El hombre de al lado
2009 

6.8
7,256
Comedia. Drama
La película narra un conflicto entre vecinos que parece no tener fin. Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo (Rafael Spregelburd), fino y prestigioso diseñador que vive en una casa realizada por Le Corbusier. Del otro lado Víctor (Daniel Aráoz), vendedor de coches usados, vulgar, rústico y avasallador. Víctor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí ... [+]
16 de septiembre de 2010
16 de septiembre de 2010
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre de al lado me parece una película bastante buena. De hecho, me sorprendió gratamente, pero creo que su principal problema es un desequilibrio que se da entre la sutileza y lo sintético de algunas escenas y procedimientos, y lo brusco de otras/os. Mientras que algunas tomas resumen mucho de lo que la historia intenta plantear con una finura importante [como la escena de apertura, ponele, o la de la fiesta o varios diálogos como la frase de "lo que necesito es un poquito de luz que a vos te sobra y no la usás"], otras terminan siendo completamente innecesarias o de una estreotipación completamente pasada de rosca. Algunos diálogos y personajes terminaron siendo estereotipos demasiado pronunciados que terminaban restándole profundidad a la película y a lo que la misma planteaba, y por ahi uno podría decir que esa sobreestreotipación cae justamente en lo que la película, creo yo, intenta criticar o plantear.
Después de la película me vino a la cabeza Burn After Reading de los Coen. Hay pasajes de ese humor, pero a la vez hay momentos mucho menos logrados, recursos demasiado bruscos que descoordinan con el resto de lo que vi en la pantalla. La exageración de los estereotipos tal vez me parezca menos feliz que otros casos parecidos, por ejemplo, la del personaje de Brad Pitt en la peli de los Coen, por una cuestión de cercanía a los mismos, o sea por nacionalidad, pero no creo que sea sólo eso lo que me hace ver las cosas de ésta manera. Es que otra cosa es que si se exagera demasiado un esterotipo se lo deja demasiado por fuera de la realidad como para que tenga un efecto en el espectador, que tiene la salida de la exageración para desarticular lo que supuestamente plantea la pelicula, claro que esto intenta resolverse en el final, por contraste, pero no se si se logra en la mayor parte de los casos.
Más allá de esto me parece que es una película muy buena, y salvo algunas objeciones personales, como algunos pasajes musicales o algunas irrupciones de humor innecesario, que restaban tensión a la película y no sumaban prácticamente nada, es más que interesante a lo que se llegó.
Le pondría 6,5 pero como no hay le pongo 7.
Después de la película me vino a la cabeza Burn After Reading de los Coen. Hay pasajes de ese humor, pero a la vez hay momentos mucho menos logrados, recursos demasiado bruscos que descoordinan con el resto de lo que vi en la pantalla. La exageración de los estereotipos tal vez me parezca menos feliz que otros casos parecidos, por ejemplo, la del personaje de Brad Pitt en la peli de los Coen, por una cuestión de cercanía a los mismos, o sea por nacionalidad, pero no creo que sea sólo eso lo que me hace ver las cosas de ésta manera. Es que otra cosa es que si se exagera demasiado un esterotipo se lo deja demasiado por fuera de la realidad como para que tenga un efecto en el espectador, que tiene la salida de la exageración para desarticular lo que supuestamente plantea la pelicula, claro que esto intenta resolverse en el final, por contraste, pero no se si se logra en la mayor parte de los casos.
Más allá de esto me parece que es una película muy buena, y salvo algunas objeciones personales, como algunos pasajes musicales o algunas irrupciones de humor innecesario, que restaban tensión a la película y no sumaban prácticamente nada, es más que interesante a lo que se llegó.
Le pondría 6,5 pero como no hay le pongo 7.
18 de julio de 2011
18 de julio de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo reaccionarían si su vecino empezase a construir una ventana con vistas a su casa? Esta pregunta, esta excusa o idea, es el detonante de una de las películas más bizarras y estimulantes que ha dado el cine hispanoamericano. El hombre de al lado es sumamente compleja. Habla de la alienación familiar, y eso la emparenta con títulos como Canino o La mosquitera, en las que las relaciones entre padres e hijos, maridos y mujeres, presentan una fractura que titubea con el drama y la comedia. La película es también una cinta de terror, porque la irrupción de ese 'hombre de al lado' conseguirá alterar la existencia del protagonista, rozando la paranoia. También podemos analizar el film como una irónica descripción de las manías de un hombre engreído, tiquismiquis, que se cree el súmmum de la modernidad y la inteligencia; en este sentido, los realizadores entienden el personaje pero también establecen distancia con el mismo, como si uno al final no supiese quién es el malo de la historia (sería interesante, a modo de reverso, ver 'la otra película', la trama que está latente pero oculta en El hombre de al lado: la verdadera rutina de Víctor, ese vecino extravagante, amenazante, puede que mejor persona de lo que habíamos intuido). Y en el fondo, la cinta es un western: la lucha de dos vecinos, la contraposición de dos posturas, dos maneras de interpretar un mismo hecho (esa dichosa ventana) que muy inteligentemente se nos presenta en los títulos de crédito como un muro con su lado blanco y otro negro (el 'muro' como símbolo que sesga y separa, y que, al abrir una brecha, se convierte en un 'puente' donde salen a relucir las miserias de los implicados). Una grata sorpresa ché.
