Sucedió una noche
1934 

7.9
18,044
Romance. Comedia
Ellie Andrews, una joven y caprichosa heredera, consigue escapar del yate de su padre, que la había encerrado para evitar su boda con un hombre poco recomendable. En el autobús que coge, con destino a Nueva York, conoce a Peter Warne, un simpático y atractivo reportero, que busca una buena historia. El azar y las circunstancias unirán a Ellie y a Peter en un accidentado y divertido viaje. (FILMAFFINITY)
27 de marzo de 2015
27 de marzo de 2015
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sucedió en una noche tiene el honor de haber sido en su día la primera película que consiguió los llamados cinco premios "grandes" de los Oscar: película, director, actor, actriz y guión.
Pues sintiéndolo mucho, no demasiado. No se entiende muy bien qué se le vio en su día o por qué se supone que es tan buena. Es medio entretenida, es simpática, y sobre todo tiene a Clark Gable y Claudette Colbert de gran pareja protagonista, pero Frank Capra ha hecho películas mucho, muchísimo mejores que esta. Pero mucho, vaya.
Lo mejor: Gable y Colbert
Lo peor: Es sosa, sosa, sosa, sosa... como ella sola
Pues sintiéndolo mucho, no demasiado. No se entiende muy bien qué se le vio en su día o por qué se supone que es tan buena. Es medio entretenida, es simpática, y sobre todo tiene a Clark Gable y Claudette Colbert de gran pareja protagonista, pero Frank Capra ha hecho películas mucho, muchísimo mejores que esta. Pero mucho, vaya.
Lo mejor: Gable y Colbert
Lo peor: Es sosa, sosa, sosa, sosa... como ella sola
23 de marzo de 2010
23 de marzo de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son reliquias de museo, ésta y tantas otras comedias de aquellos años. Comedia romántica al estilo road movie con pincelazos de screwball y, principalmente, un estilo de humor fino y suavemente transgresor que ya no existe más. Una pena que la comedia haya degenerado en las bazofias americanas que vemos hoy en día.
Una química perfecta en los protas: el secreto de toda comedia romántica. Luego el guión, hoy es tradicional, sí, pero en su época representaba la liberación femenina, el derecho al voto. Allí donde la auto censura del código Hays imperaba, estas comedias se encargaban de borrar un poco los límites y determinados juegos de palabras, el eje principal de esas pelis, se burlaban de todo y de todos.
A resaltar la tensión dramática tan palpable entre ellos, generando incomodidades en el espectador a pesar del género (Capra sabía mezclar); esos elementos del guión de foco simbólico como la frazada que separaba las camas de una unión imposible al extremo de relacionarlo con el muro de Jericó, muro que buscaría ser derribado, pero no de golpe, sino mediante todo un proceso de conquista amorosa y legal.
Un Gable carismático y animal, una Colbert tan contenida como poderosa: lo que el actor desparramaba en frescura con sus chistes ella lo firmaba en sangre con tan solo dos palabras.
El matrimonio no deseado, pero jamás violado en sus reglas urbanas: se produce un quiebre, sí, pero medido, solapado.
Resto un punto por determinadas secuencias un tanto cansinas. Aún así, nada, nada puede hacer retroceder a este sutil manifiesto progresista.
Una química perfecta en los protas: el secreto de toda comedia romántica. Luego el guión, hoy es tradicional, sí, pero en su época representaba la liberación femenina, el derecho al voto. Allí donde la auto censura del código Hays imperaba, estas comedias se encargaban de borrar un poco los límites y determinados juegos de palabras, el eje principal de esas pelis, se burlaban de todo y de todos.
A resaltar la tensión dramática tan palpable entre ellos, generando incomodidades en el espectador a pesar del género (Capra sabía mezclar); esos elementos del guión de foco simbólico como la frazada que separaba las camas de una unión imposible al extremo de relacionarlo con el muro de Jericó, muro que buscaría ser derribado, pero no de golpe, sino mediante todo un proceso de conquista amorosa y legal.
Un Gable carismático y animal, una Colbert tan contenida como poderosa: lo que el actor desparramaba en frescura con sus chistes ella lo firmaba en sangre con tan solo dos palabras.
El matrimonio no deseado, pero jamás violado en sus reglas urbanas: se produce un quiebre, sí, pero medido, solapado.
Resto un punto por determinadas secuencias un tanto cansinas. Aún así, nada, nada puede hacer retroceder a este sutil manifiesto progresista.
4 de diciembre de 2010
4 de diciembre de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Confieso que me senté a ver ésta película con algo de reticencia. Una película con 76 años de antiguedad no es poca cosa y no obstante me quedé gratamente maravillada, por su frescura, por su naturalidad, por esa inocencia del guión que apenas deja entrever lo que hoy en día es moneda corriente y allá en el mismísimo final se deja sugerir. Ya lo se eran otros tiempos.
Pero para aquellos que se dedican a filmar estupideces sobre ex esposas que hay que atrapar, recompensa mediante, o sobre adolescentes descontrolados por el sexo casual y las bromas pesadas, el volver a ver "Sucedió una noche" no les vendría nada mal. Recuperarían el "savoir faire" de cómo se hace una película sencilla, con un guión ingenioso, con personajes perfectamente adaptados a nuestros días, simplemente porque el mundo ha sido mundo desde siempre. Más que recomendable.
