El cuento de las comadrejas
2019 

6.8
5,168
Comedia. Intriga. Drama
Remake de la película 'Los muchachos de antes no usaban arsénico', cuenta la historia de una bella estrella de la época dorada del cine, un actor en el ocaso de su vida, un escritor cinematográfico frustrado y un viejo director hacen lo imposible por conservar el mundo que han creado en una vieja mansión ante la llegada de dos jóvenes que presentan una amenaza que lo puede poner todo en peligro. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2019
15 de julio de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta obra es un ‘remake’ de la película argentina dirigida en 1976 por José A. Martínez Suárez, 'Los muchachos de antes no usaban arsénico', obra aquella muy bien considerada como comedia del cine negro argentino, cuyos guionistas fueron Augusto Giustozzi y José A. Martínez Suárez, ahora redivivos.
En esta entrega, de manera equivalente, una estrella decadente de la época dorada del cine, convive junto a su esposo, un actor de poco lustre y dos amigos de antaño, uno guionista y el otro el viejo director de las películas de la diva. Todos harán lo posible por conservar una vieja casa ante la amenaza de la especulación inmobiliaria.
El director Juan José Campanella es siempre garantía de algo bueno y esta cinta, si bien con un marcado tinte teatral, es una obra muy interesante, diez años después de su gran éxito: “El secreto de sus ojos”, 2009 (Oscar). El film es una comedia dramática ‘noir’ que aborda una gran cantidad de aspectos y cuestiones de la vida y lo hace con gran acierto, adobado con un humor sardónico ocurrente y fluido.
El guion es del propio Campanella junto a Darren Kloomok, basado en el film de Martínez Suárez, a la sazón maestro de Campanella. Es un libreto muy trabajado, con una narrativa excelente y unos diálogos inteligentes, punzantes y cínicos, con muchos filos atizando a diestro y siniestro. Este vapuleo del film se dirige, a más de otros, a la ambición sin escrúpulos, la especulación sin límite y a este capitalismo salvaje que mata y destruye el amor sin la mínima consideración o respeto, utilizando el abanico de artimañas reprobables en aras al lucro material.
Buena la música de Emilio Kauderer y fotografía muy expresiva y con la cámara siempre en su lugar de Félix Monti.
Uno de los valores de esta cinta es el reparto, que hace un sentido homenaje al cine argentino con figuras importantes de la pantalla y de la escena como la gran dama Graciela Borges, acompañada nada menos que de otros tres grandes como Oscar Martínez, Luis Brandoni y Marcos Mundstock, todos ellos sembrados, con trabajos actorales brillantes, intercambiando diálogos explosivos, irónicos, nostálgicos y maliciosos. Son personajes provectos que juntan entre ellos más de trescientos años de vida. Acompañando muy bien como porteños estafadores y despiadados, Clara Lago y Nicolás Francella, que actúan de manera excelente afilando las garras y dientes de sus personajes.
Mirando el film en tono alegórico, Campanela repite ese choque entre lo viejo y lo nuevo, entre una visión del mundo y de las cosas en declive ‘versus’ una deshumanización rampante y la pérdida de valores éticos y estéticos. La mpelícula, así, es fiel reflejo de las sórdidas e inmorales miserias humanas.
Pero esta comedia negra aborda con gran exactitud para mi manera de ver, el asunto actual del abuso al cual una parte de la sociedad más joven somete a los mayores. Así hacen actualmente los Bancos pre-adquiriendo las viviendas de los mayores para reforzar su exigua paga jubilatoria y quedarse al poco con ellas y obteniendo pingües beneficios; así hacen familiares que incapacitan psiquiátricamente al abuelo para tomar posesión de su dinero, de su vivienda, de su tierra de cultivo; así muchos hijos o cuidadores que someten a vejaciones a los mayores o les roban sus pertenencias. Pues bien, con gran sagacidad, esta obra es una apología de la resistencia ante la mentira y la farsa, de unos viejos que saben finalmente con sabiduría, experiencia y un elaborado engaño, enfrentarse a los embates de unos jóvenes aduladores y embaucadores. Buen mensaje. Los mayores deben asociarse y unir su fuerza y su talento para evitar que les roben y se aprovechen de ellos. Como reza el dicho: “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Aunque los viejos se las traen también.