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities, http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities, http://cachecine.blogspot.com
27 de julio de 2011
27 de julio de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una ventana, dos viviendas y un patio entre medias. La película sin ser muy original en su idea, es sumamente inteligente en llevar la historia al terreno de lo inesperado. Como actuaria uno si se encontrara en una situción así..... La privacidad de mantener tu intimidad está por encima de todo. Tu vecino podría ser un psicópata?. Los actores mantienen un pulso vibrante y en el límite de no saber cómo o con que nos van a sorprender. En definitiva, una de las cintas más interesantes de lo que llevamos de año.
17 de mayo de 2012
17 de mayo de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué somos? ¿En qué nos hemos convertido? ¿Dónde queda el hombre que nacemos cuando nos volvemos una casa, un auto o una ventana?
La metáfora del mundo engloba cuestiones que por cotidianas han hecho carne en la carne misma, en lo contingente, en la cosa precaria. La cosa, no-pensable, no-sensible, que parece haber acaparado al cuidado del mundo y al elogio de los mundos personales. Insisto, ¿cómo, de repente, nos volvemos una ventana? ¿Cómo nos sumergimos en esa escala de valores que nos pone por debajo de todo mientras adulamos las vestiduras andrajosas que encarnan la frivolidad y acusan la falta de conciencia crítica que por ausente parece incuestionable?
Me aburre el mundo y tanto me divierte Víctor (Daniel Araos), un a-normal. Mi aplauso para él personaje, mi aplauso para los directores por la temática in-tratable e in-tratada en el cine en general y en el cine argentino en particular.
¿Qué es la libertad? Quizá sólo sea aquello que persiste en negarse a ser, quizá sea un intento por abandonar todo aquello que seguramente seríamos para convertirnos en aquello que mas hubiéramos sido, quizá sea Víctor (Daniel Araos).
La película es genial. No tiene desperdicio, vivimos, y cuanto "mejor" vivimos, vivimos peor.
Alguna vez cuando Alejandro Magno volvía de sus exitosas campañas de guerra, se encontró a Diógenes Laercio que yacía tirado, desnudo, sobre una piedra:
- Pídeme lo que quieras Diógenes, yo te lo daré. - Exclamó Alejandro.
A lo que Diógenes respondio:
- Entonces apártate, que me tapas el sol.
http://lafiligranadelpensar.blogspot.com.ar
La metáfora del mundo engloba cuestiones que por cotidianas han hecho carne en la carne misma, en lo contingente, en la cosa precaria. La cosa, no-pensable, no-sensible, que parece haber acaparado al cuidado del mundo y al elogio de los mundos personales. Insisto, ¿cómo, de repente, nos volvemos una ventana? ¿Cómo nos sumergimos en esa escala de valores que nos pone por debajo de todo mientras adulamos las vestiduras andrajosas que encarnan la frivolidad y acusan la falta de conciencia crítica que por ausente parece incuestionable?
Me aburre el mundo y tanto me divierte Víctor (Daniel Araos), un a-normal. Mi aplauso para él personaje, mi aplauso para los directores por la temática in-tratable e in-tratada en el cine en general y en el cine argentino en particular.
¿Qué es la libertad? Quizá sólo sea aquello que persiste en negarse a ser, quizá sea un intento por abandonar todo aquello que seguramente seríamos para convertirnos en aquello que mas hubiéramos sido, quizá sea Víctor (Daniel Araos).
La película es genial. No tiene desperdicio, vivimos, y cuanto "mejor" vivimos, vivimos peor.
Alguna vez cuando Alejandro Magno volvía de sus exitosas campañas de guerra, se encontró a Diógenes Laercio que yacía tirado, desnudo, sobre una piedra:
- Pídeme lo que quieras Diógenes, yo te lo daré. - Exclamó Alejandro.
A lo que Diógenes respondio:
- Entonces apártate, que me tapas el sol.
http://lafiligranadelpensar.blogspot.com.ar
23 de julio de 2011
23 de julio de 2011
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era un sábado por la tarde del mes de julio, primera sesión, habíamos poca gente en la sala, no sé si llegábamos a diez. En la primera parte del largometraje, no sé si debido al cansancio o a qué motivo, me aburrí bastante hasta el punto de que me entró hasta sueño. La segunda parte ya me resultó más amena, debido en parte a la actuación de Daniel Aráoz (Víctor).
La historia nos plantea el miedo al invasor, el miedo a perder nuestra intimidad tan recelosamente guardada. Y hasta qué punto somos capaces de llegar para seguir protegiéndola. Ante la amenaza de perderla, nos volvemos insociables e incluso un poco crueles con la gente que nos rodea. El film contiene uno de los finales más crudos sobre la naturaleza humana, que se han rodado en los últimos años.
La historia nos plantea el miedo al invasor, el miedo a perder nuestra intimidad tan recelosamente guardada. Y hasta qué punto somos capaces de llegar para seguir protegiéndola. Ante la amenaza de perderla, nos volvemos insociables e incluso un poco crueles con la gente que nos rodea. El film contiene uno de los finales más crudos sobre la naturaleza humana, que se han rodado en los últimos años.
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