Somos campeones

Fesser muestra la cara más sincera y realista del tema casi tabú de la discapacidad y ofrece una perspectiva que infinidad de veces olvidamos: al final, todos somos personas. Es optimista, alegre, divertida y no vende un producto que no es. Su objetivo es la reflexión y la comprensión de que la vida no siempre es tan complicada como nos empeñamos en pintarla.

Desde España nos llega esta comedia con sentido, de esas historias anticipablemente inspiradoras de buenos sentimientos y en este caso, con miras a la inclusión. “Campeones” (2018) pese a todos los clichés tiene momentos que suman y se hace perfectamente recomendable.

El tratamiento de por si resulta delicado a ratos, ya que la inclusión de personas con capacidades diferentes (hasta el uso de algunas etiquetas genera suspicacias) puede a ojos de algunos caer en excesos por ciertas bromas o lugares comunes que rozan caer en el mal gusto. Pese a esto el esfuerzo es para que el camino se haga ligero y por qué no, con cierta crítica social. El tema es que entre tanto cliché ese factor punzante se pierde un poco y pudo ser el real capital de esta comedia con moraleja.

Con todo y haciendo un lado lo artificial o mejor dicho “poco natural” de algunos de sus momentos más “emotivos” o “graciosos”, hay que valorar la tarea de quienes en rigor son las estrellas de la cinta. Puede que verse reflejados tan explícitamente en ciertos aspectos haya sido determinante para que en España su éxito haya sido nutrido, sin embargo hay parámetros que la alejan de otros rincones incluso hispanoparlantes.

En síntesis, pese a que se percibe algo forzada es una fábula contemporánea sobre la aceptación y el derecho a ser feliz. Y claro, ante eso ¿quién podría oponerse a mal referirse?

Recomendación:
Aceptable. Algo forzada y cargada de clichés pero de fondo tan noble como sus protagonistas

=Cité de Buyinski= www.buyinski.wordpress.com

Debido a la fama de buena película inclusiva que tiene esta película tenía ganas de verla. pero es sólo publicidad engañosa: Me encontré con el típico film en tono ingenuo ó blanco que resulta aburrido, previsible y sin gracia. Arranca bien, pero después se vuelve cansina y repetitiva con sus chistes (sin gracia) basados en malentendidos entre el equipo y el entrenador.
Película de humor blanco que se mezcla extrañamente con algunas gotas de humor negro y zafio. Es lo mismo que da lo mismo, no hace gracia.
La película se hace larga.
Javier Gutierrez está bien, igual que los actores con discapacidad. Junto a la escena del partido final es lo único que me gustó y que rescato.

Una película sobrevalorada en mi humilde opinión. Mi puntuación: 4,5.

Una película sana, respetuosa y necesaria. Situándose entre la comedia entrañable y el retrato benevolente de dignidad social.
Una “feel good movie” a la española con un Javier Gutierrez todo carisma. Con evocaciones a “Hoosiers, mas que ídolos”, nos ha ganado el corazón, algo reflejado en la taquilla, gracias al respeto, el mensaje y la capacidad de conectar con cualquier tipo de espectador.
Una película emotiva y tierna, puro sentimiento positivo. Lástima que su única grieta sea lo poco realista que parece, y es que la aceptación de la diferencia es un aspecto aun por trabajar.

No es precisamente una película muy larga, pero por alargar un poquito más y no acabar tras las reflexiones del último partido, pierde calificación para mi gusto.