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La maternal

Drama Carla tiene 14 años y es una joven desafiante y rebelde. Vive en un viejo restaurante de carretera en las afueras de un pueblo con su joven madre soltera mientras falta a clase y pasa las horas con su amigo Efraín. Cuando la trabajadora social se da cuenta de que está embarazada de cinco meses, Carla ingresa en 'La Maternal', un centro para madres menores de edad donde comparte su día a día con otras jóvenes como ella. Juntas con sus ... [+]
Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
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5
19 de octubre de 2023
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encantaría que cualquier película española tuviera una quinta parte de la pasión que tiene cualquier tertulia política radiofónica o un youtuber que habla de cualquier tema estúpido: la pasión, respuestas rutilantes con humor, puñaladas traperas cotidianas que dejan un poso lleno de cicatrices, constantes referencias culturales, y sentido artístico al contar historias.

El cine español tiene un grave defecto, aunque sabe describir minuciosamente temáticas problemáticas no sabe emocionar profundamente ni darles grandeza, ni un tono psicológico o artístico profundo, ni usar una banda sonora o hilar una buena trama para que nos emocione artísticamente. No lo hace porque no lo valora o no sabe hacerlo.

Además debe ser un problema del ambiente artístico porque ocurre en muchas películas españolas, de hecho esto desorienta a muchos espectadores promedio que cuando acaba la película te quedas mirando a la pantalla pensando "¿Y esto es todo?¿ya se acabó?"

En las películas de Hollywood todos en todos los departamentos deben tener marcado a fuego en la frente que no puedes aburrir al espectador y por eso los guiones pasan por tantas manos de profesionales que son auténticos creadores de talento.
Aquí lo que tienen grabado es "debes ser muy aburrido y descriptivo porque eso es artístico y ganarás premios o aprecio de la comunidad de cineastas". Se ven los fallos del guion, se ve la falta de una potente banda sonora, se ven escenas a las que le podría dar otra vuelta de tuerca más o para que el espectador empatice más con el dolor de los personajes.

Nada de eso, de hecho salvo el fastidio, yo me quedé con cara agria y sin saber ni qué decir. La protagonista me cayó bastante mal, y con ese carácter en silencio casi le deseaba lo peor aunque después me arrepentía porque la pobre es una víctima más. A su manera no es mala persona, tiene principios a su manera y esta claro que en el ambiente en que en el movía resultaba muy complicado salir mucho mejor.

De hecho, resulta un demérito no emocionar con una historia tan dramática donde desde el humor hasta el dolor arrastrarían por si solos, pero claro en el ambiente artístico español por lo que veo, ser contenido debe estar más valorado.
Si esta película no recibe más votos negativos debe ser por la sensibilidad del tema, porque muchos votos positivos vendrán del ambiente de la industria del cine, o porque mucha gente pasa de pagar por este trucho y por tanto les da igual, es una película más.

En fin narra el ambiente desestructurado de una adolescente que se queda embarazada de mal carácter y enrabietada a la que una trabajadora social manda a una casa de acogida especial para estas situaciones.
6
26 de septiembre de 2022
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La joven actriz de 14 años, Carla Quílez, logró la Concha de Plata a Mejor interpretación protagonista de la 70 edición del Festival Internacional de San Sebastián por la película ‘La Maternal’, de la aragonesa Pilar Palomero, tras el éxito que supuso ‘Las niñas’, Goya a mejor película.

Carla logra una veraz interpretación de una chica hiperactiva de 14 años, con un genio desafiante, descarado, iracundo, explosivo, que vive con su madre en una casa al borde de la carretera, hasta que la asistente social descubre que está embarazado de su amigo, Efraín, y debe ingresar en un centro, La Maternal, donde encontrará jóvenes en su misma situación.

Con un tono documental, asistimos a la historia de esas menores, plagadas de vivencias extremas, abusos, maltratos y desarraigo, que como Carla, han quedado embarazadas, y deben asumir el exigente papel de ser madres, cuando no han abandonado la egocéntrica etapa de ser niñas.

