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La dama de negro

Terror. Drama Arthur Kipps es un joven abogado cuya empresa lo envía a un lugar remoto para vender la casa de un cliente que acaba de fallecer. La gestión, aparentemente rutinaria, tropieza con ciertas dificultades: los vecinos se muestran reacios a hablar sobre la casa o a acercarse a ella; además, nadie está dispuesto a admitir la existencia de una mujer de negro que él está seguro de haber visto. (FILMAFFINITY)
Críticas 182
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7
28 de abril de 2013 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En general, la película me gustó. La fotografía es elegante y hay algo en su atmósfera gótica y oscura, algo melancólico, que me sedujo casi de inmediato.

La historia, aunque no demasiado compleja ni tampoco el colmo de la originalidad, está bien.

¿Aspectos negativos?

Daniel Radcliffe no me parece el actor más expresivo del mundo. Permanece impertérrito ante toda clase de apariciones fantasmales, siempre con la misma expresión entre somnolienta y atormentada.

Además, al principio la película se te hace un poco lenta. Y llega a hacerse repetitiva. Me explico en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Arthur no es un abogaducho cualquiera, no. Es Iker Jiménez en versión victoriana.
No solo tiene las agallas de irse a un pueblo dejado de la mano de Dios, donde no le reciben precisamente con los brazos abiertos, sino que se mete de lleno a investigar un asunto de lo más turbio. ¿Pasar toda una noche en un caserón donde intuyo que ocurren cosas extrañas, y de hecho he podido comprobar previamente que es así? Por supuesto. ¿Tengo que hacer submarinismo en un lodazal en busca del cadáver de un niño que no han encontrado en 9 años y cuyo fantasma se me ha presentado recientemente? Hombre, faltaría más (¡y lo mejor de todo es que va y lo encuentra!). ¿Exhumar un cuerpo en un cementerio de noche, dices? ¿Dónde hay que firmar?.
O Arthur es muy valiente, o aprecia poco su vida o... simplemente nos han colocado un personaje que hace lo que tiene que hacer para que la película siga adelante, sin pararse a pensar demasiado. No me resulta muy convincente, la verdad.
Por lo demás, como ya he dicho, el actor no es que tenga grandes dotes expresivas. Cuando su hijo (o hermano pequeño, podría ser perfectamente) dice al principio que siempre está triste, no se equivoca, no. Es que en verdad tiene la misma cara durante toda la peli.

Pero bueno, pongamos que Arthur es un tipo intrépido, capaz incluso de hacer frente a un fantasma con cirio en mano y un hacha en la otra, por si se vuelve corpóreo.
Si nos creemos eso, nos quedan dos cuartos de película que consisten en este chico entrando en la casa, investigando, sombra por aquí, carita siniestra por allá, descubrimiento de un documento revelador, sonido extraño, salida al bosque para ver de donde provenía, encuentro con algo desconocido, vuelta al caserón, habitación con mecedora que se mueve sola, monos de juguete grotescos, aparición del colega de Arthur, motín de la gente del pueblo, muerte de niño y luego repetición de los mismos elementos como tres o cuatro veces. Todo esto al ritmo de crecimiento de las margaritas. Y con momentos previsibles.

Esto fue lo que menos me gustó de la película, pero aun así, se deja ver. E incluso la puedes disfrutar si te dejas llevar y te sumerges en su atmósfera. Y yo lo hice.

Y eso sí, el final me pareció tan sombrío como perfecto.
7
21 de octubre de 2014 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La productora británica Hammer Films ha estado sobreviviendo casi en el anonimato después de su edad de oro, entre finales de los cincuenta y mediados de los setenta, con las sagas de terror de Drácula y Frankenstein, en las que se encumbraron y encasillaron esos maravillosos actores que fueron Peter Cushing y Christopher Lee. La productora resucitó en 2010 para presentar “Déjame entrar”, y volvió a la carga con más fuerza en 2012 con todo su estilo y esplendor de épocas pasadas en “La mujer de negro”.

Se cuenta la historia de un abogado, Arthur Kipps (Daniel Radcliffe en un enorme esfuerzo para tirar la varita mágica de Hogwarts), al que encargan la venta de una mansión que se encuentra en un pequeño y escondido pueblo. La dueña de la mansión falleció hace poco, pero los vecinos parecen incomodarse con la presencia del forastero cuando éste empieza a hace preguntas sobre ella. Al final hace lo que se espera de él, entrar en la casa y experimentar por sí mismo el por qué de los temores de los habitantes del pueblo.

Con un diseño de producción notable, el filme de Watkins se encuadra en un marco desasosegante, de brumas densas y rincones oscuros, consiguiendo una magnífica sensación de temor y tensión en el espectador. Precisamente, la riqueza del filme reside en la recreación de ese espíritu gótico-victoriano que tanto practicó el principal adalid del sello británico, Terence Fisher. El tenebroso pueblo, las miradas recelosas de los habitantes, la situación de la mansión en medio de una marisma y, sobre todo, la misma mansión, son de lo mejorcito del cine de terror reciente. Es algo triste, después de todo, que tenga que venir una vieja productora de cine de terror a rescatar el género de la marea convencionalista que padece actualmente.

Watkins no es, ni de lejos, Terence Fisher, pero tiene algo que promete. Su sentido del ritmo y su visión de la atmósfera de cada escena en ciertos momentos, emanan algo esperanzador, capaz de darle una necesaria vuelta de tuerca al cine de terror de efectos especiales que no asustan nada, sobresaltos sonoros y golpes de efecto hiperpredecibles que impera en las pantallas. Sin apenas efectos especiales, como en las viejas películas, consigue un relato de terror clásico, del que te mantiene alerta ante cualquier movimiento de la cámara, el de los silencios sepulcrales, el de los temores del subconsciente.

