Capitán América: El primer vengador
2011 

5.8
58,705
Acción. Fantástico
Nacido durante la Gran Depresión (años 30), Steve Rogers creció como un chico enclenque en una familia pobre. Horrorizado por las noticias que llegaban de Europa sobre los nazis, decidió enrolarse en el ejército; sin embargo, debido a su precaria salud, fue rechazado una y otra vez. Enternecido por sus súplicas, el General Chester Phillips le ofreció la oportunidad de participar en un experimento especial: la "Operación Renacimiento". ... [+]
7 de enero de 2015
7 de enero de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Capitán America: El primer vengador” no contiene la acción o el frenesí que uno puede esperar de una entrega de superhéroes. Se detiene más en los personajes y en la ambientación cuidada. Pero cuando los personajes hablan o se desarrollan consiguen convencer de lo que trasmiten y si la primera mitad de la cinta (la más “dialogada”) es lo mejor de la misma pues ahí se desvela las mejores cualidades de la entrega. No será de las mejores, pero a nivel narrativo puede ser modélica.
26 de enero de 2015
26 de enero de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos superhéroes de la Marvel quedan ya sin su “motion picture”, y el Capitán América no podría ser menos, amén de aquella "Capitán América"(1990) de Albert Pyum.
El efectista Joe Johnston, uno de los más aventajados discípulos de la escuela Spielberg, da vida al primer líder de los Vengadores: Steve Rogers (Chris Evans), un tipejo más bien escuálido pero con mucha vena patriótica, que es sometido a un experimento militar para hacer el soldado perfecto. De esa forma, se convierte en la gran esperanza de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, y el nuevo súper-soldado será el único capaz de enfrentarse a los terribles planes conquistadores de “Red Skull” (Hugo Weaving).
Como en la mayoría de producciones Marvel, el filme de Johnston busca contarnos los inicios de una persona normal y corriente que se convierte en un ser fantástico. En esta ocasión, nos muestra a un Chris Evans famélico y enfermizo al que le dan una oportunidad casi más por pena que por interés, y se encuentran con un resultado espectacular. Tal como pasara con Peter Parker en sus comienzos como Spiderman, el Capitán América tendrá que pasar por humillaciones varias antes de conseguir hacer algo con lo que se ganará la confianza de los demás.
Pero no nos engañemos: a pesar de su mensaje de superación, el filme de Johnston es un blockbuster al uso desde el primer minuto al último, con todos sus elementos debidamente cohesionados y bien montados: mucha acción y muchos efectos especiales para el disfrute de todos los públicos. La cinta cumple con su cometido, resulta altamente entretenida, y nos muestra a un Hugo Weaving tan interesante como siempre en sus papeles de villano, un “Red Skull” insuperable. Otro punto destacado es el desarrollo de toda la trama dentro de un marco histórico concreto, aunque es mejor no esperar ninguna lección de historia.
Por otro lado tenemos el inevitable “tufo” a propaganda militar y patriotismo que el Capitán América lleva intrínseco, pero Johnston ha conseguido que el espectador no se contamine demasiado con esa sensación, y presenta al superhéroe de una forma más humana y menos iconográfica que lo que representa su traje y su escudo.
Otra buena muestra de entretenimiento de calidad de la que nos tiene acostumbrados la Marvel últimamente. Interesante.
El efectista Joe Johnston, uno de los más aventajados discípulos de la escuela Spielberg, da vida al primer líder de los Vengadores: Steve Rogers (Chris Evans), un tipejo más bien escuálido pero con mucha vena patriótica, que es sometido a un experimento militar para hacer el soldado perfecto. De esa forma, se convierte en la gran esperanza de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, y el nuevo súper-soldado será el único capaz de enfrentarse a los terribles planes conquistadores de “Red Skull” (Hugo Weaving).
Como en la mayoría de producciones Marvel, el filme de Johnston busca contarnos los inicios de una persona normal y corriente que se convierte en un ser fantástico. En esta ocasión, nos muestra a un Chris Evans famélico y enfermizo al que le dan una oportunidad casi más por pena que por interés, y se encuentran con un resultado espectacular. Tal como pasara con Peter Parker en sus comienzos como Spiderman, el Capitán América tendrá que pasar por humillaciones varias antes de conseguir hacer algo con lo que se ganará la confianza de los demás.
Pero no nos engañemos: a pesar de su mensaje de superación, el filme de Johnston es un blockbuster al uso desde el primer minuto al último, con todos sus elementos debidamente cohesionados y bien montados: mucha acción y muchos efectos especiales para el disfrute de todos los públicos. La cinta cumple con su cometido, resulta altamente entretenida, y nos muestra a un Hugo Weaving tan interesante como siempre en sus papeles de villano, un “Red Skull” insuperable. Otro punto destacado es el desarrollo de toda la trama dentro de un marco histórico concreto, aunque es mejor no esperar ninguna lección de historia.
