Pinillos después de currárselo durante 11 años como editor en 19 películas da un paso adelante y entra con muy buen pie en la dirección con un guión en el que también participa. Goya al mejor director novel francamente merecido.

Ponerle la etiqueta de comedia romántica a esta delicatessen es cometer un error de bulto. Nuestra mente esta mas que deformada por el cliché hollywoodense y esto es otra cosa. Es un plato sin colorantes ni aditivos añadidos, donde dos jóvenes actores fantásticos dan una lección de eso que sentimos cuando las tripas nos hacen "gru-gru" y empezamos a enfermar de ese virus que se llama amor y que igual se nos pasa en dos días o nos puede dejar tocados para siempre.

Alguien dijo que la amistad es el eslabón perdido entre el amor y la soledad. Como las buenas trufas la autentica amistad es difícil de encontrar y no podemos permitirnos el lujo de desperdiciarla. Hay mucha verdad en las miradas, hay emoción, hay dudas, miedo al futuro, amor puro y muy duro, un excelente reparto y mucha belleza fotografiada con acierto por Aitor Mantxola. Nora y Unax yo también os quiero.

Y de postre un lujo de banda sonora.

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“Bon appétit” es una película fresca, agradable (pese a sus momentos de amargura), joven y dinámica que refleja la juventud e inquietudes de su director, que podrían ser las de una generación, los nacidos en los 70, anterior a la Ni-Ni.

La trama se centra en un trío de jóvenes treintañeros que trabajan en un restaurante de alta cocina en Zurich. Hannah, una joven sumiller (estupenda Nora Schirner), Hugo, el apuesto e íntegro jefe de cocina italiano (entrañable Guilio Berruti) y Daniel, el español recién llegado con ganas de demostrar su talento (el encantador Unax Ugalde). No es, como puede aparentar, una comedia romántica sino más bien un drama gastronómico agridulce.

Más elegante que “Soul kitchen” y más sofisticada que “Fuera de carta”, “Bon appétit” propone una rica receta de variados ingredientes: cocina internacional, amistad, carrera por el éxito profesional y amor.

David Pinillos da el salto desde el montaje a la dirección para ofrecernos toda una historia de búsqueda personal. A través de una dinámica puesta en escena, con unas fabulosas imágenes de Zurich (difícil no enamorarse de esta ciudad) y algún que otro secreto de cocina, disecciona la vida de Daniel, un ambicioso cocinero con ganas de llegar a ser un importante chef, interpretado por Unax Ugalde, un actor que no deja de sorprender y progresar, con amplio margen de mejora aún, y que está llamado a triunfar internacionalmente.

Cosmopolita, entre Zurich y Bilbao, con el tono de comedia romántica y el poso de melodrama, cuenta con unas convincentes interpretaciones del joven trío protagonista, una dirección muy equilibrada (una cámara excitada entre fogones, pausada en los momentos más íntimos) y una destacada banda sonora que refleja el estado de ánimo de los personajes. David Pinillos propone con “Bon appétit” una receta digna de saborear por los paladares más intrépidos.

Me he encontrado con esta película de casualidad, empecé a verla y desde el primer momento, aunque los escenarios son muy distintos, me resultó totalmente parecida a 500 días juntos. Incluso la chica se parece a Zooey Deschanel. Claro que Unax Ugalde no es Joseph Gordon-Levitt, aunque estaba interpretando el mismo personaje que éste hizo en "500 days of summer".

Tiene buena banda sonora, bonita fotografía, pero la historia es tan, tan parecida que no tiene ningún tipo de aliciente. Uno ya sabe cómo va a ser el final.

Le reconozco el mérito al de Vitoria hablando inglés y también los momentos de cocina y ese guapísimo compañero italiano, pero por lo demás, no creo que sea ninguna obra de culto. Muy simplona y bastante similar a la película americana que comento.

Muy bien dirigida, montada y impecables actuaciones de los protagonistas. Entretenida y actual sin caer en lo facilón. Muestra la dulzura, el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, la lejanía de la familia, la responsabilidad, el amor, la apertura de un futuro en cualquier país de Europa como ahora ocurre con nuestros jóvenes. Muy buen sabor de boca, y como he leído un caramelo de principio a fin.

Buen provecho de los besos que no te daré...

Historia de dos amigos, que quedan para besarse, que se arrepienten, que se vuelven a besar , que no. Que se quieren, que no, que no se entienden, que se saben y conocen demasiado.
Cuando una mirada desata una sonrisa de malicia. Cuando alguien forma parte irremediable de tu vida y para mantenerlo a tu lado, ha de marcharse lejos.
Cuando el amor, en vez de sellarse con un beso, se hace con un libro.