El tema del joven revolucionario venido a burgués en crisis con su esposa e hijos, es un tema recurrente en el cine argentino hasta el hartazgo. Pero aquí adolece de una falta de imaginación sorprendente. Mal escrita y peor realizada, la interpretación se basa pura y exclusivamente en China Zorrilla, a quien da mucho gusto volver a ver con esa gracia y ese estilo tan suyo, capaz de asumir toda la responsabilidad de una comedia.

Blanco y Dumont no lo hacen mal, pero es tan elemental lo que le han dado que les resulta imposible sacarle más partido. El resto del elenco, muy malo. La trama, exageradamente previsible.

Una agradable sorpresa en la relación de una madre anciana con un hijo maduro; además en una situación harto frecuente. Se trata de reconocer ante el conflicto esterno el problema verdadero. Muy buenas actuaciones.

Redondita. Sencilla, con pequeños efectos sentimentales logrados de buena ley. Reiteraciones como las que se producen en la vida sin que nada se repita del todo y donde uno descubre que no es un círculo sino una espiral.
Claro que hay que verla con ganas y dispuesto porque justamente no hay grandes efectos, hay un ida y vuelta de palabras en múltiples encuentros y quién no esté dispuesto a entender más allá de lo que explícitamente se dice puede quedarse afuera.
Luego de verla, aunque más no sea por un rato, es posible que uno sea mejor persona.

Sin complicarse la vida, sin efectos especiales, sólo con un drama humano muy particular, con la conversación entre una madre ya entrada en años y su hijo, se plantea esta trama, de la que destaco espléndidas interpretaciones. No dejará indiferente a quien la vea, aunque algo me dice que pasará bastante desapercibida por el panorama cinéfilo español

Adoro el cine argentino. He visto casi todo lo que ha podido llegar hasta nuestras salas de cine en España, y casi siempre con un resultado admirable. Y aunque algunas puede que no sean películas redondas, siempre despertaban en mi una simpatía o una cierta admiración por su buen hacer e intención.

No pude ver "Conversaciones con Mamá" en el cine y tras haber leído tantas buenas críticas me he animado a verla, pero mi sorpresa ha sido mayúscula. La película es una absoluta decepción, con un guión plano, de diálogos reiterativos y superficiales, que no ahonda en nada, trazando una línea invisible e ilógica entre los personajes, que llegan a irritar, en especial la actriz que da vida a la madre, que es extremadamente inaguantable.

Sólo puedo salvar de la quema al gran Eduardo Blanco, pero de verdad que el guión es para echarse a llorar y podría haberlo escrito un niño de 2 años.

La película sólo busca la sensibilidad en torno a recuperar el tiempo perdido con una madre, pero llega mediante situaciones trilladísimas y diálogos que son una tortura de la cantidad de veces que repiten las mismas frases sin la menor gracia.

Una pena. No entiendo la elevada nota que tiene la película y por eso me he animado a escribir mi primera crítica en FA.