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La Oficina (Serie de TV)

Serie de TV. Comedia Serie de TV (2005-2013). 9 temporadas. 188 episodios. Corrosivo retrato de los miembros de una empresa. Versión americana de una popular serie británica de la BBC del mismo título. (FILMAFFINITY)
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Críticas 94
Críticas ordenadas por utilidad
3 de marzo de 2010
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a contarles un secreto: hace como un año y medio, vi la mitad del capítulo piloto y apagué horrorizada, pensando que era una mierda de serie. Cuán equivocada estaba amigos, cuán. Pero así son los prejuicios y yo no me salvo.

Total, que hará unos meses mi novio y yo nos quedamos sin series que ver, de esas de 20 minutos que tantos nos gustan, y en un arranque de valentía, nos dispusimos a verla. Nos costó unos 3 capítulos que nos gustara. En el quinto ya la adorábamos. Al décimo ya estábamos abducidos por completo. Ya vamos por la cuarta temporada. Esta serie no es plana: está repleta de matices y te partes la caja porque está bien hecha. No es un humor facilón. Que salga humor facilón no implica que la serie sea de ese tipo de series de encefalograma plano (nada más lejos), y si alguien cree eso, es porque tiene prejuicios, como los tuve yo en su día.

Michael puede parecer zafio, burdo y estúpido a niveles alarmantes en un primer y segundo visionado, pero en realidad, aparte de ser todo eso, es muchas más cosas. Siempre me pregunto cómo un adulto con reacciones tan infantiles ha llegado a gerente. Pero es el jefe, y si bien a veces lo matarías por cansino o por decir las cosas cuando no hay que decirlas (incomodando hasta lo inimaginable a quien sea, por mucha presecia de ánimo que tenga su víctima), lo redime su indefensión emocional, su necesidad de sentir que sus empleados son sus amigos... su buena fe, en definitiva. Es un buen tipo.

Los demás me encantan casi todos. Mención de honor a Dwight Schrute, el empleado fiel, el lameculos ido de la olla, el flipado perrito faldero de Michael, el friki con toques psicópatas y a la vez el pobre inocente que cae una y otra vez en las bromas pesadas de Jim y Pam... en fin, bravo Dwight, porque a veces te odio a matar, pero sin ti a serie no sería lo mismo.

Luego están Jim y Pam, que son los que llevan el medio suspense a lo largo de las temporadas con su historia; del resto destaco a Ryan ("the temp"), a Kelly la chillona ("oh my God, yo're so cute!!"), a Stanley (siempre serio, siempre), Toby (el de RRHH), a Jan, la supervisora de Michael y, evidentemente, a Angela, la gatita de hielo de la oficina que siempre me hace pensar en una elfa por su tamaño y su pelo.

Qué puedo decir... que si esa oficina existiera en verdad, estaría ya mismo enviando CV's. Seguro que Michael y yo haríamos buenas migas, porque ahora que ya sé cuál es su rollo, puedo manejarlo. Lamentablemente, esto es ficción y yo sigo sin trabajo en la vida real.

POR FAVOR, véanla si es posible en V.O.S.
BigCat
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2 de febrero de 2014
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me he puesto a ver la adaptación para Estados Unidos de esa exqusita serie británica que aparentemente es, The Office, ese irónico e incisivo retrato del mundo laboral moderno, creada y estelarizada en la isla por Ricky Gervais. ¿Por qué no acudí a la obra original? Por simple comodidad. Mi cuenta de Netflix me permite ver la versión estadounidense ideada por Greg Daniels. Aclaro, para los puristas, que la obra original está en mi lista de pendientes.

Por lo pronto, The Office U.S.A. es un producto que me ha satisfecho en dos vertientes: me ha entretenido de manera por demás suficiente, y ha provocado no pocas carcajadas, estándar medio de toda serie cómica. Pero además ha despertado en mí cierta curiosidad intelectual, derivada de la valía que posee la serie como documento sociológico, a la par quizá, de su valor como comedia.

