El jardinero fiel
2005 

7.3
52,751
Thriller. Intriga. Drama
Justin Quayle (Fiennes) es un diplomático británico destinado en Kenya cuya mujer es asesinada junto a un hombre sospechoso de ser su amante, un activista defensor de los derechos humanos de la región. Quayle decide entonces investigar los asesinatos, y comienza a descubrir mucho más de lo que esperaba... (FILMAFFINITY)
27 de diciembre de 2005
27 de diciembre de 2005
25 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía miedo a la nueva película de Meirelles. Tras las buenas (y merecidas) críticas a Ciudad de Dios, pensé que haría más o menos lo mismo, pero más friki y más flipao, como Tarantino o Peter Jackson, vamos, pero parece que el hombre tiene la cabeza bien amueblada. Por eso para su segundo largo ha elegido una historia sencillita y la ha narrado de la misma manera, a pesar de no renunciar a su estilo.
La historia de amor es preciosa. Primero la química entre Rachel Weisz y Ralph Fiennes, que está genial, como siempre, es muy buena, a pesar de que el principio es muy elíptico, sin perder mucho tiempo, alternando pasado y presente. Tras la pérdida de la esposa, la historia es más triste todavía. Ese jardinero atrapado por su pasado y al mismo tiempo incapaz de recuperarlo, sabiendo que todo pudo haber sido de otra forma, recorre el mismo camino que antaño hizo su esposa, como magnífica declaración de amor. Hay mucho romanticismo en esta película, más allá de musiquitas con violines, besitos y todas esas chorradas que hoy en día se identifican con la palabra romántico. Por tanto, no puedo entender esas críticas que hablan de una intriga fantástica (todo lo contrario, la intriga se sostiene gracias a la historia de amor)o de un alegato magnífico sobre el problema africano. Nada de eso, ante todo es una gran historia de amor, que ocurre en un tiempo y en un espacio, y los protagonistas están influenciados por ese ambiente, pero no es lo que da peso a la historia.
Gracias a esto, podemos pasar por alto que a veces el Meirelles flipe un poco de más con algún montaje excesivo. Solo ocurre en momentos muy puntuales, ya que normalmente la trama se desenvuelve de forma muy sencilla. También molesta mucho la música, con sus coros africanos y sobre todo en la única escena mala de la película, aquella en la que Fiennes vuelve a su casa de Chelsea. Vale, es una película con fallos, pero muy atractiva y bastante sincera. Merece la pena y es una muestra de lo que debería ser normalmente el cine comercial.
La historia de amor es preciosa. Primero la química entre Rachel Weisz y Ralph Fiennes, que está genial, como siempre, es muy buena, a pesar de que el principio es muy elíptico, sin perder mucho tiempo, alternando pasado y presente. Tras la pérdida de la esposa, la historia es más triste todavía. Ese jardinero atrapado por su pasado y al mismo tiempo incapaz de recuperarlo, sabiendo que todo pudo haber sido de otra forma, recorre el mismo camino que antaño hizo su esposa, como magnífica declaración de amor. Hay mucho romanticismo en esta película, más allá de musiquitas con violines, besitos y todas esas chorradas que hoy en día se identifican con la palabra romántico. Por tanto, no puedo entender esas críticas que hablan de una intriga fantástica (todo lo contrario, la intriga se sostiene gracias a la historia de amor)o de un alegato magnífico sobre el problema africano. Nada de eso, ante todo es una gran historia de amor, que ocurre en un tiempo y en un espacio, y los protagonistas están influenciados por ese ambiente, pero no es lo que da peso a la historia.
Gracias a esto, podemos pasar por alto que a veces el Meirelles flipe un poco de más con algún montaje excesivo. Solo ocurre en momentos muy puntuales, ya que normalmente la trama se desenvuelve de forma muy sencilla. También molesta mucho la música, con sus coros africanos y sobre todo en la única escena mala de la película, aquella en la que Fiennes vuelve a su casa de Chelsea. Vale, es una película con fallos, pero muy atractiva y bastante sincera. Merece la pena y es una muestra de lo que debería ser normalmente el cine comercial.
10 de noviembre de 2005
10 de noviembre de 2005
31 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agotado, con la cabeza repleta de propaganda efectista y contenida, frío y defraudado. Son las sensaciones que tengo de "El jardinero fiel" después de su visión.
Tras realizar la magnífica "Ciudad de dios", una película imprescindible que gusta tanto a la crítica como a espectadores de todo tipo, Fernando Meirelles se convierte en un estandarte de las causas perdidas. Después de ver un largísimo plano de unos niños corriendo con una voz en off escupiendo el panfleto, el mensaje del filme, no dudo de las intenciones, dudo de quién ha pagado dichas intenciones.
