El jugador de ajedrez
2017 

5.8
2,054
Drama
En 1934 Diego Padilla gana el campeonato de España de ajedrez y conoce a una periodista francesa, Marianne Latour, de la cual se enamora. Pasados los años Marianne convence a Diego para que junto con la hija de ambos se vayan a vivir a Francia, donde poco tiempo después Diego será acusado de espía por los nazis y encerrado en una prisión de las SS. En la prisión, Diego intentará sobrevivir en un entorno hostil gracias a la afición al ... [+]
20 de agosto de 2018
20 de agosto de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando una película te llena de sentimientos, es que ha cumplido con su objetivo, estar viendo la pantalla y viviendo con los personajes sus alegrias y sus tristezas y no tienes ganas de que termine o no tienes ganas de dejarla ver es porque está consiguiendo el objetivo de engancharnos a su visionado y eso es lo que consigue esta película española El jugador de ajedrez.
El jugador de Ajedrez es una película sencilla, una historia de amor, una historia de un personaje bueno que no quiere situarse en ningún bando de la guerra pero que va a sufrir sin motivo en este caso por los nazis que le acusan de espía sin serlo.
Buena interpretación de Marc Clotet lleno de matices, una película que sin aportar muchas novedades en este tipo de drama de nazis es una película que es recomendable y da gusto ver que una película española esté tan bien hecha como esta
El jugador de Ajedrez es una película sencilla, una historia de amor, una historia de un personaje bueno que no quiere situarse en ningún bando de la guerra pero que va a sufrir sin motivo en este caso por los nazis que le acusan de espía sin serlo.
Buena interpretación de Marc Clotet lleno de matices, una película que sin aportar muchas novedades en este tipo de drama de nazis es una película que es recomendable y da gusto ver que una película española esté tan bien hecha como esta
5 de junio de 2019
5 de junio de 2019
8 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aclaro para evitar dudas que la presente no es una historia basada en un personaje real, por más que diga que se inspira en un episodio de la vida del gran ajedrecista franco-ruso Alexander Alekhine, campeón del mundo, y que por cierto, bien merecería un biopic o al menos un acercamiento a su figura. Pues no, "El jugador de ajedrez" es la adaptación de la novela homónima de Luis Oliveros. La idea es la de un señor que sobrevive a los nazis merced a su habilidad con este hermoso deporte. Es decir, algo muy parecido a la de "El Pianista" (2002) aunque en este caso el personaje era real y se empleaba la música en vez del ajedrez. En cualquier caso, aceptamos su punto de partida. Ahora bien la idea de mezclar en un mismo relato la República, la Guerra Civil, el Franquismo, la Segunda Guerra Mundial, el ajedrez y encima una historia de amor, no auguraba un buen resultado. Demasiados frentes.
Dicho esto, el largometraje tiene cierto trabajo y una ambientación potable pero al final acaba capitulando él solo. Para empezar, han fundido, como he apuntado antes, demasiado asuntos y encima en muy poco tiempo. No se puede pasar en tres minutos, literalmente es que son tres, de 1934 a 1940, como si nada. Todo este periodo histórico apasionante queda difuminado del todo porque los personajes pasan de guerras y conflictos, y desde luego no los vemos interactuar con los mismos. Esta falta de densidad del momento crucial que se está viviendo es demoledora. Pero aún hay otro fallo aún peor, el escaso realismo histórico, en el Spoiler os apunto alguno. En el fondo, este relato no pide a un apolítico sino a una persona seriamente comprometido con la causa republicana y que por eso tiene que exiliarse en Francia. Entonces muchas cosas tendrían sentido. Tal que así, tienen poco.
