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El ángel exterminador

Drama Después de una cena en la mansión de los Nóbile, los invitados descubren que, por razones inexplicables, no pueden salir del lugar. Al prolongarse la situación durante varios días, la cortesía en el trato deja paso al más primitivo y brutal instinto de supervivencia. Una parábola sobre la descomposición de una clase social encerrada en sí misma. (FILMAFFINITY)
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9
22 de julio de 2012 Sé el primero en valorar esta crítica
Película que muestra a una veintena de personajes que asisten a la mansión de uno de ellos, luego de que fueran invitados a una cena y una fiesta de la clase alta, fiesta que por momentos se antoja interminable. Buñuel una vez más logra hacer de lo ridículo algo sublime.

Los distintos personajes al puro estilo surrealista del director no pueden salir de una de las salas de la mansión, quedando encerrados a pesar de que nada -en teoría- les impide salir de ahí. En el exterior, tampoco nadie puede ingresar a pesar de la preocupación que existe.

Con el pasar de los días surgen los asuntos disparatados y fuera de lógica, Buñuel juega con el espectador y juega con sus personajes. Pronto comienzan a surgir conflictos y problemas entre todos, comienzan a transformarse en “bestias”, adiós a los modales.

Extraordinaria película, irreal y atractiva, el “desencanto” una genialidad la forma en que se da, finalmente un desenlace caótico. Excelente film.
10
20 de junio de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Crítica mordaz y brutal a la alta burguesía que es incapaz de salir de sí misma y que, en el fondo, se comportan como cualquier persona. En un momento de presión se comparan exactamente igual.
Aunque no he entendido la totalidad de las cuestiones me ha parecido muy interesante, como siempre que la he visto. Probablemente no exista una sola explicación, no creo que su creador pretendiera elaborar un discurso con lectura única.
A lo mejor para salir de sí mismos, los asistentes tiene que colocarse exactamente en la misma posición que se encontraban cuando empezó la velada. Parece que esa es la fórmula para conseguir dar por terminada a la situación. El tiempo y el espacio se detuvieron cuando la adulación y el halago fue puesto en marcha. Sólo en ese momento son capaces de abandonar la habitación. Se ponen en marcha todos a la vez cuando entienden que todo debe seguir, continuar. Abren la puerta y caminan hacia afuera, sin poder explicar qué ha pasado o por qué han permanecido dentro tanto tiempo sin poder salir.
Seguro que puede extraerse una lectura marxista de todo esto, de la preeminencia de la lucha de clases y demás.
La película termina con una misa en una iglesia con todos los asistentes a la cena perfectamente vestidos y arreglados. Véte tú a saber qué quiere decir Buñuel, ateo confesó, valga la contradicción.
Los asistentes a la misa no son capaces de salir de la iglesia. Se produce la misma imposibilidad de abandonar un lugar... Cuando salen a estampidas son reprimidos por el ejercito y las ovejas entran en la iglesia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En encerrados en una casa sin poder salir después de una fiesta los asistentes comienzan a mostrarse como realmente son. Entiende Buñuel que los humanos nos comportamos igual ante las mismas circunstancias, con independencia de la clase social de la que procedan, 'alta' o 'baja'. La resistencia a salir de la habitación de los asistentes a la cena no tiene explicación. Es una parábola sobre la imposibilidad de la clase burguesa a salir de sí mismo. Aunque se encuentran perdidos en sí mismos, viviendo situaciones endogámicas, cerradas y claustrofóbicas son incapaces de escapar de su propio destino, de su propio círculo, de su ambiente cerrado.
Las mujeres comienzan a gritar, los hombres empiezan a picarse los unos contra otros. Nadie se explica por que no son capaces de salir de la habitación.
Es interesante apreciar que los sirvientes se fueron antes de que empezara la cena, como si algo les empujara a ello. El único que se queda, Julio, explica que se fueron una hora antes de empezar la cena sin ninguna razón aparente para ello. Se fueron obligados por las circunstancias, pero sin ser capaces de explicar o razones a qué se debía dicho comportamiento. Las ratas, dice un burgués, que abandonan el barco sin saber por qué.
El hombre que estaba enfermo finalmente muere en la segunda noche en la que están encerrados. La animalidad se comienza a mostrar con toda su crudeza cuando revientan una tubería para poder beber agua, o cuando Julio le enseña a una mujer a comer papel, porque se hace de los árboles.
8
3 de septiembre de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
Luis Buñuel hace foco en un grupo de la elite social que, después de la ópera, asiste a una cena en una mansión. Por algún motivo nadie puede salir de allí.

Por Nicolás Bianchi

De alguna manera, El ángel exterminador comienza de manera espejada con Viridiana (1961), la anterior película de este director. En aquella oportunidad el último acto consistía en una orgiástica última cena de una serie de personajes pobres y marginales. En este caso, los comensales son miembros distinguidos de la sociedad. Pero, desde el principio, hay como una suerte de fantasma que recorre a esta vivienda elegante, de varios pisos y con columnas en su entrada.

En primer lugar, gran parte del personal (cocineros, mayordomos, camareros, mucamas) luce apurado por irse. Algunos incluso lo consiguen. Se podría decir que la cena transcurre con cierta normalidad. Después, los invitados se dispersan. Algunos conversan, otros escuchan música. Hay un componente disparatado que va in crescendo. Los diálogos bordean los contornos de lo ilógico, sin desmadrarse. Y tarde, a eso de las 4 de la mañana, los invitados perciben que ya no se pueden ir.

