Revenant: El renacido
2015 

7.2
73,952
Aventuras. Western
Año 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald (Tom Hardy). Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, ... [+]
10 de febrero de 2016
10 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
...el espectador que va al cine a divertirse.
El director sigue la línea de sus últimas 3 películas: NO quiere al público generalista que ve el cine como un entrenimiento.
Quiere atraer al que busca en el cine películas distintas y/o ¿arte?
Es para los Oscar por:
* La transformación física del actor
* Más de 2/3 de la película sin diálogos (hablan los gestos, los sonidos y las imágenes)
* Historia de un hombre que no se rinde
* Estupendas localizaciones y fotografía
No la veas si pretendes divertirte porque es un dramón, una sucesión de penurias y pensarás que le sobra 1 h de metraje.
Si no eres del público generalista, prueba a verla, aunque el NO pertenecer al público en general, no es seguridad de que te guste.
El director sigue la línea de sus últimas 3 películas: NO quiere al público generalista que ve el cine como un entrenimiento.
Quiere atraer al que busca en el cine películas distintas y/o ¿arte?
Es para los Oscar por:
* La transformación física del actor
* Más de 2/3 de la película sin diálogos (hablan los gestos, los sonidos y las imágenes)
* Historia de un hombre que no se rinde
* Estupendas localizaciones y fotografía
No la veas si pretendes divertirte porque es un dramón, una sucesión de penurias y pensarás que le sobra 1 h de metraje.
Si no eres del público generalista, prueba a verla, aunque el NO pertenecer al público en general, no es seguridad de que te guste.
11 de febrero de 2016
11 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película está llena de críticas en menos de una semana de su estreno, lo que significa que o bien el marketing ha colado mucho para atraernos al cine y presenciar lo último de DiCaprio, o realmente la calidad de la misma hace que todos los usuarios escribamos aquí nuestra percepción. Confío más en lo primero, en ver esa película que puede hacer que DiCaprio gane un Óscar, y para mí, no será la película por la que más lo merezca.
El Renacido es fotografía, actuación y dos o tres escenas muy impactantes. No es guión, porque se resume en dos líneas, sabía lo que iba a ver y eso he visto, sin sorpresas. Las escenas de acción son maravillosas, DiCaprio y Hardy se salen, la ambientación es increíble. Es una película para un 10, pero yo le he puesto un 7, ¿por qué? Por que hubo un momento en el que miras el reloj y ves que queda todavía una hora. Porque el silencio manda, porque la música es tensa pero sin ritmo y porque no prevees nada argumental que pueda sorprenderte. Si hubiera durado cuarenta minutos menos, o la dejan en las dos horas, hubiera estado muy bien. A veces no sé quién sufre más, si DiCaprio o yo como espectador.
El Renacido es fotografía, actuación y dos o tres escenas muy impactantes. No es guión, porque se resume en dos líneas, sabía lo que iba a ver y eso he visto, sin sorpresas. Las escenas de acción son maravillosas, DiCaprio y Hardy se salen, la ambientación es increíble. Es una película para un 10, pero yo le he puesto un 7, ¿por qué? Por que hubo un momento en el que miras el reloj y ves que queda todavía una hora. Porque el silencio manda, porque la música es tensa pero sin ritmo y porque no prevees nada argumental que pueda sorprenderte. Si hubiera durado cuarenta minutos menos, o la dejan en las dos horas, hubiera estado muy bien. A veces no sé quién sufre más, si DiCaprio o yo como espectador.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película tiene tres partes:
El inicio, hasta que es abandonado, es magistral. Grandes escenas de acción contra los indios, épica batalla contra el oso, y el dramatismo de perder al hijo. Sublime.
La segunda parte, desde que "renace" hasta que llega al poblado, es excesivamente pesada, roza lo fantasioso, como lo de caerse del precipicio con el caballo. La supervivencia es tan exagerada, tan silenciosa, la transición de imágenes es tan lenta, que ofrece el punto mediocre a la película para mi gusto.