Dicho esto, el largometraje tiene cierto trabajo y una ambientación potable pero al final acaba capitulando él solo. Para empezar, han fundido, como he apuntado antes, demasiado asuntos y encima en muy poco tiempo. No se puede pasar en tres minutos, literalmente es que son tres, de 1934 a 1940, como si nada. Todo este periodo histórico apasionante queda difuminado del todo porque los personajes pasan de guerras y conflictos, y desde luego no los vemos interactuar con los mismos. Esta falta de densidad del momento crucial que se está viviendo es demoledora. Pero aún hay otro fallo aún peor, el escaso realismo histórico, en el Spoiler os apunto alguno. En el fondo, este relato no pide a un apolítico sino a una persona seriamente comprometido con la causa republicana y que por eso tiene que exiliarse en Francia. Entonces muchas cosas tendrían sentido. Tal que así, tienen poco.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- El tratamiento del personaje de Alejo Saura, el antifranquismo de 1940 y la represión de la dictadura está tratado de un modo excesivamente infantil a la par que propagandístico. Bueno, en realidad, todo la película lo es.
- No tiene lógica que Diego Padilla (Marc Clotet) tenga que escapar porque un amigo suyo es comunista. Una tontería.
- Me parece inconcebible que los protagonistas se vayan a Francia en abril de 1940, es decir, con los nazis a punto de invadirla. Es posible que aún quisieran correr ese riesgo pero por lo menos deberían comentarlo. Pero nada.
- Se equivocan gravemente en la fecha de la ocupación nazi de París, que fue en junio de 1940 y aquí dicen que fue en agosto.
- En 1940 los nazis no deberían detener y fusilar comunistas porque en esos momentos alemanes y soviéticos eran aliados y de hecho, los comunistas franceses más bien colaboraron con los nazis, siguiendo las instrucciones de Stalin.
- No tiene ningún sentido que el protagonista sea detenido por las nazis y no se vuelva a saber nada. En 1940 Alemania y España eran amigos y este atropello contra un súbdito español hubiera sido motivo de protestas. Por eso la mujer lo que tiene que hacer es hablar con el consulado para que interviniera. Es posible que por algún extraño motivo los nazis no quisieran soltarlo pero al menos hay que hacer la gestión pertinente. Recordemos que Diego no es un opositor antifranquista, ni nada eso.
- No tiene lógica que Diego Padilla (Marc Clotet) tenga que escapar porque un amigo suyo es comunista. Una tontería.
- Me parece inconcebible que los protagonistas se vayan a Francia en abril de 1940, es decir, con los nazis a punto de invadirla. Es posible que aún quisieran correr ese riesgo pero por lo menos deberían comentarlo. Pero nada.
- Se equivocan gravemente en la fecha de la ocupación nazi de París, que fue en junio de 1940 y aquí dicen que fue en agosto.
- En 1940 los nazis no deberían detener y fusilar comunistas porque en esos momentos alemanes y soviéticos eran aliados y de hecho, los comunistas franceses más bien colaboraron con los nazis, siguiendo las instrucciones de Stalin.
- No tiene ningún sentido que el protagonista sea detenido por las nazis y no se vuelva a saber nada. En 1940 Alemania y España eran amigos y este atropello contra un súbdito español hubiera sido motivo de protestas. Por eso la mujer lo que tiene que hacer es hablar con el consulado para que interviniera. Es posible que por algún extraño motivo los nazis no quisieran soltarlo pero al menos hay que hacer la gestión pertinente. Recordemos que Diego no es un opositor antifranquista, ni nada eso.
11 de febrero de 2025
11 de febrero de 2025
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es que, dentro de lo que cabe, Diego la tiene, a pesar de sus penalidades, gracias a su maestría como ajedrecista. Un poco a lo Conde de Montecristo, nuestro protagonista acaba en una sucia mazmorra debido a la maldad humana y a la guerra. El París de la ocupación es el escenario y la ambientación resulta esmerada y verosímil. El argumento tiene su interés y la historia está narrada con claridad y eficacia. Los actores cumplen sin más y la música acompaña cuando es preciso. Todo está bien, pero no emociona. Los personajes son planos y esquemáticos: la víctima inocente, el nazi malísimo, el compañero de celda majete, el nazi menos malo, la mujer sufridora... Todos hacen y dicen lo que se supone que deben para ser lo que son, pero no hay tensión. Incluso en los momentos más dramáticos se echa de menos ese matiz que hace que lo ficticio se viva como real en el cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mencioné antes a Montecristo, y es que aquí también hay amigo traicionero que arruina la vida al héroe para quedarse con la dama (la de carne). Cabe suponer que, tras la liberación, el prisionero burlado se vengue del malvado. Pero no. El hombre camina de París a Burdeos para encontrarse con una esposa que lo confunde con un pobre de pedir, y poco le falta para echarlo a la calle para que no ensucie el parqué de su flamante casa; la que se supone que le ha puesto el "otro". Del amigo infiel nada se sabe, excepto que anda por allí y "se porta bien" con la viuda presunta. Menos mal que la niña reconoce al padre en una escena final que tiene su belleza, aunque deje tantos flecos que aquello parece una alfombra sin rematar.