Pero para aquellos que se dedican a filmar estupideces sobre ex esposas que hay que atrapar, recompensa mediante, o sobre adolescentes descontrolados por el sexo casual y las bromas pesadas, el volver a ver "Sucedió una noche" no les vendría nada mal. Recuperarían el "savoir faire" de cómo se hace una película sencilla, con un guión ingenioso, con personajes perfectamente adaptados a nuestros días, simplemente porque el mundo ha sido mundo desde siempre. Más que recomendable.
9 de marzo de 2014
9 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pienso que no hay nada mejor que empezar una buena tarde al compás de “Sucedió una noche”, este cuento de hadas de Frank Capra, en realidad podía empezar deseándoos que esta tarde os resultara menos laboriosa que la génesis de lo que ahora es un clásico indiscutible, porque no creáis, no, la cosa no empezó muy bien que se diga. Para situarnos, estamos en 1934, en esa primera etapa sonora del director siciliano con la Columbia, entre “La locura del dólar” o “Dama por un día” y “Estrictamente confidencial”, “El secreto de vivir” o bien “Horizontes perdidos”, Capra se produce, pero aún no tiene productora propia, o sea, que depende de Harry Cohn, el jefe de la Columbia, y Cohn no cree en esa peliculilla de fierecilla domada, de periodista gruñón, perdidos los dos por esas carreteras de Dios en un autobús y varios moteles. Cuando consigue convencer al jefe, tampoco le resulta fácil a Capra el dar con la pareja protagonista, después de negarse Myrna Loy, Margaret Sullavan, Miriam Hopkins o Constanza Bennett, Capra convence a Claudette Colbert a duras penas, la actriz parisina de 29 años no había olvidado el rotundo fracaso de su debut hollywoodiense a las órdenes del siciliano, de Capra, el caniche de Colbert saludó el reencuentro por cierto con una incisiva dentellada en las nalgas del director. Clark Gable aceptó por su parte por pura imposición de Warner, nada de ganas propias, Capra hubiera preferido a Robert Montgomery y más cuando vio a Gable, 33 años, que se presentaba en la primera cita en un estado de ebriedad que Capra parodió en la primera aparición del actor en la película.
Tanto Colbert como Gable estaban convencidos de participar en la peor película de sus respectivas carreras, una película modesta, 325.000 $ de presupuesto y cuatro semanas de rodaje. Bueno, el resto ya lo sabéis, “Sucedió una noche” fue el éxito inesperado de 1934 y 5 Oscar premiaron por primera vez en la historia de las estatuillas al equipo de una misma película, a Capra, a Colbert, a Gable, al guionista Robert Riskin y al productor Harry Cohn.
Secundados por Walter Connolly, la pareja protagonista da un recital, quien sabe si involuntario. Colbert demuestra sus grandes cualidades para la comedia y para el drama ante un Gable de fluida y masculina desenvoltura, la interpretación más autobiográfica del actor de Cádiz, Ohio, en palabras del director de “Sucedió una noche”.
Tanto Colbert como Gable estaban convencidos de participar en la peor película de sus respectivas carreras, una película modesta, 325.000 $ de presupuesto y cuatro semanas de rodaje. Bueno, el resto ya lo sabéis, “Sucedió una noche” fue el éxito inesperado de 1934 y 5 Oscar premiaron por primera vez en la historia de las estatuillas al equipo de una misma película, a Capra, a Colbert, a Gable, al guionista Robert Riskin y al productor Harry Cohn.
Secundados por Walter Connolly, la pareja protagonista da un recital, quien sabe si involuntario. Colbert demuestra sus grandes cualidades para la comedia y para el drama ante un Gable de fluida y masculina desenvoltura, la interpretación más autobiográfica del actor de Cádiz, Ohio, en palabras del director de “Sucedió una noche”.
28 de abril de 2011
28 de abril de 2011
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La más divertida comedia de la época, que llega a resultar única en su género y nunca igualada; así como la más lograda interpretación de Clark Gable que, según he podido observar, después no pudo superarse, ni siquiera aproximarse a como lo hizo en aquella ocasión. Su originalidad es de una excepción que aún hoy resulta singularmente muy entretenida. No tiene rival, ni anterior ni posterior. Yo creo que es la mejor comedia romántica que jamás hizo el cine. Nada le falta: ni guión, rico en anécdotas y lleno de naturalidad; montaje idóneo y muy bien trabajado; interpretación estelar e imperecedera para las generaciones venideras; Dirección magistral, con una cuña que se pudo evitar, tal es la del niño llorando por la madre que se había mareado por no haber ingerido alimento en unos días, según el niño. A mí esto me parece que rompe el ritmo de conjunto, añadiendo una nota muy desagradable por inoportuna y fuera de tono.
Los Oscars que le fueron concedidos a la película estuvieron justificados con sobrado merecimiento. Una de las escasas veces, antes y ahora, en tan acertada elección.
Observador111
Los Oscars que le fueron concedidos a la película estuvieron justificados con sobrado merecimiento. Una de las escasas veces, antes y ahora, en tan acertada elección.
Observador111
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