Los miércoles no existen
2015 

5.1
3,941
Romance. Comedia. Musical
Patricia sale con César, pero él no ha podido olvidar a Mara, su novia de toda la vida, que le dejó justo después de pedirle que se casara con él. Hace ya unos meses de esto pero aún no se ha recuperado. Su mejor amigo, Hugo, está decidido a animarlo y una noche de fiesta conocen a Paula, la hermana pequeña de Irene, un antiguo ligue de Hugo y la mujer de Pablo. Acabaron juntos tras la despedida de soltera de ella y nunca más han vuelto ... [+]
17 de febrero de 2016
17 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Los miércoles no existen" del director Peris Romano ( es un especialista en películas de diálogos frescos y ágiles, ya lo vimos en su anterior cinta "8 citas" ) se estructura en forma de actos como si nos encontráramos en el teatro. Los diferentes apartados se diferencian por medio de un cartel que indica el miércoles y el año en que nos encontramos. Si lo que pretende el director es hacer de guía, a fe de que no lo consigue porque el espectador está adelante y atrás hasta perderse. El refrito de fechas arriba y abajo en el tiempo es considerable, tanto como las diferentes situaciones que se dan entre las parejas. A todo esto si le añades que las primeras secuencias de María León no está muy agraciada cantando pues le saltan unos cuantos rugidos mientras canta. No es una profesional, qué le vamos a hacer. Igual se busca la espontaneidad y la no profesionalidad en las actuaciones de los actores. Por lo tanto, las entradas de los actos están amenizados con canciones del mismo palo que lo hacían en la película” Al otro lado de la cama”. Tanto León como Gorka no están muy acertados en esa escena que abre la película: ella loa manda a paseo y él suplica que lo acepte de nuevo. Excepto la entrada que resulta poco creíble, el resto entre las diferentes parejas sigue una dinámica bastante entretenida, porque los actores están a una gran altura de interpretación. Quizá recortadas unas cuantas ramas del árbol fílmico y con una hora y media a lo mejor hubiera quedado más acertada. De todos modos se aguanta con cierta atención.
Seguir en:
http://cinefiloninoindi.blogspot.com.es/2016/02/los-miercoles-no-existen.html#more
Seguir en:
http://cinefiloninoindi.blogspot.com.es/2016/02/los-miercoles-no-existen.html#more
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las situaciones comprometidos entre las parejas que se intercambian entre sí, se suceden sin cesar: el tío que ha pasado una noche loca de borrachera y se despierta con una pava en la cama que ni conoce ni sabe si ha tenido sexo con ella, pero ahora recién despertado, tiene ganas de saber si estuvo a la altura. Se lo puede decir directamente y en el caso de insatisfacción se puede intentar ahora en un estado de fuerzas a tope. Pero ella: quita de ahí y déjame en paz que solo pretende recoger las prendas esparcidas por el suelo, techo y todo el estudio. Y sobre todo su diadema: dónde está que con estos pelos no puedo salir a la calle. Se siente horrorosa mientras el tío se revuelca en la cama con la intención de echar un polvo, sigue con sus trece que si te ha gustado, que si te la he metido, y ella que te vayas a paseo, que de eso nada, pero si estábamos como una cuba de borrachos. Ella atacada de los nervios: que me dejes en paz cabronazo, que lo único que deseo es salir corriendo. El tío medio en bolas que quiere ejecutar lo que no pudo ser con la turca que llevaba la noche anterior. Que me dejes cabrón, sigue ella. El tío que quiere clavar la bandera en la cima y sacar un polvo exuberante para resarcirse de la noche tonta. Pasada la trompa aquí me tienes o acaso no te gusto cabrona de mierda. Así se desarrollan las escenas picantes y siempre con el cuchillo entre los dientes. Es evidente que en las relaciones posteriores, los tíos siempre andan a la caza de la tía, pero ellas están inseguras no lo tienen nada claro, ni quieren ser un mero objeto, sin embrago ellos insisten en su obsesión animal: solo pretenden meterla entre las piernas. En una secuencia de éstas aparece Noriega con el porte de ligón siempre a ver que se echa al cuerpo. Parece salido de la película de Cesc Gay “ Una pistola en cada mano” Es una continuación del personaje. Intenta follarse a todo lo que se menea. Con su pose de guaperas que no hay mujer que se le resista. Ahí está la escena con Inma Cuesta, en la que se tiran pullas uno al otro para ver quien de los dos gana la batalla dialéctica. Las escenas van acompañadas del dúo de cantantes con guitarra y de escenografía muy cuidada.
