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El seductor

Drama Año 1864. Durante la guerra civil norteamericana, la tranquilidad de una escuela femenina de Virginia donde sólo viven mujeres se ve alterada con la llegada de un apuesto soldado yanqui herido... Remake de "El seductor", dirigida por Don Siegel y protagonizada por Clint Eastwood. (FILMAFFINITY)
Críticas 97
Críticas ordenadas por utilidad
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4
28 de octubre de 2017
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una pena que el talento no se herede con la misma facilidad que el apellido. Y lo digo porque todavía no he encontrado en Sofía Coppola una razón objetiva para compararla con su padre. Como diría aquel: “No digo que lo mejores... Iguálamelo”. Quizás algunos piensen que el estilo minimalista y naif de Lost in Translation (2003) era el paradigma de una forma muy personal de hacer cine, pero yo soy de los que estaban seguros de que esa cinta insípida y aburrida era solo el principio de una carrera mediocre y pretenciosa, saturada de planos inútiles y basada en una estética que enseguida quiso hacer suya en detrimento de todo lo demás, especialmente del ritmo narrativo. El film se convirtió en un escaparate de intenciones y, película tras película, la realizadora ha malogrado todos los guiones que le han llegado a las manos. Y, claro, lo ha vuelto a hacer con La Seducción. Cuando esta novela de Thomas Cullinan la descifró Donald Siegel en 1971 (El Seductor), los matices de producción, la fotografía, la tensión sexual, el morbo de los personajes, la banda sonora de Schifrin, y el propio Clint Eastwood al frente del reparto, bordaron un trabajo que ahora se antoja cursi y pedante en manos de la vástago del gran Francis Ford. Decepciona mucho que esta realizadora soslaye el carácter sensual y perverso de la historia, que destroce la naturaleza sexual de las situaciones, y que al final solo le dé importancia a una fotografía infrailuminada y con presuntos contrastes artísticos. Y es lamentable que eche a perder el caché de dos grandes actrices como la Kidman o la Dunst, que aquí parecen sendos monigotes al servicio de la vulgaridad cinematográfica.
9
19 de agosto de 2017
19 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La seducción" debería llamarse realmente "La cachondez", ya que este es el sentimiento que invade, de repente, una sureña escuela de señoritas en la que, durante plena Guerra de Secesión, se cuela un soldado enemigo moribundo. Los juegos de poder que se establecen entre estas mujeres solas y aisladas por la guerra se tornan en maravillosas intrigas de pasillo cuando, después de tanto tiempo, un varón aparece en sus vidas. Pero esto no es el drama romántico que uno espera... au contraire.
Estoy muy contento de haber aguantado sin ver ningún trailer de esta cinta. Para qué iba a verlo si para mí que una peli sea de La Coppola significa ir al cine a verla, trate de lo que trate.
En esta ocasión la directora se aleja de su vertiente más pop (The bling ring: Somewhere; María Antonieta, incluso) para volver al preciosismo más intimista, capaz de mezclar lo onírico con lo sobrio en un solo plano (Lost in traslation; y, sobre todo, Las vírgenes suicidas).
Queda claro desde el primer plano que en esta película Sofia ha querido centrarse en los dos elementos más reconocibles de su filmografía: la fotografía y la dirección de actrices.
Para la fotografía (prueba de ello es su maravilloso póster) la directora se ha debido empapar de la mejor pintura del siglo XIX, ya que en sus planos no es difícil reconocer desde el academicismo norteamericano hasta el preimpresionismo francés, rozando incluso el prerrafaelismo y (en un plano en concreto de Dunst) el arte Pompier de Fragonard, como ya sucediese en María Antonieta.
Respecto a las actrices, La Coppola se ha rodeado de lo mejor de cada casa: destacan las niñas, que están magníficas. Pero son las tres mayores (tres generaciones, tres formas de entender el amor) las que se llevan los mejores planos.
- Kidman es una actriz maravillosa. Lo digo porque a veces se nos olvida. Lo prolífico de su filmografía (parece que ahora ha echado el freno, pero hace unos años salía en todo) hace que nos olvidemos de lo buena actriz que es. Y este año lo ha sido en el cine, con esta peli, y en la TV con la incomensurable "Big little lies".
- Kirsten Dunst está un pelín mayor para el papel que le ha tocado en esta cinta. Pero ser una de las divas de la directora le viene muy bien a su carrera.
- Ella Faning, en un papel glorioso (adolescente, seductora, algo maquiavélica) hace que nos olvidemos de que, antaño, fue "la hermana de" para ser hoy un peso pesado de la pantalla.
- Farrell no lo hace mal... pero tengo problemas para creérmelo en cualquier papel desde que lo vi, ejem, ya sabéis, en aquel vídeo.
En conclusión, "La seducción" es un peliculón que merece muchísimo la pena y que recomiendo encarecidamente.
Ahora mi ranking de pelis de Sofia Coppola queda así:
1º. María Antonieta.
2º Las vírgenes suicidas.
3º. La seducción.
4º. Lost in traslation.
5º. The bling ring.
6º. Somewhere.
2
2 de septiembre de 2017
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
He ido a ver la película de Sofia Coppola porque me gustó su cine en María Antonieta (2006) y Somewhere [2010]. No me he parado ni un segundo en compararla con la primera versión de la novela de ‘The Beguiled‘ [1966], del escritor Thomas P. Cullinan, [EEUU, 1919-1995] es decir, la ‘The Beguiled‘ [1971], de Don Siegel, [EEUU, 1912-1991], protagonizada por Clint Eastwood como y Geraldine Page, porque, al igual que me ocurre si intentara compararla con el texto literario, me descentraría de lo que verdaderamente me importa: valorar esta segunda versión por sí misma.