Por otro lado tenemos el inevitable “tufo” a propaganda militar y patriotismo que el Capitán América lleva intrínseco, pero Johnston ha conseguido que el espectador no se contamine demasiado con esa sensación, y presenta al superhéroe de una forma más humana y menos iconográfica que lo que representa su traje y su escudo.
Otra buena muestra de entretenimiento de calidad de la que nos tiene acostumbrados la Marvel últimamente. Interesante.
19 de febrero de 2015
19 de febrero de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Capitán América: El Primer Vengador, es una película dirigida por Joe Johnston, basada en un superhéroe de cómic creado por Marvel, ambientado en la época de la Segunda Guerra Mundial.
Steve Rogers es un muchacho enclenque que aspira a ser soldado del ejército americano. En un principio es rechazado, pero debido a su persistencia lo admiten para hacer un experimento de "súpersoldado".
A lo largo de esta adaptación cinematográfica encontramos peleas, violencia y mucha acción. Aunque no todo es así, ya que vemos cómo la agente Peggy Carter conquista el corazón del Capitán América.
Ambos elementos, acción y romanticismo, hacen de esta una película completa, apta para diferentes tipos de espectador.
El hecho de que acabe con el Capitán América fuera de combate, y la promesa de una futura primera cita con Peggy, deja enganchado al público, esperando ansioso el desenlace de la trama con la segunda entrega de esta historia.
http://ellagodeloscines.blogspot.com.es/2014/09/capitan-america-el-primer-vengador-2011.html
Steve Rogers es un muchacho enclenque que aspira a ser soldado del ejército americano. En un principio es rechazado, pero debido a su persistencia lo admiten para hacer un experimento de "súpersoldado".
A lo largo de esta adaptación cinematográfica encontramos peleas, violencia y mucha acción. Aunque no todo es así, ya que vemos cómo la agente Peggy Carter conquista el corazón del Capitán América.
Ambos elementos, acción y romanticismo, hacen de esta una película completa, apta para diferentes tipos de espectador.
El hecho de que acabe con el Capitán América fuera de combate, y la promesa de una futura primera cita con Peggy, deja enganchado al público, esperando ansioso el desenlace de la trama con la segunda entrega de esta historia.
http://ellagodeloscines.blogspot.com.es/2014/09/capitan-america-el-primer-vengador-2011.html
11 de abril de 2015
11 de abril de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las pelis más infravaloradas de Marvel. Parece que la gente no ha llegado a entender su vocación totalmente pulp a tenor de algunos palos recibidos. Francamente no entiendo cómo el público no se ha dejado conquistar por ese regustillo de película de aventuras "spielbegiana", con influencias claras de las aventuras con nazis y ciencia ficción al más puro estilo Indiana Jones. No en vano el director, Joe Johnston, fue técnico de efectos especiales con George Lucas y Steven Spielberg en películas como La guerra de las galaxias y En busca del arca perdida y su gusto por esa estética impregna toda la película.
Todo un acierto convertirla en una película de época y situarla en la segunda guerra mundial, contexto histórico en el que se creó el personaje y que permite su desarrollo como pez en el agua sin caer en patriotismos baratos fuera de época (algo que Marvel, a pesar del trasfondo del personaje, ha cuidado bastante pensando en que la película se tenía que ver en todo el mundo) pudiendo jugar con una serie de elementos poco habitual en las películas de superhéroes que le dan personalidad y evitan que las obligaciones de pertenecer al entramado de Los Vengadores ocupen excesivo metraje de la película.
La cinta quizá resulta inocentona en ciertos momentos, pero ese es precisamente parte de su encanto, que no pretende ser una megaproducción épica de acción con dos horas de hostias como panes, sino una aventura al estilo clásico, con un toque algo naif, con humor y protagonistas con los que es fácil encariñarse. Imposible no apreciar el corazón y el carisma de Steve Rogers (un Chris Evans metiéndose con comodidad en el papel del héroe y que solo empezaba a desarrollar el potencial del personaje) ni la relación que se va construyendo con Peggy Carter (que empieza a forjarse antes incluso de que Steve se ponga cachas y cuya interpretación haría que Marvel le "regalara" Hailey Atwell una serie sobre el personaje) o al compasivo doctor Erskine interpretado magistralmente por Stanley Tucci y al general cascarrabias que nos regala Tommy Lee Jones. Incluso el villano Cráneo Rojo interpretado por Hugo Weaving, a pesar de no ser un villano memorable, cumple su función en la historia y compone al clásico nazi de opereta que también tiene su punto en el contexto de la historia.