Seguir en:
http://cinefiloninoindi.blogspot.com.es/2016/02/los-miercoles-no-existen.html#more
Seguir en:
http://cinefiloninoindi.blogspot.com.es/2016/02/los-miercoles-no-existen.html#more
10 de noviembre de 2017
10 de noviembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Personajes casados, solteros, divertidos, sosos, que buscan estabilidad, otros solo divertirse… Personas que se conectan entre si… de esto va esta película, basada en una obra teatral del mismo nombre.
Los miércoles no existen es una película desordenada, musical, graciosa y entretenida. Personajes que se entremezclan, parejas que se conectan unas entre otras sin que en algunas de las historias ellos mismos lo sepan. Cada escena se acompaña de música, evidentemente por ser un musical, pero es una música pegadiza, de esas canciones que hemos escuchado alguna vez en nuestra vida y que si las volvemos a escuchar la tarareamos o cantamos mínimo alguna frase.
Cada personaje es un mundo. El personaje (nunca mejor dicho) que interpreta William Miller de los que estoy segura hay muchos por ahí, es el personaje más divertido a mi parecer, cortito de mente pero con su corazoncito… Gorka Otxoa interpreta a un chico que busca estabilidad: vivir con su pareja, casarse y tener hijos. Alexandra Jiménez encarna a una chica que cometió un desliz una noche y ese desliz es el que aprovecha Eduardo Noriega, que interpreta a su marido, para dar rienda suelta a su incapacidad de ser hombre de una sola mujer … entre otros personajes.
Esta película está bastante bien para una tarde de lluvia, para verla en pareja y echar unas risas que nunca vienen mal.
Más en: https://ishadafly-micinecito.blogspot.com.es/
Los miércoles no existen es una película desordenada, musical, graciosa y entretenida. Personajes que se entremezclan, parejas que se conectan unas entre otras sin que en algunas de las historias ellos mismos lo sepan. Cada escena se acompaña de música, evidentemente por ser un musical, pero es una música pegadiza, de esas canciones que hemos escuchado alguna vez en nuestra vida y que si las volvemos a escuchar la tarareamos o cantamos mínimo alguna frase.
Cada personaje es un mundo. El personaje (nunca mejor dicho) que interpreta William Miller de los que estoy segura hay muchos por ahí, es el personaje más divertido a mi parecer, cortito de mente pero con su corazoncito… Gorka Otxoa interpreta a un chico que busca estabilidad: vivir con su pareja, casarse y tener hijos. Alexandra Jiménez encarna a una chica que cometió un desliz una noche y ese desliz es el que aprovecha Eduardo Noriega, que interpreta a su marido, para dar rienda suelta a su incapacidad de ser hombre de una sola mujer … entre otros personajes.
Esta película está bastante bien para una tarde de lluvia, para verla en pareja y echar unas risas que nunca vienen mal.
Más en: https://ishadafly-micinecito.blogspot.com.es/
22 de octubre de 2015
22 de octubre de 2015
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resumiendo mucho, Los miércoles no existen era un guión cinematogáfico de Peris Romano que, por circunstancias de la vida, acabó viendo la luz en formato teatral. Cinco años después, la obra sigue gozando de un extraordinario éxito en la capital y ha girado por todo el país, en parte gracias a su excepcional boca-oreja.