La parte final es buena. Y dejémoslo ahí. Hemos llegado a ese punto, queremos ver la venganza, pero no es una batalla que guardaré en mis retinas.
El inicio, hasta que es abandonado, es magistral. Grandes escenas de acción contra los indios, épica batalla contra el oso, y el dramatismo de perder al hijo. Sublime.
La segunda parte, desde que "renace" hasta que llega al poblado, es excesivamente pesada, roza lo fantasioso, como lo de caerse del precipicio con el caballo. La supervivencia es tan exagerada, tan silenciosa, la transición de imágenes es tan lenta, que ofrece el punto mediocre a la película para mi gusto.
La parte final es buena. Y dejémoslo ahí. Hemos llegado a ese punto, queremos ver la venganza, pero no es una batalla que guardaré en mis retinas.
11 de febrero de 2016
11 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
'El Renacido' es, en el fondo, esto: la historia de Hugh Glass, trampero explorador que tras el ataque de una osa quedó abandonado a su suerte en los bosques de la America Colonial, pero sobrevivió para poder vengarse.
Algo muy sencillo de explicar, que Iñárritu transforma en algo poderoso, casi mastodóntico, para que estemos al lado de Glass durante toda su odisea, desde el principio hasta el final. Los bosques nevados están a nuestro alrededor, sentimos el frío, el agua recorriendo nuestras extremidades y el salvajismo que emerge en situaciones extremas.
Por eso, estaría mal decir que es una historia de venganza, aunque en el fondo podría acusar de ser solo eso: es una historia sobre nuestra capacidad de sacrificio, de seguir viviendo aún con todo en contra, cuándo el cuerpo hace mucho que eligió rendirse.
Un ataque de los Arikaras es la primera experiencia que rompe la belleza de esa tierra virgen que hasta el momento estábamos viviendo, y nos muestra que en esta tierra aislada no existe la piedad, la suerte o el descanso. Cada aliento de esfuerzo, cada golpe, los recibimos como si fueran en carne propia, porque Iñárritu no permite que abandonemos la escena, nos fuerza en plano secuencia a permanecer en peligro.
Es solo un momento para que aprendamos lo mismo que sabe Glass: la vida, aquí, no tiene valor, y a la vez es lo único que se puede conservar, si tienes una causa por lo que hacerlo, alguien por quien volver, porque amas y eso te hace humano. La muerte acecha insistentemente al hombre, y este solo tiene su vida para comerciar, o la arriesga o la pierde.
Es por eso por lo que en el ataque de la osa se aferra incansablemente a su vida: donde otros se rendirían al ver a una mole gigantesca arremeter contra él Glass aguanta a duras penas, con todo lo que puede, luchando contra lo imposible, porque tiene una vida por la que luchar. De nuevo, Iñárritu no nos deja cortar el sufrimiento del trampero.
De igual manera, tampoco nos deja en su enfrentamiento con Fitzgerald, ese hombre para quien la vida significa todo lo contrario, apenas un hecho y no un regalo. Podríamos cargar las culpas contra él, pero los enormes monólogos de una frialdad única por Tom Hardy solo dejan ver a un hombre destrozado moralmente, que sobrevive porque sabe que solo lo hará siendo bestia, porque la vida depende de algo tan banal como una ardilla encontrada cuando te mueres de hambre. Es el azar, no Dios, el que nos perdona de la muerte.
Tras su abandono, Hugh Glass llega a tener esos mismos sentimientos, pues se convierte en un animal medio hombre, vagando por la estepa americana, privado de la humanidad que es algo que le ha enseñado Fitzgerald. ¿Cómo tenerla? Él ha visto crueldades, ha visto a los hombres siendo verdaderos demonios, ha visto pilas de cadáveres... lo único que le quedaba para seguir creyendo en su vida se lo han arrebatado, y es por eso que expresa, con ojos vacíos, que la muerte no le asusta: un hombre que carece de motivo para vivir ya ha muerto.
