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Operación Red Sparrow

Thriller Dominika Egorova (Jennifer Lawrence) es reclutada contra su voluntad para ser un “gorrión”, una seductora adiestrada del servicio de seguridad ruso. Dominika aprende a utilizar su cuerpo como arma, pero lucha por conservar su sentido de la identidad durante el deshumanizador proceso de entrenamiento. Hallando su fuerza en un sistema injusto, se revela como uno de los activos más sólidos del programa. (FILMAFFINITY)
Críticas 155
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4 de agosto de 2018 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película cuenta con geniales interpretaciones y creo que la trama está bien pero tal vez esté demasiado estirada a lo largo del metraje. La película tiene una gran fotografía y unos ambientes muy bien recreados, además no teme a mostrar una gran dureza en el desarrollo de la historia lo cual es un punto a favor pues le aporta una gran autenticidad al conjunto.
Pero claro, de momento hemos hablado de que tiene indudables virtudes en:
-fotografía,
-interpretaciones del reparto,
-ambientes muy bien trabajados y recreados,
-transmite una sensación de autenticidad respecto a lo que ocurre.

Pero, no todo son rosas para el gorrión, pues tiene graves problemas de ritmo y narrativa. La película está bien que se tome su tiempo para desarrollar la trama y personajes, pero la trama es muy sencilla para lo enrevesada que se puede llegar a sentir su narrativa en algunas partes del metraje y también tiene un inconveniente mucho más relevante, y es que la película tiene una trama que está bien pero no me convence desarrollada en 140 minutazos de metrajes.
Yo suelo preferir que las películas sean largas para que no me dejen a medias, pero esta película con un poco más de ritmo habría podido ser contada de forma redonda en 80-100minutos sin comprometer la calidad de ninguno de los apartados positivos de la cinta. Los silencios en los diálogos en ocasiones se alargan, el volumen de los diálogos es muy bajo por lo que no se siente tanta intensidad como nos gustaría a los espectadores... y realmente es una trama de espionaje con varios bandos en el juego con potencial para haber sido presentada de forma mucho más efectiva e igual de elegante y cruda.
Con un poco más de dinamismo no habría tenido que luchar cuando durante el visionado casi se me cierran los ojos, pero debo reconocer que si he luchado para no dormirme durante el visionado es porque sí despertó cierto interés en mí, me intrigó ver la dirección que tomaba una trama que no se siente predecible, pero si se siente lineal y se desinfla al descubrirse el pastel final, hasta el punto de que tras cierta revelación de las consecuencias de una elección de la protagonista simplemente el metraje decide que no tiene más que hacer a menos que se anuncie una secuela y opta por terminarse dando paso a los créditos finales.

Me ha sorprendido que en una trama que se siente auténtica y creíble se haya sentido como si sobraran minutos de metraje, normalmente a las películas les suelen faltar minutos para un mejor desarrollo de su trama, en este caso con menos minutos tal vez el metraje se sentiría más contundente, sin quitar nada pero con más energía y dinamismo en las escenas, pues estos elementos habrían venido bien para dotar de la calidad que merece a esta propuesta.
6
3 de noviembre de 2018 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ballet y la danza son disciplinas artísticas muy duras, que precisan mucho sacrificio y esfuerzo, además de una férrea concentración para la expresión corporal teniendo que soportar una vida espartana en cuanto a caprichos y debilidades alimenticias, así como una estricta disciplina en los hábitos sociales. Es quizá por esa razón, por lo que nuestra protagonista logra tener ese espíritu de resistencia para sobreponerse a las dificultades y arbitrariedades que le depara su vida. Sin olvidar el atractivo erótico y poder irresistible de la seducción, el sexo mueve el mundo y condiciona al ser humano, sobre todo al varón, aunque no es menos cierto que aquí el sexo se muestra frío, repulsivo y doloroso que utiliza el físico como un arma poderosa.

