertido, sino en plan enserio? quieres que me crea esto?

Resumen: no la veáis tediosa, aburrida y absolutamente nada original

Elegante propuesta que nos adentra en la soledad de una madre. La película empieza con el cambio de casa de una mujer con su hijo, este se escapa solo, hacia el bosque cuando la madre llega encuentra un agujero en la tierra. Es un film sombrío, rodeado por los bosques irlandeses e infinita carretera. La cinta sugiere hasta un punto donde ya no queda otra que mostrar sus cartas. Una explicación lógica que no audaz, esperaba más. El desenlace me pareció apresurado. Disfrutable.