Entre las rocas, las hojas y la nieve Glass deberá aprender de nuevo a sentir que lucha, a recuperar ese aprecio, amor si se quiere, por la vida.
Algo difícil en una tierra plagada de peligros, donde la vida es lo primero desechable, ante la promesa de un descanso eterno. Vemos situaciones en las que otro hombre hubiera dicho "hasta aquí"... pero Hugh no, él no, hay algo que le hace seguir luchando. Cuando finalmente emerge de una crisálida improvisada, habiendo sanado las heridas de su pasado, vemos por fin a una persona, que ha pasado por un verdadero renacimiento, no por haber salido de la tumba si no por haber aprendido que en su inicio tuvo humanidad.
De repente se aparece el verdadero fondo del relato: el renacimiento nunca fue de la misma persona. Un trampero murió en los bosques y de ellos volvió un padre perdonado, aunque aún con rabia en su corazón que le convertía en una bestia.
Alejandro González Iñárritu traiciona su historia en la obsesión desmedida por documentar, epatar y observar, aunque por suerte tiene esas primales emociones, más dos actores tremendos para guiarse. No es lo que expresan en sus dientes podridos o sus ropas harapientas, sino en sus ojos, inertes como los de un muerto.
Cuando finalmente se produce el enfrentamiento entre los dos hombres no están allí: solo son dos animales, cansados al límite de sus fuerzas, que luchan agarrándose a lo que ese mundo les ha enseñado a ser.
El hombre hace mucho que no estaba ahí.
Solo quedaron el frío, el odio y la brutalidad, expresiones de nuestro salvajismo más profundo.
Pero, y aquí reside la grandeza de la odisea de Hugh Glass, también quedó espacio para la redención, la última victoria de nuestra humanidad.
Solo ella será capaz de perdonarnos y salvarnos, de maldades propias y ajenas. El renacimiento es, solo así, completo.
Algo muy sencillo de explicar, que Iñárritu transforma en algo poderoso, casi mastodóntico, para que estemos al lado de Glass durante toda su odisea, desde el principio hasta el final. Los bosques nevados están a nuestro alrededor, sentimos el frío, el agua recorriendo nuestras extremidades y el salvajismo que emerge en situaciones extremas.
Por eso, estaría mal decir que es una historia de venganza, aunque en el fondo podría acusar de ser solo eso: es una historia sobre nuestra capacidad de sacrificio, de seguir viviendo aún con todo en contra, cuándo el cuerpo hace mucho que eligió rendirse.
Un ataque de los Arikaras es la primera experiencia que rompe la belleza de esa tierra virgen que hasta el momento estábamos viviendo, y nos muestra que en esta tierra aislada no existe la piedad, la suerte o el descanso. Cada aliento de esfuerzo, cada golpe, los recibimos como si fueran en carne propia, porque Iñárritu no permite que abandonemos la escena, nos fuerza en plano secuencia a permanecer en peligro.
Es solo un momento para que aprendamos lo mismo que sabe Glass: la vida, aquí, no tiene valor, y a la vez es lo único que se puede conservar, si tienes una causa por lo que hacerlo, alguien por quien volver, porque amas y eso te hace humano. La muerte acecha insistentemente al hombre, y este solo tiene su vida para comerciar, o la arriesga o la pierde.
Es por eso por lo que en el ataque de la osa se aferra incansablemente a su vida: donde otros se rendirían al ver a una mole gigantesca arremeter contra él Glass aguanta a duras penas, con todo lo que puede, luchando contra lo imposible, porque tiene una vida por la que luchar. De nuevo, Iñárritu no nos deja cortar el sufrimiento del trampero.