Por si alguien prefiere no seguir leyendo, comenzaré por el final: me ha parecido una descomunal tomadura de pelo, vendida gracias al señuelo de la primera versión, la firma Coppola y la fama de Nicole Kidman.

Es que no hay por dónde cogerla. La realización es anodina, sin ritmo, con una pésima dirección de actores, patéticamente teatralizada hasta el punto de que las poses se convierten en patéticos postureos de vergüenza ajena; horriblemente montada, con enlaces a base de catalejos [sic], como si se tratara de una serie b y por encargo [algo que confirma la propia Coppola –ver entrevista– reconociendo que ‘Me encanta hacer películas de bajo presupuesto‘, y en este film, eso queda claro].

El guión -otra vez un director haciendo de guionista…- no puede reflejar el interés de la novela subrayando precisamente lo contrario de lo que ésta pretende y convirtiendo, afortunadamente, un pretendido feminismo en un caricaturesco alegato contra el mismo, resaltando lo peor de un mujerío disputándose un apuesto soldado enemigo.

La fotografía es trágicamente lamentable, de una obscuridad absoluta; de un difuminado -como filtrado por una media, como hacían con la Montiel en su última época- que sólo se explica tratando de esconder el botox que ha desfigurado el rostro de la exbella Kidman; de una terrible incapacidad a la hora de hacer como que los interiores nocturnos están fotografiados a la lus de las velas… Añádanle que, por momentos, aparece la luz en un paisaje idílico, como si, de repente, se hubiera arreglado un diafragma averiado.

La ambientación se reduce a un palacete, a una sola zona de su jardín y a un vestuario espectacular de unos personajes que viven unas circunstancias que, en absoluto lo hace creíble.

La interpretación es coral e individualmente malísima. Entre los destacados por el bajo nivel, una Nicole Kidman que ha perdido gran parte de la gesticulación facial más elemental y un Colin Farrell que, siendo habitualmente malo, esta vez actúa como si estuviera de vacaciones en el Caribe. Frialdad y superficialidad a tope, es decir, lo contrario de lo que requiere una novela que plantea el morbo derivado de un coro femenino encelado por el aislamiento sexual, erótico, fruto de un sangriento enfrentamiento civil, que se encuentra con hombre receptivo y conquistador.

La banda sonora, plagada de malos silencios, es prácticamente inexistente sino fuera por la incorporación de algunas composiciones de la época, muy conocidas y que tienen que ver con la historia, es decir, con la Guerra de Secesión [1861-1865].

En fin, un largometraje, entre hilarante y patético, que deja al espectador perplejo. Saliendo de la sala, escuché a una pareja comentando que no tenía nivel ni para una televisiva sesión de tarde.

Estoy avisado: no volveré a ver una película de Sofía Coppola salvo que una crítica fundamentada me asegure que ha vuelto donde solía hasta 2010.