En esta entrega, de manera equivalente, una estrella decadente de la época dorada del cine, convive junto a su esposo, un actor de poco lustre y dos amigos de antaño, uno guionista y el otro el viejo director de las películas de la diva. Todos harán lo posible por conservar una vieja casa ante la amenaza de la especulación inmobiliaria.
El director Juan José Campanella es siempre garantía de algo bueno y esta cinta, si bien con un marcado tinte teatral, es una obra muy interesante, diez años después de su gran éxito: “El secreto de sus ojos”, 2009 (Oscar). El film es una comedia dramática ‘noir’ que aborda una gran cantidad de aspectos y cuestiones de la vida y lo hace con gran acierto, adobado con un humor sardónico ocurrente y fluido.
El guion es del propio Campanella junto a Darren Kloomok, basado en el film de Martínez Suárez, a la sazón maestro de Campanella. Es un libreto muy trabajado, con una narrativa excelente y unos diálogos inteligentes, punzantes y cínicos, con muchos filos atizando a diestro y siniestro. Este vapuleo del film se dirige, a más de otros, a la ambición sin escrúpulos, la especulación sin límite y a este capitalismo salvaje que mata y destruye el amor sin la mínima consideración o respeto, utilizando el abanico de artimañas reprobables en aras al lucro material.
Buena la música de Emilio Kauderer y fotografía muy expresiva y con la cámara siempre en su lugar de Félix Monti.
Uno de los valores de esta cinta es el reparto, que hace un sentido homenaje al cine argentino con figuras importantes de la pantalla y de la escena como la gran dama Graciela Borges, acompañada nada menos que de otros tres grandes como Oscar Martínez, Luis Brandoni y Marcos Mundstock, todos ellos sembrados, con trabajos actorales brillantes, intercambiando diálogos explosivos, irónicos, nostálgicos y maliciosos. Son personajes provectos que juntan entre ellos más de trescientos años de vida. Acompañando muy bien como porteños estafadores y despiadados, Clara Lago y Nicolás Francella, que actúan de manera excelente afilando las garras y dientes de sus personajes.
Mirando el film en tono alegórico, Campanela repite ese choque entre lo viejo y lo nuevo, entre una visión del mundo y de las cosas en declive ‘versus’ una deshumanización rampante y la pérdida de valores éticos y estéticos. La mpelícula, así, es fiel reflejo de las sórdidas e inmorales miserias humanas.
Pero esta comedia negra aborda con gran exactitud para mi manera de ver, el asunto actual del abuso al cual una parte de la sociedad más joven somete a los mayores. Así hacen actualmente los Bancos pre-adquiriendo las viviendas de los mayores para reforzar su exigua paga jubilatoria y quedarse al poco con ellas y obteniendo pingües beneficios; así hacen familiares que incapacitan psiquiátricamente al abuelo para tomar posesión de su dinero, de su vivienda, de su tierra de cultivo; así muchos hijos o cuidadores que someten a vejaciones a los mayores o les roban sus pertenencias. Pues bien, con gran sagacidad, esta obra es una apología de la resistencia ante la mentira y la farsa, de unos viejos que saben finalmente con sabiduría, experiencia y un elaborado engaño, enfrentarse a los embates de unos jóvenes aduladores y embaucadores. Buen mensaje. Los mayores deben asociarse y unir su fuerza y su talento para evitar que les roben y se aprovechen de ellos. Como reza el dicho: “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Aunque los viejos se las traen también.
14 de julio de 2019
14 de julio de 2019
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me lo pasé bien. O me la pasé bien, como dirían ellos. Lo primero es decir que a pesar de ser argentina y con muchos argentinos en el reparto se entiende perfectamente. Habrá quien no comprenda el porqué de este comentario pero para mi es de lo más importante. En la mayoría de pelis argentinas no entiendo a los personajes hasta que ha pasado media hora y me he inmerso en su acento. Aquí sin problema desde el minuto uno. Empezamos bien. Y seguimos mejor. Los personajes están muy bien diseñados y muy bien interpretados. Argumento sencillo, cuatro setentones( una famosísima actriz, un director de cine, un guionista y el marido de la primera, actor de segunda), viven retirados en un casoplón lejos del mundanal ruido. Y una pareja de jóvenes trepas aparece en sus vidas con intenciones aviesas. Hasta ahí. Resulta interesante por varias cosas. Los diálogos son ágiles, muy argentinos a veces con lo que resultan a la vez un poco recargados pero sin perder la rapidez. La casa es preciosa. Me la quedaría ya, a pesar de que también se ve recargada, se nota que corre el aire. La trama está bien, cada uno se puede ver venir o no lo que viene, pero te engancha. Y el final es distinto a todo. Así que vale la pena. Es larga pero no se hace pesada. Y Clara Lago por fin hace un papel decente, porque ya me la veía encasillada en cierto tipo de cosas. Yo volvería a verla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me encanta que triunfe el amor cuando es de verdad.Y me encanta el buen rollo de la gente mayor, prefiero verlos de punta en blanco pimplando orujo que en la cola de la seguridad social quejándose de lo injusto del sistema. Después de todo el cine es una fábrica de sueños.