Dominika Egorova (una fascinante Jennifer Lawrence en un arriesgado registro, lejos de papeles convencionales glamurosos) es una joven atractiva a la que una desgracia empuja contra su voluntad a adentrarse en el mundo tenebroso y cruel del espionaje. Víctima de la lucha fratricida de las superpotencias, se va cerciorando que no es más que un peón en el tablero de una partida estratégica para identificar a un topo. Se trata de un thriller de espionaje que recuerda los tiempos de la Guerra Fría, ahora que Trump y Putin se plantean volver a las andadas. La película es entretenida y resultona, no obstante, falla la sugerida historia de amor, tiene escenas gratuitas y artificiales pero no es desdeñable, con un buen ritmo narrativo y giros argumentales constantes que intentan despistas al espectador, intentando sorprenderle y salirse de los caminos trillados, ya que reúne todas las constantes del género pero teniendo como baza decisiva a una decidida mujer que se va volviendo fuerte y madura a través del relato.

El casting de secundarios está bien y la factura técnica es aceptable, su director creo que mejora con relación a sus anteriores trabajos. Las localizaciones son deslumbrantes y la puesta en escena creativa, sin duda mejor de lo que se puede ver en las pantallas actuales. Esa academia de adiestramiento deshumanizado con respecto a los sentimientos que recluta “gorriones” para servir a la madre Rusia. No voy a valorar si la película es maniquea en el sentido de buenos y malos, creo que la película no realiza ningún análisis político, sino que se centra como las novelas de John Le Carré en descubrir al topo y los métodos a emplear. Me ha sorprendido agradablemente sobre todo por la atracción de esa excelente actriz que no se limita a hacer papelitos fáciles.
4
25 de mayo de 2018
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gorrión rojo es una película que se vende como de espías e intriga y en realidad es una película muy burda, con mucho gore y poco interés. 
Empieza bien y parece que la trama promete. Toda la parte del ballet es el comienzo de una historia interesante, pero enseguida da visos de escenas sangrientas que si fueran la excepción al resto del metraje podrían ser relevantes, pero cuando solo es el principio de una sucesión de escenas innecesariamente explicitas con cierto regodeo por la sangre no añaden nada al conjunto. 
La parte que transcurre en “la escuela” podría ser perfectamente el argumento de una película erótica, con escenas forzadas y mal hiladas sin ninguna credibilidad.
El resto de la película es lo mismo, intriga mal resuelta, más escenas sanguinolentas y exhibición del cuerpo de Jennifer Lawrence venga a cuento o no. 
Por último se añade una historia romántica cogida con calzador, que no se creen ni los protagonistas, y también sirve de pretexto para que Joel Edgerton enseñe pectorales y no quede con que solo la protagonista se desnuda.
Con todos estos elementos la película se hace hasta aburrida. Francis Lawrence debería de ver más cine de Hitchcock. Solo hay que comparar la escena a tres de la tortura de Joel con la escena de la “Cortina Rasgada” cuando Paul Newman y la señora tratan de matar al espía que les descubre en aquella casa apartada, eso es una escena de lucha y tensión, y no la del gorrión. 
No entiendo como Jennifer Lawrence ha hecho esta película, la tengo por una actriz que sabe escoger sus papeles, que sabe mezclar lo comercial con un cine más serio. Si se dio a conocer con la saga del Sinsajo o los Xmen, luego consiguió un Oscar con la divertida y entrañable "el lado bueno de las cosas" y estaba realmente bien en Joy. Es verdad que es una actriz triste, siempre parece enfadada o nostálgica, pero tiene algo en la cara que transmite, pero aquí no.
4
20 de diciembre de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La previsibilidad tiene muchas caras. Si estamos ante una historia de superación, el niño manco que se apunta al equipo de béisbol del cole tiene todas las papeletas para ganar el campeonato con un home-run en la última jugada del último partido. En las películas alemanas de las tardes de los domingos en cadenas públicas, el joven padre viudo recién llegado a un tranquilo pueblo para empezar una nueva vida suele terminar haciendo buenas migas con una emprendedora local excesivamente volcada en su trabajo que había cerrado puertas al amor. Luego también los propios protagonistas dan pistas. Hay spoilers andantes como Sean Beal que mueren en más del 66% de sus películas y actores cuya muerte se antoja imposible porque sería mal aceptada por un público que suele querer ver finales felices. Salvo producciones valientes, niños y adolescentes en papeles protagonistas parecen también inmunes a la Parca….