Su calidad en la primera vertiente se desprende, casi siempre, de sus ingeniosos guiones, escritos por Greg Daniels y un equipo entre quienes sobresalen Paul Lieberstein y B.J. Novak, asiduos actores de la serie, además. El argumento central se basa en el día a día de una oficina regional de una empresa papelera en el noreste de Estados Unidos. Filmada en formato de falso documental, donde sus actores están todo el tiempo rompiendo la cuarta pared, un recurso casi necesario para que funcione, The Office cuenta con los roles típicos de las empresas. Está la guapa aunque discreta recepcionista, el equipo de ventas, el departamento de contabilidad, el de recursos humanos, uno que otro auxiliar y el jefe, que es el pretexto motivacional de toda la obra. Porque este "pseudo" líder es un personaje fascinante. Es excéntrico, ególatra, torpe y decidido. Y ya conocemos el dicho: no hay nada peor que un pendejo con iniciativa.

No obstante, Michael Scott, magistralmente encarnado por Steve Carrell, es un hombre con ciertos principios y sentimientos. Por momentos muestra hasta candidez, y algún destello de calidad humana. En sus desavenencias con los subalternos se basan los entresijos de los guiones. Y hete aquí que The Office demuestra su buena estrella, en el dibujo fantástico de cada uno de sus personajes. Llenos de clichés en unos casos aunque fuertemente estructurados en lo general, algunos de ellos componen fuertes subtramas: Jim y Pam y su exasperante batalla por terminar juntos, Dwight y toda su complejidad psicológica, Oscar y su homosexualidad, la fragilidad emocinal de Jan, la jefa de corporativo, Ryan y la frivolidad a la que lo arroja su ascenso meteórico y así un largo etcétera.

Con todo, la serie pierde frescura a partir de la temporada seis; el romance de Jim y Pam deja de tener atractivo como arco dramático y el protagonismo comienza a recaer más y más en Steve Carrell y Rainn Wilson. Es con base en ellos que la trama encuentra sus mejores vericuetos y giros de tuerca, y acusa un estancamiento tan evidente que los ejecutivos recurren al añadido de personajes y la atracción de estrellas como Kathy Bates. Finalmente, Carrell abandona la serie en 2011 y las dos últimas temproradas de The Office apenas navegan a la deriva con Ed Helms a la cabeza.

Es, sin embargo, en el subtexto, que The Office ofrece la posibilidad de llegar a conclusiones interesantes. Veamos: el chacoteo y las peripecias de los oficinistas son a todas luces una sátira, pero la sátira expone la ruindad del sistema económico-laboral y social de los Estados Unidos, y quizá del mundo anglosajón en general. No sé si sea el hecho de pertenecer a una sociedad de origen latino, pero en todos mis trabajos siempre hice amigos y la camaradería era excepcional, estrés y conflictos aparte. En todo momento podías sentirte querido, a veces hasta reconocido.En Dunder Mifflin, la papelera expuesta en la serie, no existen las amistades, más allá de la relación entre Jim y Pam, basada en la atracción sexual. No hay vínculos emocionales formales, acaso empatía emocional con el público, jamás entre empleados, quienes se limitan a sobrellevar sus ocho horas de trabajo diarias, lidiar con la figura odiosa de su jefe y, en el caso de Jim y Dwight, hacerse la vida imposible entre ellos. De vez en cuando hacen "barbecues", o asisten a actividades extra-laborales, pero jamás hay el bullicio y la autenticidad de una reunión casual entre co-empleados de un país como México. Esto, más que una irreverencia, es el fiel reflejo de un conjunto de relaciones sociales a todas luces anómalas, reales, por desgracia, que configuran la experiencia vital de miles de trabajadores en la Unión Americana.