Otra de las características del filme radica en Daniel Radcliffe, ya que es su primer papel después de siete (más una) películas encarnando a Harry Potter. El chaval se ha hecho mayor y lo demuestra con un personaje adulto, en el que hace de padre y consigue, a mi gusto, quitarse de encima el papel que le ha dado fama. Para notar esto, se hace necesario escuchar su propia voz, por lo que se recomienda ver la película en versión original, para evitar escuchar al mismo actor de doblaje español que han asignado a Radcliffe ad hoc.

Long life, Hammer Films!
8
18 de marzo de 2015 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mujer de negro es una película de terror que adapta una novela de Susan Hill. La historia fue llevada a la televisión en 1989 en Reino Unido con un gran éxito y, 13 años después, llegó a los cines esta nueva versión.

James Watkins, quien debutara con la aclamada (para mí de forma excesiva) Eden Lake, dirige La mujer de negro. Su trabajo es muy bueno. Desde la A hasta la Z, Watkins crea un clima que te atrapa, te deja inmerso en el lugar al que te lleva la historia, te hace comprender (o intentarlo) a los personajes y te trata con la inteligencia que requiere todo espectador. Watkins hace un trabajo de ambientación y captación de público espectacular, recluyéndonos en el grisáceo panorama que lo envuelve todo y que vive de los cielos nublados, las mareas altas, los rincones oscuros y, sobre todo, de una fabulosa fotografía y un uso de la iluminación que es fundamental en la película. Además, Watkins utiliza todos los recursos de los que dispone para unirlos con un muy buen sentido del ritmo y una más que notable sensibilidad a la hora de contar cine de terror. Parece que sus capacidades son bastante amplias y juega bien sus cartas para conseguir, con el mismo éxito, largas escenas de tensión y cortos momentos de terror visual puntuales que hacen que, desde poco antes de la mitad de La mujer de negro, tengamos el corazón a mil y el culo más tenso que una vaca en el McAuto. La aportación de los secundarios y la excelente creación (y desarrollo) de una "mitología" propia por parte de los habitantes del pueblo son partes indispensables, también.

Daniel Radcliffe es el gran bluf. No es un buen actor. Casi ni llega a decente, muchas veces. Fue Harry Potter porque lo fue durate muchos años, pero no es que no haya sabido salirse del personaje, es simplemente que no tiene recursos interpretativos. Abrir mucho los ojos, esconder los labios y tragar saliva son insuficientes cuando te encuentras con una historia tan completa y bien desarrollada como esta, sobre todo cuando tu personaje es clave y, además, está dibujado sobre el papel de una forma más que potente. El elenco de secundarios sí da la talla: Ciarán Hinds hace un trabajo superlativo, Tim McMullan cumple todos los requisitos que se le piden y Janet McTeer tiene momentos gloriosos en sus dos enormes apariciones.

Resumiendo: La mujer de negro mejorará, y mucho, con el tiempo. Tiene un aroma a clásico que no se esfuma fácilmente y cuenta a su favor con el hecho de ser, pese a sus similitudes, distinta al resto de películas sobre casas encantadas. El buen cine de terror está renaciendo y, tras grandes éxitos del terror "frenético" en el que el sobresalto aguarda a cada instante, una película que se tome tiempo para desarrollar el concepto y usarlo como arma principal, como es La mujer de negro, demuestra que el género sigue reverdeciendo viejos laureles.
4
26 de diciembre de 2015 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jajaja... Es verdad, no lo digo por pura tontería. No podía dejar de pensar en Harry Potter cuando aparecía el protagonista. El film tiene sus momentos, eso es innegable, pero se queda en una de las películas de miedo "correctas" más flojas que he visto. No llega a tener mucho sentido y no te implica lo suficiente. Cuando termina no te quedas acongojado de terror... sólo frio, como con la sensación de haber perdido el tiempo. Es una pena porque podría haber estado bien. Sobre decir que sorprende poco por ser ya un tema/argumento muy trillado, o por lo menos, muy parecido a otras cosas ya vistas.
7
5 de julio de 2016 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de estar ante una típica historia de “casa encantada” con fantasmas, espíritus o entes desencarnados… 'La mujer de negro' resultó una película muy bien contada y planteada. Una película que destacó especialmente por los fabulosos sustos que el director James Watkins supo insertar notablemente en determinados momentos. Sustos que fueron “construidos” sobre la base de la lograda ambientación ominosa, la expectación que se genera en el espectador/a por saber qué o quién habrá detrás de esa puerta, y el convincente y acertado uso de los efectos sonoros y la música como generadores de tensión, miedo y susto.

La película fue producida por la nueva Hammer y se situó en ese estilo conocido como “terror gótico”, es decir, lugares grandes poco iluminados con atmósferas malsanas y lúgubres… y su principal objetivo (que cumplió con creces) fue el de causar miedo, tensión, escalofrío y desasosiego en el posible espectador/a.

El principal reclamo y protagonista del film fue el joven actor británico Daniel Radcliffe que interpretó al protagonista, Arthur Kipps. Radcliffe realizó una más que convincente y correcta actuación, quizás le falte “algo más” en determinadas situaciones del film… pero, por lo general, considero que hizo un buen trabajo en esta película.

En definitiva: Grata sorpresa la que me llevé con este film. No esperaba gran cosa y lo cierto es que me encontré con un buen film de fantasmas de los que ya no se hacen.

-Lo mejor: Sorprende para bien un Daniel Radcliffe alejado de Harry Potter. La película recupera el gusto por el terror clásico. Buenos sustos.

-Lo peor: El lamentable póster español.

-Más en: www.cineycine.com
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