Las jóvenes servirán de contrapunto al reto de Carla, que supervisada por dos adultos del centro, amable mirada del acompañamiento en el centro, no puede menos que verse sobrepasada por su nuevo rol. El foco en Carla y su papel como madre-hija nos permitirá adentrarnos en la relación materno-filial de origen, brillante también la madre, Ángela Cervantes. El vínculo creado, complejo, inestable, desafiante, irregular, cambiante, egoísta, condiciona sin duda el viaje de esta joven, que con un nulo aprendizaje previo, sin apenas recursos de regulación emocional, repite patrones, asumiendo un papel de adulta, sin ser capaz de sostener, contener, y regular al nuevo ser.

La historia apunta a una perpetua repetición de rabia, impotencia, frustración, trufada con un amor discontinuo, inestable, explosivo, que no puede menos que dificultar la tarea de madre e hijo, y su derecho a crecer, desarrollarse y desplegar todo su potencial.

Crudo retrato de una realidad social dura, que Palomero testifica con cierta calidez.
10
20 de julio de 2023
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pilar Palomero vuelve a conmoverme en cuerpo y alma con su segunda película, “La maternal”, exactamente igual que como lo hizo con la primera, “Las niñas”. De la misma forma, por el mismo cauce, con el mismo estilo, con idénticos objetivos y con resultados excelsos en ambos supuestos. “La maternal” embelesa y conmueve, emociona y divierte, se rasga la piel para enseñarnos los entresijos de sus personajes, es puro cine, igual que ocurría con “Las niñas”.

Y de nuevo Pilar Palomero lo logra a través de una portentosa interpretación histórica de una joven adolescente. En esta ocasión, Carla Quílez. Su trabajo en “La maternal” debería mostrarse de forma obligatoria en todas las instituciones educativas de interpretación, porque lo que logra esta chica va mucho más allá del bien absoluto, dado que logra transformarse en su personaje de tal manera que acaba resultando imposible discernir la actriz que se esconde tras el mismo. Su interpretación es “cum laude” y referencia actoral de nuestro tiempo.

Pero el resto del mérito corre a cargo de Pilar Palomero, con un guión portentoso que brilla y emociona de principio a fin y, por cierto, que contiene un uso de la elipsis brillante (un recurso narrativo desgraciadamente poco utilizado en el hipertrofiado cine contemporáneo y que a mí me fascina). Sus elipsis son épicas y ayudan al impulso narrativo de forma magistral.

También me apasiona su ritmo lento de largas secuencias, huyendo de todo lo frenético que ha invadido el cine actual, sin montajes cocainómanos ni estridencias de rapidez. Cine pausado que permite respirar y vivir los acontecimientos con sus personajes, porque llega a la maternidad sin haber dejado de ser ella misma aún otra niña. Un terrible drama.

Y después está el argumento, la temática del film, absolutamente imprescindible, afrontando sin tapujos el terrible drama de la maternidad en adolescentes, una tragedia insondable que el sistema nos oculta para que culpabilicemos a las niñas que optan por el aborto. Lo que le ocurre a la joven Carla, su protagonista, es muchísimo peor que someterse a un aborto. Y de consecuencias perpetuas.

Dicho sea de paso, otro acierto épico del guión de Pilar Palomero es que no nos enfrenta a una dulce niña protagonista, sino todo lo contrario. Carla es una rebelde imposible de barajar, violenta, encarada contra el mundo, chula, rozando la delincuencia en todo momento… hasta que la vida la pone en su sitio a base de golpes. Muy interesante también el personaje de la madre de Carla, interpretada por la gran Ángela Cervantes, y que está tan bien definido en el guión que lo explica todo entre líneas.

Completa el acierto de casting el elenco de actrices secundarias, creíbles, veraces, honestas, perfectamente reales, que elevan el film conforme acompañan y señalan el camino a la desorientada Carla.