Y si ha existido y existe esa respuesta por parte del público es porque los personajes que pueblan Los miércoles no existen, la obra, y ahora también la película (por fin vuelve la historia al medio para el que fue inicialmente concebida), son cercanos, simpáticos, entrañables, censurables en sus actos muchas veces, pero siempre reconocibles. Son nuestro hermano, nuestro vecino, nuestro colega de toda la vida, nuestra novia, nuestro ligue de una noche. Lo que Peris Romano consigue, a medio camino entre el musical, el drama y la comedia (o "dramedia", como gusta llamarlo), es un homenaje a la mejor comedia romántica americana o británica de las últimas dos décadas. Eso es lo que es la película. Un divertimento para dejar los problemas fuera del cine, con buenos personajes, divertido muchas veces (los momentos entre Hugo y César), emotivo otras (el encuentro entre Mara y Pablo), delirante (la conversación entre Irene y Paula mientras hacen labores), romántico (el segmento casi final de Mara y Hugo) y a veces duro (la discusión a tres en el bar). La película tiene todas esas facetas y las explota sin prisa, con gran sabiduría narrativa por parte de Romano, que aún le queda para ser un gran director (a veces sus planos son algo torpes, y aun así, hay que ver qué partido saca a escenas como la de la cafetería entre Pablo y Mara, o cuando esta y César visitan el piso) pero sin duda maneja como guionista los complejos recovecos del corazón humano. No se preocupen si en algún momento se pierden con la cronología de los hechos. La historia es tan fresca, tan simpática, tan entretenida y la han hecho tan bien que las piezas encajan perfectamente. Eso sí, si no les gusta la comedia romántica, no la vean. Avisados quedan. Luego que nadie se sienta estafado. Pero si la disfrutan, prepárense para disfrutar con una cinta que le da sopas con hondas al 80% de películas de dicho género que llegan a las carteleras.
Los problemas de la película son más o menos los mismos que los de su hermana mayor teatral. No todas las historias son igual de interesantes (el triángulo entre Pablo, Irene y Paula queda un poco atrás) y sin duda la película se alarga en demasía, igual que su referente teatral. Avanza perfectamente hasta cierto momento, y a partir de ahí (en la película, más o menos cuando se cumple la hora y media de metraje) una cierta sensación de pesadez se apodera del conjunto, como si no hubiera necesidad de estirar tanto las historias y sólo se haga porque Peris Romano está demasiado enamorado de sus personajes (y no es de extrañar, así como tampoco es criticable) como para dejarlos marchar sin un último asalto que quizás no era demasiado necesario. Los números musicales, que seguro provocarán indigestión a muchos, también plantean un cierto problema, y es que resultaban mucho más frescos y especiales en el teatro. Lo que funciona sobre las tablas, con actores en directo y todo un público compartiendo la misma experiencia a la vez en feedback continuo con los artistas, no tiene por qué funcionar igual de bien en la pantalla, y eso ocurre en la película con las aportaciones musicales. No ayuda mucho que algunos actores, sobre todo María León y Gorka Otxoa, no sean precisamente cantantes consumados, aunque por supuesto su cante de andar por casa cuadra perfectamente con el estilo desenfadado y simpático de la cinta. Sin embargo, a pesar de esto, es justo reconocer que la música está interpretada y arreglada de un modo maravilloso y que cumple una función muy improtante en la historia. Y antes de que las palabras "El otro lado de la cama" acudan a su labios, hay que aclarar que la función de los dos guitarristas que aparecen continuamente es más la que tenían los dos músicos en Algo pasa con Mary (Peter y Bobby Farrelly, 1998), es decir, la de complementar lo que se ve en pantalla y reflejar los pensamientos de los personajes.
