Pues eso, película que ni frio ni calor, ni bien ni mal, ni mucho ni menos. Sobre un argumento bueno, la peli no acaba de arrancar y el final no vale mucho. Como siempre Viggo está que se sale, la violencia típica de Cronenberg está bien, sin embargo le falta algo,le falta otro final.

Vuelve el Cronenberg aparentemente clásico, de "Una historia peligrosa". En su mezcla de varios géneros (cine de mafia, de espías, cine negro..), exhibe un formato impecable, tenso, riguroso y desasosegante. No faltan los toques hipnóticos, en que el tiempo parece detenerse, que son propios de este autor.
La temática principal sigue siendo la de la identidad. En este caso, descrita en un sentido siempre dudoso y cambiante que sólo se deja atrapar en ñas marcas orgánicas y corporales.
Los actores, como todo en el film, notable alto.
La forma se vuelve más clásica pero la original visión de este director, se condensa y enriquece.

Después de la notoria Una historia de violencia Cronenberg demuestra estar en buena forma desgranando una desgarradora historia relacionada con la mafia rusa que con un dibujo de los personajes muy logrado, una violencia cruda pero exenta de cualquier artificio, junto con unos personajes en estado de gracia (mención especial a Mortensen ) consigue crear una intensa hermosa y violenta historia que perdurara en tu memoria.

Espléndida narración visual de las tropelias de las mafias rusas y de otros paises del entorno, cuando extienden su campo de actuación a la Europa occidental (habria que aprender y aplicarse al cuento en España). La película parece muy creible y bien documentada, particularmente en lo que se refiere a las conexiones con los antiguos servicios secretos de aquellos paises y a las rivalidades entre grupos de distinta procedencia que intentan, cada uno por su parte, controlar las distintas parcelas del negocio.
Muy buena interpretación de Viggo Mortensen (confeso mi escasa devoción por este actor) al que, a mi juicio, el personaje al que da vida le cae como un traje a medida.

Viggo Mortensen y Naomi Watts lo hacen de miedo. El capo de los rusos es clavadito a Aiman Roth (El padrino II). La peli??, bueno, una nueva demostración de que el intramundo de la mafia se lleva muy bien con el cine. Esa erótica del poder, esos personajes silenciosos , cargados de hipocresía y secretos... salí del cine pensando que la mafia nos fascina porque es una especie de confabulación contra los poderes establecidos. Es una revolución que usa las mismas armas que el sistema, pero regida por distintas normas. Aborrecemos lo que hace la mafia pero nos sentimos fascinados e incluso atraidos por sus personajes... lo que nos demuestra que en el fondo nos importa más la estética que la ética, la forma que el contenido. La mafia, y especialmente las pelis relacionadas, saca de nosotros el lobo presumido que quiere gobernar el mundo sin mancharse de barro... al menos por fuera.