Ni se les ocurra: Nicole Kidman ya no está y Coppola ni siquiera lo puede disimular [2 sobre 10]

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2017/09/02/la-seduccion-eeuu-2017-de-sofia-coppola
1
8 de diciembre de 2017
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para ser fiel al titulo de mi post, esta película es como una mala reunión. Una cita que debería gastar 15 minutos de nuestro tiempo, nos gasta mas de 90. Sofia Coppola, sobrevalorada.
9
24 de agosto de 2017
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
"[...] Todas lo queréis. Pero él os va a devorar, porque vosotras sois granos de trigo. No granos de trigo, no. ¡Ranas sin lengua!"

Si las desdichadas hermanas de La casa de Bernarda Alba hubieran tenido en la inmortal obra de Lorca a su Pepe el Romano encerrado en casa con ellas, el resultado bien podría haber sido La seducción.
Y realmente, hay muchas similitudes entre una historia y otra. Ahí está el virginal mundo de mujeres que cosen, aprenden francés y tocan el piano, un mundo que representa el orden, la rigidez, la blancura (atención a los vestidos de todas las mujeres de la película), pero también la falta de libertad y la rigidez. Y ahí está la presencia masculina, encarnada en John McBurney, que representa la tentación, el sexo, la aventura, lo prohibido, y también la tempestad que viene a turbar la calma de este mundo de mujeres.
Sin duda, lo más interesante de la propuesta es esa dualidad, y la casi imposibilidad de forjar una opinión sobre si lo masculino es visto como algo agresivo, negativo y cohartador de la libertad femenina o si viene precisamente a liberar a las chicas de un corsé ya de por sí demasiado rígido. Imposible también decidir quién tiene razón en el conflicto. ¿Son realmente Martha, Edwina, Alicia y las otras chicas unas psicópatas que sólo necesitaban una excusa para pasar al Lado Oscuro? ¿Es realmente McBurney una víctima o un sinvergüenza, seductor y amoral perfectamente consciente de la manipulación psicológica y sexual que ejerce sobre mujeres que, por su educación y circunstancias, no pueden ser sus iguales en el "juego"? Todas estas preguntas plantea Sofia Coppola en este plato cinematográfico de exquisito gusto.
No hay una única respuesta a estas preguntas. La complejidad de los personajes y la situación, a pesar de su aparente simpleza, así lo requiere. Coppola sirve esto con una pátina visual de lo más lujosa (atención al vestuario, los decorados y sobre todo la fotografía, que ya desde el principio avisa de que algo no va bien en ese internado de señoritas) y filma la que probablemente es su mejor y más entretenida película desde Lost in translation. Que nadie se engañe: es una película de la hija de Francis Ford, con su clásico ritmo contemplativo, su estilo tan particular, pero también es una de las que más diálogo contiene, y su ajustadísimo metraje no permite el aburrimiento, a pesar de lo que están diciendo algunas opiniones. No sería desacertado decir que es la Coppola más digerible para los que no les gusta Coppola, pero con todo y con eso sigue siendo ella al 100% y no hay que buscarle tres pies al gato.
Lo que sí hay que hacer es rendirse a los pies de un Colin Farrell excepcional que, por suerte, ha sabido salir de aquella extraña espiral en la que entró cuando sólo interpretaba papeles de criminal macarra, para entrar en el momento más interesante de su carrera. Nicole Kidman no tiene que hacer mucho para estar memorable (ES Nicole Kidman, amigos... y siempre lo ha sido, por mucho que algunos sólo lo hayan recordado por verla en Big Little Lies), Elle Fanning sigue avanzando a pasos agigantados lo que ya avanzaba en Super 8 (sólo tiene 19 años... ojo al dato) y Kirsten Dunst hace seguramente la mejor interpretación de una carrera que había quedado algo descolgada cuando dejó de ser la Mary Jane del primer Spider-Man, a pesar de los papeles que le regalaron Lars Von Trier o la propia Coppola (o será que vinieron otras más jóvenes y monas para desplazarla, como ocurre por desgracia a la mayoría de actrices cuando pasan de los 30...).
En definitiva, una de las mejores películas de lo que va de año, llena de inteligencia, elegancia, erotismo y oscuridad.

Lo mejor: Prácticamente todo
Lo peor: No termina de alcanzar la cima de lo que puede hacer Coppola
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