Titta aparenta ser un tipo solitario, triste, indiferente a la vida, sin metas, ilusiones ni esperazas; sin "a priori" demasiados alicientes para continuar viviendo su insulsa existencia, del que desconocemos en un inicio absolutamente todo, así que todo lo que sabemos de él es más intuido que conocido, más imaginado que mencionado y que poco a poco vamos descubriendo, más por lo que se sugiere que por lo que se llega a contar.
A partir de aquí lo mejor que se puede hacer por esta película, para el que todavía no la haya visto, es no decir absolutamente nada más de ella, pues el impacto que supone descubrirla por primera ocasión encarna uno de esos pequeños placeres que nos aporta a la vida esto del cine; y adelantar cualquier escena de las que sucesivamente van aconteciendo podría reducir el deleite de saborear todas y cada una de las magníficas sorpresas que aguardan en los fotogramas de esta maravilla de película.
Sólo queda recomendar el visionado de la misma sin ideas fijas ni preconcebidas y que el que todavía no la haya visto se deje llevar por la vertiginosa parsimonia de sus excelentes primeros minutos, por el hipnotismo de su embriagadora banda sonora, así como su imprevisible, extraño y reflexivo final.

Aunque el actor principal hace un gran papel, personalmente, esta peli me ha parecido lenta y aburrida. Tiene algunos diálogos que te hacen reflexionar un poco, pero nada más. Me ha dejado a medias tanto la hitoria principal (que poco a poco trata de explicar la misteriosa vida que lleva Titta Di Girolamo) como el extraño romance (¿?) con la atractiva Olivia Magnani.

* Lo mejor: el ambiente frío y melancólico que transmite la película, la ironía del protagonista y algunas frases como "la suerte es para los pobres y los fracasados" o la de "sentarme aquí es lo más peligroso que he hecho", que por un momento parecía que iba a dar algo de vida a la historia, pero no fue así

* Lo peor: pues que la misteriosa vida de Titta no es tan misteriosa ni interesante como prometía y que la escena final, aunque curiosa, desde el primer momento sabes como acabará.

"Le Conseguenze dell'amore" es un artefacto de relojería en que cada información, cada dato, es suministrado en el momento preciso. Poseedora de una trama brillante, esta película del cada día más aclamado Paolo Sorrentino, atrapa al espectador desde el primer minuto de metraje. Los ingredientes son jugosos: un hotel perdido en las montañas suizas, un hombre solitario que vive allí desde hace ocho años sin que nadie allí sepa por qué, maletas negras, televisiones huecas, visitas intrigantes, familias rotas, amores imposibles... Todo deliciosamente ensamblado sin fisuras: ni una secuencia, ni un solo plano está de más ni montado a destiempo.

La película no presume solamente de un guión excepcional; la fotografía, la escenografía y la banda sonora se combinan a la perfección para crear el consistente mundo propio de este thriller con remotos toques de comedia romántica y no pocos momentos de humor.

Una gran película para ser disfruta y pensada.

Diez años antes de "La gran belleza" ya había rodado Sorrentino este precedente, con Toni Servillo en la piel de un personaje parecido. Si hubiera que hacer una lista de películas sobre la soledad, esta estaría sin duda, junto a "Monsieur Hire", de Leconte, o "No amarás", de Kieslowski. El protagonista es en este caso un extraño personaje que vive desde hace años en un hotel de lujo, sin que se le conozca profesión ni amistades. Su inexpresividad extrema supone una barrera para el expectador y un gran mérito para el actor. No sabemos nada de él ni de sus extraños desplazamientos hasta una escena del final, que impone un nuevo ritmo a la acción. Mientras, se suceden los movimientos de cámara atrevidos, la música cambiante, los ruidos expresivos, todo dentro de lujosos interiores resaltados por una fotografía preciosista. Durante gran parte de la película, el expectador no entiende ni torta, pero es igual, las imágenes tienen la suficiente fuerza para perseverar hasta ver qué nos ofrece el final.

Hay en esta película un desnivel entre el fondo que quiere ser como existencialista y la escasa chicha del personaje principal.
Planos muy buenos, fotografía espléndida, clima de misterio en la primera media hora para después resolverse en una historia de mafia. Con un poquito de amor, muy mal explicado, por medio.
Sorrentino, aqui como en otras posteriores, es pretencioso. Bebe de grandes anteriores a él, como Antonioni, modernizando un poco la cosa. Pero se ve que su cine es muy artificial. Falta vida, empuje.
Esos silencios casi continuos del personaje llegan a cansar.