[12/02/25]
[12/02/25]
26 de mayo de 2019
26 de mayo de 2019
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy, 26 de mayo, ha sido día de elecciones municipales y europeas pero yo he preferido, más que seguir por la tele el resultado de las votaciones, ver esta película en V.E., alias versión española, y la verdad es que he valorado, muy por encima de los vaticinios e incluso de la crítica aquí, la interpretación de Marc Clotet. Me ha parecido pues de gran calado, tanto profesional como emotiva, al encarnar a este jugador de ajedrez que, en tiempos muy aciagos y gracias a su habilidad -también a la fortaleza de su espíritu-, tratará de sobrevivir, o al menos intentarlo, a una serie de infortunios como todos los que deparan las guerras... Stop al spoileo.
En resumen: yo creo que he aprovechado la velada y es que, como dijo Lubitsch: "El cine, muchas veces, está por encima de la realidad" y/o acrecienta nuestros sentidos -esto lo añado yo-. Diría que, a estas alturas, casi que ni me interesan ya el resultado de estas elecciones: yo seguiré apostando por el albedrío personal al servicio de la ética, un partido que debiera ser el que tuviese más votos.
(Vaya! pues al final sí parece que he terminado haciendo campaña yo también...)
En resumen: yo creo que he aprovechado la velada y es que, como dijo Lubitsch: "El cine, muchas veces, está por encima de la realidad" y/o acrecienta nuestros sentidos -esto lo añado yo-. Diría que, a estas alturas, casi que ni me interesan ya el resultado de estas elecciones: yo seguiré apostando por el albedrío personal al servicio de la ética, un partido que debiera ser el que tuviese más votos.
(Vaya! pues al final sí parece que he terminado haciendo campaña yo también...)
8 de diciembre de 2017
8 de diciembre de 2017
4 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encuadrar esta película es por lo menos difícl puesto que podría bien ser un melodrama dilatado por la inclusión de un drama bélico o en cambio un modesto drama bélico con tintes melodramáticos.
El esquema argumental es extremadamente similar al de "El pianista" de Polansky pero su guión con pocos giros y pocas situaciones hacen de la película un verdadero y literal "largo" metraje puesto que se estiran las escenas mientras se repiten situaciones haciendo del film mucho las largo que lo conveniente. Quizás esta producción es un claro ejempo de cómo por no hacer un digno mediometraje se estiró el guión al punto de deslucir -por el tedio y el fastidio- la historia que se cuenta.
La película -salvando los errores y los excesos, sobre todo en los tiempos narrativos- no está mal pero, su ritmo y sus dilaciones hacen que sea una película que si bien nos ha enretenido será una de las tantas que serán olvidadas.
El esquema argumental es extremadamente similar al de "El pianista" de Polansky pero su guión con pocos giros y pocas situaciones hacen de la película un verdadero y literal "largo" metraje puesto que se estiran las escenas mientras se repiten situaciones haciendo del film mucho las largo que lo conveniente. Quizás esta producción es un claro ejempo de cómo por no hacer un digno mediometraje se estiró el guión al punto de deslucir -por el tedio y el fastidio- la historia que se cuenta.
La película -salvando los errores y los excesos, sobre todo en los tiempos narrativos- no está mal pero, su ritmo y sus dilaciones hacen que sea una película que si bien nos ha enretenido será una de las tantas que serán olvidadas.
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