En buena medida, El ángel exterminador es una película coral o colectiva. Si bien los títulos destacan a Silvia Pinal como protagonista (es la anfitriona de la cena y la apodan, sugestivamente, Valkiria), no hay un gran desarrollo de personajes. La historia muestra a este conjunto de alrededor de 15 o 20 burgueses presos de algo indescriptible e inmaterial.

Rápidamente, la película se torna en un relato de supervivencia. Las provisiones se acaban, hay persona que empiezan a enfermar, a alucinar por el hambre y la sed, a decaer en general. Aproximadamente a la mitad del relato se introduce un nuevo elemento: el afuera. Si los burgueses que fueron a cenar no pueden salir los personajes del exterior, sean militares, obreros, bomberos o cualquier otra cosa, no pueden entrar. El problema parece no tener solución.

El ángel exterminador es una comedia negra que engaña con su tono solemne y severo. Todo lo que sucede es intencionadamente impreciso. Por lo tanto, podría suscitar decenas de interpretaciones. Este componente surreal se refuerza con algunas escenas que muestran animales dentro de la mansión. Hay un oso y unas ovejas que se encuentran en otros espacios de esta gran vivienda. Las imágenes que los muestran aparecen como desligadas de todo lo demás.

Más que una mirada política, esta película ofrece un comentario social. En Viridiana, y otras películas de Buñuel, los pobres aparecen como seres con cierta maldad (consecuencia directa de su situación material). A su vez, en El ángel exterminador los ricos, los burgueses, son retratados como seres temerosos, que flaquean ante la primera adversidad, almas débiles. Sin dudas, se trata de una obra única, con un sello de autor inconfundible.

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3
6 de marzo de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
A veces, me cuesta soportar presuntas obras de arte que lo son, aparentemente, porque sí. Nada encuentro más enervante que se le llame arte a algo en lo que se te pasa el testigo para que el arte lo veas tú. O no. Puedo ver más arte en la marca goteante de un pelotazo de pintura lanzado con efecto contra una pared blanca.

Sin pies ni cabeza, y como pollo descabezado. Nada veo de arte en esta cinta, salvo cierta turbación. Para que llegue a "floja". Seré muy bruto e insensible, o psicópata. O quizá tenga un mal día, y estando de buen humor le daría un 10. No sé, a mis almas gemelas que la han visto, les ha gustado... Lo mismo pruebo cuando vea una oveja. Total, como la cinta es surrealista, usted se lo guisa, usted se lo come, oiga...

Claro. Es que siendo surrealista (que de absurda, nadita de nada), hay que ser muy intelectual para apreciarla en su justa medida, no está hecha la miel para la boca del asno; así que mientras la ves, durante o después, pero difícilmente antes, mejor ponte a divagar sobre lo propio y lo ajeno, que así aprovecharás el tiempo. En mi caso, mi mente estaba muy, pero que muy alejada de mis órganos sensoriales, aletargada, mientras visionaba la obra. Estaba con Borges, echándome unas risas.

Mucho simbolismo, también... Meter un osezno y corderitos "sutilmente", o patitas de pollo asomando de bolsos, o muertos del sofá al armario, sólo lo hago yo porque soy yo, y porque por algún motivo, me dejan. Y soy un genio, además. Eso sí: manos caminando solas ya es un plagio, Luis, que ya lo hicieron antes los Adams. Poco antes, porque La Cosa (más tarde una mano incorpórea) se introdujo en 1954, aunque en viñeta apareciesen en el 38. Y si las interpretaciones son pelín vergonzosas, pues nada, es culpa tuya, tienes que saber ver el arte, cegato. Piensa en Meryl Streep.

Lo de la crítica a la burguesía no va a ser, caramba, que sería muy obvio. La degradación del hombre sucede con el individualismo porque es un animal social... Pero a unos burgueses los tienes unos días encerrados sin pan y a ratos con agua, y también dejan de ser animales sociales para quedarse en animales. Menos el médico, que es burgués hasta el final, con las botas puestas. Alguno estará embrujado, viendo el final, ahí va a estar la cosa. Voto, que no apuesto, por la de las patas de pollo en el bolso.

Lo que tengo claro, es que por ser de Buñuel y ser casi todos los actores mexicanos, no es, porque me gustó "Los olvidados", verbigracia. Para los de los dieces, seguro que es una "obra menor" del genio, porque ésa sí cuenta algo, y todo tiene sentido. Ah, que esa es hiperrealista con sólo unos toques surrealistas. Vaya...

Además, está el camarero.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Puedes inventar el spoiler. Es surrealismo. Además, puede que te llamen genio.
9
26 de octubre de 2006
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buñuel critica a la clase burguesa, con un film surrealista como pocos, que nos recuerda a sus primeras obras, antes de su exilio por México y Francia.
Película minimalista como pocas, incluso claustrofóbica, ya que casi todo el metraje transcurre en una habitación de una gran mansión, en la que la gente se siente misteriosamente aprisionada.
Buñuel complementa el film con detalles, como el de los borregos, que representan metafóricamente muchos de sus pensamientos e inquietudes.
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