Otro botón de muestra: los trabajadores del almacén, por cierto también desplazados narrativamente a un papel meramente decorador, son casi siempre afroamericanos o asiáticos, o miembros de alguna minoría. Entre ellos se puede advertir un ambiente más relajado que el de sus compañeros de oficina, quizá pueda decirse que ellos sí construyen relaciones afectivas más firmes. Su líder, Darryll, es ascendido en la sexta temporada. A raíz de su promoción, el almacén es prácticamente borrado de la escena, pues Darryll es enviado a un cubículo, piso arriba. El subtexto nuevamente es demoledor: una vez que Darryll ya forma parte del mundo de traje y corbata, pierde toda conexión con sus otrora subordinados, a quienes aparentemente ya no recurre. Si Daniels y el equipo de guionistas son conscientes de estas vicisitudes y las han incluido en la trama con toda la intención de exhibir a los Estados Unidos, no lo sabemos, pero prefiero pensar que sí, pues en caso contrario, estaríamos ante una casualidad innegable aunque también lamentable.
Sergio Espinoza
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8 de enero de 2012
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando me iba a poner a escribir la critica de esta serie me asalto la gran duda de por donde empezar. Son muchos años ya, muchas temporadas, muchos capítulos. Y siempre que pienso que la serie ya no puede dar mas de si, veo el capitulo semanal y me doy cuenta de que estoy equivocado. Evidentemente no tiene la frescura de su segunda o tercera temporada. Pero me parece increíble que después de 7 años aquellos personajes que te hacían reír lo sigan haciendo.

Vamos a retroceder al pasado y nos vamos a ir hasta el 2001 el año en que a Ricky Gervais se le ocurrió la idea junto a su colega Stephen merchant de crear de The office. Por aquel entonces Ricky nos regalo una serie brillante con un humor inteligente y en ocasiones muy gamberro. Después de dos temporadas un especial y multitud de premios the office echo el cierre.
Cuatro años mas tarde Greg Daniels traería el remake a la televisión americana de la serie de Ricky Gervais.

Aquella primera temporada de seis capítulos fue un tanto decepcionante. Su guion era pobre, los personajes estaban poco definidos y tenia mas bien poco de la esencia de lo que fue la serie de Gervais. Pero lo bueno estaría por llegar...
En la segunda temporada se desentienden casi por completo de la versión británica. Algo que le sentó muy bien a la serie. En esta temporada desarrollan los personajes secundarios de una forma perfecta. Capitulo tras capitulo la serie va perfilando su propia personalidad. Se sucedían las temporadas y la serie ofrecía lo que tuvo que ser en un principio. Humor inteligente, en ocasiones absurdo y en ocasiones muy fino. Entonces llego el punto en el que una mirada de un personaje te hacia esbozar una sonrisa en la cara. Es en ese momento en el que sabes que no es la típica serie de humor.

Pero todo lo bueno llega a su fin. Después de siete temporadas Steve carell abandonaba la serie y con el su personaje, el gran Michael Scott, uno de los pilares de la serie. En cierto modo nos dejo huérfanos. Ya no escucharíamos mas las locuras de ese hombre de cuarenta y pico años que se comportaba como un crió de 10. Michael se marcho, pero no sin antes hacer uno de los episodios mas emotivos de la serie, el de su adiós.

No quiero alargar la critica mas. Ya que soltaría algún que otro Spoiler. Y es mejor ir descubriendo esta serie poco a poco. Como recomendación personal, si estáis interesados en empezar a verla desde el principio, 2 cosas: Si tenéis mucho interés empezad a verla desde la primera temporada. Pero tomárosla como una presentación a los personajes únicamente. Ya que la verdadera the office empieza en su segunda temporada. Y por ultimo veros esta serie en Versión original subtitulada. Ver esta serie con ese doblaje que le pusieron es un crimen. Mata la serie por completo. Lo único que me queda por decir es...

That's what she said.
Tryler
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28 de octubre de 2020
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Office narra, desde un punto de vista de falso documental, el día a día de una oficina de una empresa papelera de Estados Unidos. Encontraremos a los personajes típicos de toda empresa: el pelota, el guaperas, el que pasa de todo, el becario etc Pero sobretodo encontraremos al mejor jefe de la historia de la televisión : Michael Scott (Steve Carel), el jefe que todos quisiéramos tener: comprensivo, con pocas ganas de trabajar, hilarante...