De igual manera, tampoco nos deja en su enfrentamiento con Fitzgerald, ese hombre para quien la vida significa todo lo contrario, apenas un hecho y no un regalo. Podríamos cargar las culpas contra él, pero los enormes monólogos de una frialdad única por Tom Hardy solo dejan ver a un hombre destrozado moralmente, que sobrevive porque sabe que solo lo hará siendo bestia, porque la vida depende de algo tan banal como una ardilla encontrada cuando te mueres de hambre. Es el azar, no Dios, el que nos perdona de la muerte.
Tras su abandono, Hugh Glass llega a tener esos mismos sentimientos, pues se convierte en un animal medio hombre, vagando por la estepa americana, privado de la humanidad que es algo que le ha enseñado Fitzgerald. ¿Cómo tenerla? Él ha visto crueldades, ha visto a los hombres siendo verdaderos demonios, ha visto pilas de cadáveres... lo único que le quedaba para seguir creyendo en su vida se lo han arrebatado, y es por eso que expresa, con ojos vacíos, que la muerte no le asusta: un hombre que carece de motivo para vivir ya ha muerto.
Entre las rocas, las hojas y la nieve Glass deberá aprender de nuevo a sentir que lucha, a recuperar ese aprecio, amor si se quiere, por la vida.
Algo difícil en una tierra plagada de peligros, donde la vida es lo primero desechable, ante la promesa de un descanso eterno. Vemos situaciones en las que otro hombre hubiera dicho "hasta aquí"... pero Hugh no, él no, hay algo que le hace seguir luchando. Cuando finalmente emerge de una crisálida improvisada, habiendo sanado las heridas de su pasado, vemos por fin a una persona, que ha pasado por un verdadero renacimiento, no por haber salido de la tumba si no por haber aprendido que en su inicio tuvo humanidad.
De repente se aparece el verdadero fondo del relato: el renacimiento nunca fue de la misma persona. Un trampero murió en los bosques y de ellos volvió un padre perdonado, aunque aún con rabia en su corazón que le convertía en una bestia.
Alejandro González Iñárritu traiciona su historia en la obsesión desmedida por documentar, epatar y observar, aunque por suerte tiene esas primales emociones, más dos actores tremendos para guiarse. No es lo que expresan en sus dientes podridos o sus ropas harapientas, sino en sus ojos, inertes como los de un muerto.
Cuando finalmente se produce el enfrentamiento entre los dos hombres no están allí: solo son dos animales, cansados al límite de sus fuerzas, que luchan agarrándose a lo que ese mundo les ha enseñado a ser.
El hombre hace mucho que no estaba ahí.
Solo quedaron el frío, el odio y la brutalidad, expresiones de nuestro salvajismo más profundo.
Pero, y aquí reside la grandeza de la odisea de Hugh Glass, también quedó espacio para la redención, la última victoria de nuestra humanidad.
Solo ella será capaz de perdonarnos y salvarnos, de maldades propias y ajenas. El renacimiento es, solo así, completo.
11 de febrero de 2016
11 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
O te agobia o te enamora. Así es 'El Renacido'. A mi, por supuesto, me ha enamorado.
Una vez más (después de Birdman) vuelve Iñárritu con su peculiar forma de hacer cine. Una cinta donde se narra la forma de cómo no morir de un genial Di Caprio mezclando grandísimos (de sensación) primeros planos con grandísimos (de amplitud) planos generales, junto con sus ya famosos planos secuencias que acentúan aún más la agonizante lucha de Hugh Glass. Parece que le cuesta hacer planos inferiores a 15/20 segundos y eso a mi personalmente me encanta.
Di Caprio. ¿Se escribió el guión para luego buscar un actor o se escribió el guión para lucimiento del actor? Yo tengo la sensación de que se buscó a Di Caprio porque era uno de los pocos actores actuales capaz de transmitir tantísimos sentimientos y encajar tan de dulce en este papel. Si me tenía enamorado, con esta película se ha creado un amor eterno imposible de romper. Este es su año, su Oscar está al caer, por fin.