Personajes a los que dan vida un grupo de actores soberbio. Eduardo Noriega hacía mucho tiempo que no estaba tan bien, tan relajado y tan carismático, aunque le toca lidiar con uno de los roles menos simpáticos. Alexandra Jiménez y Andrea Duro también juegan con personajes un poco menos interesantes, sobre todo la segunda, pero sacan petróleo de sus intervenciones, especialmente Jiménez (gran actriz cómica, como ya demostró en Anacleto). María León desaparece rápido, pero deja con ganas de más porque siempre es un placer ver lo bien que se maneja en casi cualquier cosa. Lo mismo se puede decir de Inma Cuesta, que es un todoterreno, adaptable a todos los terrenos, y que sigue siendo única a la hora de dar vida a chicas encantadoras con un punto extravagante. Pero los mejores son sin duda los dos únicos que repiten personaje de la función teatral. Gorka Otxoa da perfectamente el tipo indeciso y perdedor de César. William Miller, simple y llanamente soberbio, sobre todo en la parte más cómica, resulta inolvidable como Hugo, ese seductor caradura con pocas luces y un punto de ternura que lo hace entrañable. Que a nadie le sorprenda una posible nominación en los Goya para Miller, porque es quien se está llevando los mayores halagos, y no es para menos
Y si ha existido y existe esa respuesta por parte del público es porque los personajes que pueblan Los miércoles no existen, la obra, y ahora también la película (por fin vuelve la historia al medio para el que fue inicialmente concebida), son cercanos, simpáticos, entrañables, censurables en sus actos muchas veces, pero siempre reconocibles. Son nuestro hermano, nuestro vecino, nuestro colega de toda la vida, nuestra novia, nuestro ligue de una noche. Lo que Peris Romano consigue, a medio camino entre el musical, el drama y la comedia (o "dramedia", como gusta llamarlo), es un homenaje a la mejor comedia romántica americana o británica de las últimas dos décadas. Eso es lo que es la película. Un divertimento para dejar los problemas fuera del cine, con buenos personajes, divertido muchas veces (los momentos entre Hugo y César), emotivo otras (el encuentro entre Mara y Pablo), delirante (la conversación entre Irene y Paula mientras hacen labores), romántico (el segmento casi final de Mara y Hugo) y a veces duro (la discusión a tres en el bar). La película tiene todas esas facetas y las explota sin prisa, con gran sabiduría narrativa por parte de Romano, que aún le queda para ser un gran director (a veces sus planos son algo torpes, y aun así, hay que ver qué partido saca a escenas como la de la cafetería entre Pablo y Mara, o cuando esta y César visitan el piso) pero sin duda maneja como guionista los complejos recovecos del corazón humano. No se preocupen si en algún momento se pierden con la cronología de los hechos. La historia es tan fresca, tan simpática, tan entretenida y la han hecho tan bien que las piezas encajan perfectamente. Eso sí, si no les gusta la comedia romántica, no la vean. Avisados quedan. Luego que nadie se sienta estafado. Pero si la disfrutan, prepárense para disfrutar con una cinta que le da sopas con hondas al 80% de películas de dicho género que llegan a las carteleras.
Los problemas de la película son más o menos los mismos que los de su hermana mayor teatral. No todas las historias son igual de interesantes (el triángulo entre Pablo, Irene y Paula queda un poco atrás) y sin duda la película se alarga en demasía, igual que su referente teatral. Avanza perfectamente hasta cierto momento, y a partir de ahí (en la película, más o menos cuando se cumple la hora y media de metraje) una cierta sensación de pesadez se apodera del conjunto, como si no hubiera necesidad de estirar tanto las historias y sólo se haga porque Peris Romano está demasiado enamorado de sus personajes (y no es de extrañar, así como tampoco es criticable) como para dejarlos marchar sin un último asalto que quizás no era demasiado necesario. Los números musicales, que seguro provocarán indigestión a muchos, también plantean un cierto problema, y es que resultaban mucho más frescos y especiales en el teatro. Lo que funciona sobre las tablas, con actores en directo y todo un público compartiendo la misma experiencia a la vez en feedback continuo con los artistas, no tiene por qué funcionar igual de bien en la pantalla, y eso ocurre en la película con las aportaciones musicales. No ayuda mucho que algunos actores, sobre todo María León y Gorka Otxoa, no sean precisamente cantantes consumados, aunque por supuesto su cante de andar por casa cuadra perfectamente con el estilo desenfadado y simpático de la cinta. Sin embargo, a pesar de esto, es justo reconocer que la música está interpretada y arreglada de un modo maravilloso y que cumple una función muy improtante en la historia. Y antes de que las palabras "El otro lado de la cama" acudan a su labios, hay que aclarar que la función de los dos guitarristas que aparecen continuamente es más la que tenían los dos músicos en Algo pasa con Mary (Peter y Bobby Farrelly, 1998), es decir, la de complementar lo que se ve en pantalla y reflejar los pensamientos de los personajes.