Estamos ante LA SITCOM. A lo largo de 9 temporadas va a dar tiempo para que todos sus secundarios (que son muchos para una sitcom) se desarrollen de una manera magistral, hasta tal punto que sea muy difícil imaginar la serie sin alguno de ellos: todos forman parte esencial de la serie, no son secundarios sin más, todos tienen sus tramas, sus momentos inolvidables y sobretodo: todos están escritos de una manera magistral. Pero es que no hablamos de secundarios de bajo perfil como actores, hablamos de actores y actrices que hoy en día son pesos pesados, algunos con sus propios shows como John Krasinski o Mindy Kaling. En definitiva, la magia de esta serie, es que por mucho que su protagonista, Steve Carel como Michael Scott, sea el que casi siempre lleva el peso del show, es inimaginable la serie sin sus coprotagonistas.

Una de las cosas por la que la serie es lo que es, es el rodarla como falso documental. Las entrevistas en off a los personajes son la guinda a gags o historias, y es que podremos saber de primera mano que piensan realmente las personas, lo que no dicen delante de la gente. Una auténtica genialidad que también aprovecharon otras series como Modern Famlily, pero que en The Office tiene una trascendencia descomunal.


Es increible que cuando se hable de sitcoms siempre se hable de Friends, Dos hombres y Medio, Como conoci a Vuestra madre, Modern Family... pero nunca se suela mencionar a The Office. Al menos en España. Y es una pena porque The Office lo tiene todo y mejor que las otras: tiene una historia de amor perfecta y real, con sus altos y sus bajos, sus cénits románticos; tiene carcajadas, muchas, tiene momentos de lagrimilla... en definitiva, perfecta.

Sólo pido una cosa a quién quiera verla y es que aguante los 6 primeros episodios de la primera temporada. Se notaba que los guionistas no sabían como enfrentarse ante un personaje como Michael Scott, y es precisamente en esos episodios cuando aparece un Michael más exagerado y poco creible, es justo lo contrario que, por ejemplo, lo que pasa con otros personajes de otras series, que tras varias temporadas sus gags se exageran y se hacen poco creibles (como Barnie en Como Conoci a Vuestra Madre o Sheldon en Big Bang Theory), aquí Michael se hace más comedido y realmente más divertido a medida que la serie avanza. Lo mismo ocurre con el resto de personajes. Por eso digo, aguantad esos 6 episodios, de verdad que merece mucho la pena.

En definitiva, nos encontramos antes la mejor sitcom de la historia, que ha sido últimamente la más vista en Netflix USA, gozando de una segunda y merecida juventud. Una auténtica obra maestra. Ah! y sin risas enlatadas. No le hace falta.
Raulrmem
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28 de marzo de 2021
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me encanta, es INCREÍBLE!

Cuando empecé a verla, no entendía muy bien del humor que trataba y cuando hablaban solos hacia la cámara, me parecía hasta aburrido. Hasta que empecé a ver que la gracia de la serie era esa, un documental sobre la empresa.

He de decir que el elenco de personajes ha sido un acierto de 10. Todos pegan a la perfección, su personalidad, las relaciones que tienen entre ambos... Está todo muy conseguido.

Eso sí, os recomiendo que bajo ningún concepto la veáis en español. Es horrible (y se queda corto) el doblaje que tiene. Me vi los dos primeros episodios así y no sé cómo aguanté tanto. Además, las bromas y chistes están mucho mejor contados en inglés, puesto que la traducción en español no siempre es muy acertada.

Por lo tanto, mirad la serie en idioma original, por favor!

Y de verdad, aunque al principio os cueste seguirla, no la dejéis. Una vez que le pilléis el tranquillo, no vais a querer dejar de verla.

10/10
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lucía L
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