Todos ellos nos regalan una película como las de antes hecha ahora, donde los cañones de rayos de energía comparten la pantalla con coristas de los años 40 y nazis desfigurados buscan el poder de los dioses nórdicos. Además tiene una estupenda banda sonora y es la antesala de Los Vengadores. ¿Qué más se puede pedir?
Todo un acierto convertirla en una película de época y situarla en la segunda guerra mundial, contexto histórico en el que se creó el personaje y que permite su desarrollo como pez en el agua sin caer en patriotismos baratos fuera de época (algo que Marvel, a pesar del trasfondo del personaje, ha cuidado bastante pensando en que la película se tenía que ver en todo el mundo) pudiendo jugar con una serie de elementos poco habitual en las películas de superhéroes que le dan personalidad y evitan que las obligaciones de pertenecer al entramado de Los Vengadores ocupen excesivo metraje de la película.
La cinta quizá resulta inocentona en ciertos momentos, pero ese es precisamente parte de su encanto, que no pretende ser una megaproducción épica de acción con dos horas de hostias como panes, sino una aventura al estilo clásico, con un toque algo naif, con humor y protagonistas con los que es fácil encariñarse. Imposible no apreciar el corazón y el carisma de Steve Rogers (un Chris Evans metiéndose con comodidad en el papel del héroe y que solo empezaba a desarrollar el potencial del personaje) ni la relación que se va construyendo con Peggy Carter (que empieza a forjarse antes incluso de que Steve se ponga cachas y cuya interpretación haría que Marvel le "regalara" Hailey Atwell una serie sobre el personaje) o al compasivo doctor Erskine interpretado magistralmente por Stanley Tucci y al general cascarrabias que nos regala Tommy Lee Jones. Incluso el villano Cráneo Rojo interpretado por Hugo Weaving, a pesar de no ser un villano memorable, cumple su función en la historia y compone al clásico nazi de opereta que también tiene su punto en el contexto de la historia.
Todos ellos nos regalan una película como las de antes hecha ahora, donde los cañones de rayos de energía comparten la pantalla con coristas de los años 40 y nazis desfigurados buscan el poder de los dioses nórdicos. Además tiene una estupenda banda sonora y es la antesala de Los Vengadores. ¿Qué más se puede pedir?
1 de mayo de 2015
1 de mayo de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Capitán América resucitó de los cómics de la Edad Dorada de la mano de Stan Lee y Jack Kirby, quienes le llevaron de los finales de la II Guerra Mundial a formar escuadra en una época que no era la suya con los poderosos Vengadores. La franquicia marveliana, más que satisfecha con el buen rédito que estaba dando Iron Man y el redescubrimiento de que podían hacerse buenas películas con lo que surgía de las viñetas, no podía dejar pasar la oportunidad de repescar al Centinela de la Libertad.
Chris Evans encarna de una manera excelente al patriótico y noble Steve Rogers, si bien la atmósfera de la II Guerra Mundial empieza a estar un poco trillada en el séptimo arte (pero, ¿quién es el guapo que pone freno a un contexto tan fascinante y que ha permitido explorar tantos terrenos al celuloide?). El ritmo es algo lento en su inicio, aunque se explora en aspectos tan interesante como el marketing realizado alrededor de un héroe.
Hay algún error de casting como tener muy desaprovechada a una actriz tan interesante como Natalie Dormer, aunque si se saca un buen jugo de veteranos como Tommy Lee Jones. Hugo Weaving saca una versión muy particular del malvado Cráneo Rojo, si bien en este caso el plato fuerte es la química que desarrollan en pantalla Evans y Hayley Atwell.
Tiene los suficientes ingredientes para mantener atento al espectador, pero cierto toque añejo le puede hacer resta de puntos ante un público más joven.
Da la sensación de que son los cimientos para hacer algo más grandes con el personaje en el futuro.
Chris Evans encarna de una manera excelente al patriótico y noble Steve Rogers, si bien la atmósfera de la II Guerra Mundial empieza a estar un poco trillada en el séptimo arte (pero, ¿quién es el guapo que pone freno a un contexto tan fascinante y que ha permitido explorar tantos terrenos al celuloide?). El ritmo es algo lento en su inicio, aunque se explora en aspectos tan interesante como el marketing realizado alrededor de un héroe.
Hay algún error de casting como tener muy desaprovechada a una actriz tan interesante como Natalie Dormer, aunque si se saca un buen jugo de veteranos como Tommy Lee Jones. Hugo Weaving saca una versión muy particular del malvado Cráneo Rojo, si bien en este caso el plato fuerte es la química que desarrollan en pantalla Evans y Hayley Atwell.
Tiene los suficientes ingredientes para mantener atento al espectador, pero cierto toque añejo le puede hacer resta de puntos ante un público más joven.
Da la sensación de que son los cimientos para hacer algo más grandes con el personaje en el futuro.
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