Personajes a los que dan vida un grupo de actores soberbio. Eduardo Noriega hacía mucho tiempo que no estaba tan bien, tan relajado y tan carismático, aunque le toca lidiar con uno de los roles menos simpáticos. Alexandra Jiménez y Andrea Duro también juegan con personajes un poco menos interesantes, sobre todo la segunda, pero sacan petróleo de sus intervenciones, especialmente Jiménez (gran actriz cómica, como ya demostró en Anacleto). María León desaparece rápido, pero deja con ganas de más porque siempre es un placer ver lo bien que se maneja en casi cualquier cosa. Lo mismo se puede decir de Inma Cuesta, que es un todoterreno, adaptable a todos los terrenos, y que sigue siendo única a la hora de dar vida a chicas encantadoras con un punto extravagante. Pero los mejores son sin duda los dos únicos que repiten personaje de la función teatral. Gorka Otxoa da perfectamente el tipo indeciso y perdedor de César. William Miller, simple y llanamente soberbio, sobre todo en la parte más cómica, resulta inolvidable como Hugo, ese seductor caradura con pocas luces y un punto de ternura que lo hace entrañable. Que a nadie le sorprenda una posible nominación en los Goya para Miller, porque es quien se está llevando los mayores halagos, y no es para menos
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Queda para el final, valga la redundancia, su final, que concluye todas las historias de forma francamente emotiva (aquí a diferencia de la obra de teatro) y pone en pantalla una bella dedicatoria a todos los actores y actrices que han representado la función durante cinco años en Madrid y otros muchos lugares de España. Nunca un día tan "invisible" como el miércoles llegó tan lejos. Enhorabuena.
Lo mejor: Su simpatía y su respeto por la buena comedia romántica, y el estupendo trabajo de todos los actores y muy especialmente de un soberbio William Miller.
Lo peor: La comicidad funciona peor en la pantalla que sobre las tablas (sobre todo en los números musicales) y es demasiado larga.
Lo mejor: Su simpatía y su respeto por la buena comedia romántica, y el estupendo trabajo de todos los actores y muy especialmente de un soberbio William Miller.
Lo peor: La comicidad funciona peor en la pantalla que sobre las tablas (sobre todo en los números musicales) y es demasiado larga.
7 de noviembre de 2015
7 de noviembre de 2015
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
De esas tardes de domingo que no sabe uno bien que hacer y después de fiascos de dimensiones colosales como Everest me negaba a ver cuestiones por el estilo me encontré de casualidad con esta peli...
Sinceramente entre a regañadientes porque me esperaba una comedia ñoña... Encima había leido que era un musical y para colmo que se hacía larga...
Oh no!! Que había hecho!! Pero ya había pagado la entrada... Pero joder!!! Que era divertida!! Que diablos!! Que me estaba descojonando en la butaca!!! No podía ser!!! Si los personajes eran primitivos sobretodo el de William Miller pero no podía reprimir mi risa!!!
Si buscáis una película transcendental no la vais a encontrar en esta pero si queréis pasar un par de horas entretenidas esta estupenda... Pero como todo tiene sus pros y sus contras... Pero lo digo en la parte de spoiler...
Sinceramente entre a regañadientes porque me esperaba una comedia ñoña... Encima había leido que era un musical y para colmo que se hacía larga...
Oh no!! Que había hecho!! Pero ya había pagado la entrada... Pero joder!!! Que era divertida!! Que diablos!! Que me estaba descojonando en la butaca!!! No podía ser!!! Si los personajes eran primitivos sobretodo el de William Miller pero no podía reprimir mi risa!!!
Si buscáis una película transcendental no la vais a encontrar en esta pero si queréis pasar un par de horas entretenidas esta estupenda... Pero como todo tiene sus pros y sus contras... Pero lo digo en la parte de spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
.... La parte buena la química entre William Miller y Gorka Otxoa ... Brutal... Tan brutal que hasta al soso de Eduardo Noriega en algún momento consiguen convertirlo aunque sea muy puntualmente en un personaje gracioso... Y eso si que es méritorio....
Ta nto Gorka como William son las auténticas locomotoras y que en los distintos microrrelatos son quienes llevan el peso especifico de la secuencia... De hecho hay que reconocer que cdo no aparecen el ritmo se ralentiza a veces rozando el aburrimiento...
Gorka se desenvuelve como pez ene l agua en su papel de "Pagafantas" que, aunque no es original le sigue funcionando como anillo al dedo y William como un gamberro narcisista y con el cerebro de un mosquito... Y lo hace de vicio...
Memorables desde mi punto de vista la escena previa al trío y no digo más, las de descalabro sentimental de Gorka y la que coinciden Gorka, William y Eduardo Noriega... En general William se sale...
En otro orden de cosas el montaje es original si bien como pega se le puede poner que resulta caótico a la hora de contar la historia... Pero creo que ese caos tb contribuye a hacer que el espectador se fuerce a estar pendiente de la historia...