Tom Hardy. Trabaja para que lo odies, y lo odias tanto porque trabaja como nadie. Porque es un genio. Ya sea de héroe, de malo, o de lo que lo pongas que sabes que tienes un seguro con él. de 10, como siempre.
Un día antes de verla en el cine estuve a punto de verla en Screener y, madremía, menos mal que no lo hice. el sonido, la fotografía y la estética de la película están tan bien cuidadas que es una película obligatoria para ver en cine.
Una vez más (después de Birdman) vuelve Iñárritu con su peculiar forma de hacer cine. Una cinta donde se narra la forma de cómo no morir de un genial Di Caprio mezclando grandísimos (de sensación) primeros planos con grandísimos (de amplitud) planos generales, junto con sus ya famosos planos secuencias que acentúan aún más la agonizante lucha de Hugh Glass. Parece que le cuesta hacer planos inferiores a 15/20 segundos y eso a mi personalmente me encanta.
Di Caprio. ¿Se escribió el guión para luego buscar un actor o se escribió el guión para lucimiento del actor? Yo tengo la sensación de que se buscó a Di Caprio porque era uno de los pocos actores actuales capaz de transmitir tantísimos sentimientos y encajar tan de dulce en este papel. Si me tenía enamorado, con esta película se ha creado un amor eterno imposible de romper. Este es su año, su Oscar está al caer, por fin.
Tom Hardy. Trabaja para que lo odies, y lo odias tanto porque trabaja como nadie. Porque es un genio. Ya sea de héroe, de malo, o de lo que lo pongas que sabes que tienes un seguro con él. de 10, como siempre.
Un día antes de verla en el cine estuve a punto de verla en Screener y, madremía, menos mal que no lo hice. el sonido, la fotografía y la estética de la película están tan bien cuidadas que es una película obligatoria para ver en cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por último destacar tres escenas:
1. El plano secuencia de la pelea inicial, que te vuelve tan loco que no puedes estar sentado en el cine, quieres coger una escopeta y ponerte tu también a disparar. Para este tipo de filmaciones, Iñárritu es perfecto, lo hace como ninguno.
2. La escena del oso. Digital, vale, claro. ¿Y qué? Cada zarpazo que el oso da a Di Caprio la sientes como si te lo estuviera dando a ti, llegando por momentos a ser agobiante.
3. El último plano, donde Di Caprio mira fijamente a la cámara en primer plano y a ti se te pasa por la cabeza decirle, 'tio, a mi déjame, que yo no te he hecho nada'. BESTIAL.
Gracias Iñárritu, gracias Leonardo. Os habéis salido!
1. El plano secuencia de la pelea inicial, que te vuelve tan loco que no puedes estar sentado en el cine, quieres coger una escopeta y ponerte tu también a disparar. Para este tipo de filmaciones, Iñárritu es perfecto, lo hace como ninguno.
2. La escena del oso. Digital, vale, claro. ¿Y qué? Cada zarpazo que el oso da a Di Caprio la sientes como si te lo estuviera dando a ti, llegando por momentos a ser agobiante.
3. El último plano, donde Di Caprio mira fijamente a la cámara en primer plano y a ti se te pasa por la cabeza decirle, 'tio, a mi déjame, que yo no te he hecho nada'. BESTIAL.
Gracias Iñárritu, gracias Leonardo. Os habéis salido!
11 de febrero de 2016
11 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película sólo tiene un fallo, pero es un fallo DESCOMUNAL.
El problema subyace cuando planteas esta historia como una odisea moderna, en la que el protagonista sufre el rugido del invierno y la embestida de la vida salvaje en la America de 1825 pero... NO IMPLICAS EMOCIONALMENTE AL ESPECTADOR CON EL PROTAGONISTA. ¿Como es que esto ocurre?