Pues es exactamente esa previsibilidad es la que mata las posibilidades de “Gorrión Rojo” de trascender lo que viene siendo una simple película de entretenimiento bien hecha y subir a la categoría de películas reseñables. Hay que reconocer el gran trabajo en la dirección de un Francis Lawrence que genera una atmósfera de guerra fría como pocas veces se ha visto en la pantalla y saca todo el partido posible a los abundantes recursos técnicos y humanos que tiene a su disposición para mantener la tensión prácticamente todo el metraje. Pocos peros se pueden poner al trabajo de director, intérpretes y técnicos que entregan una película que capta el interés del espectador en sus etapas iniciales por lo que cuenta y lo mantiene gran parte de la película por cómo lo cuenta. Nos podríamos quedar con lo evidente, con el morbo de las escenas cargadas de erotismo de Jennifer Lawrence o con alguna pelea particularmente sangrienta, pero más allá de eso hay un uso de la luz, del sonido y de la fotografía que seducen y, hasta cierto punto, anestesian los sentidos hasta casi hacer obviar que cada personaje lleva escrito en la frente su destino - quién va a morir, quién va a tener una muerte dolorosa, quién es imposible que muera- por esa previsibilidad de la que hablábamos antes a la que “Gorrión Rojo” no es, desgraciadamente, ajena.

“Gorrion Rojo” tiene un guion bien hecho que plantea una historia atractiva desde un punto de vista poco habitual, el bando soviético, lo que hace pensar que no va a ser la típica película de espías rusos malos y espías americanos buenos. De hecho, tenía todo lo necesario para no serlo… o para serlo de una manera moderada y racional, pero decide conscientemente ir por los previsibles caminos de toda la vida, pero metiéndose previamente en una serie de jardines de los que sólo puede salir con giros cada vez más rocambolescos y artificiales que sí, que están muy bien contados, pero no convencen a quien espere un poco de coherencia argumental más allá de trucos visuales. Se podría decir que ofrece realismo en la forma, pero no en el fondo.

Película interesante y agradable de ver, pero su arranque promete un cine de espías realista, a lo John Le Carré, que se diluye para terminar yendo en la línea de Ian Flemming, lo que personalmente la hace decepcionante. Quizá con otra mentalidad o expectativas se puede disfrutar y valorar de otra forma, no digo que no.
6
8 de marzo de 2018
17 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía ganas de ir a ver ésta película: Guerra Fría, espías, femme fatales y Jennifer Lawrence, que tras ver "Madre!" (2017, Darren Aronofsky) adelantaba una obra de impacto.

Y si bien, su primer tercio aprueba con nota, el resto de la película es infumable. No existe ni ritmo ni contenido ni nada que se le aprecie. El Gorrión no es más que una alfombra roja sobre la que su protagonista desfila distintos modelos y expone poses más propias de un photocall que de una película de espías.

Luego tenemos el sempiterno tema del feminismo a tope: por narices para vender un producto hoy, tiene que ser lo más feminista posible, rozando el ridículo absoluto y obviando que toda ésta nueva vorágine de "la nueva internacional feminista" arrasará con todo, no es más que otra vuelta de tuerca a un problema: el capitalismo siempre fue profundamente machista. Y sin embargo, en la película se nos plantea una especie de Unión Soviética alternativa, en la que los altos mandos se pasan por el forro a las féminas, cuando es sabido que lo poco positivo que tuvo la URSS fue la defensa brutal de la equidad entre hombres y mujeres.

La ambientación deja bastante que desear, las actuaciones son de piloto automático y el argumento es prácticamente inexistente.

En definitiva, "Gorrión Rojo" es un producto más de marketing prefabricado que se obsesiona en transmitir el mensaje de que, para ser mujer, no solo hay que serlo si no que además tienes que cortar unas cuantas pollas. A lo que, como otra insigne enemiga mortal del comunismo espetó: "Ser poderoso es como ser una dama. Si tienes que andar diciéndoselo a la gente, es que no lo eres."
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