En dos palabras diría que es una película muy recomendable... Aunque es algo subjetvo.. Pero desde luego es de esas peliculas que una vez pasen al ámbito doméstico serían de las deseadas de ver con un grupo de amigos y a ser posible con unas cuantas cervezas de más...
Ta nto Gorka como William son las auténticas locomotoras y que en los distintos microrrelatos son quienes llevan el peso especifico de la secuencia... De hecho hay que reconocer que cdo no aparecen el ritmo se ralentiza a veces rozando el aburrimiento...
Gorka se desenvuelve como pez ene l agua en su papel de "Pagafantas" que, aunque no es original le sigue funcionando como anillo al dedo y William como un gamberro narcisista y con el cerebro de un mosquito... Y lo hace de vicio...
Memorables desde mi punto de vista la escena previa al trío y no digo más, las de descalabro sentimental de Gorka y la que coinciden Gorka, William y Eduardo Noriega... En general William se sale...
En otro orden de cosas el montaje es original si bien como pega se le puede poner que resulta caótico a la hora de contar la historia... Pero creo que ese caos tb contribuye a hacer que el espectador se fuerce a estar pendiente de la historia...
En dos palabras diría que es una película muy recomendable... Aunque es algo subjetvo.. Pero desde luego es de esas peliculas que una vez pasen al ámbito doméstico serían de las deseadas de ver con un grupo de amigos y a ser posible con unas cuantas cervezas de más...
31 de octubre de 2015
31 de octubre de 2015
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woody Allen lo sabe... y si lo sabe él, pues la cosa está clara. Una comedia no debe durar más de una hora y media, todo lo más una hora y tres cuartos. Nunca más de dos horas. Y esa es la principal anomalía de 'Los miércoles no existen', que dura demasiado. Un chiste es divertido si se hace a tiempo y si se hace breve, si es eterno, cansa. Y esa fue la razón por la que hubo gente que abandonó la sala en la sesión a la que acudí. Cansancio. Por que, por lo demás, el debut en el largo de Peris Romano es una película con muchas virtudes:
- Unos actores impecables, con Alexandra Jiménez pletórica (el Goya ya), un William Miller genial en un papel muy difícil, una Inma Cuesta igual o mejor que en '3 bodas de más' y un Gorka Otxoa creíble pero demasiado tocón (¿Por qué siempre tiene que encorvarse y tocar, tocar, tocar a su pareja, en la obra 'Bajo terapia' igual). Andrea Duro merece más papeles en cine, muchos más, y el pobre Eduardo Noriega, guapo él, empieza a encasillarse en el papel de cabrón guapo, guapo él.
- Las canciones. Bien. Aunque empezar con María León, la que peor canta, hacía esperar lo peor. Pero todo mejora con temas bonitos, oportunos, y Alberto 'Mate' y acompañante surgiendo en los planos a la mejor manera de Jonathan Richman en 'Algo pasa con Mary', evidente inspiración.
- Madrid. Otra vez vuelve a surgir una ciudad bella, nocturna e inspiradora. Para los que hemos nacido aquí, nos reconcilia con una ciudad que siempre hemos visto sucia y ruidosa. Ya era hora que se mostrase en cine de una forma estética, sin Movidas ni noches aciagas.
- Unos actores impecables, con Alexandra Jiménez pletórica (el Goya ya), un William Miller genial en un papel muy difícil, una Inma Cuesta igual o mejor que en '3 bodas de más' y un Gorka Otxoa creíble pero demasiado tocón (¿Por qué siempre tiene que encorvarse y tocar, tocar, tocar a su pareja, en la obra 'Bajo terapia' igual). Andrea Duro merece más papeles en cine, muchos más, y el pobre Eduardo Noriega, guapo él, empieza a encasillarse en el papel de cabrón guapo, guapo él.
- Las canciones. Bien. Aunque empezar con María León, la que peor canta, hacía esperar lo peor. Pero todo mejora con temas bonitos, oportunos, y Alberto 'Mate' y acompañante surgiendo en los planos a la mejor manera de Jonathan Richman en 'Algo pasa con Mary', evidente inspiración.
- Madrid. Otra vez vuelve a surgir una ciudad bella, nocturna e inspiradora. Para los que hemos nacido aquí, nos reconcilia con una ciudad que siempre hemos visto sucia y ruidosa. Ya era hora que se mostrase en cine de una forma estética, sin Movidas ni noches aciagas.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here