Radford realiza una cinta excelente de suspense, en la que te preguntas todo el rato que ha podido pasar y que puede pasar a cada minuto. Moore vuelve a encarnar a una mujer que intenta hacerse un hueco en el mundo de los hombres como directora del mayor comercio de diamantes. Caine hace un plan para robar en un principio una pequeña cantidad de sus cámaras acorazadas, sin embargo las sorpresas del film están aseguradas. El director imprime un toque clásico a la película que la hace seria y atractiva, con una música e interpretaciones sobre todo de Caine magistrales. Posiblemente uno de los mejores papeles en la irregular carrera de Demi Moore.

Película entretenida e intrigante con cierto suspense, posee ese aroma elegante del estilo “british” del Londres de los sesenta. “Un plan brillante” se articula sobre dos personajes denostados e infravalorados por motivos distintos: él es un viejo y solitario empleado de la limpieza nocturna que lleva 15 años abrillantando los mármoles que visten los lujosos pasillos y estancias de tan lustrosa corporación, se trata de la todopoderosa London Diamond Corporation; ella es una ejecutiva madura, eficaz y laboriosa que es discriminada y herida en su ego, dentro de la jerarquía directiva machista y retrógrada de los máximos dirigentes. Ambos poseen motivos más que sobrados para realizar un diabólico plan perfectamente estudiado por el anciano que conoce sobradamente las costumbres y debilidades de los agentes de seguridad, para moverse con libertad sin despertar sospechas.

Con un excelente tono narrativo, el cineasta construye una sofisticada trama de lujo y traiciones personales, con la esperanza de reproducir emociones, sensaciones pretéritas, en un sentido homenaje al subgénero fílmico sobre “atracos perfectos”, como había sido: “El honrado gremio del robo” de Cliff Owen; “Rififi” de Jules Dassin; y “Objetivo: Banco de Inglaterra” (The League of Gentlemen) 1960, de Basil Dearden, a la cual Radford rinde homenaje con una escena dentro del cine donde se proyecta. Son títulos cuyos ecos resuenan en la emotiva película de Radford. Michael Caine realiza un excelente trabajo, el de un hombre carcomido por el rencor hacia los responsables de la muerte de su amada esposa. Demi Moore realiza un papel apreciable y digno de valorar, como una mujer atractiva y sin pareja que vive sólo para su trabajo, y guarda un agrio sentimiento de frustración profesional en una empresa que mueve el 60 % del mercado mundial de diamantes.

La música de Jazz nos ilustra ese sofisticado mundo de los grandes y mezquinos ejecutivos envueltos en su lujoso mundo de sospechas y venganzas. Incluso el ingenioso guión despierta cierta simpatía y complicidad con el espectador, con esos dos atípicos trabajadores marginados, el Sr. Hobbs (Caine) y la Srta. Laura Quinn (Moore). También rezuma un rudo alegato feminista contra el estilo social y laboral de aquella sociedad de cargos copados por hombres con independencia de sus aptitudes. Radford intenta conferir al relato ese aire nostálgico, acorde con la época, con los todavía precarios y vulnerables medidas de seguridad, en la que la tecnología no había alcanzado las cotas de sofisticación actuales. Bonita y estimulante película.

Es muy difícil destacar algo de “Un plan brillante”. La película no llega ni a ser correcta, es más bien pobre, y ni el gran Michael Caine consigue sacar de esta película algo digno de mención.

Son tantos los planes brillantes, perfectos y lúcidos los que se han llevado al cine que el que nos propone Michael Radford me parece un poco ridículo. “Un plan brillante” está cogido con pinzas y lo único brillante es el juego de palabras que ha hecho el traductor del título.

Intriga, la justa y narrada con tal desidia que incluso da pena. El drama lo pone un hombre triste y una mujer insatisfecha, y triste está Michael Caine e insatisfecho me ha dejado Demi Moore.

Michael Caine y Demi Moore son los referentes que podrían, a quien le importe, atraeros hacia este filme simplón. Aunque a mí Demi Moore me echa para atrás, tuvo la suerte de ser lo único que echaban en la televisión, además sin cortes publicitarios haciendo más breve la posible agonía.

Básicamente es todo aire, un tópico detrás de otro pero cuando estaba a punto de dejar la peli e irme a sobar, ocurrió algo impensable.

Aún no lo había dicho pero es una película sobre un robo de banco y en el momento del robo ocurrió algo que me ató al asiento.

Sentía que me estaban vacilando, que lo que me enseñaban no tenía sentido ni lógica. Me mantuve quieto analizando los hechos, los tópicos continuaban, rozando la vergüenza ajena, pero el director y el guionista sabían bien lo único que enganchaba de la película y lo exprimieron hasta el final. Luego, ya sabido, le metieron un final con calzador y a tomar por culo.

Por cierto, lo interesante al final una payasada. Que lástima que el pobre de Caine tenga que recurrir a películas así para mantenerse como actor, un poquito de dignidad por favor.

Michael Caine: Lo único salvable de la película.
Demi Moore: Insufrible.
El argumento: Simplón.
El desarrollo: Sin sentido.
La caracterización de la Moore: De 1º de maquillaje (y con varios suspensos)
El final: Véase el spoiler.

Siento que el comentario no se extienda más, pero la verdad es que la película tampoco lo merece.

Engancha al principio, flojea casi enseguida y va cayendo en picado hasta el final.

Todo un despropósito.