Para los que han visto "El dilema", la película de Meirelles les parecerá una copia del estilo y los recursos del pseudo-documental que nos presentaba Michael Mann. Aunque el filme se perdía en un excesivo metraje y se quedaba en interesante y recomendable, Mann se mojaba. Meirelles apenas mete el pie en el agua.
"El jardinero fiel" es una historia de amor con una denuncia tan sutil como anodina. Y precisamente es su error, el romanticismo desencadena los hechos y las acciones de Justin Quayle (Ralph Fiennes), lo cuál aviva más su hipocresía. La evolución de su personaje hasta convertirse en lo que era su mujer me parece tramposa y poco creíble. Es tópica tanto en sus situaciones como en su desarrollo. Me la sé entera tras ver los primeros veinte minutos. Que me cuenten el poder que tienen las grandes corporaciones, su manipulación sobre los gobiernos corruptos, los problemas que existen en el tercer mundo y lo poco que podemos hacer por culpa de la inoperancia, permisividad e intereses de nuestro sistema capitalista no me resulta novedoso. Lo ves desde en un periódico hasta en un videojuego.
"El jardinero fiel" es un filme necesario aunque Meirelles dilate la historia en un innecesario y excesivo metraje y prefiera interesarse más por la historia de amor que profundizar y analizar el problema real: estamos hundiendo al tercer mundo y no queremos que salga a flote. Mantiene nuestra sociedad del bienestar. Sólo vemos el problema por la inmigración pero no nos interesa porqué vienen, sólo nos preocupa que están aquí.
Para crítica original de este problema y análisis del tercer mundo me quedo con la reciente “La tierra de las muertos vivientes”. Aunque las críticas negativas me obliguen a revisarla al dudar si he visto la misma película. Romero habla de cómo les robamos los recursos al tercer mundo, les tratamos como animales, dudamos de su inteligencia y les recibimos con un tiro en la cabeza si se atreven a cruzar nuestras fronteras (en sentido metafórico de momento) aunque no tengan un hogar donde ir.
No he leído la novela de John Le Carré pero si la veo en una tienda saldré corriendo. Lo triste es que tengan que pagar los justos por pecadores.
Tras realizar la magnífica "Ciudad de dios", una película imprescindible que gusta tanto a la crítica como a espectadores de todo tipo, Fernando Meirelles se convierte en un estandarte de las causas perdidas. Después de ver un largísimo plano de unos niños corriendo con una voz en off escupiendo el panfleto, el mensaje del filme, no dudo de las intenciones, dudo de quién ha pagado dichas intenciones.
Para los que han visto "El dilema", la película de Meirelles les parecerá una copia del estilo y los recursos del pseudo-documental que nos presentaba Michael Mann. Aunque el filme se perdía en un excesivo metraje y se quedaba en interesante y recomendable, Mann se mojaba. Meirelles apenas mete el pie en el agua.
"El jardinero fiel" es una historia de amor con una denuncia tan sutil como anodina. Y precisamente es su error, el romanticismo desencadena los hechos y las acciones de Justin Quayle (Ralph Fiennes), lo cuál aviva más su hipocresía. La evolución de su personaje hasta convertirse en lo que era su mujer me parece tramposa y poco creíble. Es tópica tanto en sus situaciones como en su desarrollo. Me la sé entera tras ver los primeros veinte minutos. Que me cuenten el poder que tienen las grandes corporaciones, su manipulación sobre los gobiernos corruptos, los problemas que existen en el tercer mundo y lo poco que podemos hacer por culpa de la inoperancia, permisividad e intereses de nuestro sistema capitalista no me resulta novedoso. Lo ves desde en un periódico hasta en un videojuego.
"El jardinero fiel" es un filme necesario aunque Meirelles dilate la historia en un innecesario y excesivo metraje y prefiera interesarse más por la historia de amor que profundizar y analizar el problema real: estamos hundiendo al tercer mundo y no queremos que salga a flote. Mantiene nuestra sociedad del bienestar. Sólo vemos el problema por la inmigración pero no nos interesa porqué vienen, sólo nos preocupa que están aquí.
Para crítica original de este problema y análisis del tercer mundo me quedo con la reciente “La tierra de las muertos vivientes”. Aunque las críticas negativas me obliguen a revisarla al dudar si he visto la misma película. Romero habla de cómo les robamos los recursos al tercer mundo, les tratamos como animales, dudamos de su inteligencia y les recibimos con un tiro en la cabeza si se atreven a cruzar nuestras fronteras (en sentido metafórico de momento) aunque no tengan un hogar donde ir.
No he leído la novela de John Le Carré pero si la veo en una tienda saldré corriendo. Lo triste es que tengan que pagar los justos por pecadores.
29 de mayo de 2008
29 de mayo de 2008
30 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el cine actual surgen una serie de filmes cuyo mayor atractivo parece ser un pretendido mensaje crítico y una especie de indefinición en sus formas que le otorgue el grado de obra seria.