Iñárritu no permite a su protagonista recrearse en su sed de venganza a lo largo de 3/4 de la historia (como por ejemplo si que ocurre con Edmond Dantès en El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas), lo que impide conectar al espectador emocionalmente con el protagonista y por ende, el espectador se limita a ver esta odisea y no a sentirla o experimentarla. Me refiero a sentir frío por la humedad de un bosque, frío en invierno, terror de ser perseguido por indios, asco por destripar a un caballo para así dormir en su interior (Han Solo...), dolor por las heridas infligidas por un animal que me cuadruplica en tamaño y peso, y agotamiento.... MUCHO AGOTAMIENTO. El personaje que interpreta Dicaprio, Hugh Glass, es sometido a infinidad de penurias a lo largo de toda su travesía en la que insisto, no me hace participe emocionalmente de todo esto, puesto que sólo se limita a mostrarlas sin recrearse en lo único que lo mantiene con vida: SU SED DE VENGANZA. Es como si al programa "Pekin Express" le quitasen los momentos de discusiones y llantos entre los participantes (que es lo que engancha a la gente: el salseo). Si hicieran eso sería un programa corriente tipo "españoles por el mundo" , pero en este caso le añaden el factor "el último superviviente", convirtiendo la historia de El Renacido en: "Hugh Glass por la América salvaje en invierno".
Técnicamente el film es impecable, con una mención honorífica al acting de Dicaprio y Tom Hardy, con un gusto por la fotografía digno de un documental de la BBC, unas secuencias de acción realmente emocionantes e intensas (ojo a la del oso y al combate final) pero pienso que Iñárritu comete el mismo error que Peter Weir con su película "Camino a la libertad".
El renacido es un intento de Dersu Uzala sin alma cuyo propósito es deleitar visualmente al espectador, pero no conmoverlo.
El problema subyace cuando planteas esta historia como una odisea moderna, en la que el protagonista sufre el rugido del invierno y la embestida de la vida salvaje en la America de 1825 pero... NO IMPLICAS EMOCIONALMENTE AL ESPECTADOR CON EL PROTAGONISTA. ¿Como es que esto ocurre?
Iñárritu no permite a su protagonista recrearse en su sed de venganza a lo largo de 3/4 de la historia (como por ejemplo si que ocurre con Edmond Dantès en El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas), lo que impide conectar al espectador emocionalmente con el protagonista y por ende, el espectador se limita a ver esta odisea y no a sentirla o experimentarla. Me refiero a sentir frío por la humedad de un bosque, frío en invierno, terror de ser perseguido por indios, asco por destripar a un caballo para así dormir en su interior (Han Solo...), dolor por las heridas infligidas por un animal que me cuadruplica en tamaño y peso, y agotamiento.... MUCHO AGOTAMIENTO. El personaje que interpreta Dicaprio, Hugh Glass, es sometido a infinidad de penurias a lo largo de toda su travesía en la que insisto, no me hace participe emocionalmente de todo esto, puesto que sólo se limita a mostrarlas sin recrearse en lo único que lo mantiene con vida: SU SED DE VENGANZA. Es como si al programa "Pekin Express" le quitasen los momentos de discusiones y llantos entre los participantes (que es lo que engancha a la gente: el salseo). Si hicieran eso sería un programa corriente tipo "españoles por el mundo" , pero en este caso le añaden el factor "el último superviviente", convirtiendo la historia de El Renacido en: "Hugh Glass por la América salvaje en invierno".
Técnicamente el film es impecable, con una mención honorífica al acting de Dicaprio y Tom Hardy, con un gusto por la fotografía digno de un documental de la BBC, unas secuencias de acción realmente emocionantes e intensas (ojo a la del oso y al combate final) pero pienso que Iñárritu comete el mismo error que Peter Weir con su película "Camino a la libertad".
El renacido es un intento de Dersu Uzala sin alma cuyo propósito es deleitar visualmente al espectador, pero no conmoverlo.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here