3 de agosto de 2019
3 de agosto de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Campanella se lo toma con calma. Diez años han transcurrido entre la excelente El secreto de sus ojos y El cuento de las comadrejas. Entretanto, alguna serie, un largo de animación, supervisiones... Vuelve con un remake de una para mí desconocida película argentina que, por lo visto, gozó de gran predicamento, Los muchachos de antes no usaban arsénico. Cual Norma Desmond cualquiera, la gran estrella Mara Ordaz vive en una mansión barroca y cargada de recuerdos en la campiña argentina. Le acompañan su marido, también actor, el principal director y el principal guionista de sus grandes éxitos. todos de avanzada edad. Una pareja de depredadores treintañeros, ávidos de dinero y poder, quieren apoderarse de la casa por una cantidad irrisoria y expulsar a sus habitantes a un geriátrico. La juventud posee la fuerza, y la tercera edad la experiencia, y la maldad necesaria para defender su propiedad. Entre este toma y daca se gesta la función, conducida por la interpretación (convenientemente) exagerada de Graciela Borges en plan Gloria Swanson, y que nos irá desvelando poco a poco la historia de los seres que habitan en la casa encantada, los misterios de su pasado, los deseos de su presente. Con un amplio sentido del humor negro, Campanella teje una telaraña de amores, odios y complicidades, con abundantes referencias y homenajes tanto al cine argentino como a sus luminarias (Alfredo Alcón, Mario Soffici, Hugo del Carril), irregular en ocasiones, brillante en otros, sostenida por un trío actoral de enjundia. Sería injusto no destacar la formidable labor de Clara Lago, espléndida desde su primera aparición en pantalla. A ver si ahora que se ha sacado de encima (nunca mejor dicho) a ese comicastro barato enfila una carrera más exigente. En suma, un buen divertimento para este verano insufrible. No esperéis más de esta comedia que a algunos quizá podrá estomagar.
15 de septiembre de 2019
15 de septiembre de 2019
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando un gran director como Campanella nos ha llevado al cielo en películas como el Hijo de la novia o en menor medida en el El secreto de sus ojos, cuesta ver como en este Cuento de las comadrejas se pierde entre clichés, frases que intentan ser sutiles pero son antiguas, o intrigas poco intrigantes. Cuando la ves se viene a la cabeza la inquietante y maravillosa Huella de Joseph L. Mankiewicz para indicarnos como se puede construir una trama sutil pero inquietante, inteligente y mordaz. Nada de esto sucede aquí. El gran elenco de actores veteranos se contrapone al pobre de jóvenes con una Clara Lago que lo único que realiza con cierta solvencia es copiar el acento del país, pero claro yo soy español así que hasta en esto seguro que estaré equivocado.
Realizar una ensalada del Crepúsculo de los Dioses, Delitos y Faltas y la propia Huella no te asegura nada si no se impone una impronta propia, porque en mi opinión, esta película tiene cinematografía pero está vacía de cine.
Realizar una ensalada del Crepúsculo de los Dioses, Delitos y Faltas y la propia Huella no te asegura nada si no se impone una impronta propia, porque en mi opinión, esta película tiene cinematografía pero está vacía de cine.
23 de mayo de 2019
23 de mayo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Campanella mueve los hilos de esta peculiar historia con mucha cautela, a base de sátiras e ironías sobre el mundo laboral del cine. Una película que tiene grandes actores y actrices, y que toma la teatralización como eje por sobretodo.Una comedia dramática que sorprende, y que abunda de giros inesperados. La fotografía es bastante buena y la dramatización aún mejor. Muy buen trabajo de Clara Lago, que roba mucho tiempo en pantalla con su personaje.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here