En realidad subyace una ausencia total de verdadero estilo narrativo y de implicación emocional en sus directores. El cine (y el arte en general) contemporaneo es mayoritariamente torpe, poco entretenido, superficial en su planificación y reniega de su condición de arte para erigirse en una especie de herramienta de gris crítica demagógica intelectualmente , aburrida y manida (este caso por ejemplo) o de entretenimiento dirigido a consumidores convencidos (filmes espectaculares de moda).
El cine tiene que recuperar el secreto de la falsa ingenuidad (mucho más compleja que la actual simpleza de pretendidas críticas) y tiene que volver a realizarse para poseer diferentes niveles de lectura que impliquen a espectadores de todos los niveles intelectuales/emocionales.
En realidad subyace una ausencia total de verdadero estilo narrativo y de implicación emocional en sus directores. El cine (y el arte en general) contemporaneo es mayoritariamente torpe, poco entretenido, superficial en su planificación y reniega de su condición de arte para erigirse en una especie de herramienta de gris crítica demagógica intelectualmente , aburrida y manida (este caso por ejemplo) o de entretenimiento dirigido a consumidores convencidos (filmes espectaculares de moda).
El cine tiene que recuperar el secreto de la falsa ingenuidad (mucho más compleja que la actual simpleza de pretendidas críticas) y tiene que volver a realizarse para poseer diferentes niveles de lectura que impliquen a espectadores de todos los niveles intelectuales/emocionales.
19 de mayo de 2006
19 de mayo de 2006
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas del año, bah, para mí la mejor. El tema es de lo más interesante y original, las irregularidades que cometen las farmacéuticas en África. Para eso el director, Fernando Meirelles, nos lleva hasta el corazón del continente africano, y con su cámara al hombro, nos trasmite la miseria y el hambre que padece, por desgarcia, este continente.
La historia de amor es, para mi gusto, de las más bellas que se han hecho jamás en el cine. El amor de un hombre hacia su esposa ya fallecida.
Las interpretaciones, de lo mejor. Rachel Weisz, que al fin demuestra su talento (le hacía falta divorciarse de la momia, y creo que lo consiguió) se llevó por este papel un Oscar muy merecido, y Ralph fiennes, quién otra vez ha sufrido las injusticias de la Academia americana, si en el 93 y en el 96 no le dieron el Oscar (siendo, en ambos casos quién más se lo merecía), ahora van y no lo nominan, y eso que su interpretación no tenía nada que envidiarle a la de los otros candidatos.
En fin, con premios o sin ellos, El jardinero fiel es más que una película, es una denuncia a las injusticias que las empresas occidentales (en este caso las farmacéuticas) cometen en territorio africano.
La historia de amor es, para mi gusto, de las más bellas que se han hecho jamás en el cine. El amor de un hombre hacia su esposa ya fallecida.
Las interpretaciones, de lo mejor. Rachel Weisz, que al fin demuestra su talento (le hacía falta divorciarse de la momia, y creo que lo consiguió) se llevó por este papel un Oscar muy merecido, y Ralph fiennes, quién otra vez ha sufrido las injusticias de la Academia americana, si en el 93 y en el 96 no le dieron el Oscar (siendo, en ambos casos quién más se lo merecía), ahora van y no lo nominan, y eso que su interpretación no tenía nada que envidiarle a la de los otros candidatos.
En fin, con premios o sin ellos, El jardinero fiel es más que una película, es una denuncia a las injusticias que las empresas occidentales (en este caso las farmacéuticas) cometen en territorio africano.
18 de noviembre de 2006
18 de noviembre de 2006
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que el trasfondo de la película sea socialmente correcto no da derecho a endosar esta panfletada. Una película más que denuncia el corporativismo, el abuso al tercer mundo blablabla y todo de la forma más llana y dicotómica que uno pueda imaginarse, los buenos muy buenos, los malos muy malos y los secuaces muy pringaos, todos en su sitio para que el mensaje unidimensional se nos grabe a todos... y ya está. Un pasiaje colorido en africa, uno triste en europa, niños riendo en africa, un regordete friki sin madre en europa,... por si a alguien no le habia quedado claro donde viven los malos.
La película como tal no es mala, que tampoco buena, pero la falta de intriga casi se podría compensar con algunas escenas interesantes (de forma aislada) en las que parece que vas a conseguir entrar en la historia, aunque al final eso no llega a suceder por mucho que te esfuerces en olvidar el ridículo maniqueísmo de la cinta.
La película como tal no es mala, que tampoco buena, pero la falta de intriga casi se podría compensar con algunas escenas interesantes (de forma aislada) en las que parece que vas a conseguir entrar en la historia, aunque al final eso no llega a suceder por mucho que te esfuerces en olvidar el ridículo maniqueísmo de la cinta.
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