Y ojo al “leit motiv” musical de la película a través de las canciones de Estopa. Puro caviar.
8
16 de noviembre de 2022
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el listón alto por el éxito cosechado con "Las niñas", película con la que debutó dos años atrás y que ganó el Goya a Mejor Película, Pilar Palomero afianza su mirada y sensibilidad cinematográfica con una hermosa y delicada historia sobre la maternidad y las circunstancias en la que en ocasiones se produce, cuando no parece posible ser madre siendo aún casi una niña.
El tacto con el que se aborda el tema nos aleja por completo del juicio y nos une a los pensamientos que rodan a las protagonistas, a la limitada vida que llevan y a la que les espera, haciéndonos reflexionar sobre el hecho de ser madre y acerca de la entrega y pérdida que conlleva para todas las mujeres serlo. Especialmente cuando, como la protagonista del film, quien va a ser madre es una adolescente que tendrá que enfrentarse a todo ello de golpe y porrazo, dejando de vivir mucho de lo que le tocaba, lo que aún no había podido aprender y conocer, como ya ha visto en su propia madre, personaje muy bien interpretado por Ángela Cervantes, y que nos adelanta lo que está por venir, arrastrando ambas al fondo de sus ilusiones todo lo no vivido y añorado, que se torna frustrante e irrecuperable. La niñez, la rebeldía, la libertad o la propia inmadurez, van cayendo en un proceso donde la pérdida y la cesión son el sacrificio y trasfondo de una película emocionante y alejada de tópicos, con un estilo casi documental que logra un realismo sorprendente e indescifrable.
Siempre a cierta distancia, pero sin perder la cercanía, "La maternal" deja al trasluz las encrucijadas y los pensamientos que debilitan y normalizan a sus personajes, en todo momento retratadas sin reservas ni condescendencia. Ser capaces de narrar y entender todo ello en el cine con una historia que habla de nuestras profundidades sin apenas mencionarlas, ya que no son los casos y circunstancias lo trascendente, sino la visión global de una situación cotidiana y habitual, no supone una visión buenista o blanda de la realidad. Muy al contrario, significa una evolución discursiva que nos hace partícipes y conscientes de lo contado al acercarnos a ello de la manera más delicada y respetuosa posible, hablándonos como personas más que como espectadores, en tiempos en los que el humanismo y la ternura suponen transgresión e inteligencia.

www.peliculismo.es
8
7 de diciembre de 2022
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguro que hubo años como este, mejores incluso, pero me cuesta recordarlos. Y es que es difícil igualar una batería de películas como las que nos han regalado directores, guionistas y actores de la industria cinematográfica española en este triste año 2022, triste en casi todo menos en cine, parece: CINCO LOBITOS, CERDITA, AS BESTAS, ALCARRÁS, MODELO 77.

En su segunda película, Pilar Palomero nos enseña, con mucha elegancia pero también con mucha crudeza el mundo de una niña, ni siquiera adolescente plena, que se queda embarazada.

El retrato del entorno familiar de la niña, sus carencias afectivas y educacionales, su manera de evadirse de la realidad, la vida en torno a un pueblo, (esa presencia amenazante de la carretera anexa a la casa que parece cercar la vivienda familiar y en la que el tráfico atronador y continuo parece la banda sonora de un drama) está realizado con la destreza de un cirujano, la habilidad de un artesano y desprende en cada plano una verdad de las que el espectador queda impregnado desde el primer momento.

La cámara se mueve en unos primeros planos magníficos en los que la protagonista, brutal Carla Quílez, pasa de niña a mujer, de la diversión a la ansiedad y el temor, con una facilidad pasmosa. Una historia tan sencilla y a la vez tan compleja que atrapa los sentimientos y el interés del espectador, haciéndole partícipe de los problemas de la niña, de la madre, casi también una niña por su comportamiento y falta de responsabilidad, y el resto de personajes, algunos interpretados por personas que han pasado situaciones similares a la que nos narran.

Es ahí, en ese amateurismo de algunas actrices, donde la película recula un poco y esa espontaneidad, irónicamente, chirría bastante con la impostura, tan real, tan auténtica, de Carla Quílez y Ángela Cervantes, la madre irresponsable, ambas a un nivel interpretativo superlativo.

No se la pierdan, merece mucho la pena.
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